Río de Janeiro. 02.03.93. La desnudez de las mujeres o el
desenfreno no es el gran "pecado" del desfile de las escuelas de
samba.
Se trata de la mafia del "juego del bicho", una lotería ilegal de
gran popularidad, que controla el "show" y, según se afirma, lo
utiliza para el lavado de su dinero.
La mayoría de los padrinos que financian las escuelas de samba,
además del juego, una ilegalidad tolerada, enfrentan procesos
judiciales por narcotráfico, asociación para delinquir y, en
algunos casos, por contrabando e intentos de asesinato.
Sin los "banqueros del bicho" sería difícil explicar el lujo y la
sofisticación del espectáculo que concluyó el martes 23, que en
las noches de domingo y lunes movilizó a 60.000 bailarines y
percusionistas, más de cuatro mil por cada escuela, como
promedio.
La preparación de cada grupo (14 en total) costó de 800.000 a
tres millones de dólares, según cálculos de los expertos. Muchos
de sus componentes pagan sus propios trajes de fantasía.
En total debe superar los 30 millones de dólares. Eso para una
única presentación, que solamente repitieron este sábado los
cinco grupos mejor clasificados por el jurado oficial, en el
"desfile de las campeonas".
El público presente se limita a la capacidad máxima del
"sambóbromo", el estadio carnavalesco que en el resto del año es
también una escuela (de enseñanza) para 20 mil alumnos. Son 70
mil asistentes por noche, una proporción absurda en negocios,
pues representa 2,3 espectadores por cada actor.
La televisión lleva la exhibición a muchos millones más. Pero
los derechos que pagó la Red Globo, que obtuvo exclusividad para
imágenes televisivas, y los demás ingresos, provenientes de la
boletería, publicidad y patrocinios, representan pequeña parte de
los gastos de la superproducción.
Casi todas las escuelas de samba tienen un "banquero" como
presidente o padrino, para financiar su preparación.
La "Mangueira", que se enorgullece de resistir esa dependencia,
obtuvo el segundo lugar en la preferencia del público este año,
pero solo logró la quinta colocación en la clasificación oficial.
"Una injusticia", dijo el presidente de la escuela, Roberto
Firmino, quien lanzó así sospechas sobre algunos miembros del
jurado "que buscan siempre agradar a los más poderosos".
La organización del principal desfile de carnaval, así como la
elección de los 50 jurados, está a cargo de la liga independiente
de las escuelas de samba.
Ailton Guimaraes, presidente de la Liga, es un ex capitán del
ejército, a quien se le señala como torturador de presos
políticos en 1969 y comienzos de los años 70, ahora convertido en
uno de los jefes del "juego de bicho".
El presidente de la escuela campeona de este año (académicos de
Salgueiro), Waldemir García, Alias "miro", es uno de los 14
"banqueros del bicho" que responden a proceso judicial bajo
acusación de narcotráfico y asociación para delinquir.
Presuntamente, tendría un casino en la capital de Paraguay.
Su hijo, "Maninho", quien participa de las actividades del padre,
fue acusado de intento de homicilio en 1986 contra un estudiante
que, tras ser herido a tiros, quedó parapléjico.
Pero fue absuelto porque un compañero asumió la responsabilidad
del crimen, aunque dos años después la policía encontró en su
casa 29 armas importadas.
El "juego del bicho" forma parte del crimen organizado en todo
Brasil, pero tiene presencia más profunda en Río de Janeiro,
donde es innegable su inserción popular.
El carnaval, del que los banqueros son mecenas difíciles de
sustituir, es fundamental para su aceptación.
La actividad está estipulada en la ley como una simple
contravención.
Se trata de una lotería sin billetes previamente impresos. Los
"apuntadores" escriben en pequeñas hojas los números que quiere
apostar el jugador. La confianza mutua y la gran cantidad de
premios, aunque de pequeño monto, son los factores de atracción.
Es imposible calcular las sumas que circulan a través de esa
lotería clandestina, que enriqueció a sus "banqueros", pero se
habla de millones de dólares al día.
El hecho de que emplea a miles de "apuntadores", incluso muchos
ex presos que difícilmente obtendrían otro trabajo, contribuye a
la impunidad de sus jefes. La prisión eventual de algunos de
ellos o de sus empleados es fácilmente neutralizada con el pago
de una fianza.
El alcalde de Río de Janeiro, César Maia, fue duramente criticado
por el fiscal Luis Carlos Caffaro, quien actúa en el proceso
contra 14 "banqueros", por haber festejado el carnaval, revelando
así su amistad con los enjuiciados.
"Es lamentable", dijo el fiscal, que autoridades se junten con
"aquellos que aprovechan el carnaval para autopromoción y para
encubrir sus vínculos con el crimen organizado".
César Maia opinó que los "bicheiros" merecen la gratitud del
pueblo por financiar el gran espectáculo. Y anunció que pretende
transferir cada vez mayor responsabilidad en el carnaval de la
ciudad a la liga de escuelas de samba, dominada por el "juego del
bicho".
El secretario municipal de turismo, José Eduardo Guinle,
justificó esa política diciendo que se trata de promover de la
mejor forma el principal evento turístico de la ciudad. La
relación de la alcaldía se debe a la importancia que tiene el
carnaval para el municipio.
"A la comunidad le toca mantener o apartar a los banqueros del
bicho de las escuelas de samba, si ella los acepta como sus
representantes, como ocurre actualmente, las autoridades
municipales no pueden rechazar esa situación y sacrificar los
intereses de la población local", argumentó Guinle. (IPS)
desenfreno no es el gran "pecado" del desfile de las escuelas de
samba.
Se trata de la mafia del "juego del bicho", una lotería ilegal de
gran popularidad, que controla el "show" y, según se afirma, lo
utiliza para el lavado de su dinero.
La mayoría de los padrinos que financian las escuelas de samba,
además del juego, una ilegalidad tolerada, enfrentan procesos
judiciales por narcotráfico, asociación para delinquir y, en
algunos casos, por contrabando e intentos de asesinato.
Sin los "banqueros del bicho" sería difícil explicar el lujo y la
sofisticación del espectáculo que concluyó el martes 23, que en
las noches de domingo y lunes movilizó a 60.000 bailarines y
percusionistas, más de cuatro mil por cada escuela, como
promedio.
La preparación de cada grupo (14 en total) costó de 800.000 a
tres millones de dólares, según cálculos de los expertos. Muchos
de sus componentes pagan sus propios trajes de fantasía.
En total debe superar los 30 millones de dólares. Eso para una
única presentación, que solamente repitieron este sábado los
cinco grupos mejor clasificados por el jurado oficial, en el
"desfile de las campeonas".
El público presente se limita a la capacidad máxima del
"sambóbromo", el estadio carnavalesco que en el resto del año es
también una escuela (de enseñanza) para 20 mil alumnos. Son 70
mil asistentes por noche, una proporción absurda en negocios,
pues representa 2,3 espectadores por cada actor.
La televisión lleva la exhibición a muchos millones más. Pero
los derechos que pagó la Red Globo, que obtuvo exclusividad para
imágenes televisivas, y los demás ingresos, provenientes de la
boletería, publicidad y patrocinios, representan pequeña parte de
los gastos de la superproducción.
Casi todas las escuelas de samba tienen un "banquero" como
presidente o padrino, para financiar su preparación.
La "Mangueira", que se enorgullece de resistir esa dependencia,
obtuvo el segundo lugar en la preferencia del público este año,
pero solo logró la quinta colocación en la clasificación oficial.
"Una injusticia", dijo el presidente de la escuela, Roberto
Firmino, quien lanzó así sospechas sobre algunos miembros del
jurado "que buscan siempre agradar a los más poderosos".
La organización del principal desfile de carnaval, así como la
elección de los 50 jurados, está a cargo de la liga independiente
de las escuelas de samba.
Ailton Guimaraes, presidente de la Liga, es un ex capitán del
ejército, a quien se le señala como torturador de presos
políticos en 1969 y comienzos de los años 70, ahora convertido en
uno de los jefes del "juego de bicho".
El presidente de la escuela campeona de este año (académicos de
Salgueiro), Waldemir García, Alias "miro", es uno de los 14
"banqueros del bicho" que responden a proceso judicial bajo
acusación de narcotráfico y asociación para delinquir.
Presuntamente, tendría un casino en la capital de Paraguay.
Su hijo, "Maninho", quien participa de las actividades del padre,
fue acusado de intento de homicilio en 1986 contra un estudiante
que, tras ser herido a tiros, quedó parapléjico.
Pero fue absuelto porque un compañero asumió la responsabilidad
del crimen, aunque dos años después la policía encontró en su
casa 29 armas importadas.
El "juego del bicho" forma parte del crimen organizado en todo
Brasil, pero tiene presencia más profunda en Río de Janeiro,
donde es innegable su inserción popular.
El carnaval, del que los banqueros son mecenas difíciles de
sustituir, es fundamental para su aceptación.
La actividad está estipulada en la ley como una simple
contravención.
Se trata de una lotería sin billetes previamente impresos. Los
"apuntadores" escriben en pequeñas hojas los números que quiere
apostar el jugador. La confianza mutua y la gran cantidad de
premios, aunque de pequeño monto, son los factores de atracción.
Es imposible calcular las sumas que circulan a través de esa
lotería clandestina, que enriqueció a sus "banqueros", pero se
habla de millones de dólares al día.
El hecho de que emplea a miles de "apuntadores", incluso muchos
ex presos que difícilmente obtendrían otro trabajo, contribuye a
la impunidad de sus jefes. La prisión eventual de algunos de
ellos o de sus empleados es fácilmente neutralizada con el pago
de una fianza.
El alcalde de Río de Janeiro, César Maia, fue duramente criticado
por el fiscal Luis Carlos Caffaro, quien actúa en el proceso
contra 14 "banqueros", por haber festejado el carnaval, revelando
así su amistad con los enjuiciados.
"Es lamentable", dijo el fiscal, que autoridades se junten con
"aquellos que aprovechan el carnaval para autopromoción y para
encubrir sus vínculos con el crimen organizado".
César Maia opinó que los "bicheiros" merecen la gratitud del
pueblo por financiar el gran espectáculo. Y anunció que pretende
transferir cada vez mayor responsabilidad en el carnaval de la
ciudad a la liga de escuelas de samba, dominada por el "juego del
bicho".
El secretario municipal de turismo, José Eduardo Guinle,
justificó esa política diciendo que se trata de promover de la
mejor forma el principal evento turístico de la ciudad. La
relación de la alcaldía se debe a la importancia que tiene el
carnaval para el municipio.
"A la comunidad le toca mantener o apartar a los banqueros del
bicho de las escuelas de samba, si ella los acepta como sus
representantes, como ocurre actualmente, las autoridades
municipales no pueden rechazar esa situación y sacrificar los
intereses de la población local", argumentó Guinle. (IPS)
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