Quito. 28.03.93. Sin embargo, hay otra causa de la crisis del
actual Estado que no ha sido debidamente considerada: el
desarrollo de la "sociedad civil" que empieza a poner en jaque el
predominio del aparato estatal sobre la sociedad, contenido
central de la historia polÃtica del Ecuador moderno.
El Ecuador es un paÃs, no una nación. Un aparato estatal sobre un
territorio y un sistema económico con cierta unidad interna. La
exclusión de una voluntad nacional-popular en su conformación lo
ha determinado. Solo un paÃs.
Hasta hace poco ni siquiera eso. Era una hacienda, una república
bananera. Y estuvo a punto de convertirse en una república
petrolera: una empresa extranjera con un territorio.
El desarrollo y modernización del aparato estatal ha sido el eje
del proceso de construcción del paÃs: la integración regional del
poder con GarcÃa Moreno; el laicismo, las Fuerzas Armadas
profesionales, soberanÃa polÃtica con Alfaro; organismos de
unidad y soberanÃa financieras, luego de la revolución juliana;
el instrumental de polÃtica económica con Galo Plaza, después de
la revolución del 44; las reformas nacionales de JarrÃn Ampudia
que consolidaron el paÃs e impidieron la formación de una Texaco
Petroleum República.
Como contrapartida se dio una persistente crisis orgánica en la
dirección ético-espiritual de la sociedad, fruto de la
incapacidad hegemónica de los sectores sociales dominantes.
Mas, las reformas de los 60 y los 70 crearon las condiciones para
superar dicha crisis y construir remozados órganos de la
"sociedad civil": el sistema polÃtico; un nuevo campo cultural
-un nuevo discurso y tipo de intelectuales orgánicos y una
variada institucionalidad-; los medios de comunicación colectiva
y la opinión pública convertidos en factor de poder.
Empero, la "sociedad civil" no se ha hecho cargo de la dirección
del poder. El aparato estatal ha continuado preservando su
función hegemónica y el sistema polÃtico ha terminado, más bien,
cumpliendo una función de legitimación antes que de organización
y gestión.
¿Una modernización democrática?
Ese conflicto entre una sociedad civil, no madura y aun tutelada,
y un aparato estatal en crisis puede resolverse por una reforma
democrática del Estado que entrañarÃa:
1. La participación en la construcción de un nuevo orden polÃtico
internacional democrático. Sin duda estamos viviendo un
acontecimiento extraordinario: el paso de los Estados-paÃs a un
sistema mundial de poder.
En términos estratégicos, los aparatos estatales actuales
tenderán a integrarse en el proceso de configuración de un
gobierno internacional. Sin embargo, la preservación de su
soberanÃa es condición necesaria para imponer un carácter
democrático a la construcción de ese nuevo orden polÃtico
internacional.
2.- La transferencia de competencias a la "sociedad civil":
a) La transformación del régimen polÃtico, la constitución de las
formas parlamentarias -nacionales, regionales y locales-, en el
centro efectivo de gestión y decisión; y, la participación de los
distintos órganos de la sociedad civil en la toma de decisiones
fundamentales.
b) La desconcentración, es decir, la transferencia de funciones a
organismos estatales no integrados al aparato central con un
carácter democrático y soberano que supone:
La desconcentración de funciones generales, importantes para la
conducción económica y polÃtica del paÃs, tales como el control
de las variables económicas principales y la seguridad social; y
la desconcentración de competencias generales a nivel regional.
Una organización democrática del sistema de decisiones, a partir
de la integración de los órganos de decisión y ejecución con
representantes de las fuerzas sociales implicados en el ámbito de
las decisiones de la entidad desconcentrada; y, lo que es más
importante, de la transformación de los organismos colegiados en
órganos de decisión y ejecución y no meros cuerpos consultores.
AutonomÃa financiera y operativa del ente desconcentrado solo
sometido al control constitucional.
c) La descentralización tanto regional como local.
La descentralización, cuyo contenido diferencial es el carácter
electivo de la dirección de los entes descentralizados, solo
puede cobrar su contenido democrático en el marco de una reforma
general del Estado que precautele su soberanÃa polÃtica, preserve
las funciones generales y de desarrollo del mismo y transfiera
competencias, en todos los niveles, a los órganos de la sociedad
civil.
3.- La constitución de un estado plurinacional y pluricultural
que significa la transformación de la estructura misma del actual
Estado. ImplicarÃa:
La transformación de la conciencia territorial del poder en una
conciencia (pluri)nacional. La unidad territorial dejarÃa de ser
el sustractum del Estado y serÃa reemplazada por una unidad
fundada en las complejidades étnico-territoriales.
La autonomÃa polÃtica y cultural de las etnias indias sobre
espacios territoriales, comprendidos no como espacios de la
soberanÃa polÃtica, sino como espacios culturales. La
recomposición de los señorÃos étnicos y las "microrregiones" que
contienen, serÃan el substractum étnico-territorial de esa
autonomÃa.
La generalización de la cultura india en toda la sociedad: el
quichua como idioma oficial, la legitimación de las prácticas
cientÃficas y artÃsticas. (3C)
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Ciudad N/D
Publicado el 28/Marzo/1993 | 00:00