Quito. 25.09.94. Si usted pide a un occidental que le describa a
Dios, dirá: "Dios es omnisapiente y todopoderoso. Es un espíritu,
no un cuerpo, que existe tanto fuera como dentro de nosotros.
Dios está siempre con nosotros porque está en todas partes.
Nosotros nunca podemos entenderlo verdaderamente, porque actúa
por vías misteriosas".

En términos generales, esto describe al Dios de nuestros
antecesores, pero también a los medios de electrónicos, el
segundo Dios que el hombre ha creado.

La radio y la televisión están en todo sitio y nunca dejan de
estar con nosotros. Millones de personas en el mundo oyen las
mismas cadenas informativas, tararean los mismos "jingles",
influida por las telenovelas entiende los límites de la santidad,
los misterios del amor y de la muerte, la agonía del pecado y el
triunfo de la virtud. Los canales transmiten los mismos programas
en todo el mundo. En Tokyo, Oslo, Roma, Madrid y Bucarest, la
gente sigue las aventuras del teniente Columbo y ve al mismo
tiempo cómo el primer hombre pone su pie en la luna.

Los medios lo saben todo. Van reemplazando poco a poco los
sentimientos y conocimientos de las comunidades y la moral de la
sociedad. Muchísima gente, culta o analfabeta, recibe información
de la televisión aunque no la quiera. La información y los
valores vienen a través de los programas diarios envueltos en
dibujos animados, concursos, música y telenovelas.

Los medios afectan profundamente las actitudes de las
comunidades, las estructuras políticas, y en el estado
psicológico de países enteros. De una u otra manera, pueden
cambiar el curso de una guerra, derribar a un presidente, hacer
famoso a un desconocido y humillar a un poderoso, llamando la
atención de la población hacia un hecho determinado de una manera
determinada.

Pero lo importante no son los mensajes explícitos. Los medios
producen con sus propios mensajes efectos laterales que son
estudiados permanentemente pero poco entendidos. Estos efectos
laterales suelen ser incluso más fuertes que los mensajes que se
dan intencionalmente.

Cuando hacemos un comercial político, podemos medir con técnicas
modernas si estamos o no enviando el mensaje que pretendemos,
pero la gente recibirá el mensaje en el contexto de su propia
vida cotidiana, terminará sacando sus propias conclusiones,
alertará su realidad en direcciones a veces misteriosas,
insospechadas. Frecuentemente, el Diputado que habla siempre de
corrupción y vive haciendo denuncias, terminará asociándose en el
mente del público con los hechos que denuncia.

Los medios están en todas partes y no están en ninguna parte. Son
una especie de espíritu incorpóreo, una entidad que no ocupa
ningún espacio pero que al mismo tiempo inunda todo el espacio.

Finalmente lo que vemos y oímos de la radio y de la televisión,
está ante todo dentro de nosotros mismos.

El segundo Dios está en nuestro interior todo el tiempo y carece
de templos. Está todos los días en nuestra casa, es parte activa
de la familia. Cuando falta, todos se dan cuenta. Un día sin
televisión es para muchos, un día en que no se puede hacer nada,
en que la soledad se hace insoportable sin la compañía de este
Dios.

Por otra parte, es universal. Influye por igual en los poderosos
y en los débiles, en los ilustrados y en los analfabetos, en los
niños y en los ancianos, en los hombres y en las mujeres. La
audiencia de los medios atraviesa todas las clases y razas. El
hijo de un campesino y el hijo de un banquero, absorben la misma
información a través de los medios, aunque cada uno de ellos lo
procesará desde su mundo.

Las ideas anteriores, son una versión libre del inicio del último
libro de Tony Schwartz, "Los medios: el Segundo Dios. Schwartz es
reconocido como el mayor productor de televisión política que ha
habido y es uno de los mayores consultores políticos del mundo,
especializado en esta área. Sus libros, son siempre
desconcertantes e imaginativos y el Segundo Dios" es realmente
alucinante.

Cabe preguntarse si toda esa problemática apasionante y por
momentos inquietante está entre nosotros, o simplemente es un
fenómeno de las sociedades capitalistas avanzadas. Es importante
saber hasta dónde llegan los brazos de los medios de comunicación
en nuestra sociedad, cuáles serán los efectos de su presencia en
el futuro de nuestra sociedad.

En la última encuesta de informe Confidencial, hicimos algunas
preguntas acerca de la televisión y sus resultados fueron
sorprendentes. Se debe tomar en cuenta que la encuesta tuvo como
universo solamente las parroquias urbanas de las ciudades de
Quito y Guayaquil, por lo que no son válidos para todo el país.

Un 98% de los encuestados en Quito y un 96% en Guayaquil dijeron
tener televisión en su casa. Más allá de que estos datos pueden
tener una desviación porque es mal visto no tener televisión, nos
revelan dos cosas: que la inmensa mayoría de la población tiene
televisión y que en todo caso, casi todos pretenden tenerla.

En cuanto al tiempo que la gente dedica a la televisión, es
también alto. Más de la mitad de la población dice que dedica
más de una hora diaria a ver televisión. En cuanto a la
frecuencia con que sus hijos ven televisión, las cifras son
semejantes. Si tomamos como universo a los encuestados que tienen
hijos mayores de un año, más de la mitad de los niños dedican más
de una hora diaria a ver televisión.

El impacto de este hecho sobre los valores y las costumbres del
país es gigantesco. Un nuevo mundo nace, inevitablemente, de ese
masivo contacto de la población con los medios de comunicación y
no se puede evitar que eso suceda. Lo que si vale la pena es
informarse más acerca de los efectos y los mecanismos de la
presencia de los medios en nuestra vida cotidiana. Las cosas no
son tan simples como parecen. Los efectos de la publicidad
política y comercial pueden incluso ser negativos para quienes
los usan si no están manejados profesionalmente.

El segundo Dios está presente en nuestro país de manera masiva.
Vale la pena que sigamos evaluando esta presencia y así lo
haremos.

¿CUANTAS HORAS DIARIAS VEN SUS HIJOS MAYORES DE UN AÑO LA
TELEVISION?
QUITO GUAYAQUIL

Nada 6 8

1 hora o menos 29 24

1-3 horas 33 31

3-5 horas 13 15

6 horas o más 13 7


ALGUNAS PERSONAS DICEN QUE SE DEBERIA CONTROLAR LOS PROGRAMAS DE
TV.POR QUE SON VIOLENTOS, OTROS EN CAMBIO DICEN QUE SI UN NIÑO ES
AGRESIVO NO ES POR CULPA DE LA TV, SINO QUE ELLO DEPENDE MAS DE
LA EDUCACION QUE RECIBEN EN SUS CASAS. ¿CON CUALES ESTA UD DE
ACUERDO?

QUITO GUAYAQUIL

Se debe controlar la Tv. a los hijos 66.5 50

La violencia depende de la educación
en casa 31.5 49

Indiferente 1 15

NSC 1 0 (6A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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