América Latina y el Caribe viven una oleada de crecimiento de la inseguridad. En 1980 la tasa promedio fue de 12,8 por cien mil, para 1991 subió a 21,4 y en 1995 subió a 28,4 (OPS). Esto significa que la región tiene una tasa de más del doble de la del mundo, pues esta registró para este año una tasa de 10,7. Según el BID, 140 000 personas mueren por año en la región por homicidios y más del 14% del PIB se pierde por este concepto. América Latina se ha convertido en la región más violenta del mundo.
Pero no solo que ha crecido, sino que también ha cambiado. Hoy se suma a la violencia tradicional una moderna, caracterizada por la disposición al delito. Por ello existe un nivel importante de organización, división del trabajo, desarrollo tecnológico significativo, que trasciende las fronteras nacionales.
Pero este fenómeno no es homogéneo en la región. Hay países como El Salvador, Colombia, Honduras, Brasil, Venezuela, que están por sobre la media de la región y otros como Chile, Costa Rica, Cuba, Uruguay que están bastante por debajo. El Ecuador está entre los países que, si bien están por debajo de la media, tienen un promedio importante. A principios de la década del ochenta el Ecuador tuvo una tasa de 6,4 homicidios por 100 mil habitantes y en 1995 14,8. Esto significa que la violencia creció en estos últimos 15 años en más del doble y que anualmente mueren asesinadas cerca de 2 000 personas. Sin duda una cifra bastante alta y preocupante.
Pero también es interesante señalar que el país ha tenido en ciertos momentos tasas de homicidios más altas que el Perú. En 1980 el Perú tenía una tasa de 2,4 homicidios por cien mil habitantes y el Ecuador 6,4. En 1990 el Perú sube notablemente a 11,5 y el Ecuador lo hace a 10,3; pero en 1995 el Perú baja a 10,3 y el Ecuador sigue subiendo hasta llegar a 13,4 homicidios por cien mil. Esto significa que en la década del ochenta el Perú tuvo un crecimiento significativo de la violencia (casi cinco veces en diez años), pero que en los noventa se redujo lentamente. El Ecuador, en cambio, ha tenido un crecimiento permanente y sostenido en estos últimos 20 años, que llega a 14,8 en 1995.
La tasa de 14,8 es un promedio nacional, que no esconde las diferencias que las provincias de Esmeraldas, Sucumbíos, Los Ríos y Carchi tienen (duplican el promedio nacional) sobre las provincias de Zamora, Morona y Napo (tasas inferiores a tres por cien mil). Por otro lado, las provincias que tuvieron los mayores crecimientos procentuales de homicidios durante la década del noventa son Pichincha con 140%; Chimborazo con 136%, Tungurahua 109%.
Sin embargo de este crecimiento y transformación de la violencia, tenemos poco conocimiento de la problemática y, lo que es más grave, no hay una estrategia para enfrentarla en sus niveles local, nacional e internacional. La Flacso ha puesto a consideración un libro que presenta esta situación en América Latina, desde la perspectiva del diagnóstico y las propuestas. Hay estudios comparativos de la región hechas por el BID o la Cepal; la presentación de casos nacionales (Argentina y Ecuador) o locales (México, Caracas); trabajos sobre actores jóvenes (Guayaquil) o mujeres (Ecuador); y alternativas regionales (OPS), nacionales (Chile) o locales (Bogotá).
EXPLORED
en Autor: Fernando Carrión - [email protected] Ciudad Quito

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