Quito. 8 mar 97. La interrigante sobre dónde está la mujer,
invade todas las acciones humanas contemporáneas. Desde la
polÃtica hasta la producción agrÃcola. Lentamente, las mujeres
van captando espacios. Y anualmente, la prensa, los organismos
multinacionales y las organizaciones sociales pasan revista al
estado de la mujer en el mundo. Naciones Unidas sigue su
proceso a través de un Ãndice de desarrollo humano, al tiempo
que los grupos de mujeres se preguntan hoy, qué está
ocurriendo desde que se produjo la conferencia mundial más
grande que se recuerda y con el tema de mujer, en la capital
de China. En esta página recogemos dos ángulos de esta
preocupación: la que existe en Naciones Unidas,
particularmente en dos de sus programas -PNUD y UNIFEM- y la
ptráctica de grupos populares de mujeres en el campo de la
producción. Gestión cotidiana y niveles de participación
polÃtica funden a los dos temas.
MarÃa Luisa Maldonado, lÃder popular a fuerza de irreverencia
Cerca del redondel de La Villaflora, justo frente a la parada
del trolebús, está el comedor popular Fuente de Vida, una
empresa comunitaria formada y sostenida por 20 mujeres de los
sectores populares del sur de Quito.
Allà están las mujeres de la Quito Sur, de San Bartolo, de
Chillogallo, entre otros barrios, unidas en torno a un
proyecto que surgió hace dos años con el nombre de Cooperativa
de Comedores Populares Fuente de Vida.
La idea fue de MarÃa Luisa Maldonado, una mujer de 26 años,
cantante de pasillos y madre de dos hijos, que decidió asumir
funciones de dirección en un ambiente, tradicionalmente celoso
de la jerarquÃa masculina, en las decisiones que toma la
comunidad.
Pero la historia tiene un contexto más amplio: hace
aproximadamente seis años, se formó en el sur de Quito la
Asociación de Cooperativas Solidaridad, que agrupa actualmente
a nueve cooperativas de vivienda, una de salud, una de
educación, una de construcciones, una de comercialización y
una de comedores populares, esta última está dirigida
exclusivamente por mujeres bajo la presidencia de MarÃa Luisa.
"No se trata solo de un proyecto de comedores, sino de un
proyecto de vida, surgido de la necesidad de independencia
económica, y de participación en las mujeres en las decisiones
de la comunidad", manifiesta MarÃa Luisa.
Ella ingresó a la Asociación de Cooperativas Solidaridad hace
cinco años y tuvo que romper toda una tradición de mando
masculina hasta poder acceder a cargos de dirección.
Mujeres más ciudadanas y con mayor participación
Naciones Unidas vive en el Ecuador una circunstancia
particular: su programa para el desarrollo -PNUD- está
presidido por una mujer y aquà está la sede regional andina
del programa que ese organismo creó hace cerca de dos décadas,
para trabajar entre las mujeres: UNIFEM.
El 8 de marzo es, entonces, fecha importante. Pero para todas
las Naciones Unidas, las acciones para construir la equidad
entre mujeres y hombres, se ha vuelto parte de sus principales
polÃticas.
Y es que las mujeres tienen pocas posibilidades de desarrollar
sus capacidades, sostiene Aase Smedler, economista sueca,
recientemente designada representante del PNUD en el paÃs.
Naciones Unidas, informa Aase Smedler, ha puesto en marcha un
Ãndice de desarrollo humano con el que realiza el
seguimiento, durante esta década, del nivel de vida de las
poblaciones en el mundo; y está desarrollando, en
confrontación, la medición de los niveles que alcanza la mujer
frente al hombre y su grado de participación en la toma de
decisiones.
Aquello que un anglicismo, hasta hoy intraducible, denomina:
el "empoderamiento" de la mujer en las sociedades. Sus niveles
de potenciación y participación, que se resumen en el gráfico,
donde se presenta la situación ecuatoriana frente a dos paÃses
del Norte y dos del sur, incluido Afganistán, donde se
encuentran los niveles más bajos.
Un empoderamiento que, para la chilena Mónica Muñoz-Vargas,
representante de UNIFEM en la región andina, es aún bajo, a
pesar de cierta participación polÃtica.
Las mujeres están condensadas en la base de la pirámide,
sostiene Mónica Muñoz.
Cuando emigran, van a las ciudades a ocuparse del trabajo
doméstico, el menos remunerado y sujeto a la violencia.
"Incluso existen aún lugares en los que el padre de familia
provoca la iniciación sexual de sus hijos varones con la
empleada doméstica."
Pero esa no es toda la realidad, declara la representante de
UNIFEM.
Las mujeres campesinas están comenzando a organizarse y a
proponer sus propios proyectos de desarrollo.
Mujer con nivel de dirigencia
La Asociación de Coperativas Solidaridad agrupa a unas 1500
familias y tiene por lo menos 100 dirigentes hombres. MarÃa
Luisa es la única mujer en niveles de dirigencia. Y eso lo
consiguió a base de irreverencia. Al principio asumió la
presidencia de la comisión de organización, después de la
comisión de mujeres y luego de la cooperativa de vivienda
Poder Popular y de la cooperativa de comedores populares
Fuente de Vida.
La cooperativa de comedores populares maneja dos locales, uno
en La Villaflora y otro en el interior del dispensario médico
número 14 del IESS en el mismo sector. En cada uno atienden un
promedio de 100 almuerzos diarios y un número similar de
desayunos y meriendas.
Al principio, todas las utilidades se revertÃan en gastos
mantenimiento de los comedores, pero actualmente existe lo que
sus dueñas llaman excedentes repartibles que les permite a
cada una obtener a fines de mes por lo menos 300.000 sucres.
"Pero no se trata de una agrupación de mujeres en roles
tradicionales, sino todo lo contrario, en la cooperativa
promovemos cursos de capacitación que nos han permitido
obtener la categorÃa de tecnólogas nutricionistas, también
estudiamos administración y dirección de personal. El objetivo
es ampliar el alcance de la organización y proporcionar
trabajo e independencia económica, que es uno de los primero
pasos para vivir con dignidad", explica MarÃa Luisa. Por su
parte, la Cooperativa de Vivienda Poder Popular posee un
terreno de 20 hectáreas, junto a la Panamericana Sur, que lo
adquirieron en 1991. Allà proyectan construir 1230 soluciones
habitacionales y 180 casas de departamentos. Los estudios
están aprobados por el Municipio y solo falta el
financiamiento. "Para eso habrá que tocar nuevas puertas,
convencer a las autoridades, pero sobre todo a nuestros
compañeros hombres, de que el mundo está para compartirlo,
para vivirlo y para ayudarnos mutuamente entre hombres y
mujeres", dice esta lÃder popular.
Un estilo diferente para abordar los conflictos
La presencia de la mujer en el poder polÃtico ¿transforma su
ejercicio? es la interrogante. Para Aase Smedler las mujeres
llegan a los lugares de decisión con lo que aprendieron.
"Muchos piensan que es el mismo estilo que el de los hombres
pero no siempre es asÃ.
Hay un enfoque diferente en el manejo de los conflictos. La
mujer, un poco como en el seno de la familia, en la gestión
pública ve quién contribuye con qué." Pero, subraya Smidler,
si tenemos una participación de la mujer en la polÃtica que es
mÃnima, es normal que se asuman los mismos estilos. A mayor
participación y corresponsabilidad, mayor desarrollo de la
mujer.
Aase Smedler señala los importantes avances que Naciones
Unidas ha hecho en su trabajo con la mujer. La serie de
conferencias internacionales que desembocan en los compromisos
de los paÃses para mejorar las condiciones de vida de las
poblaciones con pocos recursos, donde se ubica la mayorÃa de
las mujeres. Nuestra acción, afirma, es introducir el manejo
de género en todo proyecto porque "se ha visto que las
acciones tienen dificultades en buena medida por efecto de la
falta de manejo de género, ya se trata de una propuesta de
educación como de saneamiento ambiental, pasando por la
producción o el medio ambiente. Pero hay otra dimensión del
trabajo, propuesto por UNIFEM. Se trata de intentar que las
mujeres asuman su ciudadanÃa a partir del conocimiento de sus
derechos. (DIARIO HOY) (P. 8-A)
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Publicado el 08/Marzo/1997 | 00:00