Quito. 11 ago 99. Cinco bancos resultaron con patrimonio técnico
menor al 9% reglamentario. Siete están en saneamiento. Dos siguen
en poder del Estado y uno permanece en el limbo jurídico. Esta
es la descarnada realidad de la banca ecuatoriana

El 47,2% de los dineros de los ecuatorianos, casi la mitad, ha
estado depositado en bancos malos. Es la cruda y descarnada
realidad de la que nos habló el superintendente de Bancos al
revelar los resultados generales de las auditorías practicadas
al sistema financiero nacional. Es que después del examen rendido
ante profesores extranjeros, solo 19 de los 38 bancos
ecuatorianos pasaron de año. Cuatro también fueron promovidos
pero con una fuerte "condición en conducta". A tres que
reprobaron, se les recomendó cambiarse de colegio y de uniforme,
mientras que a siete más se les ratificó que definitivamente
perdieron el año. A todos ellos se suma uno, el Banco de
Préstamos, que está en el limbo jurídico y dos más, Filanbanco
y Continental, que no se presentaron a los exámenes porque son
propiedad del Estado.

El eje de las calificaciones fue el llamado patrimonio técnico
y la mínima nota para pasar de año fue nueve. Como el negocio de
un banco es comprar y vender dinero; entendiéndose como compra
a todas las formas de captaciones -depósitos, pólizas, etc.- y
como venta a los préstamos y otros negocios que hace el banco con
la plata que recibe; el patrimonio no es otra cosa que la
cantidad de mercadería -dinero efectivo- que queda en sus bodegas
para satisfacer las demandas de sus clientes. Lo que ha pasado
en el Ecuador es que han existido bancos que aunque tenían
bonitos locales de exhibición con perchas muy surtidas y bien
decoradas, las bodegas estaban vacías y ninguna autoridad había
entrado a revisarlas para confirmar si eran verdaderas las
maravillas que contaban los dueños de los bancos. "No hay ningún
país de América que se haya sometido a un sinceramiento tan a
fondo de los balances de sus sistemas financieros. Yo no puedo
decir que la Superintendencia ha sido una institución perfecta
y que la supervisión ha sido magnífica, es inocultable que no ha
sido así. Aquí está la realidad", reconoció el superintendente
de Bancos Jorge Guzmán Ortega.

LA CRISIS

Las auditorías internacionales al sistema financiero ecuatoriano
fueron sugeridas por autoridades del Fondo Monetario
Internacional durante la crisis de marzo, que llevó al país a
soportar un feriado bancario sin precedentes.

El analista y ex ministro de Finanzas, economista Enrique Salas
Castillo, recomienda que para entender la actual crisis de los
bancos y del país, se debe estudiar profundamente la situación
histórica de nuestra economía en los últimos 30 años.

Salas recuerda que en los años 70, cuando el Ecuador se convirtió
en país petrolero, se vio inmerso en un mundo en donde los países
ricos prestaban sin ningún reparo dinero a los llamados países
en vías de desarrollo. Representantes de los bancos extranjeros
frecuentaban oficinas públicas y privadas para colocar dinero que
a ellos les sobraba. "Se daban el lujo de ofrecer préstamos para
pagar intereses y renovar los créditos. No hubo país
latinoamericano que no haya caído en esta tentación de
endeudarse".

Pero todo cambió dramáticamente el día en que México anunció al
mundo que no tenía dinero ni para pagar los intereses de esas
deudas externas. Se iniciaban los años 80 y la respuesta de los
acreedores fue cerrar definitivamente las líneas de crédito al
sector privado y restringirlas para el sector público. Entonces
los bancos ecuatorianos comenzaron a presionar a sus clientes por
el pago de los dineros que a la vez ellos debían a bancos
extranjeros. Luego de una hábil presión de los sectores
productivos, el estado aceptó hacerse cargo de la deuda externa
privada en dólares y canjearla por préstamos en sucres. Esto fue
la denominada sucretización. Se salvó el aparato productivo pero
el país chocó contra un primer iceberg.

Entonces los bancos, una vez que se recuperaron del shock y al
verse imposibilitados de seguir siendo intermediarios de bancos
extranjeros para vender en el mercado nacional préstamos en
dólares, se las ingeniaron para lograrlo. Una reforma legal
permitió el nacimiento de las "off shore".

Estos son bancos de papel. Es decir que en su mayoría son
formados bajo las leyes de pequeñas naciones del Caribe llamados
paraísos tributarios. Tienen nombre en inglés y domicilio legal
en algún lugar de alguna paradisíaca isla caribeña, pero en la
práctica, son bancos que captan dinero ecuatoriano en el Ecuador
y que prestan como si fuera extranjero. Entonces nuestras
empresas volvieron a endeudarse en dólares sin contar con los
imprevistos naturales, externos y políticos que hemos afrontado
en los últimos cuatro años y que han disparado la inflación y la
depreciación del sucre. La guerra con el Perú, la crisis política
que terminó con la renuncia del vicepresidente Alberto Dahik, la
caída de Bucaram, el largo interinato de Alarcón, el altísimo
costo del dinero -con intereses de hasta el 70%- y, por si fuera
poco, el Fenómeno de El Niño, hicieron que poco a poco las
empresas vayan quebrando y la cartera de los bancos volviéndose
irrecuperable.

Cuando alguien no paga un crédito ni lo renueva por más de 60
días, esa cartera deja de ser A y el banco debe "hacer
provisiones". Esto no es más que recurrir a su patrimonio, es
decir a sus bodegas y sacar la plata para cubrir ese hueco. Entre
más se demore el pago de las deudas, más grande se hace el hueco
y más vacía se queda la bodega. Cuando la cantidad de dinero en
las bodegas es inferior al nueve por ciento de todos los dineros
captados, entonces se dice que el banco está ilíquido y que no
es viable.

La situación se complica para algunos bancos cuando con los
dineros captados se han hecho inversiones o préstamos para malos
negocios y más aún cuando estas acciones han sido deliberadamente
ilegales. Esto último se conoce como peculado financiero y es la
figura legal que espera estrenarse con por lo menos un par de
banqueros ecuatorianos.

LOS QUE REPROBARON

Técnicamente hablando fueron 14 los bancos que no aprobaron el
examen, es decir que su patrimonio técnico fue inferior a nueve
por ciento.

La mitad de ellos, es decir siete, entraron o se ratificaron en
la situación de saneamiento. Estos son o eran, Progreso,
Occidente, Financorp, Azuay, Bancomex, Finagro y Tungurahua.

Cinco bancos resultaron con un patrimonio técnico positivo pero
inferior al nueve por ciento establecido como mínimo. La cifra
exacta de cada uno no pudo ser revelada por un impedimento legal
debido a que el Congreso distorsionó las reformas propuestas por
el Ejecutivo. De todos modos se especula que de los cinco
involucrados, por lo menos dos estuvieron a un paso de entrar en
terapia intensiva, es decir que resultaron con menos del uno por
ciento del patrimonio técnico.

Los bancos involucrados en este grupo son: Pacífico, Popular,
Previsora, Cofiec y Solbanco. De ellos, los cuatro primeros
recibieron un trato especial. El Estado les ha prometido aportar
148 millones de dólares que servirán para de esa manera completar
el deficiente patrimonio que manejan esos cuatro bancos. El
dinero, según el gerente de la AGD, Bruno Leone, saldrá de la
emisión de bonos, es decir con deuda interna que mantendrá
elevadas las tasas de interés y aumentará la inflación.

Los bancos tienen el plazo de un año para mediante aporte de
capital de sus accionistas cubrir el préstamo del Estado. "No
puede ser vía préstamos a accionistas, no puede ser vía
depósitos. Tiene que ser como capital, porque aquí lo que se
trata es de que el banco sea lo suficientemente solvente para
darle la garantía a sus clientes de que está operativo y con
buena salud", dijo a Vistazo el ingeniero Leone.

Las razones internas por las que cada uno de estos bancos perdió
parte de su patrimonio se guardan todavía como secreto en las
páginas de las auditorías. Sin embargo, de análisis a sus
balances presentados y de publicaciones económicas
especializadas, hemos conocido que se han visto afectados además
de los factores generales, por situaciones específicas para cada
caso. La situación más conocida es la de Pacífico y Popular por
la quiebra de sus bancos fraternos en Colombia, cuyas pérdidas
fueron castigadas en los balances, ya que los bancos nacionales
eran accionistas de esos bancos colombianos. Ellos estaban
además, en un proceso de fusión que fue detenido cuando la
autoridad financiera norteamericana demoró en calificar a los
accionistas de Ceval, propietaria del Popular, como nuevos
integrantes del capital del Pacific National Bank de Miami. En
los últimos tres meses Pacífico había reportado una mejora en
rendimiento, aunque un poco menos de liquidez. Popular, por su
parte, realizó recientemente un incremento de patrimonio por
revalorización que lo presentó con mayor liquidez, pero que no
bastó para aprobar el examen de las auditoras internacionales.

En el caso de Previsora fue el único banco que, según Análisis
Semanal, en el último trimestre mostró un crecimiento en los
activos que fueron ajustados a la inflación. Mientras tanto
Cofiec no recuperó fondos interbancarios prestados al Banco del
Progreso como producto de un acuerdo de fusión que fue ratificado
pero no ejecutado.

Estos cuatro bancos juntos han recibido el 20,7% de los depósitos
de los ecuatorianos, esto es casi 750 millones de dólares. Si se
hubiera aprobado la ley como la envió el Ejecutivo, estos bancos
habrían tenido tres años para pagar el préstamo subordinado que
hoy les han concedido. Ahora lo deben hacer apenas en un año y
les esperan solo dos caminos: un esfuerzo gigantesco para salir
adelante o que el Congreso les amplíe el plazo. Hasta tanto todas
las decisiones que ellos tomen deberán llevar la firma de un
supervisor de la Superintendencia de Bancos. Para el
superintendente de Bancos, no hay razón para que el público deje
de confiar en estos bancos, ya que además de que tienen
patrimonio positivo, contarán con el control directo de un
interventor estatal.

Otro banco con patrimonio positivo pobre, pero con suerte
diferente fue el Solbanco. Al parecer primó el criterio de que
esta institución ha perdido su segunda oportunidad al no
rehabilitarse de manera satisfactoria luego de un proceso de
capitalización al que fue sometido con el respaldo de sus propios
clientes, entre los que se cuenta a la Policía Nacional. Según
las autoridades financieras, los directivos de Solbanco aceptaron
someterse a un proceso de fusión. Según los directivos de
Solbanco, no les dieron tiempo para decidir con quién fusionarse,
sino que les impusieron al Continental.

TODOS AL CONTINENTAL

Junto al Solbanco se fusionarán con el Banco Continental los
bancos Unión y de Crédito. Los dos últimos fueron encontrados con
patrimonio negativo por las auditorías. Por lo tanto sus
accionistas perdieron su capital y han anunciado no estar
dispuestos a un nuevo aporte de dinero fresco.

Los tres suman el cinco por ciento de las captaciones de recursos
del país y sumados al 2,3 que tiene ahora el Continental, le hará
recuperar el quinto lugar del sistema, que ya lo ocupó en sus
mejores años. Hoy se encuentra en el número 14 en captaciones.

De igual manera tendrá que darse una valoración de las acciones
depreciadas de Solbanco y proceder a un reordenamiento del
capital social del Continental que hoy es propiedad en el 100%
del Banco Central del Ecuador. Para el superintendente de Bancos,
esta fusión no representa ningún peligro para el Continental, ya
que luego de las auditorías se sabe perfectamente qué es lo que
se asume y no hay ninguna posibilidad de que "le metan gato por
liebre".

El único banco que aumentó la lista de los que están en
saneamiento es el Bancomex. De rápido crecimiento, empezó como
financiera hace una década y terminó absorbiendo al Banco Caja
de Crédito Agrícola Ganadero, hace dos años. El banco es
propiedad mayoritaria del grupo manabita Cevallos Gomez-Piñán
vinculado a los negocios de productos del mar. El presidente del
directorio es el embajador del Ecuador en México Medardo Cevallos
Balda.

Las actuales autoridades bancarias prometen que en el futuro no
se repetirán errores en los balances de las instituciones
financieras porque se mantendrán controles rígidos con parámetros
norteamericanos. Los ecuatorianos así lo esperamos.

La guerra con Perú, las altas tasas de interés y El Niño
aumentaron la cartera vencida de los bancos.

"No hay razón para dejar de confiar en los bancos que recibirán
ayuda estatal", dijo Jorge Guzmán. (Texto tomado de La Revista
Vistazo)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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