Quito. 19.06.94. Pedro Restrepo cuenta obstinado el tiempo. Un
tiempo que frenéticamente se le escurre entre las manos.
"No es una obsesión, recalca, sino la espera inagotable de
justicia".
No descansa un solo momento. Es asesor de varias empresas, tiene
sus propios negocios y es investigador a tiempo completo. SonrÃe
muy poco. De porte espigado y ojos inquisitivos, carga la pinta
de un detective de los años 30. Mueve constantemente las manos y
dibuja en el aire su determinación que con las palabras se
muestra inquebrantable: "quiero los restos de mis hijos. Mis
niños le pertenecen a su familia y al pueblo ecuatoriano, que ya
los quiere". Asà es este paisa, que dejó MedellÃn hace 25 años y
se vino con su familia para triunfar en tierras ecuatorianas. Un
hombre sereno y explosivo de 50 años, que lleva la tristeza a
flor de piel. No vive del recuerdo pero está atado a el, a ese 8
de enero de 1988, cuando, a decir de Pedro, "el tiempo se
detuvo..."
"La verdad es que con la muerte de mis hijos la vida me cambió
mucho. Yo hasta el 8 de enero era un ciudadano común y corriente,
un ingeniero dedicado a sus labores profesionales y didácticas;
que pensaba en logros económicos e intelectuales, pero
básicamente en el presente y futuro de la familia. De pronto,
llega la tragedia tan tremenda de mis hijos, y lo transforma
todo: de ser una persona anónima, pasé a ser un tipo conocido, un
personaje público; de ser introvertido y timido que lo sigo
siendo, a sacar fuerzas, no sé de donde, para enfrentar a todo un
Estado y su cuerpo represivo.
EL APOYO SILENCIOSO
¿Entonces de dónde sacó la fortaleza para seguir adelante?
"La resistencia y fortaleza salen de varias partes. Básicamente
de que es un crimen atroz, de la humanidad. Son dos niños, mis
hijos, con ellos siempre tuve una relación Ãntima de padre a
hijo. Para mà siempre fueron primero mis niños".
"Temprano en la mañana los llevaba a su colegio. A la una de la
tarde interrumpÃa cualquier actividad que tuviera para recogerlos
del colegio. Buscaba cualquier momento para compartir a su lado.
Al existir esta relación tan Ãntima, también sale desde lo más
Ãntimo de mi corazón un sentimiento de rechazo. de indignación y
ganas de buscar a esos niños a como dé lugar".
"Además existe una parte muy importante que es la actitud
mostrada por el pueblo ecuatoriano; su apoyo, cariño y
comprensión ante un dolor muy grande, es una fuerza espiritual
que nos compromete. En esto también han tenido un papel
trascendental los medios de comunicación, que han hecho acopio de
este drama y siempre lo ha mantenido vigente. Es el apoyo de una
mayorÃa silenciosa, que no se ve pero que está ahÃ.
¿Durante los cinco años en que dejó el trabajo y se dedicó
exclusivamente a buscar a sus hijos, cuáles eran comúnmente sus
actividades diarias?
"Después de dejar a mis hijos en el colegio, por lo general.
tenÃa una cita en un canal dc televisión, una radio o un
periódico. Regresaba a la casa y empezaba con toda la familia
cualquier actividad de investigación; una pista que nos daban,
agotarla hasta el final; un papel que nos negaba a la mano con
alguna información, analizarlo y buscar, atar cabos; mandar
cartas de denuncia a los ministros y autoridades; repartir copias
a organismos de derechos humanos y medios dc comunicación,
nacionales e internacionales; realizar manifestaciones en
diversos sitios; asistir a las universidades, colegios,
sindicatos, organismos sociales; ir a los juzgados, atender las
relaciones que tengan que ver con los juicios, con los testigos y
declaraciones; tocar puertas y hablar con personas que puedan
ayudar; hablar con diputados y ministros, con jueces,
investigadores y policÃas retirados".
¿Cómo repercutió la presión de todas esas actividades en su
estado anÃmico, en su salud?
"Hay una caracterÃstica muy importante. Los primeros meses y años
si se quiere, las noches son eternas, la cabeza es una maraña de
pensamientos. Todo el mundo te da ideas. Lo que sucede es que
cuando desaparece un ser querido o te ocurre una tragedia, vienen
los amigos, los conocidos, los desconocidos, y de buena fe te dan
mucha información. Entonces en los primeros momentos tu cerebro
está bloqueado y la capacidad de discernimiento es casi nula".
"Se hace todo lo que te digan que tienes que hacer, asà sea una
cosa absurda, en estas circunstancias hay una singularidad a la
que yo llamo la etapa parasicológica o de brujerÃa. Miles de
shamanes y brujos, de adivinos y pitonisas, o van a tu casa o te
recomienda alguien. De todas formas te ves obligado a coger esa
opción. Sobre todo por darle un alivio a la esposa. Todo eso
acumulado te produce insomnio, tratas de organizar las ideas y no
encuentras por donde, fÃsica y sÃquicamente te afecta. Con el
tiempo uno va aprendiendo más. Hoy cada noche antes de dormir,
hago un balance de mis actividades durante el dÃa. Qué obra he
realizado para buscar la verdad sobre la muerte de mis hijos; si
he hecho algo a favor; duermo tranquilo, de lo contrario no
duermo".
BUSCA LA VERDAD TOTAL
¿Cree usted que lograrán algo con una sentencia favorable a sus
denuncias; les devolverá eso a sus hijos?
"Unicamente buscamos la verdad total, que todavÃa está a medias.
Lo que ha salido a la luz es lo que Hugo España pudo captar el 8
y el 12 de enero. Lo que ocurrió en los dÃas que pasaron entre
tanto no se conoce todavÃa. Por ejemplo, establecer
definitivamente de dónde vinieron las órdenes para el asesinato
de mis hijos. Nosotros sabemos que esa fue una decisión de
arriba".
"Las ilusiones, esperanzas y el futuro, la dinámica de la vida,
nos dicen que no podrá ser lo que fue. Desde el punto de vista
profesional yo a mi trabajo prácticamente lo suspendà por 5 años,
mis negocios e inversiones también. Precisamente para dedicarme a
tiempo completo a la búsqueda de mis hijos".
Volvamos a esa época antes del 88. ¿Cuál era su posición y
actitud ante hechos de violación de derechos humanos, era un tipo
indiferente o comprometido, qué cambió luego del incidente?
"Antes del 8 de enero de 1988 yo era un profesional mirando al
futuro de sus hijos. Era muy indiferente a lo que pasaba a mi
alrededor, realmente si conocÃa el caso de un desaparecido a lo
mucho me lamentaba. Eso es producto de la inercia, de la
propaganda oficial con la que uno crece desde pequeño".
"Mi transformación fue muy grande. Descubrà que todos los valores
que me habÃan impuesto o indicado como verdaderos, eran falsos.
Me sentà impotente, vi que el poder juega contigo y hace lo que
le da la gana, te desaparece tus hijos y aparte te persigue, te
detiene..."
Hablando un poco de lo que viene, ¿qué esperan ustedes del futuro?
"Eso realmente está muy estancado. Cuando se recibe un golpe de
este tipo es muy difÃcil dejar de pensar en lo que se ha perdido.
Es muy humano y natural que el futuro se cimienta a través de los
hijos. Es tan hermoso el acto del amor y la procreación, de la
vida, que en cierto modo el ser humano siente que no muere, que
su vida se puede inmortalizar a través de sus hijos" .
"Cuando nació mi primer hijo, Carlos Santiago, mi alegrÃa fue
impresionante. Aquel dÃa miré al cielo y le agradecà a Dios; con
él yo ya no muero, pense;, pero sé que este hijo no es mi
propiedad, que yo soy un vÃnculo de su creación para saber
criarlo. Quizás eso me ayudó mucho a nevar esta tragedia".
Los designios de Dios ¿Hasta que punto lo ocurrido con sus hijos
puede ser considerado como un designio del destino? Después de
todo, desde el caso Restrepo muchas cosas han cambiado en el
campo de los derechos humanos.
"Yo realmente asà he visto este acontecimiento. Los designios
divinos nadie los puede, muchas veces entender o analizar. En
general Dios nos pone en el camino, quizás, tragedias y retos muy
grandes, lo importante es como asumimos esos retos: los tomamos o
los dejamos, los aprovechamos o no".
"Realmente la gente lo siente, a raÃz de nuestra lucha ha
existido una revolución y un cambio de mentalidad en cuanto a los
derechos humanos. Sentimos el cambio de la gente. En la calle nos
dicen que sigamos adelante, que continuemos siendo la voz de los
sin voz".
"Antes, los derechos humanos eran únicamente un enunciado. Hoy a
cada instante, dentro del discurso de mandatarios y ministros
está el tema de derechos humanos. Todos hablan de los derechos
humanos; incluso el Ejército y la PolicÃa hacen cursos de
derechos humanos. Si esta lucha ha contribuido a ello, aceptamos
que son designios de Dios".
Parece que esta circunstancia unirá a la familia Restrepo de por
vida a lo derechos humanos.
"Efectivamente. Antes de 1988 los derechos humanos eran vistos
como subversivos. Casi siempre los gobiernos, cuando encuentran
alguien que les enfrenta, tratan de buscarle cualquier calumnia,
o desviar la atención del pueblo".
"A raÃz de nuestra lucha se comprueban las barbaridades del SlC,
se descubre toda la corrupción de la PolicÃa, toda la impunidad.
Entonces la gente empieza a conocer que tiene derechos y que hay
personas y organizaciones que pueden ayudarles. Se multiplican
las denuncias contra esos asesinos que tienen pies de barro y son
cobardes, que cuando se los enfrenta muestran todo lo que son".
"Hasta que hoy en dÃa todo el mundo habla de derechos humanos,
las personas acuden con toda libertad a organismos de derechos
humanos, denuncian en la prensa, que se hace eco. Definitivamente
ha sido una revolución de los derechos humanos, de la que en
adelante nunca nos desvincularemos".
"Si la muerte de mis niños ha contribuido a que nunca más haya un
desaparecido, a erradicar la tortura, para que el ser humano sea
respetado, es el mejor homenaje para mis hijos. Entonces
comprendo y me da gran satisfacción saber que el sacrificio de
ellos no va a ser inútil".
¿Cuál es la importancia del juicio que ustedes plantearon contra
miembros de la PolicÃa?
"Este caso tiene dos partes: una que tiene que ver con la
responsabilidad del Estado, que debe responder por nuestros
hijos, y otra que se refiere al juicio penal. El juicio penal es
una cosa muy importante. Nuestro caso ha sido establecido como
homicidio calificado, que es el peor delito. Este hecho es
histórico porque crea un precedente jurÃdico en el paÃs, crea
jurisprudencia".
"En el Ecuador no existe una ley que juzgue casos de
desaparición, lo cual es un vacÃo legal. Es por eso que
anteriormente el poder, para no tener problemas, desaparecÃa a la
gente para eliminar el cuerpo del delito. A partir de este hecho,
si existe otra desaparición, basados en la jurisprudencia del
caso Restrepo, ya se puede plantear un juicio".
* Texto tomado de EL UNIVERSO (P.1D)
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Publicado el 19/Junio/1994 | 00:00