A la ciudad se la había entendido y pensado desde una condición de espacio cerrado claramente delimitado. La planificación urbana se dedicaba a definir la estructura urbana, entendida como la articulación de los espacios diferenciados por usos de suelo (comercio, vivienda) y por población (densidades, estratos); es decir por las zonificaciones que conformaban las fronteras internas y externas de la urbe. Hoy esta situación ya no es posible.
América Latina está viviendo la conformación de un nuevo patrón de urbanización que define ciudades distintas. Con el proceso de globalización la ciudad pasa de su concepción como frontera a una entendida como red. El gran desarrollo tecnológico que se vive en el campo de las comunicaciones ha logrado reducir los territorios distantes e interrelacionar espacios sin continuidad entre ellos. Pero también contar con los medios de comunicación como el ámbito principal para la socialización de la población. Con ello uno puede vivir en ciudades sin estar físicamente en ellas o ser actor de historias que se producen en lugares muy distintos y distantes al que uno vive.
Adicionalmente, los cambios demográficos que viven las ciudades en América Latina provienen de la reducción importante de las tasas de urbanización (casi el 80% de la población vive en ciudades), que muestran, sin temor a equivocación, que se ha cerrado el ciclo de la migración del campo a la ciudad y que se ha abierto el de las migraciones internacionales, como expresión de un retorno al nomadismo. Estas migraciones atan a las ciudades entre sí como nunca antes había ocurrido.
Hoy día el 20% de los mexicanos viven en el exterior. El 25% de cubanos en los Estados Unidos. Los Angeles es la cuarta ciudad de México, Nueva York es la segunda de El Salvador y Miami la segunda de Cuba. Buenos Aires es la segunda boliviana y Quito puede ser la segunda otavaleña, México la mayor mixteca o La Paz la más grande aymara.
Esta nueva condición cultural y demográfica trae interrelaciones mayores. En términos económicos las remesas generan unos circuitos de articulación interubanas notables. México recibe más de $12 mil millones. En el Salvador las remesas representan el rubro más alto de ingreso de divisas, en Ecuador es ya el segundo. En Cuba, República Dominicana, Colombia y Perú, entre otros países, este es un ingreso cada vez más importante.
En términos culturales se vive una reproducción de la cultura del lugar de origen en el de destino. Allí están la comida, la música, el deporte, la familia. Sino cómo explicar el nacimiento de la salsa caribeña en Nueva York o la bossa nova brasileña emparentada con el jazz norteamericano. Pero también en términos políticos existen mutaciones significativas como el reconocimiento a la existencia de las dobles y triples nacionalidades y el derecho al voto, consignados en muchas constituciones.
Este conjunto de situaciones plantean la necesidad de pensar las ciudades mas allá de los territorios continuos y de entenderlas en el contexto de las redes supralocales en que existen. Pero también a que su gobiernos locales tengan políticas de relaciones exteriores y que sus sociedades locales vean los flujos de exportación e importación como parte de su existencia. Lo local se desarrollará en la medida en que se internacionalice, en que se posicione en una red de ciudades.
EXPLORED
en Autor: Fernando Carrión - [email protected] Ciudad Quito

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