Quito. 19.01.92. No es anónima, como podría creerse, toda la
literatura de los pueblos indígenas antes de la llegada de los
conquistadores españoles a América.

En el México antiguo, Bernardino de Sahagún y el grupo de
primeros frailes misioneros españoles desempeñaron un papel
decisivo para que se salvaran numerosos textos en lengua náhuatl.

Porque los recogieron ellos mismos o los indígenas a quienes
enseñaron los religiosos franciscanos el alfabeto latino en
Santiago de Tlatelolco. No todos estos textos son anónimos.

Algunos de ellos pueden atribuirse a autores individuales.

Miguel León Portilla, uno de los investigadores de la literatura
náhuatl, ha estudiado en detalle vida y obra de trece poetas del
mundo azteca. Entre esos poetas con nombre y rostro conocido, el
mayor es Nezahaulcóyotl de Tetzcoco.

LA RUEDA DE LA FORTUNA

Nezahualcóyotl nació en aquella ciudad en 1401. Como hijo del
señor principal de Tezcoco, recibió una excelente educación en
el calmécac principal de ese lugar. Los jóvenes de la
privilegiada nobleza azteca se adiestraban en los calmécac, las
selectas y exigentes escuelas que aseguraban, además, la
trasmisión de antiguos conocimientos de una generación a otra.

Un hecho trágico e inesperado marcaría la vida de Nezahualcótotl: a los 16
años vio morir a su padre a manos de Tezozómoc de Azcapotzalco. Con el
asesinato del rey, su nación cayó en poder de los tecpanecas. El joven
pudo escapar y salvó su vida en el exilio. Allí, con habilidad,
consiguió al cabo de los años el apoyo de los aztecas para reconquistar su
mundo perdido. Después de haber vencido definitivamente a los
usurpadores tecpanecas, pudo coronarse rey de Tezcoco en 1431.

Desde entonces gobernó su pueblo, con notable sabiduría, durante
cuatro décadas. Constructor de palacios, calzadas y jardines;
legislador sabio; promotor de las artes y las letras,
Nezahuálcoyotl se destacó por su prudencia. Los reyes aztecas
confiaron en él como consejero. Tuvo con ellos una amistosa
relación, aunque no veía con simpatía los crueles sacrificios
humanos a los dioses.

Desde la desgraciada muerte del padre, la rueda de la fortuna
había girado en redondo. Otros episodios de la vida de este poeta
podrían dar material para una fantasía al estilo de las de
Jorge Luis Borges en las que se conjetura que a la historia le
complacen las repeticiones y analogías. Como otro poeta y rey
sabio en otros tiempos y culturas, Nezahualcóyotl tuvo en los
suyos una Betsabé: se enamoró apasionadamente de la mujer de uno
de sus vasallos y aquello le trajo algunas desgracias.

Antes de su muerte, en el año de 1472, designó a su hijo para que
tomara el mando de Tezcoco . Según el testimonio del cronista
indio Ixtlilxóchitl, citado por León Portilla, fue
Nezahualcóyotl "el más poderoso, valeroso, sabio y venturoso
príncipe y capitán que ha habido en este Nuevo Mundo".

LOS ENIGMAS

Nezahualcóyotl es el nombre conocido más antiguo de la poesía
de nuestra América. Se conservan de él alrededor de 30 poemas.

Una lectura de ellos nos revela algunas de sus marcadas
obsesiones.

Este escritor trata reiteradamente un tema común a la lírica de
todos los tiempos y lugares: la fugaz experiencia del hombre
sobre la Tierra. En uno de sus textos, dice: "Yo, Nezahualcóyotl,
lo pregunto:/ ¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?/ No
para siempre en la tierra: / sólo un poco aquí./ Aunque sea de
jade se quiebra,/ aunqe sea de oro se rompe,/ aunque sea de
plumaje de quetzal se desgarra./ No para siempre en la Tierra:/
sólo un poco aquí".

Aquella experiencia de lo perecedero lleva a este poeta a anhelar
un sitio en el que no exista la muerte y también a expresar la
incertidumbre por el viaje hacia la región del misterio.

Otra obsesión de Nezahualcóyotl es de carácter religioso. Como
una prueba de que este personaje llegó a concebir la idea de un
Dios supremo, se dice que en su ciudad hizo construir un templo
especial para adorar al "dueño del cerca y del junto, el invisble
como la noche e impalpable como el viento".

Dios es para este poeta el inventor de las cosas y el inventor
de sí mismo. Pero esa aceptación es agónica, conflictiva: "El
Dador de la vida se muestra arbitrario", leemos en alguno de los
cantos de Nezahualcóyotl. La búsqueda de ese dios enloquece a
los seres humanos y nadie puede estar a su lado en la tierra.

"Con cantos sombreas/ a los que han de vivir en la tierra", le
dice al Dador de la vida.

La poesía participa de la naturaleza de los dioses.

Nezahualcoyotl pondera la perdurabilidad de las flores y los
cantos, es decir, de la experiencia de la belleza. Pero también,
contra la tristeza de lo fugaz de la vida, exalta la amistad, el
grupo, la comunidad.

Los nahuatl tenían dos expresiones literarias básicas: los
cuicatl y los tlatolli. En cada una de estas dos formas, que
pueden ser asimiladas a la prosa y poesía de las literaturas
occidentales, había múltiples variantes: poesía guerrera, cantos
tristes, poemas alegres, cantos a los dioses...Entr los textos
en prosa sobresalen los huhuetlatolloli, consejos que los
ancionados daban a los más jóvenes. Parte de los valores morales
y las costumbres cotidianas queda en esos textos prehispánicos,
que fueron recogidos por Fray Andrés de Olmos. Nezahualcóyotl,
el nombre más antiguo conocido de la poesía en nuestra América,
es uno de los nombres claves de la desconocida América
precolombina.
EXPLORED
en Autor: Diego Araujo - [email protected] Ciudad N/D

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