Quito. 06 mar 97. Empecemos por el final: 11 costales
con 1.000 millones de sucres cada uno permanecían
arrumados en el piso de la oficina del secretario
particular del presidente de la República, Abdalá
Bucaram, contigua al despacho del presidente. El
dinero estaba en 2.200 fajos de 50 mil sucres cada
uno. Era la tarde del seis de febrero de 1997.

Un agente policial, Miguel Lara, reveló por vez
primera a Vistazo y al país que él y otros tres
policías retiraron en dos viajes esa cantidad de
dinero por orden de Óscar Célleri, y que se lo
entregaron a él.

Dinero contante y sonante en el piso. ¿Qué se hizo
con éste? La versión posterior de un teniente de
la Policía sostuvo que "él vio" cómo esos costales,
junto a tres pesadas cajas de cartón, eran
trasladados "hacia la residencia del Palacio" por
guardaespaldas del ex presidente. Todo el mundo
vio, dijo, que uno de los costales rodó por el
piso en el traslado y los fajos se desparramaron.

Una versión desde Guayaquil sostuvo que esa plata
viajó en un avión particular hasta el Puerto
Principal y esa misma noche fue transformada en
dólares en una cambiaria de propiedad de un ex
funcionario roldosista; cerca de tres millones,
para ser exactos.

Pero, como contrarréplica, un ex asesor del
presidente de la República consultado al respecto,
aseguró que esos costales fueron guardados en la
caja fuerte del Palacio, y ahí se quedaron.
Pudimos confirmar que en la secretaría de la
Presidencia sí hay caja fuerte, una vez abierta,
la caja estaba vacía. Solo tenía varias chequeras
en blanco.

¿CUÁNTO MISMO ES?

Los 11 mil millones de Gastos Reservados del
último día del régimen del PRE no es el único
monto que se discute. Se habla de una danza de
gastos millonarios: desde agosto del 96 hasta
febrero del 97 se gastaron 147.060 millones de
sucres que corresponde a la cuenta de Inversiones
y Aportaciones Especiales del Estado. De esta
cantidad del tres al seis de febrero del 97, se
gastaron 55 mil millones correspondientes a la
misma cuenta.

Las versiones oficiales que en un inicio hablaban
de 280 mil millones de sucres girados contra la
cuenta 1076189-9 del Banco Continental se referían
también a los 150 mil millones en cheques cuyo
pago detuvo la nueva administración.

La Partida de Inversiones se usa para situaciones
emergentes como desastres naturales o epidemias,
y en obras de interés social prioritarias de
gobiernos seccionales, y tiene un reglamento.

De esta cuenta, Fabián Alarcón pagó una deuda de
siete mil millones de sucres que el Ecuador
tenía con la Organización Panamericana de la
Salud por vacunas, que en seis meses Bucaram no
canceló.

Del gasto de 55 mil millones de sucres en tres
días es que las autoridades de control están
haciendo una investigación. Hay casos de cheques
de esta cuenta, abierta en el Banco Continental,
girados entre el tres y seis de febrero, que
fueron cobrados pero el dinero nunca llegó a su
destino. Es el caso de los municipios de Guaranda
y Galápagos, que resultaron perjudicados por una
cifra aproximada a 200 millones de sucres cada uno.

Los beneficiarios de estos dineros habrían sido los
gobiernos seccionales que recibieron esos dineros
a través de partidas presupuestarias entregadas
a diputados.

El ministro de Gobierno dijo al respecto que los
cheques de la cuenta de Inversiones fueron firmados
y endosados por varios funcionarios del gobierno.

Según versiones del pagador de la presidencia de
la República, todos estos cheques se pagaron de
acuerdo al reglamento. Para ello, primero se debió
comprobar la existencia legal de las instituciones
beneficiarias. El gasto era autorizado por el
ministerio de Finanzas. Los cheques se emitieron
cruzados a nombre de las instituciones
beneficiarias, y, de acuerdo al reglamento,
debieron ser entregados a la secretaría de la
Administración para que el presidente Bucaram
designara delegados para la entrega de esos
cheques.

De ahí, la responsabilidad del buen uso, gasto y
control de esos dineros emitidos corresponde a
los beneficiarios siempre y cuando el dinero haya
llegado completo y con la respectiva explicación
de pago.

DANZA DE MILLONES

En 1994 se instituyó desde el ministerio de
Finanzas el concepto de Erogaciones Globales,
que son manejadas por la presidencia de la
República y presupuestadas solamente por el
ministro de Finanzas.

A este concepto contable pertenecen las cuentas
de Inversiones y Aportaciones Especiales, de
Gastos Reservados, Gastos de Inversión,
Transferencias e Imprevistos. Vendría a ser como
la "caja chica" del gobierno.

En la cuenta general de Erogaciones Globales se
presupuestaron para 1996, la cantidad de 415
mil millones de sucres y se gastaron 391 mil
millones. Pero para el presupuesto de 1997,
este rubro para uso de la presidencia de la
República y sus organismos dependientes se
estableció en un billón 472 mil millones de
sucres, cifra que fue aprobada en la comisión
de Presupuesto, presidida por Santiago Bucaram
y luego por Carlos Vidal. Para manejo exclusivo
de la presidencia se presupuestaron nada menos
que 800 mil millones de sucres.

¿Que hubiese pasado con ese dinero, manejado
como dinero de bolsillo por el presidente
Bucaram y sus allegados?

Esto es lo que se iba a gastar y quizá se paró
a tiempo. Pero hasta finales de 1996 los gastos
administrativos de la presidencia de la República
ascendieron a 166 mil millones de sucres, cuando
se habían presupuestado algo más de 12 mil
millones de sucres. ¿En qué gastos de carácter
"administrativo" se usaron 154 mil millones de
sucres más de lo previsto?

De acuerdo a una investigación reciente del
Centro de Estudios y Análisis, CEA, de la Cámara
de Comercio de Quito, hubo un crecimiento
estrepitoso del 30 por ciento entre lo que se
presupuestó en enero de 1996 (11,3 billones
de sucres -gobierno de Durán-Ballén) y lo que
el Estado terminó gastando en diciembre de ese
año (14, 8 billones de sucres -gobierno de Abdalá
Bucaram-). Alrededor de 1.000 millones de dólares.
Ni en 1995, año de la guerra del Cenepa y de la
crisis energética hubo esa diferencia entre el
gasto, que fue del 12, 7 por ciento demás.

Al parecer, el país no aprendió la lección del
escándalo de los gastos reservados protagonizado
por el ex vicepresidente Alberto Dahik. Su
presunto mal uso "apenas" sumó 19 mil millones
de sucres, en dos años y medio de gestión.
Resulta una ironía saber que dos de sus
interpelantes fueron precisamente los entonces
diputados Óscar Célleri y Santiago Bucaram.

Caso Tulcán

El 18 de diciembre de 1996 la presidencia de la
República y concretamente el secretario de la
Administración, Miguel Salem, emite el cheque
010783 de la cuenta de Inversiones y
Aportaciones Especiales del Estado por 400
millones de sucres en favor del Municipio de
Tulcán. El cheque, según el arquitecto Marco
Urresta, alcalde de la ciudad, "fue entregado
a manos del diputado roldosista Andrés Romo".
Éste a su vez "envía el cheque" para que sea
entregado a los representantes de una empresa
no identificada.

En los primeros días de enero el alcalde recibe
a las personas que tenían el cheque,
condicionando la entrega de los 400 millones a
cambio de la firma de contratos para mobiliarios
escolares, que era supuestamente el objeto del
pago de los mismos.

Al recibir el cheque, Urresta se da cuenta de
que éste no tenía el detalle del objeto del
gasto, por lo que decide verificar con, Mario
Barriga, pagador de la presidencia, quien le
indica que el cheque no era para la compra de
mobiliario sino un "aporte que concede el
gobierno nacional para varias obras" según
constaba en el comprobante #010783.

El alcalde de Tulcán resolvió no "comprar" los
muebles y dedicar esa plata a lo que estaba
previsto.

Caso Guaranda

Kléver Guevara Erazo, alcalde de Guaranda hizo
una solicitud de 200 millones de sucres al
Gobierno del ex presidente Abdalá Bucaram para
financiar las populares y muy concurridas
fiestas del carnaval.

Según Erazo, "el cheque de los 200 millones
debía entregarlo el secretario general de la
Administración, Miguel Salem, durante el acto
de la elección de la reina de Guaranda y sus
carnavales, el viernes siete de febrero".

Para entonces, el Congreso destituyó a Bucaram
por lo que no sabían qué pasó con el cheque ni
quién lo tenía, pero se pudo comprobar que
efectivamente el cheque había sido girado, y
para el lunes 10 de febrero cuenta el alcalde:
"Una pareja de ciudadanos tramitadores llegaron
a mi residencia con el objeto de hacer realidad
el aporte de los 200 millones solicitados".

La condición para la entrega del cheque era que
se les debía entregar "una cantidad equivalente
al 15 por ciento del total del aporte en calidad
de comisión. En vista de que me negué a este
pedido, los indicados tramitadores no entregaron
el cheque y abandonaron mi casa" dijo.

Los carnavales de Guaranda se quedaron sin
financiamiento. La concurrencia fue menor a la
prevista.

Reserva y reglamentos

De lo que sí se tiene certeza es de que el
secretario del presidente, Óscar Célleri manejó
al final la cuenta de Gastos Reservados. Lo hizo
sólo porque Miguel Salem habría "perdido la
confianza" de Bucaram. Se confirmó que los
únicos cheques que pagó Óscar Celleri fueron
los de 11 mil millones el día seis de febrero.

El Reglamento para el manejo, control y
juzgamiento de gastos secretos dictado el 11
de septiembre de 1996 por el ex contralor y
amigo personal del presidente, Fernando Rosero
señalaba que el ministerio de Finanzas
asignará partidas de Gastos Reservados
exclusivamente para la presidencia de la
República, y los ministerios de Defensa y
Gobierno. En el artículo tres se dice que
"su giro y disposición corresponde a la máxima
autoridad de la entidad u organismo o entidad
titular de la cuenta. La firma y rúbrica de la
autoridad responsable será registrada en el
depositario oficial, tan pronto haya tomado
posesión de su cargo".

Hasta aquí se suponía que el propio Abdalá
Bucaram debía firmar los cheques. Pero cinco
meses más tarde, el ocho de enero de 1997, el
contralor Rosero modifica el artículo tercero
y autoriza a que el titular de la cuenta
reservada pueda delegar su "giro, uso, manejo,
resguardo y registro". Advierte, sin embargo,
que los actos ejecutados por el funcionario
delegado "tendrán la misma fuerza y efecto
que si los hubiere hecho la máxima autoridad
de la entidad". Esto es, que Bucaram, como
presidente de la República, tiene ante la
contraloría la misma responsabilidad de quien
firmó los cheques, Óscar Célleri.
(FUENTE: REVISTA VISTAZO N. 709)
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