Ni las autoridades ni las empresas involucradas en el robo y las pérdidas de fuentes radiactivas asumen la responsabilidad de estos "incidentes", mientras un informe de la Organización Internacional de Energía Atómica señala las deficiencias en materia de seguridad y la ausencia de políticas para atender una emergencia radiológica

Nueve de diciembre de 2002. Campamento de la compañía Techint, ubicado en el sector Santa Elvira, en la vía Quinindé Santo Domingo. La oscuridad de la noche ayuda a los "amigos de lo ajeno" a ingresar al búnker del campamento de la compañía Techint, quienes fuerzan las seguridades de una bóveda metálica y se sustraen cinco equipos con fuentes de material radiactivo Iridio 192, cada uno con un peso aproximado de 25 kilogramos.
Dos guardias de la compañía privada de seguridad Sepriv se encuentran en las respectivas garitas, pero ellos únicamente están autorizados a controlar el ingreso y salida de vehículos, mas no a realizar una ronda general en todas las instalaciones del campamento.
La compañía Interespic, subcontratista de la Techint, propietaria del material, recupera tres fuentes luego de pagar un rescate a los delincuentes, quienes inicialmente solicitan a los directivos de la empresa $15 mil para devolverlas. No se sabe en cuánto quedó la negociación, pero solo fueron recuperadas tres de las fuentes.
6 de enero de 2003. Río Quinindé, sector Trompa de Puerco, hacienda La Palmita. La familia Palma Avellán presta su canoa (canalete de madera sin motor) a seis personas que la solicitan para transportar una fuente de Iridio 192. Al parecer la canoa choca con un tronco, se vira y el equipo cae al río. Los ocupantes alcanzan a nado la orilla.
22 de febrero de 2003. Vía Reventador-La Libertad (Amazonía ecuatoriana). Un grupo de funcionarios de la compañía Interispec se dirige a inspeccionar unas tuberías del OCP. Abandonan durante un breve lapso la camioneta en que se transportan y cuando retornan encuentran las seguridades forzadas. Alguien había robado el radio del vehículo y una fuente de Iridio 192. La empresa distribuye hojas volantes en el sector y alerta sobre la peligrosidad del material radiactivo. El 28 de febrero se halla el equipo abandonado en el camino.
Todo lo anterior se fundamenta en declaraciones de los involucrados, contenidas en las indagaciones realizadas por la Fiscalía de Esmeraldas, pesquisas y reconstrucción de los hechos efectuadas por la Policía Judicial de Quinindé e informes de la Comisión Ecuatoriana de Energía Atómica (CEEA).
Como consecuencia de las pérdidas, Ecuador afronta una emergencia radiológica, manifiesta Víctor Hugo Muñoz, director ejecutivo de la CEEA. Pero la ciudadanía no ha sido informada de sus implicaciones y por eso no conoce la dimensión del problema ni los efectos de la radiactividad del Iridio 192 en las personas y el ambiente, lo que como rebote ha provocado una suerte de temor colectivo, sobre todo en la zona de Quinindé, y ha despertado el ánimo de sectores políticos de "pescar a río revuelto".
Según una Ley de 1979, la CEEA tiene una Unidad de Protección Radiológica que opera en Quito, Guayaquil y Cuenca, cuyas actividades están diseñadas para proteger a los usuarios de fuentes radiactivas y de máquinas generadoras de radiaciones ionizantes y al público en general, contra los peligros de la radiación.
También tiene un reglamento que data de ese año para regular esas actividades, el cual no ha podido ser actualizado porque los miembros del organismo no han logrado ponerse de acuerdo para que el trámite llegue a las instancias finales, es decir, la publicación en el Registro Oficial.
Cinco meses después de producido el robo de cinco en Quinindé, la CEEA pide asistencia al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el cual envía al país una misión de científicos, que evalúa la situación entre el 31 de mayo y el 6 de junio de 2003. Para el 25 de junio, Abel González, director de la División de Radiación del OIEA, entrega al embajador Byron Morejón, representante permanente de la misión de Ecuador en Viena, el informe de las labores cumplidas con siete conclusiones.
"Los esfuerzos de las agencias responsables de encarar la emergencia fueron descoordinados; esto se puede atribuir a la falta de un plan nacional de respuesta en caso de emergencias radiológicas y nucleares", señala la principal conclusión al relievar que la amenaza potencial a la seguridad y a la salud del público continúa.
Otras observaciones enfocan la falta de seguridades en los casos investigados. Así, las medidas físicas de seguridad mostradas por la firma Interispec en el búnker de la Techint fueron inadecuadas, pues las fuentes estaban almacenadas en una de "las más remotas esquinas del campo, cerca de la selva, fuera del alcance del puesto de guardias". La misión añade que los procesos de seguridad, licencias e inspección aplicados por la CEEA son ineficientes y que tampoco Interespic tiene algún plan formal con ese organismo para recuperar la fuente perdida en el río Quinindé. (AA-LB)

¿Mercado negro en Ecuador?

El informe de la misión del OIEA alerta sobre la creación de un mercado negro de material radiactivo, como consecuencia de la decisión de Interispec de haber negociado el rescate de tres de las cinco fuentes robadas.
El 10 de diciembre de 2003, el gerente de Interispec, Bernhard Corsten, presentó una denuncia en la Fiscalía de Esmeraldas en la que dijo sospechar que Carlos Alcívar, ex empleado de esa compañía, pudo haber cometido el hurto.
No obstante, el funcionario dejó en el misterio las identidades de las personas a las que habría pagado un rescate de $15 mil por la recuperación de tres fuentes, lo que arguye la defensa de Alcívar para alegar su inocencia.
Actualmente nadie conoce el paradero de las otras dos fuentes, por lo que han surgido versiones de que habrían llegado a manos de la guerrilla colombiana, que podría utilizarlas en la fabricación de "bombas sucias".
Este término se utiliza para referirse a una fuente radiactiva recubierta por un explosivo convencional (similar al TNT). Si esta mezcla se hace detonar en un lugar público se podrían dispersar ampliamente las partículas radiactivas, pero no se provocaría una explosión nuclear. De producirse un ataque de esa magnitud el número de víctimas afectadas sería limitado, refiere Abel González, en un artículo del boletín informativo del OIEA.
Un informe de la CEEA determina que todo el material perdido tiene una potencia mínima al momento. (AA-LB)

Hermetismo sobre fuente de Cesio 137

En el sur del país se reportó la localización de una fuente de Cesio 137 abandonada en algún lugar. A esto, el director ejecutivo de la CEEA, Víctor Hugo Muñoz, señala que el material estuvo en manos de un comerciante de muebles, que lo había obtenido como parte de pago de un negocio.
Este hallazgo, según el funcionario, fue denunciado a la Fiscalía de Zamora Chinchipe. Las indagaciones son coordinadas por la CEEA y la Gobernación de esa provincia.
Pero Muñoz no cuenta que hace más de un decenio en la ciudad de Goiania, Brasil, se registró un grave accidente radiológico, por la manipulación de ese material brillante, similar a la purpurina.
En esa ocasión un instituto privado de radioterapia se trasladó a nuevas instalaciones y dejó abandonada una unidad de Cesio 137. La antigua instalación fue parcialmente demolida y la fuente quedó sin seguridad. Dos personas penetraron en la instalación y se llevaron el material para negociarlo. Como resultado, 14 personas quedaron expuestas a radiación excesiva, de las cuales murieron cuatro. Luego, alrededor de 112 mil personas tuvieron que ser sometidas a vigilancia, de las cuales 249 estaban contaminadas.
Centenares de casas fueron vigiladas, 85 resultaron contaminadas y cientos de personas tuvieron que ser evacuadas, refiere la revista del OIEA.
¿Qué habría sucedido en el país si la fuente de Cesio 137 hubiese caído en manos de terroristas? (AA-LB)

El Iridio 192 pierde potencia cada 74 días

Un "pedazo de metal" que puede causar graves lesiones a las personas

El Iridio 192 es un radioisótopo (elemento radiactivo) que elimina energía en una forma de radiación gamma, muy parecida a los rayos X. Se emplea en la radiografía industrial (gammagrafía) para detectar fallas en las soldaduras de estructuras metálicas, explica Julio Molineros, ex director encargado de la CEEA.
Su forma física es la de un metal encapsulado que lo hace resistente a la desagregación y, aunque es poco probable que esas fuentes representen un grave problema de contaminación, pueden provocar lesiones de gran envergadura a las personas que tengan contacto directo con ellas, pues al momento de manipularlas no se siente la radiación, pero luego produce quemaduras, que pueden derivar en malformaciones genéticas ya que el material entra en contacto con las células.
Las fuentes de radiografía industrial tienen la forma física de un pedazo de metal, que está dentro de una cánula, la que a su vez es contenida en un equipo de plomo (fuente sellada). El tamaño del "pedazo de metal" es de 1,5 centímetros de largo por 0,5 centímetros de diámetro, y despide radiación.
La vida media (tiempo de desintegración) del Iridio 192 es de 74 días, es decir que cada 74 días su potencia se reduce a la mitad. Su actividad oscila entre 1 y 300 Curies, aunque lo usual es que sea entre 50 y 100 Curies. Según calcula Molineros, deben pasar alrededor de 4,7 años para que una fuente no represente peligro alguno. (AA)

ENTREVISTA

"Interispec es una empresa pirata"

Víctor Hugo Muñoz, director ejecutivo de la CEEA, dice que se mantendrá la emergencia radiológica

La OIEA señala la ineficiencia de los procedimientos de seguridad en los último incidentes y la CEEA apela a eso para retirar la licencia a Interinspec. ¿Quién es el responsable?

No quiero polemizar. Acá los piratas son expertos para objetar todo y para mí Interinspec es una empresa pirata, porque no tenía debidamente calibrados los detectores de radiactividad.

Interinspec asegura que sus procesos nunca han sido objetados.

Puede decir cualquier cosa. Mire con sus propios ojos la lancha de canaleta en la cual transportaron el material radiactivo. ¿Es eso responsabilidad?
La CEEA tardó ocho meses para iniciar un plan de emergencia, lo que permitió seguir operando a Interispec.
Yo debía debía esperar el reporte del OIEA, además había que anticipar y obtener recursos. Debo aclarar que lo que se dejó de hacer antes de mayo fue de responsabilidad del anterior director ejecutivo. Apenas me posesioné, en mayo, denuncié a las instancias respectivas.

El OIEA señala la descoordinación y la ausencia de un plan para la emergencia. ¿Qué se ha hecho estos días?

Hay un operativo al mando de la Armada para ubicar la fuente extraviada en el río Quinindé. Hay que modernizar el reglamento, para lo cual se han iniciado los contactos con el Congreso. Qué tremendo, que por reincidencia esta empresa haya sido objeto de una sanción menor: quitarle la licencia y multarla con $3 600.

¿Hasta cuándo se mantendrá la emergencia?

Hasta que aparezcan todas la fuentes. Una vez que hagamos los cálculos en función de la potencia inicial se pueden declarar en estado de excepción, pues van a llegar a desgastarse tanto hasta que su actividad sea equivalente a la ambiental, o sea que no ocasionen ningún daño. (LB)

ENTREVISTA

"La CEEA está en cacería de brujas"

El OIEA señala que las medidas de seguridad tomadas por Interinspec en el campamento de la Techint fueron inadecuadas. ¿Hubo negligencia?

En el campamento de la Techint se tomaron todas las medidas de seguridad e inmediatamente después de que se produjo el robo de las cinco fuentes yo lo denuncié a las autoridades.
¿Cómo después de ocho meses de sucedido el incidente se cuestiona la seguridad? ¿Y más si la CEEA no realizó una inspección?

El OIEA alerta sobre la creación de un mercado negro al haber negociado la devolución de las fuentes. ¿Por qué se recuperaron solo tres y no las cinco?

Los ladrones se contactaron y pidieron un rescate. Como una señal se acordó la entrega de una parte del material. Se fijó el día y se concretó la entrega de tres fuentes. En esos días se filtró la información del robo, lo que provocó que el contacto posterior con los ladrones se perdiera, por eso no fue posible recuperar las dos fuentes.

La Fiscalía y la Policía no tienen nuevos elementos para investigar.

Yo he aportado con todo lo que está a mi alcance, pero como persona natural no tengo el suficiente peso para mover la investigación, como sí lo tiene la CEEA.

La pérdida de la fuente en el río Quinindé es otro elemento que acusa a Interispec de negligencia...

Eso fue un accidente, pero la CEEA quiere valerse de eso para justificar el retiro de la licencia sin explicar qué medidas de seguridad no se tomaron.

Pero en los tres casos que involucran a Interispec se muestra un manejo inadecuado del material radiactivo.

No hay sustento para el retiro de la licencia, pues la CEEA cita el Art. 137 del reglamento que habla de las sanciones por el transporte no autorizado de material, cuando el transporte del material de Interinspec sí está autorizado. (LB)

ENTREVISTA

"Es importante educar a la gente"

Julio Molineros, ex director ejecutivo (e) de la CEEA, no está de acuerdo con la declaratoria de emergencia

¿Qué es una emergencia radiactiva?

Que el material, en este caso el Iridio 192, está fuera de la fuente sellada (caja de plomo), por lo que puede haber personas que tengan contacto directo con ese pedazo de metal.

¿Y qué pasa con el medio ambiente?

Por sus características no contamina el medio ambiente ni deja radiactivo un lugar. Sucedería lo contrario si fuera un polvo o una sustancia que puede diluirse.

¿Por eso no amerita una declaratoria de emergencia radiológica?

Creo que más importante es educar a la gente, informar sobre cuán peligroso es el material, pero no aterrorizarla, porque con la declaratoria de emergencia la CEEA únicamente puede contribuir a causar pánico.

El OIEA habla de pocas seguridades para manipular el material.

Claro, pero se necesitan seguridades físicas, es decir resguardo y conocimiento de la gente que lo manipula, pero no seguridades radiológicas, hay que notar que las fuentes estaban protegidas en las cajas de seguridad.

¿Las aguas del río Quinindé corren riesgo de contaminación?

La caja pesa entre 25 y 35 kilogramos. En un río torrentoso que tiene mucho sedimento se va a enterrar en la arena, por eso el riesgo es mínimo.

Hay dos fuentes que no han sido recuperadas.

Y nadie conoce su paradero, me parece extraño que Carlos Alcívar, acusado por Interespic de haberlas robado, no sea llamado a declarar.

¿Cómo se sancionan los "incidentes"?

En el Reglamento de Seguridad Radiológica a la CEEA únicamente le corresponde determinar que las fuentes sean bien utilizadas, que quien maneja el material no ponga en peligro al medio ambiente, a sí mismo ni a las demás personas. (AA)

PUNTO DE VISTA

El país de todas las negligencias

Ecuador debe ser una suerte de laboratorio, donde se prueban todas las teorías, se hacen todos los experimentos, pero sin tomar las mínimas precauciones. Así, la población vive en riesgo permanente, aunque felizmente -o todo lo contrario- ni siquiera nos damos cuenta de esos peligros, para no vivir sobresaltados.
Si un día nos asombramos porque se descubren que de los sitios más resguardados, como son los destacamentos y los cuarteles militares, se roban armas, que pueden terminar en manos de los grupos guerrilleros. Otro día se descubre que material radiactivo está a merced de cualquier ladronzuelo, sin que, finalmente, nadie se haga responsable de la desaparición, aunque en más de una ocasión hayan tenido que pagar "rescate" por el material hurtado.
En medio de este ambiente de alta peligrosidad, las autoridades encargadas de manejar o poner normas para el manejo de tan sensible material, cuando los periodistas descubren esta suerte de tráfico, se disputan la legitimidad de su función, y se descalifican unos a otros.
Si las empresas petroleras y obras como el OCP requieren de material tan vulnerable para la seguridad como el radiactivo, lo mínimo que están obligadas a hacer es ponerlos a buen recaudo, bajo todos los controles y seguros, porque si sucede lo peor no será suficiente pagar indeminzaciones.
El informe de BLANCO Y NEGRO da cuenta de la experiencia catastrófica que vivió Goiania (Brasil), por un accidente radiológico, con la pérdida de cientos de vidas.
Ojalá no deba pasar una tragedia similar para que se tomen medidas radicales. Hasta ahora, Ecuador debe tener un récord como país de negligencias. (TFF)(BLANCO Y NEGRO)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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