Tegucigalpa. 19.05.93. Unos 800 mil niños en edad escolar sufren
desnutrición en América Central, situación que los condenará a
padecer un crecimiento físico deficitario y algún tipo de retardo
mental.

La desnutrición infantil en el itsmo pasó de un promedio de 576
mil a 800 mil casos en los últimos 20 años.

La niñez centroamericana no es muy promisoria si se toma en
cuenta que actualmente miles de infantes nacen con bajo peso
debido a la falta de alimentos adecuados.

La alimentación infantil es tan pobre, que en los primeros nueve
años el niño crece con una alta deficiencia de proteínas,
energía, vitaminas y hierro.

El ministro de Salud de Honduras, Ramón Pereira, dijo que en esta
nación 20 por ciento de los 2,2 millones de niños menores de 15
años sufre algún grado de desnutrición.

Cifras no divulgadas aún por el Ministerio hondureño de Salud y a
las que IPS tuvo acceso, revelan que el estado nutricional de los
niños menores de cinco años es "bastante deplorable" en este
país.

La mayoría de ellos presenta una deficiente nutrición energética
y protéica, así como altos niveles de anemia a causa de la falta
de hierro, vitamina A y yodo.

El representante del INCAP, quien participa en un seminario
centroamericano sobre "Periodismo y Salud", dijo que la situación
nutricional e Centroamérica es "grave", si se toma en cuenta que
la disponibilidad de alimentos por parte de la población es muy
baja.

Según el funcionario, actualmente los países del istmo están
viviendo un acelerado proceso de ajuste económico donde se da un
fuerte estímulo para aumentar la productividad, pero solo en el
área agroexportadora y no en el mercado interno.

Sostuvo que Costa Rica, Guatemala y Honduras están acelerando la
agroexportación, por la cual "obtienen buenos ingresos, pero no
destinan los mismos a la compra de alimentos"

Dijo que tales acciones no están desligadas de los efectos del
ajuste económico que e aplica en los países, donde se redujo el
crédito para la siembra de productos, se incrementaron los
precios de consumo, creció el desempleo y hay una mala
distribución de los ingresos. La mayoría de los países
centroamericanos están experimentando un rápido crecimiento en
sus poblaciones, pero no así en sus sistemas locales de
producción.

Nicaragua presenta un déficit alimentario de 40 por ciento,
seguido de Honduras con 12 por ciento, Panamá con 11, Guatemala
10 y El Salvador con seis por ciento.

Costa Rica, Bolivia y Ecuador son los únicos países a nivel
latinoamericano que tienen un superávit en su producción
alimentaria, pero ello no significa que estén exentos de los
problemas nutricionales, señala el estudio del INCAP.

Delgado, un experto en temas nutricionales, sostuvo que otro de
los problemas que puede agravar la situación alimentaria en el
istmo es la alta dependencia de los países desarrollados.

Además de la importancia de alimentos, que lejos de disminuir,
aumenta, la ayuda no reembolsable procedente del exterior se
convierte en el "talón de Aquiles" para los países, "porque el
día que ésta concluya, el panorama alimenticio en la región será
desfavorable", apuntó.

A excepción de Panamá, Bolivia y Perú, el resto de países de
América Latina reciben importantes donaciones de alimentos.

Otros de los factores que inciden en los problemas nutricionales
son los bajos salarios que perciben la mayoría de los casi 30
millones de centroamericanos, donde la pobreza alcanza a 70 por
ciento de esta población.

En Costa Rica, una familia tendría que gastar 70 por ciento de su
salario mínimo para comprar sus alimentos básicos, mientras que
en Guatemala se requiere de casi dos salarios, Nicaragua más de
dos y Panamá más de uno para poder adquirir su canasta básica,
según los expertos.

El representante en Honduras de la Organización Panamericana de
la Salud (OPS), César Hermida, dijo que uno de los problemas que
agrava la seguridad alimentaria en el istmo es la constante
migración del campo a la ciudad.

La OPS, una de las patrocinadoras del seminario, advirtió que
mientras los países hacen esfuerzos por disminuir la mortalidad
infantil, aumenta en forma paradójica el número de muertes
cardiovasculares.

Esto, según Hermida, a causa del inadecuado uso de alimentos
ricos en grasas, que producen enfermedades en el corazón,
obesidad, diabetes y trastornos en el sistema nervioso.

Según el estudio hecho por el INCAP, la región centroamericana
está experimentando un uso exagerado de comidas rápidas que está
cambiando los patrones alimentarios tradicionales como el uso de
la tortilla, arroz y frijoles.

"Estamos sustituyendo la tortilla de maíz, rica en calcio, por el
pan francés y el trigo, que aparentemente son más baratos, pero
al final pueden ser altamente dañinos", manifestó Delgado.

"Hay un consumo excesivo de bebidas alcohólicas, sales, azúcar
refinada, grasas saturadas y carnes, que al final provocan anemia
y cáncer de colon y recto", subrayó.

Se calcula que una persona debe consumir diariamente un promedio
de 2.300 calorías para responder en forma adecuada a las
necesidades del organismo y gozar de una buena nutrición.

Sin embargo, en Centroamérica este porcentaje no se alcanza,
porque "sencillamente se está descuidando la seguridad
alimentaria y si bien no tenemos problemas de hambruna, los
estamos presentando seriamente en el área de la desnutrición
crónica", señaló Delgado. (IPS)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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