Santafé de Bogotá. 26.05.93. Cuando Dorita llegó a Aruba dos
cosas le molestaron: el inconsistente café y lo que le dijo un
amigo en el bar de un lujoso hotel: "Cuando capturen a Pablo
Escobar podré irte a visitar".
Para esta colombiana, que trabaja en bienes raÃces, la mala
imagen de su paÃs es una traba que a veces resulta difÃcil
sortear.
La fuga del capo Escobar de la cárcel de Envigado ha colocado
también al gobierno de César Gaviria en una posición incómoda.
Inclusive se habla de un juicio polÃtico, aunque las condiciones
polÃticas por el momento lo impedirÃan.
La fuga, consumada el 22 de julio, golpeó la credibilidad sobre
el logro más significativo del gobierno en el último año: la
lucha contra el narcotráfico.
Ahora, los principales medios informativos del paÃs tientan con
la fabulosa recompensa de 2.700 millones de pesos (3,8 millones
de dólares) por información que lleve a la captura de Escobar,
pero hasta el momento nadie quiere atreverse.
Para la cancillera de Colombia, Noemà Sanin Posada, su paÃs está
llevando una lucha desigual contra los barones de la droga.
Para ella, "esta tarea excede los recursos materiales de
cualquier paÃs y por este motivo la capacidad de corrupción y
desestabilización de este azote no puede ser afrontada de manera
solitaria".
En la X reunión del Movimiento de No Alineados, NOAL, en su
mayorÃa del Tercer Mundo, realizada a principios de septiembre,
Sanin dijo que no era suficiente el apoyo internacional para un
paÃs pobre que combate el narcotráfico.
'Hay una tolerancia creciente al tráfico de ilÃcitos y el
consumo de drogas en varios paÃses', indicó, en una referencia
directa a acusaciones de naciones latinoamericanas en el sentido
de que el Occidente adinerado hace muy poco contra el consumo de
droga.
La funcionaria negó que su paÃs se estuviera beneficiando
económicamente de los 2.000 millones de dólares que aporta el
comercio de drogas.
'Colombia no está interesada en el dinero originado en el
tráfico de droga; destruye nuestra estructura social y valores
morales y plantea amenazas a la democracia'.
Por su parte el presidente César Gaviria, en su visita a Ecuador
declaró que "Colombia es el paÃs del mundo que ha hecho mayores
sacrificios en la lucha contra el narcotráfico y ha sacrificado
más vidas, las de sus mejores dirigentes, jueces y candidatos
presidenciales".
El pasado viernes, la jueza "sin rostro" colombiana Myrian RocÃo
Vélez, y tres escoltas, fueron asesinados en MedellÃn. Ella,
quien estaba a punto de dar su veredicto, investigaba el crimen
de Guillermo Cano, director del diario "El Espectador", de
Bogotá, presuntamente asesinado por sicarios del narcotráfico en
1986.
Este paÃs, a juicio de sus dirigentes, no está dispuesto a
rendirse en esta lucha desigual aunque a veces sientan que el
mundo los ha dejado solos.
Aunque la realidad de Colombia no solo gira alrededor del
"patrón" Pablo, lastimosamente los noticieros del mundo asà lo
hacen creer.
"Nos duele esta imagen que tenemos, claro que no la negamos, pero
Colombia no es solo eso", dice Clara Isabel Alvarez, una
periodista colombiana.
"Estamos convencidos que el narcotráfico ha colocado a nuestro
paÃs en una situación embarazosa. Todos estamos concientes de eso
pero cambiar las cosas es un trabajo muy arduo que implica un
compromiso de toda la sociedad", señala esta comunicadora que
trabaja con niños marginados.
La interrogante queda planteada: ¿el problema es solo de quien
produce la droga o de quien la consume? En verdad, el problema es
más de quien la demandan que de quien la fabrica. Al respecto
basta recordar que según datos oficiales de Estados Unidos, el 20
por ciento de jóvenes norteamericanos son adictos a algún tipo de
substancia psicotrópica, pero en Colombia, por ejemplo, ni el 1
por ciento de la población consume drogas con regularidad.
Frente a esta realidad social, hasta el mismo "don Pablo" -como
lo dice el cura mediador Gabriel GarcÃa Herreros- tiene la
salida.
En una entrevista exclusiva el diario "El Nuevo Siglo" pregunta:
"¿Qué harÃa para reducir el problema del narcotráfico?", Escobar
responde: "Para acabar con el narcotráfico se tiene que acabar
con el consumo, por la vÃa de la educación".
Mientras en los expendios de revistas se vende el último libro
del Gabo, "Doce cuentos peregrinos", aunque estén repetidos dos,
en las calles la gente camina a prisa para ganarle a la hora
Gaviria.
Debido a la falta de energÃa el gobierno adelantó una hora al
reloj, obligando a los colombianos a comenzar sus labores en
realidad a las 7h00. Esto no impide que por la noche la rumba se
prolongue sin consideración al tiempo.
En una de las partes donde mejor se refleja la situación de
Colombia es en sus paredes. Los anónimos fantasmas que las
pintarrajean ilustran muy bien la situación y el poderÃo de los
"narcos". Allà se puede leer: "Niño Dios ¿qué quieres en esta
Navidad?, f: Pablito Escobar Jr."
A pesar de esto, en Colombia se siente un rechazo creciente a
estas actividades ilÃcitas, por un simple hecho lógico. "De qué
sirve todo el dinero del mundo si tienes que estar escondido o
vivir con el temor de que en cualquier descuido te mueres",
comenta Ignacio López, estudiante universitario.
Los graffiti, esas respuestas fabuladas que descarnan la
realidad, toman el pulso a un sentimiento generalizado de
comprender que "la vida de oro" de los narcos no duran todo el
tiempo.
En las fincas del narcotráfico el lujo incomoda. Los pavos reales
y las piscinas que nunca son utilizadas son una especie de burla
a otra realidad que los otros colombianos viven.
Cerca de otro centro de estudios aparece un graffiti más: "Vendo
paÃs bien ubicado/con vecinos ricos, esquinero/costas en los dos
mares/fuente de economÃa la agricultura:/amapola, coca, café",
para este escritor nocturno, "estos mensajes son para que la
gente deje la indiferencia, y que acepte su paÃs como es, con
lunares y todo pero vital". Pero también es una prueba que "mamar
gallo" sigue siendo el deporte nacional.
Mientras eso sucede en las paredes, en los parques los niños
alzan sus cometas como para demostrar que un paÃs que piensa en
las cometas puede llegar a donde sea.
en
Explored
Ciudad N/D
Publicado el 26/Mayo/1993 | 00:00