CRECEN DUDAS SOBRE EXITO DE CUMBRE ECOLOGICA EN RIO DE JANEIRO

Río de janeiro. 20.01.92. Se acerca la Eco-92 auspiciada por
las Naciones Unidas en Rio de Janeiro y los políticos temen
que las elecciones estadounidenses y la agitación en Europa
Oriental estén distrayendo la atención de la que se considera
la mayor cumbre ecológica de la historia.

La Eco-92, que se celebrará en junio, debería producir
decisiones globales sobre conservación del medio ambiente y un
documento que fije un plan de acción verde para el siglo
entrante, como también tratados específicos sobre los cambios
en el clima y la biodiversidad, pero según expertos ni
siquiera se han preparado los borradores.

Sus metas son altamente ambiciosas.

La Cumbre de la Tierra debe establecer una base totalmente
nueva para las relaciones entre ricos y pobres, Norte y Sur,
incluyendo un ataque concertado a la pobreza como prioridad
central para el siglo XXI, dice Maurice Strong, principal
organizador del evento.

Esto es ahora tan crucial en términos de nuestra seguridad
ecológica como lo es en términos morales y humanitarios,
afirmó.

Pero a menos de seis meses del comienzo de la reunión,
diplomáticos y ambientalistas dicen que no se han elaborado ni
siquiera los borradores de los documentos clave y ni pensar en
lograr un acuerdo sobre cómo financiar las propuestas.

Algunos organizadores cuestionan a viva voz el éxito que pueda
tener la reunión cumbre.

Europa está muy volcada sobre sí misma en este momento, dijo a
Reuter Carlos García, presidente del equipo de trabajo del
gobierno brasileño para la conferencia de Río.

Esto no es una crítica, simplemente una descripción de los
hechos. Y los Estados Unidos están en un año electoral,
sufriendo problemas económicos, añadió.

El peligro real, agregó, es que la conferencia termine
estableciendo como novedosas, decisiones sobre recursos
naturales que ya se convinieron anteriormente, en vez de
aportar algo original.

Warren Lindner, coordinador del Foro Global, una reunión
paralela de más de 1.000 organizaciones no-gubernamentales de
todo el mundo que proveerá ideas a la conferencia principal,
también está preocupado.

Existe la sensación de que todo ha llegado demasiado
rápidamente, el sentimiento de que se espera que se encaren
demasiadas cosas en un tiempo demasiado corto, declaró.

Esta conferencia encarará asuntos que abarcan desde la pesca
con redes de arrastre hasta los esquemas del comercio mundial,
como también el uso de la energía, los bosques y los sistemas
económicos; todo está en la agenda, afirmó.

Langston James Goree, director del Instituto para la
Prehistoria, Antropología y Ecología en la localidad de Porto
Velho en la selva amazónica brasileña, ha seguido de cerca los
preparativos para la Cumbre de la Tierra. Piensa que la
cuestión clave será la disposición de los Estados Unidos a
ceder terreno.

Se ha transformado en una conferencia verdaderamente crítica.
Si no hay concesiones de parte de los Estados Unidos...
recordaremos a Río como un fracaso, un montón de documentos
realmente vacíos, opinó.

Goree dijo que las negociaciones sobre el documento central,
la Agenda 21, que delineará los programas del medio ambiente
planeados para el próximo siglo, están muy atrasadas en su
cronograma.

La gente todavía está proponiendo programas y los Estados
Unidos no entregarán su chequera hasta que sepan lo que esto
va a costar, señaló. Pero simplemente no queda suficiente
tiempo para hacer los ejercicios de costos, añadió.

Diplomáticos con sede en Brasil que han seguido la preparación
de la cumbre están de acuerdo en que el tiempo se agota.

Existe la sensación de que todo va a hacerse en gran medida a
último minuto, declaró uno de ellos. Mucho dependerá de la
reunión en marzo de la comisión preparatoria (PrepCom) en
Nueva York.

La reunión de Nueva York, que terminará a principios de abril,
es prácticamente la última oportunidad para que los
negociadores gubernamentales alcancen un acuerdo sobre los
textos que se presentarán a los jefes de estado en la
conferencia de Río de Janeiro del 1 al 12 de junio.

Nueva York será crítico, dijo otro diplomático occidental. Si
la PrepCom logra concluir en un texto acordado para la Agenda
21, eso será extremadamente importante, expresó.

Como siempre, el dinero es el principal punto de fricción.

Hasta el principal organizador Maurice Strong admite que es
poco probable que las naciones ricas aporten las gigantescas
sumas -hasta 150.000 millones de dólares anuales- que estima
se necesitan para detener la destrucción ambiental en todo el
globo.

La propia experiencia de Brasil en su intento por mantener el
flujo de fondos de las naciones industrializadas para sostener
proyectos de desarrollo en el Amazonas, la mayor selva
tropical que resta en el mundo, no ha sido particularmente
auspiciosa.

Brasil solicitó formalmente 1.500 millones de dólares al Grupo
de los Siete (G-7) principales países industrializados en su
reunión cumbre del año pasado en Londres.

Tras obtener inicialmente sólo un compromiso de 50 millones de
dólares para una etapa preparatoria, el presidente brasileño
Fernando Collor de Mello presentó una queja a los líderes del
G-7.

Brasil logró finalmente una promesa de unos 250 millones de
dólares en dos a tres años y los diplomáticos del G-7 admiten
que parte de los recursos ofrecidos ya habían sido pactados
con la nación latinoamericana bajo otras denominaciones.

EXPLORED
en Ciudad N/D

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