¿Qué pasó en Ciespal el 20 de abril? La verdad contada por los protagonistas de una jornada tan oscura como los sótanos de ese edificio.
"Cuando vi al doctor Palacio, estaba sentado sobre una hielera, empapado en sudor, muy nervioso y con miedo. Todos tenÃamos miedo. Me presenté, no sé si me reconoció, pero me dijo: "muchas gracias amigo, la situación es de crisis, pienso que no vamos a salir"", asà relata Marco Guillén, ex jefe de seguridad del aeropuerto de Quito, los dramáticos momentos que se vivieron en el subsuelo de Ciespal, el 20 de abril. "Alrededor estaba el general Guerrón y unos cuatro oficiales más del Ejército. También cuatro miembros del GIR, un periodista de una radio, mi sobrino Alexis Chimbo y yo".
El 20 de abril
El vicepresidente Alfredo Palacio despertó muy temprano ese dÃa. Tomó el vuelo de Tame de las siete de la mañana con destino a Quito. Lo esperaban la prensa internacional en Ciespal. Lo recibió Edgar Jaramillo, director del Centro de Estudios Superiores para América Latina. Jaramillo no tenÃa idea de que ese dÃa -y durante todo el dÃa- los ojos del mundo se dirigirÃan hacia ese extraño edificio ubicado en la avenida Diego de Almagro, al norte de Quito.
La Capital amaneció sitiada: 2.225 elementos de las tres ramas de las Fuerzas Armadas habÃan sido movilizados. El teniente de navÃo Carlos Guzmán era el jefe de seguridad del Vicepresidente: "De Ciespal salimos a la Base Aérea Mariscal Sucre en espera de tomar un vuelo hacia Guayaquil a las 11h30. Durante la permanencia en la base, el vicepresidente fue tomando decisiones que cambiaron lo programado. Inicialmente pidió dirigirse a una casa civil. Le aconsejé por seguridad quedarse en la Base Aérea. A las 13h30 recibió la información de que el Congreso Nacional lo invitaba a que tomara posesión de la presidencia en Ciespal. El vicepresidente me ordenó preparar todo para trasladarse al lugar. El Vicepresidente dispuso el traslado de la caravana, aun cuando le recomendé no trasladarse hasta que el punto esté asegurado. A las 14h10 comenzó a salir hacia el vehÃculo y le insistà en no salir. Ãl respondió que de ser necesario se iba sin seguridad". El vicealmirante VÃctor Hugo Rosero, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas reveló que en esos momentos "El Vicepresidente pidió al Alto Mando le acompañe a CIESPAL. El mando militar se excusó por la inseguridad reinante. La población estaba enardecida y pedÃa "que se vayan todos". Le pedimos al doctor Palacio concurrir al Comando Conjunto ya que la situación crÃtica del paÃs no nos permitÃa abandonar el puesto de mando".
Después de la posesión
El jefe de seguridad de Palacio, teniente de navÃo Carlos Guzmán, continúa su relato: "Una vez finalizada la ceremonia de posesión recomendé al presidente Palacio evacuar el lugar por cuanto en los exteriores se encontraba un grupo de manifestantes y se requerÃa preservar su integridad fÃsica. En el trayecto, el director de Ciespal le indica al doctor Palacio que en el primer piso se preparaba una rueda de prensa. Luego de 15 minutos se recomendó al Presidente no alargar la entrevista. El doctor Palacio indicó que contestarÃa dos últimas preguntas. Al término de éstas procedimos a retirar a los comunicadores y observamos desde la ventana que una muchedumbre se encontraba realizando proclamas contra los diputados. Nuevamente recomendamos evacuar el lugar a lo que él contestó que si abandonábamos el lugar la gente pensarÃa que estaba huyendo. El director de Ciespal le invitó a su oficina en el tercer piso". "Ya en el tercer piso el Presidente analizó la posibilidad de dirigirse a los manifestantes. Recomendé no llevarlo a efecto ya que el grupo era muy heterogéneo en cuanto a su ideologÃa y corrÃa riesgo su integridad fÃsica. Entonces la cantidad de manifestantes empieza a incrementarse, viéndome obligado a solicitar refuerzos. Coordiné el arribo de 80 uniformados que llegaron en 45 minutos. En ese lapso el Vicepresidente y su seguridad inmediata nos encontrábamos en el tercer piso y una muchedumbre de aproximadamente dos mil manifestantes comenzó a invadir el edificio". "A las 16h15 rompieron una de las puertas y entraron cuatro cabecillas que querÃan dar a conocer sus exigencias al doctor Palacio. Luego de 15 minutos irrumpieron en su totalidad en la oficina y le exigen al Presidente que se dirija a quienes estaban en el exterior del edificio. Aquà recibimos el apoyo del comandante del Grupo de Operaciones Especiales (GEO), teniente coronel Fausto Bravo".
"No soy cualquier coronel"
El coronel Bravo llegó a Ciespal con toda la unidad (62 hombres). En las afueras habÃa personal de InfanterÃa y policÃas. Ingresar era difÃcil. Relata Bravo: "La gente procedió acercarse en forma amenazadora hacia nosotros gritándonos "fuera asesinos" Ordené al personal que no avance y tuve contacto con quienes parecÃan liderar al resto. Intenté convencerlos que nos permitan el ingreso. Si lo hubiésemos hecho por la fuerza se hubiese producido una tragedia. Me permitieron entrar, junto al mayor Cristóbal Aguas, pero desarmados". Afuera quedaron los 60 hombres restantes al mando del capitán Fernando Silva quien recuerda: "Observamos a los dos oficiales que salÃan protegiendo a varios diputados que estaban siendo agredidos por la multitud. Eran unas 10 personas entre las que estaban las diputadas Viteri y Silva y los diputados Vallejo y Torres. La muchedumbre rodeó nuestros vehÃculos gritando "ladrones, sinvergüenzas, alcahuetes, sáquenles para quemarles", llegando incluso a impactar una bomba molotov en nuestro vehÃculo". "A eso de las 17h00, continúa Silva, me indicaron que un coronel querÃa hablar conmigo. Para mi sorpresa se me acerca el coronel retirado Jorge Brito y me pregunta quién se encontraba al mando del GEO. Le respondà que al momento yo. Acto seguido me manifiesta que retire a las tropas del sector inmediatamente. Le indiqué que no podÃa obedecer esa orden debido a que respondÃa solo a mi comandante. Me manifestó: "capitán, ¿piensa que está hablando con cualquier coronel? Soy el coronel Brito y estoy cumpliendo un cargo público con el señor Presidente de la República". A lo cual yo le respondà que tampoco estaba hablando con cualquier capitán. Tomó su celular, haciendo una supuesta llamada al jefe del Estado Mayor del Comando Conjunto, general César Ubillús, e indicándole que al mando del GEO se encontraba un capitán Silva, malcriado, que no quiere obedecer. Visiblemente molesto me dijo que en dos dÃas él estarÃa en servicio activo nuevamente y revisarÃa mi hoja de vida".
Un general en escena
Luego de sacar a los diputados, los comandates del GEO reingresaron a Ciespal. Bravo dice: "Allà nuevamente recibà la llamada de mi general Ubillús. Mismo que me ordenó que le saque al Presidente. Entonces entré a buscarlo. Le vi que se encontraba rodeado de un sinnúmero de personas que gritaban en forma descontrolada. Nos abrimos paso. Viendo el estado del Presidente decidà subirme hacia una mesa pequeña y jalarle a él hacia encima de la mesa. Inicié a gritos el diálogo con la gente buscando que el Presidente se recupere y pidiéndoles que nos dejen salir. Lo logramos". "Se accedió a que el Presidente salga a una terraza desde la cual se dirigió a las personas que se encontraban en la calle. Luego le obligamos a ingresar nuevamente, debido a que la gente no le escuchaba y los ánimos se empezaban a caldear. Bajamos al vestÃbulo y continuamos hacia abajo, al sótano, ya que sacarlo por el frente hubiese sido de gran riesgo. Se ordenó que un vehÃculo nos espere en la calle lateral. Esperábamos salir por el garaje. Lamentablemente desde la azotea contigua nos lanzaron gran cantidad de ladrillos que produjeron la ruptura de la cabeza de uno de los miembros de la seguridad. Inmediatamente y subido en el muro de ingreso a los garajes, me dirigà por 20 minutos a las personas con la finalidad de lograr que nos permitan evacuar al señor Presidente. Logré llegar a un acuerdo". "Regresé a la habitación donde se encontraba el Presidente y le expresé que éste era el momento adecuado para salir. Pero en ese momento llegó mi general Hugo Guerrón, comandante de la Primera División. Me preguntó cómo estaba la situación, a lo que respondà que los momentos más crÃticos ya habÃan pasado y que en ese momento se habÃa acordado con la gente que el Presidente salga. Mi general Guerrón no me respondió. Por ser superior jerárquico asumió el mando. Esperé que él dé alguna orden, la misma que no fue impartida". El general Guerrón habÃa llegado a Ciespal comunicándose directamente con el vicealmirante Rosero, jefe máximo de las Fuerzas Armadas. El mismo Guerrón relata: "Procedimos a buscar el lugar donde se encontraba el Presidente. En ese instante recibà una llamada de mi vicealmirante Rosero preguntándome si ya lo habÃa encontrado, le contesté que me llamara en cinco minutos que me encontraba próximo. Me presenté ante el doctor Palacio. Recibà nuevamente la llamada de mi vicealmirante Rosero a quien le supe manifestar que me encontraba junto al Presidente y le hice hablar por teléfono con él".
Desaparece el celular de Palacio
Marco Guillén es un experto en seguridad, conocido de Alfredo Palacio que ingresó a la escena junto a un grupo del GIR. Guillén recuerda: "HabÃa buena disposición de parte de policÃas y militares para sacar al Presidente, pero yo tenÃa la impresión de que no podÃan actuar. Como que estaban esperando disposiciones. Eran grupos especializados del Ejército y de la PolicÃa que estaban allÃ. Son gente preparada. HabÃa una puerta de rejas que daba al parqueadero y cada vez que me acercaba escuchaba: "golpista te vamos a matar, te vamos a acabar". Como el Presidente estaba totalmente mojado, le facilité mi camisa y me quedé con la de él. Cuando se quitó el saco, me dio el celular de él y lo puse en una mesa pequeña. Ese celular desapareció. ¿se lo quiso incomunicar?". "El presidente me dijo: no tengo absolutamente el respaldo de nadie. He solicitado el respaldo de las Fuerzas Armadas y ese respaldo no llega".
Momentos después le propusieron salir vestido de PolicÃa. Se puso el camuflaje y cuando estaba listo dijo: "No puedo salir asÃ, no puedo engañar al pueblo". Entonces Guillén le prestó su celular. Palacio habló con Paco Velasco de radio La Luna y, a través de un sociólogo guayaquileño amigo de Guillén, con León Febres- Cordero a quién solicitó ayuda inmediata. A las 19h15, dos horas después de haber estado en la bodega de Ciespal, Palacio salió escoltado por el Ejército.
Fueron horas de angustia sin una explicación clara. En lo que todos coinciden es en que no debió salir de la Base Aérea a un lugar desprotegido donde casi "muere
en el intento..."
Por Cecilio Moreno Mendoza