En 1994, el "ruso" Valentin Yurevich, director del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), lo predijo. Sería en el solsticio (21 de junio) de 2005 cuando una vez más el Sol y la Luna se encontrarían en un sitio arqueológico construido por los indígenas preincas.
Según su teoría, ellos construyeron una plataforma lítica circular donde pudiera darse el enfrentamiento de los dos astros: el Sol y la Luna, debido al período lunar de 19 años. El martes 21 se cumplió un nuevo período.
Los astros se juntaron de nuevo. Más de 200 personas fueron testigos. Acudieron a la plataforma de la quebrada Colorada, en el valle de San Antonio de Pichincha, el martes a las 17:00.
A sus 77 años, Elena Maldonado se enteraba que sitios como Cochasquí se construyeron para hacer avistamientos astronómicos. Hubo muchos curiosos. Luisa Martínez (19) leyó en un folleto que este acontecimiento ocurría cada 19 años.
A las 17:40, la gente descendió a la plataforma ubicada a menos de 1 km de Rumicucho. A las 18:00, ocurrió el fenómeno, aunque las nubes impidieron apreciar la "mágica" conjunción. Los presentes rodearon la plataforma y participaron en un ritual que ofreció el Ballet Andino Humanizarte con la Danza de Poder. Saludaron a los cuatro puntos cardinales. La gente levantó sus manos para recibir la energía de la tierra. El frío era intenso. Los visitantes empezaron a irse a las 20:00.
El miércoles se repitió el fenómeno. El frío se sintió fuerte y el cielo estaba limpio: 60 personas pudieron apreciar el encuentro. A las 20:00, la Luna apareció por el Catequilla. Brillaba intensamente y alumbró sobre la plataforma, que al parecer los indígenas levantaron para apreciar el efecto.
Hace 19 años (1986) nadie se percató del evento. Tuvo que pasar 11 años para que la gente comprobara la teoría de Yurevich. Él murió sin ver este encuentro. (ED)
La luz de la Luna se proyecta sobre Colorada

El fenómeno lumínico que se observó el 21 y el 22 de junio (solsticio), en San Antonio de Pichincha, a 17 Km al norte de Quito, acontece solo cada 19 años. La Luna llena salió detrás del monte Catequilla (este) y proyectó su luz directamente sobre una plataforma circular de piedra preincaica, en la quebrada Colorada. (ver foto)
Por el oeste, la luz del sol que se oculta, también se refleja en esta plataforma, provocándose el fenómeno astrológico de alineación. Según Cristóbal Cobo, del Proyecto Quitsa To, la Luna se ubica en la parte más austral (sur) del planeta y su efecto de luz llega directamente, a la Mitad del Mundo.
¿Por qué cada 19 años? Es el tiempo que dura el período metónico (ciclo lunar total) y empieza otro. En el país es más fácil hacer estas observaciones ya que, por su posición geográfica, se ven mejor las constelaciones del norte y del sur.
Posiblemente, los indígenas preincas construyeron este lugar con motivos religiosos o para determinar el tiempo de cosecha.(ED)
Vacaciones saludables

De 900 viajeros europeos, solo el 25% estaba bien informado sobre los riesgos de contraer enfermedades y apenas el 10% había sido vacunado. Un ejemplo más concreto: el 94% desconocía que había posibilidad de contagio de malaria en los países que visitaba y el 71% no cargaba medicación preventiva.
Las moscas y mosquitos de la mayoría de países tropicales son los vehículos transmisores de las peores epidemias: malaria, chagas (solo se contrae en el continente americano, desde México hasta el sur de la Argentina), la enfermedad de sueño por la picadura de la mosca tse-tse, dengue, leshmaniasis, encefalitis japonesa, poliomielitis, difteria...
Las orugas, abejas y avispas también son un riesgo. Producen shock, reacciones alérgicas. En 1% de los individuos con picaduras múltiples de avispas se desencadena una reacción tóxica, con fiebre, vómito, dolor de cabeza, diarrea, sudoración, contracturas musculares, pérdida de conocimiento, hasta la asfixia. Las arañas son más inofensivas: de las 50 mil especies conocidas, solo una decena supone un peligro para la especie humana.
Otros peligros son las infecciones transmitidas por el agua, a causa de gérmenes que pueden vivir en aguas cloradas varios días. Los más comunes son los hongos, la onicominosis y tiña pedis.
Cada bañista lleva un "cargamento" de estos y se vuelve agente contaminante del agua, por lo que los gérmenes suelen provenir de la piel, mucosas y aparato génito-urinario. No puede pasar por alto ducharse antes de cada inmersión y usar un calzado adecuado.
Unas vacaciones saludables sí son posibles. (LM-Internet)



Tres "males" del viajero

El jet lag

¿Se acuerda de esa sensación de torpeza e inevitable atolondramiento que sufrió en el último viaje en avión? Era el jet lag, así se conoce a la sintomatología que provoca la adaptación del organismo a un nuevo horario: tenemos un reloj biológico sujeto al ritmo circadiano (referido al día y a la noche).
Este síntoma moderno es una desincronización externa: las horas de sueño, vigilia y comidas se ven modificadas. Luego, la desincronización es interna. Tras una diferencia horaria de media docena de horas son necesarios algunos días para que el cuerpo se adapte a las nuevas temperaturas y a los nuevos ciclos hormonales. Los efectos: falta de sueño y dificultades para relajarse. El viajero recién llegado pasa somnoliento durante el día.
¿Una manera de prevenir? Entrenamiento antes de viajar. Difícil levantarse de madrugada y acostarse de día, pero ¡pruébelo! Se había hablado de la melatonina, hormona que regula el sueño, como panacea contra el jet lag, pero un estudio de la U. de Nueva York demostró su ineficacia.


Síndrome de la clase turista

Estar muchas horas sin moverse dentro del avión es peligroso. La inmovilidad, permanecer sentado, en asientos estrechos, la deshidratación y la despresurización en alturas superiores a 6 800 metros aceleran la trombosis venosa profunda que caracteriza a este síndrome, que afecta al 10% de pasajeros que viajan más de ocho horas.
Los síntomas (dolor, edema, coloración cutánea anormal, prominencia de las venas superficiales) se pueden sentir durante el viaje, al aterrizar o días después de la llegada.
Un estudio publicado en Neurology advierte del riesgo de sufrir embolia pulmonar por la formación de coágulos en las venas de las piernas, lo que puede bloquear las arterias pulmonares y producir un ictus (dolor). El viajero de más de ocho horas puede prevenirlos así:
1. Dar paseos cortos por el avión cada hora.
2. Flexionar y rotar los talones moviendo todas las partes del pie al mismo tiempo.
3. Vestir ropa ancha que mejore la circulación
4. No beber alcohol.
5. Ingerir mucho líquido. La deshidratación puede contribuir al desarrollo de coágulos.
6. Hablar con su doctor antes de emprender el viaje si usted ha tenido alguna enfermedad pulmonar o cardíaca.


Mal de altura o de montaña

Su incidencia aumenta con la altitud. Lo que esta enfermedad refleja es la mala adaptación del organismo a la altura, por lo que el turista tardará en acostumbrarse a las disminuciones de oxígeno, temperatura y a la deshidratación. Los síntomas: dolores de cabeza, náuseas, vómitos, fatiga e insomnio. Aparecen en horas y pueden mantenerse de dos a tres días.
Una persona sana soporta con solvencia altitudes inferiores a 500 m. El problema llega a partir de los 3 000 m: el déficit de oxigenación de la sangre comienzan a deteriorar la respuesta de nuestro cuerpo.
La temperatura desciende 0,7ºC cada 100 m, por lo que el organismo deberá realizar mayores esfuerzos por mantener la temperatura corporal. A mayor altitud, mayor pérdida de calor, escalofríos y calambres musculares. (LM)

El verano enciende tres sanas costumbres

LA DIETA DEL CALOR

Cuando el calor nos invade necesitamos algo fresco para compensar temperaturas tan altas. Las frutas y verduras con alto contenido en agua y fibra son ideales: además de alimentarlos, hidratan su piel. En el verano, el cuerpo no necesita tantas calorías como en épocas frías, donde mucha energía se dedica a mantener la temperatura corporal.
El agua, los zumos, los helados y las sopas frías aportan al organismo mucha agua, vitaminas, minerales, hidratos de carbono y antioxidantes.
A más de los refrescos, la horchata es famosa para el combatir el calor. Su alto contenido en minerales, fósforo, potasio, vitaminas C y E producen energía y nutren.
Otro alimento necesario en la dieta veraniega es el helado. No solo tiene el poder de refrescar, también es nutritivo y digestible: tiene 300 calorías cada 100 gramos.
Los mayores nutrientes (entre 28%y 34% de proteínas) son los hidratos de carbono. Contienen azúcares añadidos, proteínas y grasas (20%). El resto de la composición, casi la mitad, es aire, además de algunos aditivos ricos.

LA SIESTA ESTIVAL

Pocas actividades dan más satisfacción durante las vacaciones que la típica siesta veraniega. Esta práctica, que Camilo José Cela definió como el "yoga ibérico", se está convirtiendo en una verdadera revolución. Aunque se le atribuye a San Isidro el invento de este reparador hábito, varios doctores estadounidenses están tratando de introducirlo en la dinámica laboral de empresas de la talla de Levi Strauss, como un recurso natural que favorece el rendimiento de los trabajadores.
Está demostrado que uno está más capacitado para pensar y tomar decisiones cuando el cerebro ha tenido tiempo de recuperar fuerzas tras un momento de asueto. La búsqueda de la ‘sexta hora’, denominación que recibía la siesta por parte de los antiguos romanos, es fruto de nuestro reloj biológico y está dirigido a limitar el ‘bajón’ que atraviesa nuestra energía entre las 13 y 16 horas.
Algunos consejos: la duración de la "cabezada" no debe ser superior a 1 hora ni inferior a 15 minutos, por encima o debajo de ello hablamos de holgazanería o tacañería. Durante este lapso, la tensión arterial y la temperatura corporal disminuyen, lo que induce a un reposo más profundo.
Cuando la siesta se excede, son comunes los ataques de mal humor propios de la misma inercia del sueño, ya que tardaremos más en despertarnos y poner los pies otra vez en el suelo.
La siesta goza de prescripción facultativa en todos los niños pequeños. El niño de hasta 4 años que no está acostumbrado a la siesta puede padecer episodios de sonambulismo y pesadillas.
Varios estudios dan cuenta de sus virtudes terapéuticas. Científicos de la Universidad de Harvard han demostrado que cuando los jóvenes hacen siesta asimilan mejor el aprendizaje que adquirieron durante el día.

El SEXO A 40ºC

Los calores estivales avivan como cada año el fuego interior de los veraneantes. El deseo erótico aumenta, por varias razones. En términos fisiológicos, la testosterona ve incrementada su concentración en la sangre durante los meses estivales debido a que esta hormona responde a los estímulos lumínicos, lo que explicaría entonces el incremento de nuestra libido.
No hay dudas de que los factores ambientales influyen en nuestro erotismo. Así, la retracción provocada por el frío influye también en el terreno de la seducción. En contraposición, en verano la gente se viste con un tipo de ropa de la que cuesta poco desprenderse y que tiende a las transparencias, lo que provoca que nuestra imaginación se renueve con la desnudez del otro sexo, pues hay una nueva clase de estímulos, sobre todo visuales.
Por otro lado, el buen tiempo trae el buen humor, y con ello las personas son más sociables, nacen nuevas amistades. No hay estrés. La persona que está de vacaciones deja de centrarse en su trabajo y obtiene una relajación favorable al contacto amoroso.
A modo de conclusión, cabe decir que el verano también influye en nuestro "kamasutra" particular: no son aconsejables las posiciones en las que los cuerpos entran en un contacto casi total, ya que la temperatura corporal subirá todavía más debido al roce.
Si queremos evitar que el lecho de amor se convierta en un horno empapado de sudor habrá que idear posturas que permitan el acoplamiento con un mínimo contacto.
Dejen volar su imaginación, en este campo las sugerencias sobran. (LM)

El sol es el mayor peligro veraniego. Afecta tus sentidos: la piel, los ojos y los oídos

Cáncer de piel: el 90% de los casos se dan por el exceso de sol. Uno de cada tres cánceres son de piel y el 50% de dosis acumulativas de rayos ultravioleta se recibe hasta antes de los 18 años. No se exponga a los rayos solares entre las 12:00 y 16:00. Use protector UV: en los primeros 18 años de vida, reducen los riesgos de contraer males cutáneos en un 70%.
¿Quién no ha abierto los ojos debajo del agua de la piscina o del mar sabiendo que puede causarle irritación? Usar gafas acuáticas es una solución. El sol también daña las "vistas". Par "lentejuelos", listo. La conjuntivitis es común. La excesiva radiación origina cataratas, tumoraciones y lesiones de la retina. Una dieta en antioxidantes y colirios para la resequedad son ideales.
La otitis llega por las altas temperaturas y los baños en piscinas o en el mar. Se inflama el conducto auditivo externo; duele y pica el oído.
¡Uy! herpes: se estima que un 80% de la población sufre de algún tipo de herpes. El sol hace más vulnerable al sistema inmunológico de la dermis. No se exponga tanto al sol. Ingiera algún nutriente suplementario de vitamina C..

Un botiquín que incluya una póliza de seguros y más

Medicamentos y productos básicos: un antibiótico, un antidiarreico, preservativos, una crema de protección solar factor 15 y un repelente de insectos. No olvide su certificado internacional de vacunación. Y lo más aconsejable para el turista: contratar una póliza de seguros.

Inmunizarte es un requisito para entrar a ciertos países

Evite las sorpresas desagradables: vacúnese antes de emprender vuelo. Las vacunas obligatorias en ciertos países son contra la fiebre amarilla, cólera, polio y tétanos, fiebre tifoidea, meningitis meningocócida, hepatitis A y B y rabia.


Hay otros tratamientos en vez de las vacunas

Las vacunas sí protegen; sin embargo, sus efectos secundarios, aunque son leves, resultan muy desagradables: náuses, vómito, diarrea o fiebre. El viajero puede optar por otros tratamientos para fortalecer su sistema inmunitario y enriquecer su flora intestinal.


Para cuidar el sistema inmune y fortalecer la flora intestinal

Quien no quiera vacunarse debe tomar más precauciones y, sobre todo, reforzar su sistema inmune con remedios homeopáticos. Si visita zonas de riesgo deberá tomar productos que contengan bífidus y oligoelementos de cobre. (LM)
Receta de una sopa fría
GAZPACHO
Ingredientes para cuatro personas:
1 kilo de tomates, 1 pepino, 1 pimiento verde, 1 diente de ajo, 1/2 cebolla, 50 gramos de miga de pan
duro, 4 cucharas soperas de aceite de oliva virgen, 3 cucharadas de vinagre, sal.
Batir: pimiento, pepino, ajo, miga de pan y el tomate hasta formar una pasta; mezcle todo y añadir el aceite poco a poco. Mezcle con un poco de agua. Échelo en un colador y añada el vinagre y
hielos.
EXPLORED
en Ciudad Quito

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