Completamente desfigurado por el envenenamiento del que fue vÃctima, el candidato opositor ucraniano Viktor Yúshenko se convirtió en el emblema de una revolución naranja que logró la anulación de los comicios del 21 de noviembre por fraudes masivos.
El candidato de la oposición, reformador moderado y pro occidental, es el gran favorito para la segunda vuelta de las elecciones de hoy: los sondeos le dan una ventaja de unos 10 puntos sobre el primer ministro pro ruso Viktor Yanukovich.
Lejos quedó la imagen del principio de la campaña electoral de un hombre apuesto de unos 50 años sonriendo sobre un fondo naranja.
Ahora, Yúshenko se convirtió en una persona 10 años mayor con el rostro totalmente afectado por un acné virulento, debido al envenenamiento con dioxina del que fue vÃctima en septiembre pasado, según confirmaron los médicos que lo atendieron en Austria.
Por ahora, no se sabe con certeza quién fue el responsable del envenenamiento -que lo obligó a hospitalizarse de urgencia en Viena, perturbando su campaña electoral, aunque la oposición acusa a los servicios secretos rusos o ucranianos de estar detrás de este turbio asunto.
También, se ignora cómo influirá el envenenamiento en el resultado de la nueva segunda vuelta de hoy.
Su popularidad ya habÃa aumentado notablemente debido a la "revolución naranja", un movimiento popular sin precedentes en Ucrania desde la independencia en 1991, que obligó a las autoridades a anular las elecciones fraudulentas del 21 de noviembre y puso fin al ostracismo impuesto a Yúshenko por los grandes medios nacionales.
Nacido en 1954 en la región de Sumy (noreste), fronteriza con Rusia, e hijo de maestros, este economista de formación saltó a la palestra como presidente del Banco Central de Ucrania (BNU) entre 1993 y 1999, cargo desde el que controló la galopante inflación y estableció una moneda nacional en 1996.
Sus opositores lo presentan como un enemigo de Rusia que busca aliarse con la Unión Europea y los Estados Unidos.
El presidente saliente Leonid Kuchma lo nombró primer ministro en 1999. Entonces, aprovechó para reactivar una economÃa en transición, suprimir el trueque, crear un sistema de pagos transparente en el sector energético y organizar privatizaciones.
Popular entre las clases media y baja, las reformas económicas iniciadas por su gobierno no fueron del agrado de la oligarquÃa cercana a Kuchma, que pidió su renuncia en abril de 2001.
Fue entonces, cuando formó la coalición Nuestra Ucrania (centro-derecha), que en las legislativas de 2002 se convirtió en la primera fuerza polÃtica del paÃs al ganar 112 de 450 escaños en el parlamento.
Yúshenko se alió a la opositora Yulia Timochenko, jefa de otra coalición parlamentaria, y defendió posiciones cada vez más radicales contra el poder, que lo calificó de "criminal".
Yúshenko es padre de cinco niños, tres de ellos de su matrimonio en segundas nupcias con una estadounidense de origen ucraniano. Ahora que su rostro ha quedado desfigurado por el veneno planea, hacerse una cirugÃa plástica. (Agencias)
Tras la crisis, Yanukovich se enfrenta a la oposición
Yanukovich afronta debilitado esta segunda vuelta, abandonado por parte de su estado mayor y por el presidente Leonid Kuchma
El primer ministro Viktor Yanukovich, ganador en los comicios del 21 de noviembre anulados por fraude, se presenta como un candidato independiente que ahora no solo hace campaña contra la oposición, sino también contra el poder, que lo habÃa apoyado incondicionalmente antes de la crisis.
Yanukovich, de 54 años, se niega a tirar la toalla como le aconsejó el presidente saliente, Leonid Kuchma, quien luego de respaldar al "candidato del poder" en las dos primeras vueltas lo abandonó ante la presión de la oposición y de la comunidad internacional.
Este gigante de casi 2 metros, ademanes rÃgidos y lenguaje poco elaborado, habÃa sido designado por el poder para proseguir la polÃtica de Kuchma y, especialmente, su relación con Rusia.
Pero la "revolución naranja" de la oposición frustró los planes del poder y -tras la anulación por parte de la justicia de los comicios del 21 de noviembre por fraudes masivos- Yanukovich no tuvo más remedio que apoyarse en su bastión regional del este y sur del paÃs.
Yanukovich reprochó a Kuchma sus "errores y su pasividad" durante la crisis y acusó a su rival, el opositor Viktor Yúshenko, de haberse convertido en el nuevo "candidato del poder" que, financiado -según él- por los estadounidenses, podrÃa "transformar a Ucrania en una colonia".
Muy impopular en el oeste nacionalista de Ucrania, bastión de la oposición, Yanukovich concentró su campaña en las regiones "rusófonas", donde llama a una "autonomÃa económica".
Aunque tiene muy pocas posibilidades de ganar las elecciones, Yanukovich sostiene que sus simpatizantes "jamás aceptarán" la victoria de Yúshenko y que decenas de miles de ellos están dispuestos a marchar sobre Kiev para "impedir un golpe naranja".
Nacido en 1950 en una familia obrera de Donbass (este) y huérfano de madre a los dos años, Yanukovich reconoció que ha tenido una infancia difÃcil y una juventud agitada. También confesó que soñaba con salir de la pobreza.
Fue condenado en 1968 y 1970 por robo y agresiones. Según su biografÃa oficial, se trataba de penas "infundadas" que fueron anuladas por la justicia soviética.
La prensa opositora lo acusa de haber colaborado con los servicios de inteligencia soviéticos (KGB) para purgar solamente la mitad de su pena, o sea año y medio, y de haber recibido después la tarjeta de miembro del Partido Comunista.
Tras comenzar como un simple obrero, fue escalando los peldaños hasta convertirse en director general de una empresa de transporte.
Nombrado en 1997 gobernador de Donetsk, una rica región de Ucrania, Yanukovich, casado y con dos hijos, pasó a dirigir el Gobierno en noviembre de 2002.
El proyecto de Yanukovich para gobernar Ucrania es independiente de la polÃtica europea. No obstante, plantea un rápido desarrollo económico y la lucha contra la pobreza, uno de los males sociales que más golpea a Ucrania.
En la segunda vuelta que se anuló por un fraude, el candidato partidista obtuvo el 49,46% de los votos. Sin embargo, en esta "tercera vuelta" como la han denominado, según los últimos sondeos del Instituto de investigación sociológica y del Centro de observación social, tendrÃa el apoyo del 37% de la población. (Agencias)
Ucrania, entre ansias imperialistas rusas y el deseo de control de los EEUU
En las elecciones de hoy, Ucrania no optará únicamente entre un candidato pro ruso y otro pro occidental, sino entre abrir las puertas a los EEUU, que sueña con extender su influencia en esta región, o preservar viejas pero todavÃa vivas ansias imperialistas de Moscú.
Y su opción influirá, sin duda, en otros paÃses vecinos miembros del antiguo bloque soviético -como Belarús, Kazajastán o Azerbaiyán, tentados de seguir el camino abierto por Georgia, en 2003, y por Ucrania, en las últimas semanas, según diversos expertos.
"Los comicios son una la lucha entre los EEUU y Rusia. Ucrania es clave para Washington, en su deseo de controlar el territorio post soviético. También lo es para Moscú, que sabe que, si lo pierde, no volverá a tener peso en Europa", estimó Olga Novikova, del centro de estudios rusos de Madrid.
Para los expertos, las reglas del juego en la zona las sigue dictando Moscú y el nuevo presidente de Ucrania se verá obligado a ceder en muchos aspectos, porque el paÃs es muy rico industrialmente pero depende del gas y petróleo rusos. (AFP-EFE)
Desplegados 12 300 observadores internacionales para evitar otro fraude
El presidente de la comisión electoral central ucraniana, Yaroslav Davidovich, presentó nuevas papeletas de voto, "con una mejor protección", para los comicios presidenciales de hoy.
Cerca de 38,1 millones de papeletas fueron fabricadas para la repetición de la segunda vuelta de la elección presidencial ucraniana, ordenada por la Corte de Justicia.
Las papeletas fueron envueltas al vacÃo en bolsas de plástico que llevan el nombre de cada oficina de votación.
Los documentos que dan derecho a votar fuera del lugar de residencia fueron impresos en el mismo papel de las papeletas.
Además, los 37 millones de electores ucranianos elegirán a su nuevo mandatario vigilados por más de 12 300 observadores extranjeros para evitar fraudes. En la elección anterior participaron 5 000 observadores.
Mientras tanto, el presidente saliente de Ucrania, Leonid Kuchma, pidió ayer a los ucranianos que no se dejen influir por la crisis post electoral y acudan hoy a las urnas. (AFP-EFE)