Quito. 10 may 99.
1. ANTECEDENTES
El Ecuador enfrenta una crisis económica sin precedentes. No
solo que lleva cinco años de recesión, producto de equivocadas
polÃticas macroeconómicas, tanto fiscales como monetarias,
sino que ha debido soportar pérdidas económicas de magnitud,
como resultado del Fenómeno de El Niño y de la caÃda del
precio del petróleo. Se estima, por ejemplo, que El fenómeno
de El Niño le ha costado al paÃs no menos de US$ 1.100
millones, de lo cual casi las dos terceras partes tienen su
origen en el bajo precio del petróleo.
Enumerar los demás problemas que enfrenta el Ecuador, y que
conllevan a hacer un diagnóstico de cuidado, serÃa repetitivo,
pero vale citar el alto déficit de la balanza comercial y de
pagos, la quiebra de empresas y el desempleo, el delicado
estado del sistema financiero, etc., todo lo cual apunta a un
estallido social de considerables proporciones a corto plazo.
Sumado a todo esto, hay una crisis de confianza, una crisis
institucional, una pérdida de fe en la moneda nacional, que
trasciende lo meramente económico, y se encuadra en el ámbito
de lo sociológico y psicológico.
Ante un cuadro de esta naturaleza ¿qué hacer? Un gobierno debe
buscar ajustar la economÃa a esa nueva realidad, a esa nueva y
más marcada escasez de recursos, mediante la toma de medidas
que equilibren tanto el sector externo como el sector interno
de la economÃa.
¿Qué ha hecho el gobierno frente a la crisis?
Fundamentalmente, ha optado por medidas de ajuste a lo
interno, tales como:
* Eliminación del subsidio del gas
* Aumento de tarifas telefónicas, eléctricas y de agua
* Aumento en el precio de los combustibles en varias
ocasiones, a niveles por sobre los internacionales
* Nuevos impuestos: 1% ICC, al patrimonio, etc.
* Sobretasa arancelaria
* Congelación de depósitos bancarios, etc. etc.
Todas estas medidas han agravado la crisis de los sectores
productivos.
¿Dónde esta el ajuste por el lado del sector externo? ¿Qué
medidas se han tomado para buscar reducir la pesada carga que
constituye la deuda externa como porcentaje del presupuesto
nacional y de las exportaciones?
En una palabra: NADA.
¿Cuál es el programa de reactivación del sector productivo?
No se lo conoce, si es que existe.
¿Qué medidas se han tomado para enfrentar la crisis bancaria y
de falta de confianza en la moneda nacional?
Nada de fondo.
A continuación se presentan algunas ideas básicas sobre los
problemas enunciados.
2. EL TEMA PRESUPUESTARIO
La primera prioridad de un gobierno no debe ser jamás
equilibrar el presupuesto a cualquier costo. Lo medular debe
ser la reactivación económica, la reconstrucción del paÃs, el
empleo, el bienestar de sus ciudadanos.
Si bien un problema fiscal deficitario merece atención, y debe
corregÃrselo, no puede hacérselo fuera del contexto de la
economÃa ni tampoco de la noche a la mañana. Para determinar
si debemos corregir el déficit fiscal, tenemos que saber cuál
es la fase del ciclo económico en que nos encontramos, y es
justamente perverso el proponer que a una economÃa en recesión
se la castigue con más o mayores impuestos. Sin embargo, eso
es justamente lo que se ha venido haciendo en el Ecuador,
agravando la crisis existente en los sectores productivos,
produciendo más quiebras y generando mayor desempleo. Japón,
que ha enfrentado una gravÃsima recesión, ha aumentado el
déficit fiscal justamente para estimular la economÃa. Esto es
lo que se llama una polÃtica fiscal contracÃclica.
3. EL TEMA BANCARIO Y MONETARIO
Más allá de problemas particulares que puedan haber afectado
la situación de uno o más bancos, el problema del sector
financiero obedece a las altas tasas de interés que se
establecieron desde 1995, en el paÃs, que tuvieron, como no
podÃa ser de otro modo, un efecto devastador en los sectores
productivos, deteriorando la cartera de los bancos, que no
representan otra cosa que la economÃa de un paÃs. Esto es
evidente porque el problema no es de uno o pocos bancos, sino
de todo el sistema.
Es ilusorio pensar que puedan coexistir banca sana y paÃs
enfermo, del mismo modo que es ilusorio sostener por más que
lo pida el FMI, que se debe sanear al sistema financiero,
cuando el sector productivo, el que le debe a la banca, está
virtualmente quebrado.
La contratación de nuevas auditorÃas a los bancos, como lo
exige el FMI, no dará ningún resultado excepcional, más allá
de lo que ya se sabe, que el patrimonio de los bancos ha
disminuido como resultado de la crisis productiva, de las
altas tasas de interés y la depreciación del sucre, y que
deben hacerse nuevas provisiones para créditos incobrables,
todo lo cual demanda que se pongan más recursos, que no
existen.
Una economÃa en recesión requiere de estÃmulos, tales como una
expansión de la masa monetaria, una reducción de las tasas de
interés, una reducción del encaje, entre otras medidas
monetarias que aconseja la técnica, esto es medidas monetarias
contracÃclicas.
Pero aquà hemos hecho todo lo contrario: una polÃtica
monetaria dirigida por el Banco Central del Ecuador que presta
dinero a los bancos en problemas, a tasas tan altas de interés
que los créditos de liquidez debÃan llamarse más bien créditos
de liquidación. Y es el Banco Central con su polÃtica de altas
tasas de interés el que por años ha venido sentando la pauta
en el mercado financiero. Vale recordar que con una tasa del
70% las deudas se duplican cada año, y se vuelven a la vuelta
de pocos años en impagables.
A esta polÃtica monetaria procÃclica, cuando debió ser
contracÃclica, le debemos la crÃtica situación productiva y
financiera por la que atraviesa el paÃs. Y si le añadimos la
decisión de congelar los depósitos bancarios, hemos producido
una contracción monetaria sin precedentes, cuando lo
aconsejable era hacer todo lo contrario.
4. FONDO MONETARIO INTERNACIONAL
No hay que oponerse a un acuerdo con el FMI, pero hay que
negociarlo sobre las bases realistas que permitan la
recuperación económica del paÃs, y no solamente garanticen la
existencia de recursos suficientes para pagar puntualmente la
deuda externa.
Las recetas del FMI han fallado rotundamente en varios paÃses
del mundo. No son infalibles y no tiene imagen que se plantee
exclusivamente más ajustes por la vÃa de impuestos, cuando,
como hemos dicho, la economÃa está en recesión y deberÃamos
estar buscando fórmulas nuevas, imaginativas, que permitan por
ejemplo reprogramar los pagos de la deuda externa.
Las expresiones recientes del Sr. Stanley Fischer del FMI, de
que el acuerdo del gobierno con ellos no es inminente, que el
monto del préstamo no se lo conoce aún, y que una vez firmado
el acuerdo y cumplidas nuevas condiciones, talvez en junio,
los desembolsos serán parciales, en un periodo de
aproximadamente 18 meses, y que en todo caso los recursos del
FMI irán a la reserva monetaria, para balanza de pagos y no
para proyectos sociales o de desarrollo, como alguien
erróneamente ha intuido en el paÃs, nos lleva a meditar sobre
la conveniencia de todos los ajustes hechos hasta el momento,
o de otros que el FMI sugiera, sin tocar lo que en el ámbito
del sector externo es lo más trascendente: la deuda externa.
5. DEUDA EXTERNA
Es ya de sentido común que la deuda externa no se puede pagar
en los términos originalmente establecidos, porque ni la
economÃa creció como estaba previsto, al 5 ó 6%, ni el
petróleo se ha mantenido en los niveles que estaba en 1994
cuando se firmó el Acuerdo Brady, ni en esa época se contempló
ni podÃa contemplarse el efecto devastador del Fenómeno de El
Niño, y la recesión económica que ya dura cinco años.
Honduras y Nicaragua pudieron concienciar a la comunidad
financiera internacional a raÃz de los problemas ocasionados
por el huracán Mitch, mediante una muy buena estrategia
publicitaria, de forma que recibieron un apoyo importante que
les permitió reducir la carga de sus deudas externas.
Nosotros, evidentemente, no pudimos desarrollar una estrategia
adecuada de marketing para dar a conocer al mundo la magnitud
del daño infringido a nuestra economÃa, proporcionalmente
mayor a la sufrida por esos paÃses centroamericanos.
Es importante anotar que de los US& 5.200 millones, que
corresponden al total del presupuesto aprobado, más de US$
2.000 millones (42%) están destinados al servicio de la deuda
pública y representan el 50% de las exportaciones de bienes y
servicios. Esto es inmanejable.
¿Qué puede hacer el Ecuador?
Se deben aprovechar todas las iniciativas que se están dando a
nivel mundial como la del Presidente Chirac, que intenta
encontrar soluciones para la condonación de las deudas, tanto
bilaterales como multilaterales, de los paÃses en desarrollo
altamente endeudados, o como la del Movimiento Jubileo 2000,
propiciado por el Papa Juan Pablo II, que busca la condonación
o reducción significativa de las deudas en el año 2000. Toda
gestión que se haga es válida y ninguna debe descalificarse de
antemano.
Pero el mayor tramo de la deuda, más del 50%, son los Bonos
Brady que, por estar en manos de muchos inversionistas, ha
llevado a voceros oficiales a señalar que no son susceptibles
de renegociación o reprogramación. Nada más alejado de la
verdad. Esta aseveración parecerÃa responder a intereses y
motivos inexplicables, porque en el exterior ya se da por
descontado que Ecuador y Rusia son los candidatos más
probables para obtener de sus acreedores, los tenedores de
Bonos Brady, nuevas condiciones de pago, tanto en plazo como
en valor.
Hay, por lo demás, un abanico de posibilidades o alternativas
en el ámbito de la reestructuración, reprogramación o
reingenierÃa de la deuda Brady que permitan a nuestro paÃs
obtener los resultados más convenientes. Por ejemplo, la
recompra, la novación, la reestructuración forzosa, la
utilización de la deuda en esquemas de reactivación de los
sectores productivos. Pero lo que es incuestionable, es que no
habrá solución a los problemas que enfrenta el paÃs, si no se
ataca el tema de la deuda externa.
6. LA DOLARIZACION
La crisis de confianza en el sistema financiero nacional, y la
pérdida de fe en la moneda nacional nos lleva a proponer un
nuevo esquema monetario/cambiario que es la dolarización, y ya
no la convertibilidad.
¿Por qué?
Porque la economÃa es dinámica, cambiante, y lo que pudo ser
aplicable tan solo meses atrás, ya no lo es. Luego del feriado
bancario y la congelación de los depósitos, la confianza en el
sucre como medio de cambio, unidad de cuenta, pero
especialmente como reserva de valor, prácticamente se esfumó.
En estas circunstancias, la convertibilidad que mantiene un
vÃnculo entre la moneda nacional (el sucre) y la extranjera
(el dólar), no elimina el riesgo de devaluación. No por gusto,
Argentina que ha tenido por casi diez años la convertibilidad,
hoy busca afanosamente la dolarización, especialmente luego de
que los problemas cambiarios que experimentó Brasil generaron
expectativas devaluatorias en Argentina.
¿Cuáles son las ventajas de la dolarización?
* Devuelve credibilidad en la moneda y se pueden descongelar
los depósitos
* Elimina el riesgo cambiario, pues ya no hay devaluación
* Trae estabilidad monetaria, al bajar la inflación a niveles
internacionales
* Reduce las tasas de interés a niveles internacionales y
elimina la economÃa especulativa.
* Estimula el crecimiento de la economÃa, con créditos más
baratos.
¿Y las desventajas?
* Pérdida de soberanÃa, porque no habrÃa ya moneda nacional
* Pérdida de polÃtica monetaria, porque ya no serÃa necesario
el Banco Central
* Pérdida de señoriaje, que es la utilidad que hace el Banco
Central por emitir la base monetaria
* Y habrán más objeciones de la gente que no mira hacia
adelante, que no comprende que el mundo va hacia áreas óptimas
de moneda (Optimun Currency Areas) como ya ha ocurrido en
Europa con el euro, y ocurrirá en Asia con el yen, lo mismo
que en nuestro continente con el dólar.
Esas fuerzas inexorables son difÃciles de combatir.
Para llevar la dolarización a la práctica se requiere ante
todo voluntad polÃtica, porque hasta el momento la condición
económica sine-qua-non, esto es de que hayan suficientes
dólares en la RMI para cubrir la base monetaria (emisión más
depósitos de los bancos en el Banco Central) se cumple con
exceso. (Texto tomado de El Universo)