Quito. 02 nov 97. Nuestros lectores ya empezaron a
respondernos: al momento de imaginar qué animal puede
representar bien al país deseado, salen a flote las mejores
características reflejadas en la fortaleza y la majestuosidad
del cóndor o el águila. O en la laboriosidad de la hormiga o
la abeja. Y en esto coinciden varios de los personajes
entrevistados. Aún hay tiempo para que Ud. participe en el
juego: buscarle al país la mejor imagen.

El ejercicio-juego iniciado la semana pasada por este Diario
sigue: ¿cuál es el animal que mejor representa al Ecuador que
queremos? Definitivamente no es el cangrejo, la tortuga o el
avestruz. Ese es el país que todos quieren dejar atrás y
sustituir por el del cóndor o el águila, la hormiga o la
abeja, la liebre o el elefante.

En esta entrega consignamos las respuestas de una veintena de
personajes ecuatorianos entrevistados. Y, por supuesto, las
primeras respuestas de nuestros lectores.

En esta exploración sobre la imagen del país posible, la
mayoría le apuesta al cóndor, por su majestuosidad, su fuerza,
su equilibrio y su dominio del aire. Otros creen en la gran
capacidad de despegue, la buena vista y la agilidad del
águila.

También están quienes eligieron la fuerza y la memoria del
elefante o la astucia y la rapidez de la liebre: porque el
país no puede seguir esperando y necesita dar un gran salto.

Asimismo están quienes militan por un Ecuador laborioso, que
trabaje en equipo y constantemente, como lo hacen las hormigas
o las abejas.

¿Qué tienen en común estos insectos con otros emblemas
escogidos? La capacidad de trabajo, la tenacidad y la claridad
de objetivos, lo mismo que la habilidad para vencer los
obstáculos. Ese es el Ecuador que se impone -dicen los
entrevistados- frente a las imágenes diarias de corrupción,
burocratización, falta de referentes, y especialmente frente a
la sensación de retraso.

Por cierto, hubo otras respuestas que pintan al Ecuador
deseado con las características de un felino, de aves
coloridas como un loro o un colibrí... o de un delfín. O con
la fuerza y el brío de un caballo.

Pero esto será tema de nuestra próxima entrega, en donde se
incluirán, como en esta edición, las respuestas que siguen
llegando todos los días a esta Redacción.

Cóndor

La fuerza no es todo, pero sirve para sobrevivir

El cóndor tiene adeptos. Vuela, es fuerte y majestuoso. Un ave
que, además, está en el Escudo Nacional y con la que le sería
fácil al Ecuador reconocerse. Representa la libertad, el
dominio de las alturas, la cautela y el equilibro. Puede
desplazarse, mirar hacia arriba pero también puede volver. Es
un ave que lucha por la supervivencia. Es imponente y lleno de
garbo.

Francisco Huerta, de la Fundación Ecuador, dice que no se
debería considerar al cóndor como ave de rapiña sino como ave
contra los que rapiñan.

Para Lola Villaquirán, directora del Consejo Nacional de la
Mujer, esta ave expresa paz y libertad, al tiempo que es
tierna es fuerte.

Nicolás Espinosa, presidente de la Cámara de Comercio de
Quito, identifica al cóndor con la capacidad de supervivencia
y la posibilidad de volar muy alto. Es además un animal
creativo, inteligente, tiene sus habilidades.

¿Tiene esas cualidades el país? Según Espinosa, sí. El Ecuador
tiene la capacidad de crecer rápidamente, si se tiene la
voluntad política para lograr la modernización.

¿Cómo? Un compromiso compartido que tiene que ver con la
disciplina y el trabajo. Lograr ser como el cóndor, que es el
sinónimo de la libertad, es cuestión de voluntad y compromiso
de todos los sectores. Disciplina en un marco de libre
competencia, libre empresa y libre comercio, dice Espinosa.

Para el marchista Jefferson Pérez, el animal que está en el
Escudo Nacional simboliza adecuadamente todos los aspectos
positivos que debería tener el país. Su fortaleza y
majestuosidad son imponentes e inspiran el respeto de los
demás. Estas cualidades deberían aplicarse principalmente en
la política.

Orlando Montoya, de Triángulo Andino y de Feadeps, le añade al
cóndor una cualidad importante: ser una especie en vía de
extinción. Eso, según él, significa que hay que protegerlo
para que sobreviva. La vía sería exigir al país mancomunar
esfuerzos para salir adelante económica, social y
políticamente. Se necesita un cambio de actitud en todos los
sectores para que el país se recupere íntegramente y salga de
la la crisis.

Marina Salvarezza, actriz y directora de teatro, se suma al
país del cóndor. "Porque vuela alto y mira desde la cima más
elevada en todos los sentidos. Necesitamos un país educado y
lo suficientemente culto como para despegar ese vuelo. Lo
único que le queda al ser humano para no desaparecer, para
vivir como debe ser, sin demasiada mentira y abusos, es elevar
el pensamiento y corazón y exigirnos cosas elevadas para
resurgir".

¿Cómo? Ella coincide con Jefferson Pérez en que es necesario
trabajar en la recuperación de valores cívicos y sociales, con
un compromiso que parte de la educación. Educarnos para ser
cívicos y más comprometidos socialmente, no asumir el abuso
del busetero, del empleado que cobra por arreglar la línea
cuando es su obligación, del vigilante que pide una coima. Hay
que tener el valor de romper esos abusos pero no solos sino
unidos para encontrar soluciones, acota.

Las cualidades del cóndor también atraen a Gustavo Pinto,
directivo de la Federación de Cámaras de Industrias.
Especialmente su rapidez y precisión. Son animales que saben
hacia dónde tienen que dirigirse. Argumenta que el cóndor,
además de ser un símbolo patrio, es majestuoso y rápido, se
alimenta de la cantidad precisa, no más de lo que necesita,
tiene buena visión, está siempre con los suyos y sabe con
quién asociarse.

Aguila

Con la vista puesta en el futuro...

El águila es símbolo de poder. Tiene capacidad de despegar,
buena vista, destreza y objetivos fijos. Aunque muchas veces
se ha asociado con el poder omnímodo, el águila tiene sus
adeptos. Se trata de un ave vistosa, libre y dominante. Su
mirada se impone e implica grandeza.

Luis Jácome, director de Carta Económica de la Corporación de
Estudios para el Desarrollo (Cordes), se identifica con esas
características. A su criterio, el país necesita un gran
impulso para el desarrollo de su economía y sus indicadores.
Además se requiere una buena visión de cuáles son los
objetivos del país y ver claramente el sitio de llegada.

Iván Narváez, de la Federación de Trabajadores Petroleros
(Fetrapec), también la escogió: por su agilidad, por su
destreza, por su capacidad de visión de largo alcance y por su
capacidad para lograr los objetivos. Es muy precisa al momento
de ejecutar lo que ha planificado hacer. Siempre está atenta a
lo que pasa en su entorno y tiene seguridad en lo que ejecuta.
Para él, el país debería ir acorde con los adelantos de la
ciencia, tener un proyecto de desarrollo económico y social
seguro, con una gran fortaleza e identidad cultural, que
proyecte su desarrollo en base a una planificación sustentada
a mediano y largo plazo.

Gustavo Pinto, directivo de la Federación Nacional de Cámaras
de Industrias, también votó por el águila, aunque le ve
características comunes con la liebre: ambos son inteligentes,
van con rapidez y precisión hacia donde saben que tienen que
dirigirse.

Quienes escogieron el águila coincidieron en su deseo: un país
concentrado en sus objetivos, ágil y dinámico y con la mirada
aguda hacia el futuro.

Liebre

Rapidez y astucia para dar el salto

Un país ágil, que camine rápido, que tenga capacidad de
reaccionar al menor estímulo. El país liebre es tentador.
Obligaría, dicen los consultados, a adelantarse a los
acontecimientos en lugar de quedarse atrás. La liebre es la
imagen contraria a la tortuga. Pero, en esta ocasión, la
moraleja queda de lado.

Martha Fierro, maestra internacional de Ajedrez, por ejemplo,
hace votos por un Ecuador dinámico, inteligente, que se mueva
planificadamente y en el que las personas progresen en cada
campo de acción. Un país en el que se abran más posibilidades
para los jóvenes y que los altos funcionarios y los dirigentes
se dediquen más, que piensen en servir a la comunidad antes
que en sí mismos.

Oscar Orrantia, presidente de la Cámara de Industrias de
Guayaquil, dice que con todo el tiempo perdido, lo que
necesitamos ahora es andar al paso de la liebre, sobre todo
para adoptar medidas que nos lleven a salir de la pobreza en
la que vive el país.

¿Qué hay que hacer a la velocidad de la liebre? Poner reglas
claras para la inversión, fomentar el ahorro, privatizar lo
que hay que privatizar, desarrollar infraestructura vía
concesiones.

El sector privado ha dado muestras de querer ir para adelante,
dice Orrantia "Realizamos inversiones pese al riesgo de que el
país no tiene un norte, porque mientras en otros países más
desarrollados el empresario dedica todo su tiempo a producir,
en Ecuador tiene que dedicar la mayor parte a luchar para que
no le cambien las reglas del juego, si no es que está
preocupado por una justicia que no funciona o por un sistema
político que está dominado por la corrupción".

La liebre no solo salta y brinca, evade obstáculos y
reacciona, sino que es una imagen limpia, alegre y traviesa.
El país, dice Martha Fierro, también tiene que tener ese
ingrediente: la alegría. No se puede el Ecuador pasar
renegando de sí mismo. Si lo sigue haciendo, no va a encontrar
un norte.

Algunos de los lectores que escribieron a este Diario también
dieron sus votos por la liebre. Un animal ágil, liviano, vivaz
y que despierta confianza y simpatía.

Elefante

Memorioso, fuerte y con pasos firmes

No avanza rápido pero avanza a paso seguro. Es un animal
fuerte, constante y, a pesar de ser grande, puede moverse
ágilmente. Puede ser amigo del hombre y ayudarle en el
trabajo, si se lo domestica. Cuando es salvaje, trabaja para
su manada. El país elefante tiene sus ventajas, aunque no sea
un animal del Ecuador.

Nelson Guim, presidente del Comité Empresarial Asia-Pacífico
en el Ecuador, encuentra que todo lo que hace este animal lo
hace con fortaleza, constancia y cierta velocidad.

Mario Caneas, gerente del Banco de Cacha, le añade una
característica especial: la memoria. Aquel animal inmenso,
pesado, con ojos pequeñitos, se dice, la tiene excelente. Y
eso es lo que el país necesita para no olvidar los errores del
pasado y sobre todo para no repetirlos.

No tenemos -dice Caneas- que olvidar los problemas generados
por la ingobernabilidad en el país. Eso nos ha impedido que se
manejen adecuadamente los poderes del Estado. El reconoce la
existencia de otros problemas graves como la inseguridad, pero
cree que si el país logra un adecuado nivel de gobernabilidad
las soluciones de los otros conflictos pueden llegar más
fácilmente.

El representante de la Asociación de Negros del Ecuador,
Víctor León Rodríguez, coincide con la metáfora del país
vigoroso. "El elefante crece, se yergue, es fuerte.
Necesitamos un país que tenga esa fortaleza, como visión de
desarrollo de su identidad".

Pero también le encuentra otra virtud, la de ser servicial. A
un elefante se le puede enseñar a bajarse para que suban en su
lomo las personas. Y esto -dice León- deberían aprender los
políticos: en lugar de subirse en una torre deben bajar hacia
la realidad para entender los problemas y las necesidades que
aquejan los ecuatorianos.

Hormiga

Pequeña pero inteligente y trabajadora

Trabajan en equipo. Son emprendedoras. Tienen un orden y una
jerarquía establecidas. La hormiga es uno de los símbolos que
también despierta simpatías entre los personajes consultados y
los lectores.

Alexandra Ayala, comunicadora social y corresponsal de
Fempress en el Ecuador, señala que el país que ella quiere
debe ser la armonía entre la laboriosidad comunitaria y no
jerárquica de la hormiga. Ayala puntualiza que desde su
espacio de trabajo, ella aportaría para construir este Ecuador
distinto haciendo una comunicación social que cultive la
inteligencia, apunte a la creatividad cotidiana en todos los
espacios sociales y desarrolle las capacidades lúdicas de los
ecuatorianos. La democracia y el respeto a las diferencias son
principios que prevalecen en esta reflexión desde la
simbología.

Las características de la hormiga son similares a las de la
abeja. La hormiga es pequeña, como el país, pero puede cargar
sobre su espalda cosas muy pesadas en el afán de construir.
Nicolás Svistonoff apostó también por ella.

Entre los lectores, la hormiga es trabajadora, nunca descansa
y lucha por hacer de su hogar el lugar perfecto para vivir.
"Así el hombre ecuatoriano debe luchar unido por un Ecuador
mejor, solo hay que esperar que los gobernantes cambien de
actitud, dice, por ejemplo, María Belén Garrido, estudiante de
intercambio en Nueva York, quien nos escribió a través del
correo electrónico.

Abeja

Trabajo en equipo y en orden, por el bien de la comunidad...

Una vida social organizada con papeles definidos. Una sociedad
de trabajo, de disciplina, con un sistema democrático justo,
en el que se admitan las jerarquías, pero con respeto. Esa es
la sociedad de la abeja. Y es el ideal de algunos sectores.

Leonidas Isa, diputado de Pachakutik, por ejemplo, dice que la
capacidad organizativa y de trabajo de las abejas es un
requerimiento urgente de la sociedad ecuatoriana. Y no es
imposible. En el contexto de las organizaciones sociales, que
tienen elementos parecidos como la minga, la unidad y el
trabajo de todos en beneficio de todos, debería rescatarse a
nivel general. "En las abejas no se ve explotación de unas
sobre otras, se ve solidaridad y trabajo, elementos que sí
existen en sectores sociales del país".

El Ecuador tiene la laboriosidad de la abeja, por su
paciencia, pero tiene que eliminar a los zánganos, que son los
políticos tradicionales, dice, a su vez, Pablo Estrella,
decano de la Facultad de Jurisprudencia de Cuenca.

Con él coincide el Padre Fernando Vega, director de la
pastoral social de la Curia de Cuenca. Para él, el imaginario
ideal de la sociedad ecuatoriana está en la necesidad de la
laboriosidad de la abeja y de la hormiga, que son
irracionales, pero que trabajan por el bien común. "Eso, por
el momento, contrasta con nuestra realidad actual, donde todo
el mundo ve por sí mismo".

Marco Encalada, director de Oikos, profundiza en la imagen de
la abeja: "sus sistemas de producción son óptimas y actúan con
visión de futuro. Cuando salen a buscar néctar traen algo a
casa, pero a la vez contribuyen a la polinización de muchas
especies de plantas, asegurándose que sus generaciones
venideras tendrán plantas cuyas flores les proveerían de
miel".

La sociedad de las abejas es una sociedad muy comunicativa.
Siempre están bailando pero sin dejar de trabajar.

Es una sociedad que genera riqueza para su grupo social,
dentro de normas estrictas. Nunca actúan individualmente, sino
en conjunto. Sus miembros se reproducen de manera equilibrada
de acuerdo a la disponibilidad de recursos. Si no hay
suficiente alimento reducen la tasa de crecimiento poblacional
y normalmente no existe déficit de vivienda.

Son aseadas y protegen su medioambiente, administran sus
residuos y reciclan muchos de ellos en la construcción de sus
viviendas. Tienen una visión de largo plazo. Buscan el néctar
en todo tipo de jardines cultivados y silvestres, no obstante
que algunos pueden estar relativamente distantes.

¿Algo negativo? La monarquía es quizá una de las
características de las abejas que no quisiéramos para la
Patria, según Encalada.

¿Cómo hacer de este país un panal? Pablo Estrella, Leonidas
Isa y el Padre Fernando Vega coinciden: cambios profundos no
solo en la Constitución sino en el sistema educativo, trabajar
el concepto de solidaridad y, sobre todo, de trabajo. Pensar
en el bien común y no en el individual.

Uno de nuestros lectores opina, por su lado, que Ecuador tiene
la energía de las abejas, cuya característica es hacer miel y
cuidar su panal aun a costa de su vida. Todo por el bien de la
comunidad.

LAS PRIMERAS RESPUESTAS DE NUESTROS LECTORES

Animal Razón Nombre

Cóndor, Es elocuente y vive en una cumbre, Cristóbal Espinoza.
Cóndor, Es ágil, libre, vive en las alturas, Bethsabé Ramírez.
Cóndor, Es veloz, dinámico, cauteloso, equilibrado, José
Cedeño.
Cóndor, Emblema de nuestro país, representa la fuerza, Moisés
Guzmán.
Cóndor, Vuela alto y es seguro, Galo Ponce Pazmiño.
Cóndor, Despega contra la adversidad y vuela alto, Paola
Hernández.
Cóndor, Elocuente y vive en lo alto de la cumbre, Diego Reyes.
Aguila, Pequeño pero grande en sus metas, precavido, Fernando
Duque.
Aguila, Deja atrás pequeñeces, es libre y siempre avanza,
Michelle Aldas.
Loro, Por su colorido, carácter, alegría y bondad, Edgar
Maldonado.
Papagayo, colorido, vuela alto y majestuosamente, es fuerte y
mágico, Bernardo Cañizares.
Colibrí, Es ágil, rápido, bello y colorido, Pedro González.
Hormiga, Es trabajadora, constante, ordenada y comunitaria,
Yolanda Paspuezán.
Hormiga, Es pequeña pero trabajadora, nunca descansa, María
Belén Garrido.
Hormiga, Pequeño, trabajador lucha por un hogar perfecto,
María Belén Garrido.
Abeja, Tenemos las mismas energías para trabajar, Edwin
Alvarez.
Abeja, Es trabajadora e incansable, Pedro Carrasco.
Delfín, Inteligente, audaz, fiel, amistoso, pero peleador,
Jaime Camacho.
Delfín, Por su fortaleza, inteligencia, alegría, solidaridad,
Roberto Guzmán.
Mono, Es inteligente, vivaracho, ágil, buen discípulo, Luis
López Freire
Nutria, Trabajadora, precavida, ahorrativa, limpia, valiente,
Ana Isabel Guerra.
Conejo, Pese a ser pequeño, es muy rápido, Daniel Villarruel
Elefante, Grande, inteligente, rápido, equilibrado,
trabajador, Mario Salamanco.
Caballo, Rápido, cauteloso, noble, fuerte, inteligente, Elsie
Martínez.
Llama, Libre, rica y cotizada, Mercedes Pesántez.
Vaca, Es útil y da excelentes beneficios, Omar Paz Encalada.
Lobezno, Aunque pequeño es fuerte e independiente, Moncho.
Gato siamés, Exótico, ágil y es el mejor armado de la
naturaleza, Davia Ramos.
Gato negro, Astuto, calculador y hace las cosas fríamente,
Cheo Estrella. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
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