Quito. 29 nov 97. Esta semana El Niño concedió una tregua en
la Costa. Sin embargo, el drama de los 8.500 damnificados se
ha agudizado con el paso de los días.

Los albergues improvisados carecen de lo indispensable y
también se inundan. Además, el hacinamiento crea un ambiente
insoportable, vulnerable a las epidemias.

En los recintos rurales, los únicos subcentros de salud se
encuentran bajo el agua, por lo que no brindan la atención.
Los albergues, e su parte, no cuentan con las medicinas
indispensables para una emergencia.

En Naranjal, que se anegó el miércoles y jueves pasados, se
presentaron dos casos de tifoidea y numerosos de sarna y
diarrea. Con la disminución del nivel del agua estancada,
existe mayor riesgo para la salud de los habitantes.

Por otro lado, la alimentación es deficiente. Las fundas de
víveres entregadas por la Defensa Civil han puesto a comer a
los evacuados únicamente arroz y fideos. Los damnificados
aceptan resignadamente esta comida, pues, como dijo alguno "a
caballo regalado no se le puede mirar el diente".

ALBERGUES BAJO EL AGUA

Han transcurrido ocho días desde que los trescientos moradores
del recinto Santa Rosa, ubicado a media hora del cantón
Naranjal, en el Guayas, quedaron completamente inundados por
efecto del desbordamiento de los ríos Chacayaco y Cañar.
Luego de una semana de permanecer con el agua hasta las
rodillas, la resignación es evidente. "Hasta nos estamos
acostumbrando", cuenta con cierto buen humor un campesino de
la zona.

Los pequeños agricultores de Santa Rosa no imaginan qué
ocurrirá con ellos en los próximos meses. Las plantaciones de
cacao, banano y arroz se arruinaron por completo. "En estas
tierras he perdido cuatro millones de sucres que, para remate,
le tengo que pagar al Banco del Fomento", dice Rosendo Rivera.
Rosendo va camino a Naranjal. Todos los días hace el mismo
recorrido en busca de sustento diario. "Cualquier cosa hago.
Lo importante es que lleve algo de comer a la casa. Usted sabe
que los niños no piden explicaciones, piden comida".

La ayuda que recibieron es insuficiente. Apenas algunas fundas
de alimentos entregada por voluntarios de la Defensa Civil el
pasado miércoles. A eso se limita la asistencia. "Lo que nos
trajeron no alcanzó para nada. Gracias a Dios, el crecimiento
del río ha provocado que la pesca aumente y eso nos da algo de
comer", explica Manuel Díaz, otro habitante del sector.

Pero cada día que pasa aumenta el peligro de epidemias. Hasta
el momento, se han presentado dos casos de tifoidea y
numerosos afectados de hongos y sarna. Manuel muestra sus pies
infectados. "La sarna nos va a devorar. El agua viene sucia
desde Puerto Inca y no tenemos medicinas". El único subcentro
de salud que existe en Santa Rosa permanece cerrado. La
solución es salir a buscar medicinas a Naranjal.

Pese a todo esto, los santarroseños permanecen en sus casas.
Nadie ha ido por ellos. "¿A dónde vamos a ir?", se pregunta
una joven. La situación es parecida en los recintos Jesús
María, Villanueva, El Lechugal y la parroquia Puerto Inca.

"En todos estos pueblos estamos decididos a no acudir a votar
el domingo. Así expresaremos nuestro rechazo a los políticos,
que solo aparecen a pedir nuestros votos", dice Manuel Díaz.
Personalmente, Manuela cumple con la tarea "de convencer a mis
amigos para que no voten".

Pero, en estas poblaciones hay otro problema adicional. Los
campesinos están indignados porque los grandes bananeros, que
poseen extensas plantaciones alrededor de sus poblados,
desfogan el agua hacia sus propiedades. "Existe una completa
falta de solidaridad y quemeimportismo por parte de los
grandes bananeros. Cuando se inundan sus plantaciones, no
tienen reparo en desfogar con sus poderosas bombas y lanzarnos
toda el agua a nosotros. Todo esto con tal que sus tierras
permanezcan secas", expresa Díaz. "Ellos tienen suficiente
dinero para dragar sus zanjas y no lo hacen. Esto es el
colmo".

ES HORA DE ACEPTAR QUE VIVIMOS UNA TRAGEDIA

El miércoles 26 de noviembre fue negativamente especial para
Mercedes Ochoa. A las 18h00 que regresaba a su casa, se
encontró con la sorpresa que su vivienda había desaparecido
bajo el agua. Desde entonces, y hasta el momento, su familia y
cincuenta más permanecen como evacuados en las aulas de la
escuela Marcel Laniado de Wind, único albergue existente en
Puerto Inca, parroquia de Naranjal, en la provincia del
Guayas.

La estadía en este improvisado albergue no es envidiable. Las
condiciones en las que están obligados a permanecer decenas de
mujeres y niños, han desatado infecciones, irritaciones de la
piel y diarreas.

Dormir es otra odisea. En dos aulas de extensión reducida se
encuentran más de cien personas. El espacio para descansar es
limitado y los mosquitos no tienen hora de descanso. Los
hombres generalmente duermen en el suelo por falta de
colchones. "Lo poco que tenía se perdió. Ni la ropa alcanzamos
a rescatar", dice otra mujer.

"Dios aprieta pero no ahorca". Los evacuados de este albergue
pueden sentirse afortunados. El primer día recibieron con
desconsuelo la ración entregada por los voluntarios de la
Defensa Civil: una funda de arroz, azúcar, sal, avena y
fideos. "No daban ganas ni de comer", comenta despacio una
madre, para evitar que le escuchen las voluntarias de la
Defensa Civil que allí se encuentran. Las propias voluntarias
sentían cierta vergüenza de la bolsa que entregaban y, cuando
HOY intentó captar fotografías del contenido de una funda, una
mujer disimuladamente la cerró, impidiendo la toma.

Pero la suerte mejoró. Llegó una importante donación de
alimentos por parte de la hacienda bananera Rey Rancho. La
funda contenía latas de sardina, aceite. "Esperamos que la
empresa privada se haga presente y entienda la emergencia que
atravesamos. Vivimos una tragedia", expresó un socorrista.

Pero, la obligación de entregar los alimentos no es de la
Defensa Civil ni de la empresa privada, solamente. El
Ministerio de Agricultura recibió 14 mil millones de sucres
para sustentar a los 9.000 damnificados que existen en el
país.

AL CAMARON SSE LO LLEVA LA CORRIENTE

El sector camaronero ha sido duramente golpeado por el
Fenómeno de El Niño, con pérdidas que ascienden a 36.579
millones de sucres aproximadamente, declaró ayer el presidente
de la Cámara de Acuacultura, Andrés Romo-Leroux.

De acuerdo con los datos proporcionados por las filiales
provinciales, un total de 2.514 hectáreas de camaroneras han
sido afectadas con la pérdida del producto y daños en la
infraestructura: 1.042 ha. en El Oro, 866 ha. en Manabí, 600
ha. en Esmeraldas y 5 ha. en Guayas.

Romo Leroux afirmó que se trata de una información preliminar
y que aún se busca información para poder realizar una
cuantificación exacta.

Los estragos del Fenómeno de El Niño recién comienzan a
sentirse, y la situación tiene el agravante de que las
carreteras no están en las condiciones necesarias para
transportar el producto. Los camaroneros hacen un llamado al
Ministerio de Obras Públicas para que intervenga en forma
inmediata en la rehabilitación de las vías.

DESCUENTO DE UN DIA DE SUELDO

Los empresarios de Guayaquil se mostraron partidarios de que
los empleados públicos y privados entreguen un día de sueldo
para ayudar a los damnificados por el fenómeno de El Niño.
Empero, el Gobierno envió al Congreso un proyecto de ley
urgente, destinado a aplicar un nuevo tributo a los ingresos
netos, para asumir las consecuencias de esta emergencia.
"Nosotros estamos totalmente de acuerdo en aportar con un día
de sueldo", dijo el presidente de la Cámara de Comercio de
Guayaquil, Luis Trujillo. Se trata de un acto de solidaridad,
dijo. Pero pidió que se controle muy exhaustivamente el
ingreso de esos dineros para que no vayan a un saco roto.
Trujillo dijo que antes el dinero que se recogía no la
llegaban a ver los afectados sino gente extraña.
Por eso, pedimos que los recursos sean manejados por entidades
afines a la Defensa Civil.

EL NIÑO DECIDE EL CALENDARIO ESCOLAR

En estos momentos, quien dispone cuándo se deben terminar las
clases en la Costa es El Niño, no son las autoridades
educativas.

En Manabí, por ejemplo, cuando llegan las lluvias, las clases
se suspenden. Frente a una escuela inundada o los sembríos
inundados no hay disposición ministerial que valga. Por eso,
los maestros terminan las clases "a como dé lugar" antes de
diciembre.

En estos momentos, es imposible terminar el año lectivo el 16
de enero como quieren las autoridades, dijo a HOY un profesor
primario, de una escuela del recinto Sosote, del cantón
Rocafuerte, inundada por los constantes aguaceros caídos en
los últimos días.

"Estoy desesperado porque tengo que acatar las decisiones de
la Dirección de Educación, pero no puedo entrar a la escuela
porque es imposible. Los alumnos no vienen a recibir sus
clases, porque sus padres se lo impiden. Y tiene razón porque
la situación es difícil", dijo el maestro.

Esta situación revela el desfase entre la realidad que
presentan las escuelas rurales, con las disposiciones de las
autoridades ministeriales.

HASTA EL PROXIMO AGUACERO

Los evacuados que resultaron del fuerte aguacero ocurrido el
lunes en Guayaquil, comenzaron a retornar a sus hogares. Hasta
el martes, existían 820 damnificados repartidos en diversas
escuelas. Al momento, no existe un número exacto de las
personas que aún continúan refugiadas, pero son una mínima
parte, según informó Alfredo Pesantes, de la Defensa Civil.

Lo más ventajoso para estas personas es que, pese a los
prónosticos del INAMHI, no llueve desde hace cuatro días.
Ahora les queda "limpiar en la casa todo el lodo que llega
hasta los tobillos", según una mujer.

Según Pesantes, la población debe estar consciente de que esto
sigue de largo. "Yo no me explico por qué la gente espera
tener el agua hasta el cuello para empezar a sacar sus
pertenencias. Si comienza a llover duro, hay que actuar de
inmediato y no esperar el final", recomienda.

Para algunos, sin embargo, el retorno será imposible, pues
perdieron sus viviendas. "Estas personas deberán continuar en
las escuelas, hasta que las autoridades resuelvan qué ayuda
les van a brindar". La incógnita es el tiempo que van a
permanecer en esta situación.

El voluntario también descarta que por los evacuados surjan
problemas este domingo por las elecciones. "Ventajosamente,
las escuelas que sirven de albergues no están designadas como
recintos electorales, pues se encuentran en zonas marginales".

CHONEÑO SE MUDA CON SU FAMILIA A UN AUTOBUS

Augusto Soledispa narró que, cuando se preparaba a salir de su
casa, nunca se imaginó que iba a encontrarse con que el río
Chone estaba en su dormitorio.

Recién se acordó que la semana anterior, la Defensa Civil
había lanzado mensajes por la radio Libertad, avisando que el
Niño estaba a punto de llegar. Hizo poco caso y se acostó a
domir.

Ahora, con la realidad a cuestas, Augusto, propietario de un
bus de la cooperativa Ricaurte (que hace viajes entre Chone y
San Antonio), no tuvo otro remedio que salir con las pocas
cosas de la casa, hasta un lugar seco.

Su mujer se opuso diciéndole que los ladrones podrían robar.
Entonces se acordó del carro estacionado en una zona seca e
inmediatamente les dijo a sus tres hijos que le ayudaran a
pasar "las cosas" hasta el bus. En menos de 10 minutos,
Augusto se había "cambiado de casa".

La historia de Augusto la pueden contar los 50 mil habitantes
de este cantón manabita, azotados por las inundaciones
originadas por los ríos Garrapata, Grande y Mosquito,
afluentes del Chone, que pasa por la población.

Pese a que el agua ha bajado ostensiblemente, ya que desde el
lunes no llovió, la realidad es otra en sitios como Los
Almendros, en donde los damnificados son decenas. Se los puede
ver en albergues improvisados, con la mirada perdida y con
lágrimas en los ojos.

Aquí no se ha recibido un solo centavo para contrarrestar el
fenómeno de El Niño, dijo Alberto Espinel, de la radio Chone.
La gente clama por medicinas, botes a motor y pide que se
fumigue por lo menos los barrios periféricos "en donde el
mosquito hace feria con los niños, especialmente".

No hay servicio telefónico, tampoco de energía eléctrica, el
agua potable escasea, los mosquitos deambulan, los niños tosen
y tosen. Aquí llegaron dos ministros, ofrecieron 100 millones
y se fueron a Quito, dijo Alfredo Zambrano, morador del barrio
Chone..

Narró que gracias al esfuerzo de los moradores pudieron
habilitar un camino de tierra para retornar la comunicación
entre Chone y Quito, por el sector de Santa Rita

2.000 MILLONES PARA LA COMUNICACION

Este lunes arranca la campaña de información respecto del
fenómeno de El Niño, que será transmitida a través de radio,
prensa y televisión, para capacitar y difundir medidas
preventivas en la población de la Costa ecuatoriana.

Según versiones obtenidas en la Unidad de Contingencia del
Fenómeno de El Niño de la Presidencia de la República, este
programa cuenta con un presupuesto referencial de dos mil
millones de sucres, de créditos externos; no obstante, el
director de la Unidad de Comunicación, Eduardo Khalifé, negó
que se haya asignado dicha suma.

Khalifé reconoció que cuenta con un fondo rotativo de 70
millones de sucres para la contratación de personal y los
equipos pertinentes, puesto que la infraestructura de la ex
Secretaría de Comunicación del Estado (Senacom), "no es
suficiente para cubrir las expectativas de este nuevo
organismo".

Participarán en esta cadena 70 radios privadas a nivel
nacional, y hará de matriz Radio Centro y no Radio Nacional
del Ecuador. Khalifé explicó que la radio del Estado tampoco
cuenta con capacidad para matrizar la red. Los espacios serán
gratuitos en radio, prensa y TV, con emisiones diarias.
(DIARIO HOY) (P. 6-A y 7-A)
EXPLORED
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