Quito. 24 sep 99. La decisión de liquidar los fondos Visión y
Capital, adoptada por sus Juntas Directivas y por la actual
administración del Banco Popular el martes pasado, no fue la
única señal negativa que recibieron los 9 000 inversionistas de
dichos fondos. Al menos dos comunicados, fechados el 17 de marzo
y el 19 de septiembre pasados, ponían en alerta a quienes habían
colocado, por intermedio del Banco Popular, alrededor de 400
millones de dólares en las Bahamas.

El primer síntoma de las pérdidas que experimentaba el fondo BPI
Vision Inc. se produjo pocos días después del decreto de
congelamiento de depósitos. Aunque la disposición del Gobierno
ecuatoriano no se aplica sobre este tipo de fondos (pues se
constituyen de forma independiente y bajo las leyes de las
Bahamas, sin control de la Superintendencia de Bancos del
Ecuador), el efecto del feriado bancario y el posterior
congelamiento afectaron a Vision Inc.

Sus partícipes (o inversionistas) empezaron a "solicitar la
redención de sus acciones en montos significativos y de forma
simultánea", advierte el director del fondo, Willian DeRosa,
quien firma el comunicado del 17 de marzo.

¿Cómo Vision Inc. se protegió de esas pérdidas? Aplicando una
medida similar a la del Gobierno ecuatoriano: un congelamiento
paralelo, que no tenía relación directa con el aplicado en el
sistema financiero nacional.

El 12 de marzo se suspendieron las redenciones de las acciones;
el 17 de marzo, la medida se flexibilizó, pero no retornó a la
normalidad: los inversionistas podían disponer hasta el 2% de su
saldo, con un previo aviso de cinco días; y los incrementos
realizados desde el 15 de marzo, junto con los rendimientos no
retirados, formarían parte del saldo disponible.

No obstante, a pesar de la medida adoptada por el fondo, los
retiros no cesaron. La segunda y definitiva señal se emitió el
19 de septiembre pasado: "la falta de mejora en la situación de
la economía ecuatoriana determinó que sus accionistas
(partícipes) hicieran uso paulatino de sus saldos disponibles",
advierte el mismo DeRosa, en dicha circular.

La situación se complicó con el congelamiento que aplicó la corte
federal de Miami sobre los activos del Banco Popular en los EEUU,
el 9 de septiembre, como parte de la demanda del Gobierno
colombiano en contra del Popular del Ecuador y el Holding Ceval
Inc., su principal accionista. El fondo debió desembolsar un
total de 28 millones de dólares y anticipar, para ello, la venta
de papeles, con el consecuente castigo.

Solo entonces, Vision Inc. decide autoliquidarse y suspender la
venta de este producto. Desde marzo hasta esta fecha, la compañía
continuó recibiendo el dinero que los inversionistas colocaban
por medio del Banco Popular del Ecuador.

El buy and hold de Visión

¿Podía el fondo Vision Inc. suspender la redención de acciones
de forma unilateral y, luego, flexibilizar el pago de capital e
intereses?

Sí, los contratos, suscritos por los inversionistas, abrían
explícitamente la posibilidad de que el administrador del fondo
suspenda la entrega de capital o intereses, si existía
inestabilidad o las inversiones se depreciaban, "para precautelar
los intereses de todos los accionistas".

El principal argumento, incluido por Willian DeRosa en su
comunicado, es la estrategia de inversión que aplicaba la
compañía BPI Vision Inc.: "el principio denominado buy and hold,
que consiste en la adquisición de activos con el fin de
conservarlos hasta su vencimiento".

Es decir, el fondo colocaba la inversión (que captaba el Banco
Popular del Ecuador) en papeles de mediano y largo plazo de la
región (este limitante estaba incluido en el contrato) y, por
tanto, de alto riesgo. Al recibir presiones de retiros, Vision
Inc. anticipó la venta de estos papeles con una elevada pérdida
y en condiciones no favorables.

En el portafolio de Vision Inc. constan bonos Brady de Venezuela
y Brasil, y acciones de empresas mexicanas; solo el 5% de sus
colocaciones estaban en el Ecuador.

Fondo invirtió en los bonos Brady de Venezuela y Brasil

El ahorrista ecuatoriano de diez mil dólares que llegó a las
puertas del Banco Popular ¿podía imaginarse que acabaría
poseyendo papeles de deuda de Venezuela? De haberlo sabido, se
habría interesado vivamente por la suerte de un país sometido al
experimento político más radical de América Latina: el populismo
militar de Chávez.

Pero de ese resultado del azar, se acaba de enterar en estos
días, cuando comienza a hacerse público el portafolio del fondo
Visión. El cliente depositó su dinero en el Banco Popular del
Ecuador, esos recursos pasaron a BPI Vision Inc., con sede en
Nassau, y de allí a manos de un brocker que comenzó a adquirir
papeles de riesgo en el mercado.

El nivel de retiros que experimentaba BPI Vision Inc., mediante
su intermediario -el Popular-, le restaron liquidez y, antes de
acabar rematando sus inversiones, a precios irrisorios, decidió
autoliquidarse. Así lo explican los funcionarios del Banco: se
trataba de evitar que los bonos se negociaran de manera
desesperada en el mercado.

Y este sigue siendo el argumento para no precipitarse: irlos
negociando paulatinamente para salvar todo lo posible, con un
cronograma de devolución a los inversionistas que puede
prolongarse por años.

El concepto

A diferencia de las administradoras de fondos, controladas por
la Superintendencia de Compañías y sujetas a las leyes ecuatorianas,
estos fondos se constituyen fuera del país. Por tanto, son
independientes y no responden a la legislación ecuatoriana.

Los movimientos que efectuaron Visión y Capital no constan en los
balances del Popular. Este solo era el intermediario de una
compañía (BPI Vision Inc.), cuyo asesor de inversiones era el
América Trust Bank, en Miami.

Mike Holligan y Arturo Vinueza son parte de la Junta Directiva
de Visión. (DIARIO HOY) (P. 3-A)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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