El 95% de afiliados al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (1 281 550 personas), que gana hasta $1 200 mensuales, salario máximo que será tomado en cuenta para la entrega de los créditos, está a la expectativa de la aprobación del reglamento para la entrega de créditos hipotecarios que, según el Consejo Directivo del IESS, será la próxima semana.
¿Quiénes podrán acceder al crédito?, ¿cómo pagarlo?, son solo algunas de las interrogantes que el tema genera. Por ejemplo, Eduardo Flor, un profesor de 52 años, quien ha aportado al IESS más de cinco lustros, cree que, según lo que conoce por la prensa, podría ser uno de los potenciales beneficiarios. No obstante, dice que “el monto del préstamo no debería ser mínimo, sino que tiene que responder al costo real de los bienes ofertados”. En tal sentido, Ricardo Ramírez, vocal del Consejo Directivo del IESS, señala que los préstamos se fijarán entre $7 000 y $30 mil para “facilitar una vivienda digna a los afiliados”.

Los créditos para 2003

Hasta el jueves anterior, el órgano rector del IESS informó que se destinarán $60 millones para atender a 4 680 solicitudes en este año, las que serán aprobadas a partir de un grupo de variables, entre las que destacan el no poseer vivienda, tener una aportación de cinco años o más, y poseer un ingreso económico fijo. Adicionalmente, el afiliado deberá obtener un puntaje mínimo de 12 puntos (ver gráfico arriba).
A partir de esas consideraciones, el profesor Flor puede pedir un préstamo. Según datos que maneja el IESS, si el ingreso del educador es de $600 mensuales, él tiene la posibilidad de acceder a un créditode $15 mil, a 12,34% de interés, que podrá ser cancelado en 15 años. Pero, con los descuentos del porcentaje que gana la institución financiera con la que se hace la transacción (3,50%), el seguro de desgravamen (0,75%), el seguro de hipoteca (0.27%), el impuesto a Solca (1%), la inscripción del contrato ($13), la documentación requerida ($180), Flor recibiría en realidad $14 132, por los que deberá pagar $183 mensuales, monto que para Eduardo Flor "es completamente aceptable para un hombre de clase media, que, como yo, paga $270 por arriendo, luz, agua y teléfono". (PJC)

"Préstamos estimularán el ahorro y la construcción"

La polémica está en las tasas de interés

Para el analista económico Oswaldo Dávila, la restitución de los préstamos hipotecarios por parte del IESS tiene dos efectos: el uno de facilidad para que con ciertos niveles de salario se pueda tener vivienda; y el otro, el fomento al esfuerzo de ahorro de las familias para cumplir con las cuotas básicas que necesitan de acceso al préstamo.
Además, Dávila cree que los préstamos van a estimular al sector de la construcción, la ocupación de mano de obra y la demanda de materiales.
Sin embargo, considera que los préstamos deben ser con tasas de interés reajustables, porque “si se presta a los niveles actuales de 18%, resultarán sumamente caros”.
El presidente del Colegio de Arquitectos de Pichincha, Diego Salazar Lozada, sostiene que lo fundamental son las tasas de interés que “deben estar en niveles más bajos que lo que prestan los bancos privados”.
Opina que los préstamos generarán movilidad en la economía porque la industria de la construcción “es uno de los motores de desarrollo, con un efecto multiplicador, como la generación de mano de obra no calificada“.

Política habitacional

El presidente del Colegio de Arquitectos de Pichincha, Diego Salazar Lozada, sostiene que el programa de créditos hipotecarios que define el IESS debe ir acompañado de una política habitacional para construir viviendas y reutilizar las existentes en todos los centros poblados, “habida cuenta de que existe infraestructura y el costo puede bajar”. (TH)


Las remesas

Con euros también se compran casas

Por Charo Quesada, BID América

Ottoniel Villagómez, de 89 años, muestra con orgullo la nueva casa donde vive con su esposa en la periferia de Quito. La urbanización Parque Alegre tiene puesto de vigilancia en la entrada, la casa está bastante bien construida, amueblada, y -lo más importante- pagada en su totalidad.
Villagómez y su esposa también reciben una modesta pensión todos los meses que cubre sus gastos esenciales. Pero estos beneficios tienen para ellos un sabor agridulce. Quien los proporciona no es el Gobierno ecuatoriano ni un fondo de pensiones, sino la hija menor del matrimonio, Laurita, quien hace cinco años emigró a España para sacar adelante a la familia.
Laura cuidó a ancianos, a niños, sirvió mesas, fregó platos, con días de 12 y 14 horas y sin descanso los fines de semana. Hasta que un restaurante le propuso emplearla legalmente como contable y le consiguió los papeles. Con su titulación en contabilidad y auditorías, estudios que espera convalidar y completar hasta obtener un título en Economía, Laura ha ido mejorando su situación y hoy tiene un contrato indefinido con Daimler Chrysler en el departamento de proveedores.
Las remesas de la mayoría de los ecuatorianos en el exterior, así como las de millones de otros emigrantes latinoamericanos, suelen consumirse en los gastos corrientes de las familias que las reciben, sin dejar beneficios de largo plazo. Conciente de ese riesgo, antes de salir de Ecuador, Laura acudió al Banco Solidario, una de las principales microfinancieras del país, para acceder a un crédito de vivienda.
El crédito incluía un subsidio proporcionado por el Gobierno por medio de un programa apoyado por el BID y requería una serie de pagos fraccionados. En cuanto tuvo un trabajo seguro en España, Laura activó la operación con el banco y empezó a enviar las remesas mensuales. En menos de tres años pagó la casa que hoy ocupan sus padres, a la vez que enviaba el dinero para cubrir necesidades cotidianas. Gracias a eso, los Villagómez cuentan hoy con una propiedad de valor permanente y una herencia para sus hijos.
EXPLORED
en Ciudad Quito

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