Quito. 23 mar 97. Como guardaespaldas, fuerza de choque, banda
de extorsión, los Pepudos ingresaron a la leyenda negra del
bucaramismo.

Sin embargo, en el momento de su detención, uno de estos
"angelitos de la guarda", acusado del "secuestro" de funcionarios
aduaneros, llevaba consigo un permiso legal de portar armas,
otorgado por Seguridad Total, Segurital Cia. Ltda.

Se trata de una compañía legal, registrada desde 1994 en el
Ministerio de Defensa y en la Superintendencia de Compañías.

Durante el régimen anterior, sus funcionarios se vieron
comprometidos en varios actos violentos. Uno de ellos fue el
"asalto" de Fetrapec, denunciada por los sindicatos petroleros.
Un caso en manos de las autoridades competentes.

A su vez, uno de sus máximos personeros -hombre de confianza de
Alfredo Adum- tiene un juicio relacionado con robo de vehículos.

¿Quiénes eran los hombres duros del bucaramato?

¿Apenas los autores de ciertos trabajos sucios que los organismos
de seguridad del Estado se negaban a ejecutar? O, por el
contrario, ¿el embrión de un pequeño ejército privado a la manera
de las guardias pretorianas del somozato?

Hasta ahora, la leyenda negra del bucaramismo se había
concentrado en los actos de corrupción. La denuncia de la
existencia de otra guardia, abre un nuevo capítulo, que se
refiere a la organización de fuerzas de seguridad en los límites
de la legalidad.

EL DETECTIVE DEL ROLEX

En sus declaraciones ante agentes de Policía y un Fiscal, Manolo
Játiva, uno de los más antiguos guardias personales de Alfredo
Adum, relató como se vio involucrado en un "supuesto" caso de
robo de vehículos.

"A finales de noviembre (1995), el Rolex de Alfredo Adum fue
robado de su oficina. El licenciado ofreció una recompensa a la
persona que ofreciera información. Apareció Franklin Guerrero.
La información que traía era cierta. Entramos por la fuerza a la
casa del Can Can (señor del Pezo) y encontramos el Rolex y otros
objetos".

Játiva intentaba con esta declaración mostrar los antecedentes
de Franklin Guerrero (a) El Enano, a quien acusaba de haberlo
enredado en el caso del robo de vehículos.

"El Enano se ganó la confianza de Alfredo Adum y se integró a su
equipo de seguridad, durante la campaña del roldosista a la
Alcaldía", añadió Játiva.

En sus declaraciones aseguró que, más adelante, se integró al
grupo que protegía al propio Abdalá Bucaram. "Yo no tengo nada
que ver en el asunto, él me entregó los carros robados", dijo.

Franklin Guerrero era el supervisor de Segurital Total, Segurital
Cia. Ltda, de propiedad de los hermanos Játiva y una empresas
mimada del bucaramismo. De hecho, Segurital firmó el contrato
para la vigilancia de las aduanas, por un monto superior a los
mil millones de sucres.

EL ROBO DE VEHICULOS

La captura de Játiva y El Enano se produjo luego de que la
Policía encontró en poder de estas personas seis vehículos "de
dudosa procedencia", que circulaban en los patios de la Aduana
a nombre de Segurital.

En los allanamientos de los domicilios de ambos, de la ciudadela
Alamos y Flor del Bastión (zona de suburbio), se encontraron
armas de grueso calibre, tacos de dinamita, sellos de aduanas,
papeles de varios consulados de Venezuela, Colombia, Perú y
Ecuador, en varias ciudades del área, matrículas falsas.

Játiva y Guerrero fueron liberados días más tarde, en
circunstancias aún no esclarecidas por el juez, Reinaldo
Cevallos.

LA GRATITUD DE ADUM

Durante el régimen de Abdalá Bucaram y pese al caso de robo de
vehículos, Segurital mantuvo dos de los mejores contratos en
materia de seguridad: la de Petroecuador y la del Puerto
Marítimo. Además, estaba lista su postulación para EMETEL.

Con ello, esta empresa hubiera pasado a ocupar el tercer puesto
clave de la administración pública, tal como era concebido por
el Gobierno bucaramista.

A su vez, junto con las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, la
Comisión de Tránsito del Guayas y el grupo de los Pepudos,
Segurital trabajaba en la seguridad del ex presidente Bucaram y
de su familia.

Luego de la detención de Játiva, el ex presidente, el ex ministro
de Energía y el ex secretario de la Administración Pública,
enviaron sendas cartas al juez, en las que exaltaban la
honorabilidad de Játiva.

Coincidencialmente, los Policías que participaron de la
investigación, Marlon García Yere, Eduardo Cabrera Alvarado y
Virgilio Ordóñez Villacres, fueron trasladados desde Guayaquil
hacia otras plazas.

El caso del robo de vehículos ameritó un reportaje de la revista
Vistazo.

Játiva era de tanta confianza del ex Presidente de la República,
que en el proceso judicial, constan las cartas que notificaban
al Consejo Nacional de Estupefacientes (CONSEP) y al Ministerio
de Defensa que Manolo Játiva tenía carta blanca pues cumplía
funciones de confianza.

¿SEGURIDAD TOTAL?

Los miembros de SEGURITAL fueron vistos durante el "asalto" de
FETRAPEC, la sede de los trabajadores petroleros. Así lo
denunciaron los dirigentes sindicales.

Según un informe de la Oficina de Investigación del Delito (OID),
uno de los detenidos por el secuestro de los ex funcionarios de
Aduanas -caso que fue considerado como "ajuste de cuentas"-,
llevaba consigo un documento que le acreditaba a portar armas,
otorgado por Segurital.

Tras la caída del régimen, Segurital abandonó los puestos que
ocupaban en las Aduanas y en Petroecuador.

Actualmente, Manolo Játiva Sotomayor que dirige Segurital en
Guayaquil, trabaja para Alfredo Adum Zyade, ex ministro de
Energía, en el cuidado de sus camaroneras.

Con ellos trabaja también El Enano Guerrero.

DENLE LOS CARROS QUE PIDA

El 17 de julio de 1996, el ex presidente Abdalá Bucaram, solicitó
al Consejo Nacional de Estupefacientes (CONSEP) que entregue a
Marlon Játiva varios vehículos que se encontraban bajo custodia
en esta institución. "... aprovecho la oportunidad para
indicarle que he designado al teniente Manuel Játiva Sotomayor
como el coordinador de seguridad de la familia presidencial y de
los colaboradores de mi administración. Por lo tanto, agradeceré
se sirva facilitar los vehículos que sean requeridos para la
movilización de los miembros de seguridad. En general, los carros
que se encuentran bajo custodia del CONSEP, pertenecen a
narcotraficantes detenidos.

Paradójicamente, la revista Vistazo informó que Hugo, uno de los
hermanos de Manuel, estuvo acusado de haber ayudado a un
narcotraficante, el colombiano Fernando Montenegro.

Montenegro fue detenido en el marco del operativo Azteca, bajo
el cargo de lavado de dinero, enriquecimiento ilícito,
testaferrismo, tráfico de drogas y tenencia ilegal de armas. Hugo
Játiva fue acusado de ayudar a Montenegro a sacar del aeropuerto
de Quito grandes maletas de dinero sucio, por las que contenía
200 y 400 dólares.

Játiva ha negado que las maletas tuvieran algo más que ropa. El
entonces oficial de policía tenía varios negocios con los
Montenegro. Uno de ellos, dice Vistazo, era un patio de compra
venta de autos usados. Hugo estaba acusado de vender los autos
robados que conseguía su hermano, el ex guardespaldas de Abdalá.

La amistad entre Játiva y los colombianos no le impidió que, poco
antes de su captura, les ofreciera evitar que la Unidad de
Investigaciones Especiales emitiera un informe en su contra. El
precio fue de 10 mil dólares, pero no logró evitar la captura de
Montenegro.

QUIEN VIGILA A LOS VIGILANTES

De acuerdo a la denuncia presentada por una ciudadana, en
Guayaquil, el robo del Nissan Sentra que se encontraba en poder
del ex teniente de Policía, Manolo Játiva, se produjo en el marco
de un asalto a mano armada.

Su propietaria estaba lejos de imaginar que su auto estuviera
siendo utilizado en el servicio de patrullaje de los patios del
puerto Marítimo en Guayaquil, a cargo de la Compañía Privada
Segurital S.A.

Játiva, hombre duro de Alfredo Adum, aseguró que los vehículos
llegaron a sus manos por intermedio de Franklin Guerrero Moreno
(a) El Enano.

Manuel Játiva fue dado como oficial de la Policía, en 1992,
acusado de falsificar visas para los Estados Unidos.

En sus declaraciones a la Policía, el Enano Guerrero, supervisor
de Segurital, dijo que autos le fueron comprados a Mario N., para
el trabajo en la compañía.

La compra-venta ocurría en circunstancias oscuras: El Enano
recibía de Játiva un sobre manila cerrado que debía ser entregado
a Mario N. en las inmediaciones del Registro Civil. Luego de esta
operación, Játiva aparecía con un nuevo carro.

En las investigaciones posteriores se determinó que Mario N. era
Mario Jijón Sánchez, delincuente especializado en robo de
vehículos.

Tras sus declaraciones ante la Policía y las acusaciones de
Játiva, "El enano" Guerrero dijo que temía por su vida. Sin
embargo, la acción de los poderosos hombres del régimen lo puso
en la calle, en tiempo récord.

El juicio por robo de vehículos fue iniciado por una de las
perjudicadas en el juzgado segundo de lo penal del Guayas.

Inmediatamente, a través de una fianza, Játiva quedó en libertad.

El juicio avanza con lentitud. Pese a los tres llamados que hizo
el juez, los tres oficiales que realizaron la investigación nunca
comparecieron a rendir sus testimonio.

En este momento, la suerte de Játiva y los demás implicados está
en manos de los jueces. Se espera un pronunciamiento del juez
segundo de lo penal en los próximos días.

COLECCIONISTA DE SELLOS Y DINAMITA


Játiva Sotomayor fue detenido provisionalmente el 15 de
septiembre cuando se encontraba en su domicilio, y se le inició
un juicio por graves presunciones de responsabilidad en el robo
de vehículos en el juzgado segundo de lo penal del Guayas. En el
allanamiento se le encontraron una alimentadora 500, calibre 9
mm. y catorce tacos de dinamita. Además existían sellos de caucho
de notarías de Quito, de Bogotá y hasta de Venezuela. También
sellos de los tribunales 1ro, 2do y 3ro. de lo Penal de Pichincha
(Játiva dentro de su defensa en el juicio expone documentos de
estos tribunales dando fe que nunca ha sido enjuiciado); sellos
de consulados del Perú y la embajada de Venezuela; así como
varios sellos de la Administración de Aduanas de Esmeraldas y
hasta un sello de la Comisión de Tránsito del Guayas.

Aparte de las sospechas de falsificación de documentos que puedan
generar estos sellos, Játiva ya tuvo una sanción por
falsificación de documentos: el 2 de diciembre de 1992 es
calificado con Mala Conducta Profesional y fue dado de baja el
4 de febrero de 1993 por la Policía
Nacional por una falsificación de firmas en un documento.

¿ORDEN DE ASALTO?

En la madrugada del 5 de diciembre de 1996, cuando la ciudad
vivía la clásica fiesta de fundación, cuatro guardias de la
compañía Segurital, "por orden del ministro de Energía, Alfredo
Adum", según dijeron ante las cámaras de TV, entraron al local
del Comité de Empresa de Petroecuador (CETAPE) e impidieron el
paso de los dirigentes sindicales que, alertados por el cuidador
de la casa, concurrieron al lugar.

En efecto, durante la madrugada los guardias llegaron, según el
capitán en retiro Hugo Játiva, jefe de la Compañía, para cumplir
una orden de trabajo de funcionarios de Petrocomercial, a la que
Segurital brindaba, provisionalmente, servicios de vigilancia
armada.

Se trataba de cuatro guardias armados, que se negaron a permitir
el ingreso de los dirigentes del CETAPE, como Henry Llanez, a la
casa ubicada en las calles General Salazar y Doce de Octubre, en
donde funciona también el dispensario médico de Petroecuador.

Fue necesario llamar a la Policía, que les obligó a abrir la
puerta, para que los guardias de Segurital permitieran a Llanez
entrar a sus oficinas. La sede sindical había sido prácticamente
saqueada: desaparecieron papeles, chequeras y hasta grandes
escritorios. Según el testimonio del cuidador, a quien le
notificaron que debía salir de la casa, funcionarios de
Petrocomercial llegaron al local, entraron a la fuerza y se
llevaron lo que pudieron, a parte de dejar dos botellas de ron
Cacique.

La cuestión terminó con un juicio penal planteado por Llanez en
contra de Segurital, cuyos propietarios aseguran que nada
tuvieron que ver con el saqueo.

Según el capitán Játiva, sus hombres se limitaron a cumplir con
una disposición de Lupe Monge, gerente administrativa de
Petrocomercial, quien ordenó a la compañía, el 3 de diciembre,
que se pusiera dos guardias en la casa del dispensario, que está
al lado de la del CETAPE.

Segurital, según Játiva, encontró la casa con las puertas
cerradas con cadenas y candados, y así lo notificó el 9 de
diciembre, sin mencionar para nada el incidente con la Policía
y los sindicalistas, que fue público.
Según Játiva, lo que ocurrió en realidad fue que los dirigentes
sindicales estaban festejando la madrugada del cinco, y luego un
grupo de roldosistas llegó y procedió a asaltar el local. Sus
hombres simplemente cumplieron la orden de Petrocomercial.

GENDARMES SIN CARABINAS

Fuentes portuarias y militares confirmaron la desaparición de una
dotación de armas que pertenecen al Servicio de Vigilancia
Aduanero y que, aparentemente, le fue entregado a la empresa de
seguridad privada, Segurital. Esta compañía tenía la concesión
de la vigilancia del Puerto y, tras la caída del régimen no
devolvió el armamento.

Cuando Segurital S.A. ingresó al Puerto, recibió 24 carabinas
Mossber, que pertenecen a la Portuaria, dijo una fuente que
prefirió mantener el anonimato. Cuando el contrato se dio por
terminado, el 28 de febrero, sólo devolvió tres. A partir de
entonces, las nuevas autoridades intentaron recuperar el
armamento, pero sólo han conseguido que les devuelvan 13
carabinas. El resto está se ha dado por perdido.

Las razones por las cuales una compañía privada recibía las armas
de las autoridades de portuaria no pudieron ser explicadas. Toda
la responsabilidad recae sobre las autoridades de la anterior
administración.

INVESTIGACION EN CONTRALORIA

En estos momentos, la Contraloría estudia todos los contratos y
actuaciones de la administración anterior, sostuvo para BLANCO
y NEGRO, el Gerente encargado, Emilio Saavedra.

"En el momento en que Contraloría emita el informe éste será
presentado a la opinión pública. Además la propia Autoridad
Portuaria está haciendo una auditoría interna para detectar
irregularidades" declaró Saavedra.

Pero, pese al cambio del régimen, en las Aduanas aún se respira
un ambiente de inseguridad. La organización de la nueva seguridad
portuaria deja mucho que desear. Los propios guardias contratados
se quejan y no saben si pertenecen o no a Disepro - la nueva
compañía de seguridad contratada por la nueva administración -
o si son empleados de Portuaria.

Debido a la emergencia que vivieron los Puertos por el cambio de
Gobierno, se contrató a Disepro sin la convocatoria a un
concurso, como es el procedimiento en circunstancias normales.
Coincidencia o no, se sospecha que Segurital S.A. obtuvo el
contrato de la misma forma.

ARMAS PARAMILITARES

La dirección dada por Hector Játiva de la compañía Segurital, en
la ciudad de Guayaquil no existe. El número de teléfono no
atiende. El Fiscal, encargado de la acusación, esconde su cabeza
detrás de una puerta y busca protección detrás de la secretaria
de su oficina.

El juez Reinaldo Cevallos no ha asistido a su trabajo durante
varios días de la última semana.

Marcelo Játiva y el Enano Guerrero, miembros de Segurital, fueron
acusados de tener en su poder vehículos robados, matrículas
falsificadas, armas de grueso calibre y dinamita. Hoy se
encuentran libres como si nada hubiera pasado.

Fuentes militares dijeron para BLANCO y NEGRO que, durante su
presencia en las Aduanas, algunos miembros de la compañía privada
de seguridad, trabajaban en relación con el Servicio de
Vigilancia Aduanera, encabezado por El Makako, considerado por
Inteligencia Militar de las Fuerzas Armadas como uno de los nexos
de las Aduanas y el Ejecutivo.

Varios de los Pepudos registran antecedentes penales y uno de
ellos, Víctor Suárez (a) El Makako, es calificada por
Inteligencia Militar como un individuo de extrema peligrosidad.

Sin embargo, el Makako no aparece en ninguno de los informes
policiales sobre los Pepudos. Aparentemente, uno de los hermanos
de este hombre es alto oficial de Policía.

El enlazamiento de los organismos de seguridad, fuerzas de choque
y ex Policías, acusados de corrupción es un hecho nuevo en un
país considerado que vive una relativa calma social.

Es aún más novedoso que esos grupos se conviertan en instrumentos
armados al sevicio de figuras políticas o de poderosos
empresadios con claras ambiciones de poder.

Con el amparo de hombres poderosos, las fuerzas paralelas de
seguridad parecen tener garantizada la impunidad.

Los Pepudos fueron la fuerza de seguridad de Bucaram desde su
Alcaldía en 1986 y lo han acompañado, incluso en los momentos de
su exilio. Una vez en el poder, su tarea era evitar que gente que
no era de la estricta confianza del régimen ocasione problemas
en áreas claves.

Tras la caída del bucaramismo, estos oscuros personajes se han
desplazado a la seguridad privada de sus antiguos jefes.

El Ministerio de Defensa, la Superintendencia de Compañías y la
Policía Nacional tienen la obligación de ejercer controles, que
se vuelven blandos cuando hay alguien poderoso detrás. (DIARIO
HOY) (REVISTA BLANCO Y NEGRO)
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