Quito. 23 mar 97. Siempre que llueve en Quito, la ciudad se
deshace como pan de azúcar. Esta semana, a causa de los aguaceros
diarios, el colector de Nayón colapsó, y tres casas del sector
de La Marín se derrumbaron, mientras otras tres, por lo menos,
penden de un hilo.

Nadie lo duda: Quito se halla desprotegida frente a estos
fenómenos naturales y, definitivamente, una de las principales
causas es el creciente proceso de deforestación que vive la
ciudad.

Según información de la Dirección de Planificación del Municipio
de Quito, la erosión en el área del Distrito Metropolitano se ha
incrementado del 4 al 6 por ciento en los últimos nueve años.

Wania Cobo, funcionaria del Capítulo Quito de Fundación Natura,
explica este proceso de deterioro ecológico.

- ¿Cuál es la relación entre los deslaves producidos en los
últimos días en la ciudad y el proceso de deforestación de sus
áreas de protección?

Existe una relación directa: deforestación más lluvia igual
deslaves. Las zonas de protección no están solo para conservar
la biodiversidad, sino para prevenir la erosión del suelo. La
deforestación, además, provoca el arrastre de tierra hacia las
quebradas con su consecuente taponamiento especialmente en los
barrios formados sin planificación como es el caso de las
invasiones.

- ¿Existe un mínimo de equilibrio entre los espacios urbanizados
y los espacios verdes en Quito?

El espacio construido le ha ganado terreno al espacio verde.
Todos los días se producen nuevos asentamientos especialmente
en la zona del bosque protector Pichincha, al oeste de la ciudad.
Entonces, en Quito el principal problema en el deterioro de las
zonas de protección ecológica es el crecimiento urbano ya sea
planificado o nó.

-¿Cómo debería ser ese crecimiento?

El problema de Quito es que su configuración geográfica no
permite un crecimiento que no sea orientado hacia las zonas de
protección ecológica.

Por otro lado, existen demasiados terrenos de "engorde" cuyos
propietarios no los utilizan y prefieren esperar que mejore su
precio. Es decir, la deforestación es causada por la sumatoria
de muchos factores frente a los cuales no hay todavía una
propuesta de solución definitiva.

- ¿Quien debería darla?

En principio, el Municipio de Quito, que debería coordinar
acciones con organismos como el INEFAN, por ejemplo.

- ¿Se puede medir ese desequilibrio entre áreas construidas y
zonas de protección ecológica?

Según la Organización Mundial de la Salud (OPS), debería haber
9 metros cuadrados de espacios verdes por habitante. Quito tiene
matemáticamente alrededor de 6 o 7 metros cuadrados por
habitante, incluidos los grandes parques. Pero esa relación es
insuficiente en las zonas críticas como las laderas del
Pichincha. Por otra parte, se supone que el Distrito
Metropolitano cuenta con 18.000 hectáreas de bosque protectores,
pero esa cantidad resulta relativa, pues existen alrededor de
8 bloques de bosque que están alejados del área urbana.

- ¿Cuáles son los sectores más críticos sobre los que se debería
trabajar?

Las laderas del Pichincha, que tienen un historial de deslaves
desde la época colonial. Actualmente, esa zona es el lugar
preferido de los asentamientos, sin que se haya logrado un manejo
racional de su patrimonio forestal. No existen matorrales y los
árboles de eucalipto no son los más apropiados detener la
erosión. En resumen, a Quito le hemos hecho horrores: no solo que
nos hemos subido a las laderas, sino que las hemos desprovisto
de su protección.

LAS CIFRAS

- Desde 1993, la Dirección de Planificación del Distrito
Metropolitano de Quito realiza estudios de planos obtenidos por
medio de satélite, en los cuales se evidencia que la
deforestación en Quito se ha incrementado, al igual que las
construcciones.

- El área de construcción en la capital se ha incrementado en
2.333 hectáreas con relación a 1986. Actualmente, existen 1.184
hectáreas que han sido habilitadas como urbanas, pero no están
construidas.

- En Quito, ni siquiera las áreas de protección se han salvado
de las construcciones, sobre todo ilegales.

- En 1986, los asentamientos urbanos ocupaban 112 hectáreas de
áreas de protección. Hoy en día se han incrementado a 316
hectáreas.

- La Dirección de Planificación asegura que la erosión en Quito
ha aumentado de 4 a 6 por ciento en los últimos nueve años.

- La erosión y la deforestación tienen estrecha relación con los
deslaves en la capital. (DIARIO HOY) (P. 9-B)
EXPLORED
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