Colombia. 14.06.93. Gurú de la economía colombiana, Luis Jorge
Garay cree que los ingresos del narcotráfico han beneficiado
muy poco a su país. En lugar de "vivir de la droga", el Estado
ha sacrificado parte de su desarrollo para evitar que el
dinero negro desestabilice su economía. Según este bogotano de
41 años, 12 meses mil millones de narcodólares pasan por
Colombia.

P. Existe la idea de que la llamada "década pérdida" de los 80
en Iberoamérica no afectó a Colombia gracias al dinero que
entró por el narcotráfico. Algunos economistas colombianos
creen que esas divisas no fueron importantes para el país.
Otros, por el contrario, aseguran que fueron la clave de la
estabilidad cambiaria y fiscal, ¿Cuál es su posición?

R. El debate no es de ahora. Entre 1990 y 1991 en América
Latina hubo un ingreso masivo de dólares: 40.000 millones
entraron de manera inesperada. Gran parte eran de naturaleza
especulativa, es decir, iban únicamente en busca de las tasas
de interés más altas, pues a partir de los años 90 Estados
Unidos empezó a reducir drásticamente sus tasas de interés más
altas, pues a partir de los años 90 Estados Unidos empezó a
reducir drásticamente sus tasas de interés. Ello atrajo mucho
capital "golondrina", es decir, especulativo. Estos ingresos
están constituidos por capitales nacionales previamente
fugados o por internacionales de entidades financieras. Más
del 30 por ciento del dinero que ingresó México era
especulativo. Pero en otros países llegó a ser del 60 por
ciento o más. En Colombia, entre 1990 y 1992, las reservas
internacionales subieron de 4.500 a 7.700 millones de dólares.
Luego esa afluencia de capital no obedece únicamente a la
actividad de los narcos.

P. ¿Cuánto dinero ha entrado en Colombia por narcotráfico?

R. Es difícil saberlo. Cuando se intentan hacer las balanzas
de pago de los países queda un capital flotante cuyo origen no
puede identificarse del todo. Generalmente es dinero ilegal.
La estimación hay que hacerla por métodos indirectos. En
Colombia se han hecho varios estudios de este tipo. El dinero
ingresado por el narcotráfico entre 1981 y 1991, según
diferentes análisis, oscila entre mil y 2.300 millones de
dólares al año. Según los cálculos más extremos, en esa década
habrían ingresado 40.000 millones de dólares. Pero eso, en mi
opinión, es evidentemente exagerado: el Producto Interior
Bruto (PIB) de Colombia es de 45.000 millones de dólares
anuales. Otros analistas dicen que tal ingreso fue del orden
de los mil millones de dólares al año. Esta cifra me parece
más razonable.

P. ¿Es ése el ingreso bruto de los narcotraficantes
colombianos?

R. No. Los ingresos brutos de los narcotraficantes son mucho
mayores. Según los análisis más recientes, oscilarían entre
los 2.300 y los 4.800 millones de dólares al año. Los
narcotraficantes, sin embargo, dejan gran parte de su dinero
en el exterior e introducen en Colombia otra parte para
financiar sus actividades ilícitas, para perpetrar sus actos
terroristas, para comprar finca raíz y concretar operaciones
financieras especulativas. Sólo una parte menor es empleada en
inversión productiva. Además hay que tener en cuenta que una
porción importante del dinero que ingresa en el país vuelve a
salir, porque se utiliza para financiar actividades como
contrabando y lavado de dinero. Lo que hay que saber es cuánto
"dinero caliente" permanece en el país. En mi opinión, esa
cifra, como decía, se acerca a los mil millones de dólares
anuales.

P. ¿Qué papel juega el dinero "golondrina" en la economía
colombiana?

R. Ese dinero dura poco en el país pues sale cuando se alteran
las condiciones de la rentabilidad. No genera riqueza, pero
contribuye a la inflación. Las autoridades monetarias, para
intentar neutralizar las consecuencias de ese exceso de
dinero, emiten títulos oficiales muy remunerativos. Fue lo que
hizo Colombia, como el resto de América Latina, en 1990 y 1991
y a mediados de 1992. Pero ello tuvo un efecto perverso:
encareció los costos de producción de las empresas nacionales.

P. ¿Por qué no se hace inversión productiva con los
narcodólares?

R. Porque el narcotráfico no tiene como propósito ampliar la
base productiva del país. Por otra parte, la inversión
productiva, la que genera empleo, sólo puede ser realizada si
hay cierta infraestructura. Uno de los dramas de los países
pobres es que cuando reciben una bonanza de divisas no pueden
asimilarla productivamente a corto plazo por falta de medios.

P. De todos modos, en Colombia entraron más de 10.000 millones
de dólares en diez años.

R. Sí, pero una buena parte de esos dólares fue dedicada a la
adquisición de tierras. Y quienes vendieron tierras a los
narcotraficantes pudieron haber expatriado, en los 80, la
mayor parte de ese capital a la espera de mejores perspectivas
de inversión en el país. Esto disminuyó el impacto de la
llegada del "dinero caliente". Está probado que hasta 1985
hubo en Colombia fuertes salidas de capitales por las
dificultades fiscales y financieras a las que hacían frente.
Algunos analistas afirman que en 1983, con la búsqueda de
inserción política de algunos narcotraficantes, éstos
intentaron comprar acciones de la industria colombiana en la
bolsa. Pero la idea no prosperó.

P. En el sector comercial hubo una cierta inyección de capital
narco.

R. Sí. A mediados de los 80, los carteles de Medellín y Cali
amplían sus mercados en el exterior y reafirman sus
estrategias financieras. Hay indicios de que en esos momentos
hicieron importantes adquisiciones en bienes inmuebles y en la
especulación financiera. Invirtieron en el sector comercial y
sobre todo en la construcción. Pero la gran parte de sus
ganancias debieron de seguir en el exterior.

P. ¿El impacto económico del narcotráfico es mínimo?

R. El narcotráfico no cambio la estructura económica del país,
no le dio una nueva base productiva ni ha sido un factor
positivo en la distribución del ingreso. Sí hubo un cambio en
la estructura de la propiedad de la riqueza privada en ciertas
regiones. El hecho de que Colombia haya podido mantener ritmos
de crecimiento positivos de más del 3 por ciento al año en los
años 80 no se debe a ese dinero. Pero atención, el ingreso de
narcodólares si benefició al país de una manera: gracias a
esas divisas la situación cambiaria no fue tan desfavorable
como pudiera haber sido.

P. ¿El nuevo flujo de divisas hacia América Latina tiene que
ver con el lavado de dólares?

R. En cierto modo sí. A partir de 1985, se reforzaron los
mecanismos destinados a controlar el movimiento de dólares en
el exterior. En Estados Unidos y el algunos países europeos se
adoptaron mecanismos como el intercambio de información fiscal
sobre operaciones en cuentas bancarias. Eso hizo más difícil
el blanqueo de dinero a través de entidades financieras en los
países líderes.

P. ¿Hay alguna evidencia de que el lavado de dólares se
dificultó por eso?

R. Sí. Lo demuestra una investigación que está en curso sobre
una operación internacional de lavado de dólares
pertenecientes al cartel de Cali con ramificaciones en grandes
bancos y entes financieros en importantes países del mundo.
Ahí se encontró que el blanqueo de dinero es una operación
cada vez más compleja que debe involucrar a mucha gente por
las medidas regulatorias que existen.

P. Sin embargo, los traficantes deben tener experiencia
acumulada.

R. Sí, pero los carteles colombianos tienen que utilizar cada
vez más gente del exterior, pues un colombiano llama la
atención de los bancos. Tienen que haber hecho
diversificaciones importantes en el portafolio de sus
inversiones, adquiriendo otro tipo de títulos y bienes en
diferentes partes y encontrar nuevos métodos y lugares. Europa
Oriental comienza a convertirse en un centro importante para
reciclar divisas de dudoso origen. Los narcotraficantes
empiezan también a adquirir bienes raíces en el cono sur
latinoamericano, sobre todo en Argentina, Uruguay y Chile.
Existe el caso de un importante hotel de Santiago, financiado,
según se dice, con dinero del narcotráfico. El proceso de
liberación de los mercados de capitales y la liberalización
cambiaria en América Latina favorece la aparición de nuevas
formas de reciclar dinero, pues es más difícil saber la
procedencia de los capitales. Por otro lado, podría darse una
tendencia a repatriar parte de sus capitales, dada la
liberalización cambiaria en estos países.

P. Colombia declaró esa libertad cambiaria en 1991, pero
después se volvió atrás. ¿Por qué?

R. Impuso algunas restricciones para el cambio y la
movilización de dólares por encima de cierto monto para tratar
de evitar que se lave dinero a través de las transacciones por
concepto de turismo y de otros servicios no financieros,
cuentas éstas de la balanza de pagos cuyos ingresos crecieron
de forma inusitada en los últimos años.

P. El cuadro es doblemente atroz: por el tráfico de cocaína
Colombia se hizo acreedor de violencia y ello no tuvo la menor
compensación en el crecimiento económico.

R. Colombia ha sido el gran sacrificado. Ha hecho grandes
esfuerzos para mantener en orden su economía y para luchar
contra los efectos desestabilizadores de ese dinero. Sacrificó
parte de su crecimiento económico sin que se haya generado una
capacidad de producción correlativa al monto de "dinero
caliente" que ingresaron. Y se ha creado un problema social y
político grave con repercusiones internas e internacionales. Y
lo que es peor, a pesar de su buena conducta en los 80 en
materia de deuda externa, Colombia no está todavía dentro de
la agenda prioritaria de países industrializados como Estados
Unidos. En la llamada iniciativa para las Américas, Colombia
no es un país prioritario.

*FUENTE: Texto tomado de CAMBIO 16 N§1125 (p.34-35)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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