Guayaquil. 23.02.93. Los avances del gobierno se anotan en el
proyecto de Ley de Modernización, elaborado por el Consejo
Nacional de Modernización del Estado que debe ser estudiado y,
aprobado, enmendado o rechazado por el Congreso Nacional, y
que abrirá las pautas para los cambios.

Según el proyecto, mediante Decreto Ejecutivo el primer
mandatario podrá someter a las empresas públicas a una rees-
tructuración o a la transferencia al sector privado, ya sea en
cuanto a bienes, activos, pasivos o derechos.

No obstante, las críticas a la acción gubernamental radican en
la falta de decisión para adoptar medidas en las que no nece-
sariamente se requiere de una ley, como son las tendientes a
la disminución del tamaño del Estado y del gasto fiscal.

Transformar Estado

Diversos son los criterios que se vierten sobre la
modernización del Estado, todos los cuales instan a ejecutar
políticas que representen la transformación del sector
público.

Según un informe del Consejo Nacional de Desarrollo, CONADE,
para la implementación y vigencia de los procesos de priva-
tización y desinversión del Estado, es necesaria la existencia
de una estrategia para la adopción de tales procedimientos, y
partir de la preparación de un marco jurídico muy puntual.

Sostiene además que se debe disponer de órganos de regulación
sobre el sector o la empresa que quiera ser privatizada, lo
cual permitirá operar con independencia de presiones políticas
respecto a tarifas, indicadores de calidad, rendimiento,
cobertura de demanda y demás aspectos de gestión empresarial.

Privatización selectiva

La privatización debe ser "selectiva y progresiva", con la
participación del Estado de manera exclusiva en áreas sociales
y empresariales al sector privado, aunque "para proceder a
privatizar es requisito indispensable el estudio particular de
cada empresa", indica.

Destaca que las empresas en las que los organismos del sector
público sean accionistas prioritarios deberán venderse al
público en forma inmediata, e igual tratamiento deben merecer
las acciones en algunas empresas financieras que no
constituyen un aporte al aparato productivo.

Para el presidente de la Cámara de Industrias, Werner Moeller,
"con motivo de la apertura, se torna aún más imperiosa la
modernización de las actividades económicas y sociales del
país".

Recalca que es necesario exigir eficiencia y productividad no
solo a la empresa privada sino a todos los sectores
nacionales, por tanto, el Estado debe predicar con el ejemplo,
sometiéndose a la brevedad posible a las exigencias de la
modernización.

En tal sentido, insta a la adopción de mecanismos como la
privatización de empresas y servicios estatales, la reducción
de la burocracia y la desregularización de la economía.

Economía competitiva

La privatización necesita ir de la mano con la creación de un
marco económico competitivo, de lo contrario, podrían crearse
monopolios privados abusivos o "capitalismo por compadrazgo",
por tanto, se necesita instituir una legislación que asegure
el mantenimiento de condiciones competitivas y la represión de
abusos del poder económico.

Eso es el criterio del experto en privatizaciones y
especializado en economías de países en desarrollo, Erwin
Geiger, de origen alemán, quien ha sido consultor en diversos
países del mundo.

Durante su visita al país y en diálogo con EL UNIVERSO, Geiger
explicó sus conceptos y experiencias en base a los trabajos
realizados en cuatro continentes, donde ha podido conocer
íntimamente los centros cerebrales de las compañías más
grandes del mundo. Sus trabajos de consultoría se inscriben en
la privatización de empresas en países como República
Dominicana, Honduras, Surinam y Costa Rica.

Establecer prioridades

Según indica, es importante establecer prioridades, pues
primero hay que privatizar las actividades comerciales,
industriales y agrícolas, en tanto que para los monopolios
estatales, solo se debe considerar la privatización cuando ha
sido creado el marco regulador apropiado.

Expresa que la privatización aislada "no es una panacea" y
ella sólo dará buenos resultados si es parte de una política
económica orientada hacia un desarrollo real que
necesariamente requiere la creación de un clima positivo para
la inversión.

Señala que "la privatización de ninguna manera sugiere el
debilitamiento del Estado y menos su desaparición en las
tareas que sólo el Estado puede cumplir", y que "hay que
mejorar el gobierno para que opere muy bien, porque es el
único actor a cuyo cargo está la realización de tareas como el
marco jurídico, la seguridad pública, las inversiones de
infraestructura y otras tareas fundamentales.

Las condiciones de confianza, necesarias para que los
ciudadanos ahorren e inviertan, son una contribución clave que
solo el Estado puede crear, siendo "motor del desarrollo" y no
operando directamente las empresas.

Precisa que existen siete formas de privatizar, esto es,
venderlas por acciones en forma de amplia distribución,
venderlas a los empleados, venderlas a empresarios na-
cionales, a empresarios extranjeros, alquilarlas, abrirlas a
la competencia del mercado y disolverlas formalmente.

Recalca que la venta por acciones es un método fácil, si
existe una extensa clase media con ahorros considerables o con
capacidad para ahorrar, si las compañías son bien conocidas y
si el mercado de acciones funciona bien.

Comenta que la venta a empleados es un método socialmente muy
deseable, pues aunque en ocasiones se presenta el problema de
que los trabajadores no tienen ahorros para comprar acciones,
hay formas de ayuda con un descuento en las acciones que
compren, con pago a plazo o con la participación de las
utilidades en el pago de las acciones.

Sin embargo, agrega que en el caso de negocios muy riesgosos
la compra de acciones por parte de empleados no es aconsejable
porque ellos podrían perder su dinero.

Ejemplos de privatización por venta a empleados se observa en
el caso de la Volkswagen en Alemania, las minas estatales en
Bolivia y grandes empresas estatales en Inglaterra y Francia.

Sobre la venta a empresarios extranjeros recalca que el método
puede ser ventajoso cuando el comprador genera mercados
sustanciales de exportación- cuando ofrece un precio alto, y
cuando puede introducir tecnología nueva que mejore el futuro
de la empresa y haga que la compañía pase de la decadencia al
crecimiento.

Empezar por lo fácil

Geiger sostiene que luego de establecer las debidas
prioridades, se debe privatizar primero las empresas que sean
más fáciles para eso, a fin de asegurar que el primer caso sea
de gran éxito y sirva como modelo educativo para todas las
partes interesadas, incluidos políticos y obreros.

Destaca que se debe buscar los costos reales de la empresa, de
modo que puede servir como una de las bases para el cálculo
del precio de venta, además, de ser necesario, encontrar
buenos administradores para hacer su venta más atractiva.

Subraya que se tiene que analizar si es más ventajoso mejorar
la empresa como un medio para venderla con más facilidad, o si
es preferible venderla como se encuentre, para que sea el
comprador quien la mejore, de manera que la empresa responda a
sus necesidades.

"Hay que encarar la realidad cuando la empresa ya nada vale y
resulta inútil gastar esfuerzos. En ese caso, es menor
liquidarla rápidamente", manifiesta.

* FUENTE: texto tomado de EL UNIVERSO
EXPLORED
en Ciudad N/D

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