Quito. 16 feb 97. Fabián Alarcón (50 años) no escuchó los
aplausos que recibió la noche que el presidente del Congreso,
Franco Romero, le ciñó la banda presidencial. En la mente de
Alarcón estuvo el recuerdo de su padre, Ruperto Alarcón, un
político que buscó la Presidencia pero no lo consiguió y que
hoy parece ser reivindicado por su hijo.

Sentado en un extremo del despacho presidencial, Fabián
Alarcón se muestra distendido, a pesar de la grave
responsabilidad que tiene en sus manos y hasta sonríe, varias
veces, a lo largo de la entrevista.

Sus jornadas de trabajo son intensas, hasta de 13 horas
diarias, para estructurar su equipo de Gobierno, que aspira a
completar en esta semana. La certeza de que cuenta con el
respaldo del Congreso le pone optimista, aunque lograr
integrar un Gabinete de "equilibrio regional", y que
satisfaga a los sectores dispersos que propiciaron su elección
no le resulta fácil.

Pero al presidente interino no le preocupa una suerte de
dispersión ideológica en la composición de su Gabinete. "Las
decisiones las tomo yo", dice con firmeza y porque está seguro
que en los 20 meses que tendrá su gestión tiene tres objetivos
básicos: una reforma política, que tome en cuenta la Asamblea
Constitucional, modalidades de control político y de elección;
la lucha contra la corrupción, con lo que se creará una
Comisión Presidencial anti corrupción, integrada por
personalidades como el arzobispo de Cuenca y que tendría como
misión investigar las denuncias contra el pasado Gobierno, así
como equilibrar el déficit fiscal.

Durante la entrevista, Alarcón es recurrente al hablar del
reto político que tiene en sus manos. Y aunque confiesa que sí
pensó llegar a la Presidencia, nunca imaginó que sería "de
esta manera": elegido por el Congreso y en instantes
dramáticos, "cuando el Gobierno de Bucaram llegó a extremos y
no cumplió ni un solo punto de los acuerdos". Por eso dice
sentirse "decepcionado" de su antiguo aliado, de quien asegura
desaprovechó la oportunidad, a pesar de haber representado "el
grito de desesperación del pueblo". No hay que olvidar que el
Frente Radical Alfarista (FRA), al que se pertenece Alarcón, y
cuya génesis política proviene del populismo, apoyó en la
segunda vuelta a Bucaram, participó en el Gobierno, pero se
retiró a los tres meses. De allí que, Alarcón quiere hacer un
Gobierno de transición, que siente las bases para que el país
puede salir de una crisis seria, como la que afronta ahora.
Sostiene que "administrar el país es complejo pero superable",
si al pueblo se le habla con la verdad, no se le atropella y
trata de convencérsele. "Incluso puede soportar medidas
económicas" asegura.

Porque sabe los secretos del manejo político, el presidente
interino no oculta que, "reservará" para su partido el manejo
de las áreas que más involucradas estén con los sectores
sociales, aunque en el caso del Ministerio de Bienestar Social
contaría con la participación de la Izquierda Democrática
(ID). El matiz político de su Gobierno seria de centro
izquierda y eso parece agradar a Alarcón. "Dicen que con César
Verduga somos dinamita", bromea, cuando en medio de la
entrevista, asoma el flamante ministro de Gobierno, a quien
confiesa tener gran estima y admiración, a pesar que confía
que el Socialcristianismo contribuya a su gestión desde el
Congreso.

Al parecer, también le agrada una suerte de espaldarazo que le
ha dado el Gobierno de los Estados Unidos, No solo que el
viernes le visitó el embajador Leslie Alexander, sino que en
dos o tres meses más hará una visita de Estado a los Estados
Unidos. Quizá, por ello no le preocupa que hoy se especule en
el exterior sobre la legitimidad de su Gobierno, pues sostiene
que se aplicó la Constitución y el mandato del pueblo. De
todos modos, las embajadas hablarán de la verdad jurídica y
constitucional.

FRASES PRESIDENCIALES Y ANUNCIOS

-Administrar el Ecuador en estas circunstancias, es complejo
pero superable.

-Lo principal es darle tranquilidad al país.

-Si a la gente se le presenta un plan de acción coherente, si
se le habla con la verdad, si no se le atropella, si se le
trata de convencer y se le explica, es posible tener la
comprensión de los ecuatorianos.

-No se puede plantear un proyecto económico que no contenga un
fuerte ingrediente social.

-No haremos elefantes blancos. No se puede realizar obras que
no sean las indispensables para el país.

-Ya muchas veces veo que la venta de acciones de las empresas
públicas no da los resultados apetecidos.

-Por ejemplo, si nosotros vendemos Paute no sacamos nada, pero
si aumentamos el capital de paute podemos hacer Mazar. Allí
sí, se complementa.

-La persona que gobierna no tiene que ser un experto
económico, sino que tiene que rodearse de técnicos.

-Voy a buscar a los mejores técnicos que colaboren con el
país.

-Raúl Baca para el ministerio de Energía es muy importante
porque ahí hay un fuerte contenido social. Tiene liderazgo y
autoridad y se va a rodearse de expertos asesores en materia
petrolera y energética.

-La labor que desempeñe mi esposa va a ser de gran importancia
para mí. Ella seguirá haciendo su trabajo, de entrega a lo
social y a la dirigencia política.

-Ya no pienso tanto en la meta futura, sino en cumplir con el
papel, en dejar un buen nombre a mis hijos.
-
Mi padre fue un luchador incansable, luchó por llegar ala
presidencia pero no pudo junto a Velasco.

-Perdí muy temprano a mi madre, mi padre fue padre y madre
para mí.

-Un presidente de la República no puede precipitarse, tiene
que hablar cuando las cosas estén cumplidas.

-A la Vicepresidente no se le ha marginado por ser mujer sino
por su comportamiento se ha auto aislado. Se hará cargo del
CONADE.

-Nunca les condicioné para convocar el Congreso
extraordinario.

-No me incomoda que me digan que soy la mejor cintura
política, pero ahora dirán que tengo buena espalda (alude al
triunfo del seleccionado del Ecuador ante Uruguay, un día
después que ascendió al poder)

-Marcel Laniado, un interesante banquero con el que hay que
hablar de economía, será mi representante ante el CEDEGE.

-Todavía no he pensado quien será el nuevo gerente del Banco
Central, pero será un buen técnico. Tiene que ser alguien que
guarde el mismo perfil de Augusto De La Torre.

-En dos o tres meses haré una visita de Estado a los Estados
Unidos.

-Ecuador no puede detener el proceso de modernización.
Ecuador no es una isla ausente de lo que pasa en el mundo: hay
una economía absoluta glabalizada en la que el país debe estar
inmerso.

Habrá tres mujeres en mi gabinete, una de ellas será Elsa
María Castro.

Edgar Ribadeneira, un hombre capacitado va a ser parte del
Gabinete.

-¿Cómo podía Bucaram gobernar sin un ministro de Gobierno? Yo
lo considero imposible.

-Con César Verduga hacemos un buen equipo. El tiene gran
ascendiente en los sectores sociales.

Yo me debo a los estratos populares. Al menos hasta ahora,
ellos me han dado los votos en las urnas. Yo continuaré
activando con ellos.

-Es legítimo que reserve para mi partido algunos ministerios
del área.

-Yo recibiré todas las críticas de la prensa. Yo acogeré lo
que me digan los medios de comunicación.

Como mujer, Lucía (su esposa) será de gran ayuda. Ella ha
estado siempre junto a mi. Mi esposa Lucía Palacios es una
cuencana.

-¡Ana María, por favor, sírvanos una colita, una agüita!

PAUTAS ECONOMICAS NO MODELO

La tarde del viernes 14 de febrero, los nuevos comensales de
Palacio esperaban por Fabián Alarcón en la residencia
presidencial, mientras el primer mandatario cumplía su
entrevista con HOY.

Unos minutos después de las tres, ya con el hambre a cuestas,
el gobernante subió las escalinatas y compartió la mesa con
César Verduga, Luis Mejía, Carlos Dávalos y Arturo Gangotena.
Hoy por hoy, los hombres más cercanos al presidente y, por
coincidencia o no, todos economistas.

Es posible que compartir el despacho más importante de
Carondelet con cuatro personajes que, de una manera u otra
manejan la economía, hayan hecho del político Alarcón un
mandatario preocupado por el déficit fiscal, la deuda externa
y la reactivación productiva.

Quizás sus conocimientos de la materia vengan de otra parte:
dentro del parlamento, en más de una ocasión presidió la
Comisión de Presupuesto. Habla de Bonos Brady, año fiscal,
tasas de interés y tipo de cambio, con mayor soltura que
algunos presidenciables del año anterior.

Al parecer, el mandatario ha medido con cinta los alcances que
puede tener un programa económico y social en un reducido
período de 19 meses. "No hay modelo", dice. "Solo pautas":
reducir el déficit fiscal -no eliminarlo- y sentar las bases
para una reactivación productiva de corto plazo.

Tampoco se arriesga hablar sin los papeles sobre la mesa. No
tiene remordimientos en contestar que aún no cuenta con
estudios técnicos que le permitan lanzar propuestas claras.
"Al momento de abordar asuntos muy puntuales, como las medidas
económicas, los mecanismos que se usarán para reactivar la
producción o los énfasis que se darán a la pequeña industria,
el sector artesanal y el cooperativismo -explica- quisiera
hacerlo con un esquema concreto y sólido para el país".

No obstante, el mandatario no teme lanzar las líneas básicas
que eran esperadas por los organismos financieros
internacionales, por los inversionistas del país y del
exterior:

Primero: honrar las compromisos crediticios adquiridos por el
Ecuador -en términos más simples, pagar la deuda externa.
Segundo: terminar el proceso de venta de acciones de Emetel y
con eso dar punto final a las privatizaciones en su Gobierno.
Tercero y último: en vez de traspasar bienes del Estado al
sector privado, capitalizar las empresas públicas
(precisamente, con fondos privados).

Lo social de corto plazo

Al presidente interino de la República se le complica la vida
cuando choca con el sector social de la economía, sobre todo
porque es el que más requiere de proyectos de largo plazo
imposibles de alcanzar en un año y medio.

Bajo esa premisa, y sobre la perspectiva de que una amplia
plataforma popular siempre lo ha acompañado en las gestas
electorales, esboza la posibilidad de actuar a través de las
municipalidades y prefecturas. "Trataré de hacer viable la
aplicación del 15 por ciento del presupuesto para los
gobiernos seccionales", comenta.

Cree que no alcanzará más que ciertas obras de infraestructura
básica para los sectores menos favorecidos y perora la
posibilidad de contar con un arquitecto destacable en el
Ministerio de Vivienda, como una opción para llevar a cabo
proyectos.

Lo cierto es que Fabián Alarcón tiene bien puestos los puntos
sobre las íes y ha preferido centrar su programa económico en
lo obtenible. Si bien las perspectivas parecen viables, queda
la posibilidad de que malos pasos vuelvan a su economía
castillos en el aire.

LA OTRA CARA DE LA MEDALLA

Pero la postura optimista de Fabián Alarcón, que le ha
permitido observar la economía con serenidad y sin buscar
experimentos novedosos, tiene elementos engorros que no
logrará pasar fácilmente.

Será difícil, por ejemplo, mantener el consenso con
movimientos sociales que lo llevaron al poder y que plantean,
entre otras cosas, la moratoria en relación con la deuda
externa y el no a la privatización de Emetel.

"Deberé dialogar con ellos", señala el mandatario. Sin
embargo, no será sencillo que ciertos grupos representativos
de la sociedad acepten las propuestas, aunque nadie duda de la
gran habilidad de Fabián Alarcón para alcanzar acuerdos.

Tampoco tiene un camino llano para reducir el déficit fiscal
sin la aplicación de nuevas medidas económicas. En su
entrevista con HOY, planteó como primera opción la reducción
del tamaño del Estado: "se tendrán que revisar los nuevos
nombramientos. Los últimos contratos, de seis y nueve meses y
de hasta un año, deben ser cortados".

También menciona como alternativas para el déficit una
estricta austeridad fiscal y una considerable rebaja en la
proforma presupuestaria de 1997. Parafrasea, además, acerca de
grandes recaudaciones fiscales y aduaneras así como de nuevos
ingresos a través de los impuestos especiales aprobados por el
Congreso en diciembre. No obstante, el déficit alcanza los mil
millones de dólares y las alternativas mencionadas en el
párrafo anterior ya han sido manejadas por otros gobiernos sin
mayores resultados.

Finalmente, será difícil que los acreedores de deuda externa
ecuatoriana acepten renegociar las condiciones de pago, pero
es válido el optimismo del presidente: "lo peor que podemos
hacer es quedarnos cruzados de brazos". (DIARIO HOY) (P.
6-7A)
EXPLORED
en Autor: Thalía Flores - [email protected]

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