BOGOTÃ. Los colombianos acudirán este domingo a las urnas para elegir al sucesor de
Ãlvaro Uribe, el presidente más popular de la historia reciente del paÃs y que dejará un controvertido legado tras ocho años en el Gobierno, con éxitos en seguridad y acusaciones sobre violaciones de los
derechos humanos.
Con una popularidad del 70% y a tres meses de concluir su mandato, Uribe logró arrinconar a las
FARC a base de golpes militares y desmontar las temidas Autodefensas Unidas de
Colombia (AUC, organización paramilitar ultraderechista), lo que incrementó la percepción de seguridad en un paÃs sumido en un conflicto interno desde hace más de cuatro décadas.
Uribe hizo esta labor en el marco de su PolÃtica de Defensa y Seguridad Democrática, el eje de su gestión, y sobre la que los expertos destacan éxitos y fracasos, pero que es en definitiva una herencia con muchos retos para el próximo presidente.
Fortaleció también a las Fuerzas Armadas, y afianzó el respaldo de los EEUU, aliado clave de Colombia, explicó el director de la Fundación Seguridad y Democracia, Alfredo Rángel.
Con Uribe, las FARC pasaron de 18 mil a 6 000 combatientes. En el caso del Ejército de Liberación Nacional (ELN), este se redujó a una quinta parte hasta los 500 miembros, al tiempo que se desmovilizaron 31 mil paramilitares.
Pero esta polÃtica ha conllevado también fracasos, como el rezago de la presencia del Estado en el conjunto del territorio, el traslado del conflicto a las fronteras, la debilidad de la Justicia, las ejecuciones extrajudiciales de civiles practicadas por el Ejército y el espionaje ilegal por parte del servicio de Inteligencia, reconoció Rángel.
Otros expertos consideran que Uribe deja una fuerza pública fortalecida, pero cuestionada por violaciones graves a los derechos humanos. (EFE)