A la 01:00 del martes una fuerte lluvia interrumpió el sueño de José Chapal y su familia. Ellos esperaban ansiosos el amanecer para viajar al centro de Nueva Loja y participar en las movilizaciones por el juicio a la Texaco.
El sueño terminó pronto y comieron guayusa y la chucula (leche y plátano) para el desayuno. A las 06:00 un grito de Chapal fue la señal para reunirse en la casa de todos los comuneros de la Cofán Dureno, localizada a 30 km al este de Nueva Loja. No faltaron las hojas de plátano y plásticos para protegerse de la lluvia.
José tomó la mano de sus dos hijos menores y junto a su esposa se sumó a 22 comuneros que salieron a la marcha de protesta y concentración en contra de Chevron Texaco, en Nueva Loja. El entusiasmo del grupo cambió cuando llegaron a las orillas del rÃo Aguarico. Este aumentó su caudal y arrastraba raÃces y trozos de árboles. José sintió miedo de abordar la "Quilla". Nancy, su hija de cuatro años, se negó a dar el primer paso a la pequeña canoa. Pero la familia se arriesgó e inició la travesÃa.
Un remolino sacudió la canoa y aumentó la tensión de los Chapal. Una maniobra de José, que ya cruzó este trecho por más de 27 años, ayudó a controlar la "Quilla". Llegaron al otro lado. "Nos libramos de la muerte", dijo José. Sin perder el tiempo avanzaron hasta la vÃa Nueva Loja-Dureno y allà se embarcaron a un camión que los esperó desde las 07:00.
El trayecto se hizo corto. Ensayaron cantos en su lengua materna y aprovecharon para reforzar su desayuno con trozos de yuca y carne de chorongo (mono) ahumada.
El rostro de José y sus compañeros se llenó de alegrÃa cuando llegaron a Nueva Loja y observaron a alrededor de 400 sionas, secoyas, huaorani y colonos que los esperaban para la marcha. Pintaron sus rostros con colores vistosos.
Cantaron, gritaron y danzaron hasta llegar al edificio de la Corte Superior de Justicia de Nueva Loja. José no dejó de observar al grupo que crecÃa. Los flashes de las cámaras de los fotógrafos y los lentes de las cámaras de los canales de Tv lo enfocaron. Pero no era el único. Un grupo de 22 huaorani, que un dÃa antes ya llegaron a Nueva Loja y se hospedaron en la casa de las mujeres organizadas de la provincia, entonaba la canción "hermanos unámonos".
La melodÃa es cantada cuando los comuneros necesitan unirse para vencer al "enemigo". Eso dijo Tuta Itecai, una comunera que dirigió el grupo. Los secoyas no se quedaron atrás. Ellos se unieron a los colonos y con un fuerte tono de voz repetÃan: "Texaco ya viste con la justicia te jodiste".
Los voceros del Frente de Defensa de la AmazonÃa se hicieron eco de este estribillo y repitieron en los altos parlantes ubicados junto la Corte Superior. En el interior de la corte el ambiente fue tenso. Los abogados de la Chevron Texaco llegaron a las 08:30 y. ocuparon las cuatro sillas y el escritorio al costado derecho.
10 minutos más tarde aparecieron los abogados de los indÃgenas y colonos afectados. No cruzaron palabra y cada uno hizo un grupo para comentar algunos detalles. Se miraron en forma disimulada. Los periodistas y camarógrafos encendieron sus equipos. Un piquete de policÃas, repartido por los frentes de la Corte y en su interior, estaba atento.
A las 08:50 llegaron los activistas y ecologistas; se ubicaron en el fondo de la sala. Ellos repartieron boletines a los medios de comunicación. El juez Alberto Guerra Bastidas ingresó a las 08:55. Saludó con una venia a los abogados de la Chevron Texaco y comentó un par de cosas con los abogados demandantes.
LucÃa algo nervioso pero disimuló con una sonrrisa. Miró su reloj. A las 9:00 saludó a los asistentes y pidió silencio para escuchar a las partes. "Es una audiencia y como tal vamos a escuchar a los señores de la Chevron Texaco y luego habrá tiempo para la otra parte".
El turno fue para Adolfo Callejas, abogado de la Texaco, quien dijo que el juez Alberto Guerra carece de competencia y jurisdicción para conocer el caso. "No existe justificación alguna para seguir con esta demanda y usted, señor Juez, no tiene competencia ni jurisdicción", sostuvo Callejas. Dijo, además, que Chevron Texaco no tiene ninguna relación con la Texaco Petroleum Company que fue la concesionaria de las operaciones que en 1973 se realizaron en la zona.
El alegato no agradó al Juez. Se movió en su silla, apretó sus dedos y parpadeó antes de volver a escuchar a los demandados. Pero no fue el único en incomodarse con el alegato.
También lo hizo Emergildo Criollo, presidente de la Federación Cofán, que junto a otros lÃderes secoyas y huaronai escuchaban a los abogados de la demandada. "Sà quieren que aquà termine el proceso tendrán que terminar también con nosotros", comentó a su compañero de asiento, Alfredo Payaguaje.
No quiso quedarse con la noticia y bajó al primer piso a comentar la respuesta a sus compañeros. José Chapal y su familia fueron los más interesados. "No es justo. La demanda tiene que debatirse en esta Corte, queremos justicia".
A las 12:00 el juez Guerra suspendió la audiencia. Todos fueron al almuerzo. La audiencia se retomó a las 14:00 y 20 minutos más tarde terminó. Los comentarios se apoderaron de la sala y las miradas se dirigieron al juez Alberto Guerra. "Me considero con competencia y jurisdicción para resolver este caso y en momentos se abrirá él termino a prueba", afirmó. Esto motivó a los lÃderes indÃgenas.
Un vocero de los organismos de Derechos Humanos pasó la noticia a los manifestantes que permanecÃan en la planta baja. José y los comuneros saltaron y aplaudieron la decisión del juez. "Dios está con nosotros", dijo José, y abrazó a sus dos hijos menores que a esa hora se alimentaban con un pedazo de pan y un vaso con agua. Los Chapal fueron a descansar en el centro de mujeres para seguir en la jornada de hoy.
La lluvia mermó las marchas
Una fuerte lluvia de seis horas impidió que todos los indÃgenas y colonos asistieran a las marchas de protesta, organizadas antes de la audiencia convocada por la Corte Superior de Justicia de Nueva Loja. Los rÃos y esteros de la zona aumentaron el caudal. A las 08:00 un grupo de 80 indÃgenas y colonos se protegÃa en los zaguanes de los edificios ubicados en las vÃas Quito y Colombia.
A las 09:00 los activistas ecológicos, el Frente de Defensa de la Amazonia y las federaciones indÃgenas de las cuatro nacionalidades afectadas: secoya, siona, cofán y huaorani, aprovecharon el descenso de la lluvia e iniciaron la marcha a la Corte.
Al menos 120 afectados recorrieron las avenidas Quito y Amazonas; luego se concentraron frente a la Corte. La jornada fue pacÃfica y no hubo inconvenientes.
Los manifestantes portaban cartelones, fotografÃas y lanzaban consignas en contra de los representantes de la Chevron Texaco.
La prensa mundial mira el caso
El juicio que los indÃgenas y colonos instauraron en contra de la Chevron Texaco llamó la atención de la prensa internacional, que ayer fue en gran número a la Corte Superior de Justicia de Nueva Loja. Por lo menos 22 periodistas internacionales, con camarógrafos y fotógrafos, cubren la audiencia con los abogados de la Chevron Texaco y los demandantes.
"Este caso tiene enorme importancia para los Estados Unidos y las demás petroleras que viven una situación similar en otros paÃses", dijo Scott Dalton, periodista del reconocido New York Times.
Una reacción similar expresó Dominic Hamilton de la televisora PBS y BBC de Londres. "En mi paÃs existe conciencia ambiental y siempre interesan los casos que están relacionados con violación de los derechos humanos y ambientales".
Los periodistas internacionales se hospedaron en el Gran Hotel de Lago. Al acto asisten corresponsales de AP, AFP, Reuters y la prensa nacional.
Más detalles
El refugio
Las instalaciones de la Federación de Mujeres acogió a por lo menos 120 colonos e indÃgenas afectados por las operaciones de la Chevron Texaco. El centro de hospedaje se habilitó este lunes desde las 18:00 y permanecerá abierto hasta que termine el término de prueba.
La concentración
Las organizaciones ecologistas, los abogados de los querellantes y los periodistas internacionales se alojaron en el Gran Hotel de Lago. Allà levantaron un centro de operaciones.
Los daños
Una fuerte lluvia que cayó la madrugada del martes, destruyó la vÃa que une Nueva Loja con Puerto Francisco de Orellana. DelfÃn Payaguaje, un chamán secoya de 70 años, alentaba a sus compañeros.