Industriales acusan de "dumping" a Venezuela
Quito. 12.12.93. Como en otros sectores de la producción, también
en el caso del hierro se ha producido una pugna empresarial entre
los productores nacionales y los importadores del producto. De
alguna manera entre industriales y comerciantes.
En HOY comenzó la polémica Patricio Avellán, gerente de ADELCA, una de las
dos laminadoras de hierro ecuatorianas. Siguió el coronel Marco Miño,
máxima autoridad de la DINE, propietaria de la otra fábrica (ANDEC). Los
dos acusaron a SIDOR de Venezuela de ejercer una política de "dumping"
para introducir su producto en el Ecuador.
El caso del hierro se suma a la polémica desatada días atrás en
el caso de la harina de trigo. Mediante decreto ejecutivo 1273 el
presidente Durán Ballén redujo el arancel de importación de
harina de trigo del 12% al 5%, con lo cual se unificó el arancel
para el trigo y para la harina. En el caso del hierro existe una
diferencia del 10% entre la palanquilla que paga el 2% de arancel
y las varillas de hierro que pagan el 12%.
Al momento el mercado nacional sigue mayoritariamente surtido con
hierro producido en el país. La producción ecuatoriana es de
200.000 toneladas al año, mientras la importación en lo que va de
1.993 es de 14.190 toneladas. El coronel Miño de ANDEC sostiene
que las fábricas tienen aún una capacidad instalada para producir
un 20% adicional. De allí el perjuicio que le ocasiona la
importación y el presunto "dumping" venezolano.
Además del "dumping" han entrado en juego otros factores dentro
de esta polémica, tales como la política de precios de ese
material, la supuesta actividad monopólica de las dos empresas,
la falsa industria, la sobreprotección arancelaria y la evasión
tributaria. Son temas que han sido abordados por las partes en
defensa de sus intereses.
¿Dumping?
El "dumping" es una práctica comercial que consiste en bajar los
precios durante un tiempo, para liquidar a la competencia, tras
lo cual la empresa que sobrevive a esta guerra comercial queda en
libertad de fijar los nuevos precios, de manera monopólica o en
una posición ventajosa. De eso acusan ADELCA y ANDEC a SIDOR de
Venezuela, una de las empresas vendedoras del hierro importado.
El coronel Miño acusa a SIDOR de cotizar su hierro a los
importadores ecuatorianos a precios menores de los que rigen en
su propio país. El objetivo, según Miño, sería dejar a las dos
laminadoras (fábricas) ecuatorianas en imposibilidad de competir.
A esta acusación se sumó la Federación Ecuatoriana de Industrias
Productoras de Bienes de Capital (FEDECAPITAL) que asegura que
desde hace cuatro meses han ingresado al país varillas de
construcción procedentes de Venezuela "que infringen normas de
comercio subregional andino". Aunque no precisa las normas
infringidas, hace alusión a la práctica del "dumping" cuando
asegura que el precio de la varilla en Colombia es de 450
dólares, en Perú de entre 430 y 490 dólares, y en Venezuela de
entre 360 y 450 dólares. No obstante -asegura FEDECAPITAL- las
exportaciones que Venezuela realiza al Ecuador son facturadas a
278 dólares, o sea un 30% más barato que las ventas en su propio
país.
La acusación fue rechazada por el presidente de Siderúrgica del
Orinoco (SIDOR), Angel Barreto, quien calificó a las
declaraciones de Miño como una "reacción defensiva de aquellos
que durante muchos años disfrutaron de ciertos privilegios en un
mercado cerrado, que se encuentra en determinado momento en la
necesidad de competir con otros productores que son más
eficientes".
Los importadores nacionales de hierro también niegan que haya
"dumping", e incluso aseguran que el precio del producto
venezolano está por encima -o muy similar- al de otros que se
pueden conseguir en el mercado internacional. El precio FOB de
una tonelada métrica de hierro venezolano está en 277 dólares,
mientras que TAMPA JAC de Estados Unidos ofrece a 265 dólares y
DEDINI de Brasil a 283. Sostienen que la cercanía de Venezuela,
así como el especial tratamiento que tiene como miembro
integrante del Grupo Andino, tornan muy competitivo al hierro de
ese país.
Para Marco Núñez, presidente de la Asociación de Empresas
Proveedoras de Materiales de Construcción (ASPROMAC), el Ecuador
ha soportado 30 años de monopolio de las fábricas de hierro, "con
precios altos, persistentes incrementos, desabastecimientos,
formas de pago anticipadas, etc".
LOS EJES DE LA POLEMICA
El hierro es un componente muy importante en la industria de la
construcción. Según el director del INEC, Juan José Illingworth,
la estabilidad de su precio durante 1.993 ha sido factor
importante en la reducción del índice inflacionario. En efecto,
mientras en 1.992 los precios a nivel de distribuidor mayorista
subieron, entre enero y septiembre, de 23.100 sucres a 39.380 (un
70% aproximadamente), desde esa fecha -en que se abrieron las
importaciones- hasta hoy, se ha mantenido estable. Actualmente se
cotiza a 39.000 sucres. Esto, según los importadores, es producto
de la competencia. Anteriormente -dicen- las dos empresas
manejaban los precios a su antojo. Y se preguntan: ¿Cuánto
estarían ganando las fábricas monopólicas ecuatorianas antes de
la competencia del hierro importado, tomando en cuenta que en
estos 14 meses últimos han subido los combustibles, la energía
eléctrica, salarios, divisas y, en general, el índice
inflacionario? Sin embargo el hierro valía lo mismo hace 14 meses
que ahora.
Para Marco Núñez de ASPROMAC, con la importación se ha logrado
algo inédito: mantener el mismo precio del hierro por más de un
año.
¿Falsa industria?
Los comerciantes de hierro importado contraatacan y califican a
las fábricas nacionales del producto como "falsas industrias".
Sostienen que trabajan con componentes ciento por ciento
importados, que hay muy poco valor agregado nacional y que, a
cambio de unos cuantos cientos de plazas de trabajo que ocupan,
en cambio han producido gravísimos efectos en la industria de la
construcción, por la incerteza de la variación de los precios de
este material. Ellos atribuyen la falta de competitividad del
hierro nacional al hecho de que las fábricas ecuatorianas no
parten en su proceso productivo del mineral o de chatarra, que
son las dos posibilidades que manejan las grandes acerías del
mundo, sino que parten de la palanquilla que es -según ellos- un
producto semielaborado.
La palanquilla es, por así decirlo, una viga de hierro que se
produce tras la fundición, a altísimas temperaturas, del mineral
de hierro o de la chatarra. Las grandes acerías fabrican las
varillas de hierro en el mismo momento en que la palanquilla se
encuentra al rojo vivo. Es decir el proceso de fundición del
mineral y el de fabricación de las varillas es uno solo. Se
aprovecha el calentamiento de la palanquilla para, inmediatamente
y dentro del mismo proceso productivo, fabricar las varillas. En
cambio, las acerías ecuatorianas importan la palanquilla ya
enfriada, y la vuelven a calentar en sus plantas productivas, con
lo cual, al producir sus varillas, lo hacen con un costo
duplicado en un rubro muy importante, cual es el calentamiento,
al rojo vivo, de la palanquilla. La falta de competitividad de
las acerías nacionales no es una cuestión de "dumping", sostienen
los importadores, sino un problema de eficiencia.
Patricio Avellán de ADELCA sostiene que su empresa está dispuesta
a montar una planta de fundición de chatarra para abaratar el
proceso de producción de varillas. Reclama, sin embargo, por el
alto precio de la electricidad en el Ecuador. Y amenaza con
instalar su planta en Colombia si las autoridades gubernamentales
no le fijan un precio de la energía eléctrica más bajo.
¿Sobreprotección?
Pero los importadores van más allá en sus acusaciones a los
industriales del hierro. Aseguran que en la actualidad están
sobreprotegidos arancelariamente en comparación con otros
productos siderúrgicos que siempre tuvieron el mismo tratamiento
arancelario que las varillas de hierro. Ellos sostienen que
cuando se reformó el arancel el 10 de noviembre de 1.991, todos
los productos siderúrgicos afines quedaron con un arancel del 12%
(partidas 72141000, 72142000, 72143000, 72144000, 72145000,
72146000). Pero luego, el 15 de junio de 1.992, se hace una nueva
revisión de los aranceles de estos productos y todos bajan al 7%,
con la sola excepción de las varillas de hierro (partida número
72142000) que queda en el 12%. Eso, a criterio de los
importadores, es un privilegio a favor de las fábricas de
varillas de hierro (ADELCA y ANDEC). Además, aseguran que estas
fábricas pagaban hasta ese mismo 15 de junio el 5% de arancel en
la importación de la palanquilla. Pero desde esa fecha se
reclasificó la palanquilla, como materia prima en lugar de
semielaborada, y bajó el arancel de ella al 2%. Doble protección,
aducen los importadores. Por un lado se deja a las varillas con
el 12% en lugar del 7%, y por otro, se baja a la palanquilla del
5% al 2%.
Según los importadores, la definición de palanquilla es la
siguiente: "producto semielaborado de sección transversal
cuadrada, mayor o igual a 1.660 mm. cuadrados y menor que 31.684
mm. cuadrados, cuyas longitudes varían entre 3 y 15 metros".
Marco Núñez, presidente de la Asociación de Empresas Proveedoras
de Materiales de Construcción, sostiene que su asociación
insistirá ante el presidente Durán Ballén para que se coloque a
las varillas de hierro dentro del arancel que le corresponde,
esto es, el 7%, pues "el mundo se va integrando y la producción y
su comercio tienden a una total globalización, y dentro de ella,
únicamente hay cabida para empresas eficientes que, aquí o allá,
puedan competir".
¿Evasión tributaria?
Para seguir con la polémica, los fabricantes de varillas acusan a
los importadores de práctica comercial desleal. Dicen estar
dispuestos a competir pero de manera justa.
Según el coronel Miño, de las 14.190 toneladas de hierro
importado en el presente año, al menos dos mil tienen problemas
con pagos de tributos y obligaciones locales. Se refiere a una
presunta subfacturación y evasión tributaria en que habrían
incurrido algunos importadores y que significaría una práctica
desleal. Sobre el tema, Marco Núñez dice que su entidad no saldrá
en defensa de los comerciantes que así procedan, "pues así como
es necesario combatir los monopolios, creemos también que es
indispensable el erradicar la corrupción a nivel nacional".
El caso del hierro: un tema más de polémica dentro del esquema de
apertura comercial que impulsa el Gobierno.
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