Quito. 26.12.93. Tal vez como todos los eventos especializados en
alguna manifestación artÃstica, los encuentros de literatura que
se vienen realizando en Cuenca desde 1978, son encuentros no
entre creadores sino entre crÃticos. Allà el escritor acude para
ser desollado y es el pájaro raro que alimenta la curiosidad de
los estudiosos de la literatura. Sin embargo en el último
estuvieron presentes destacados creadores de la talla de Jorge
Enrique Adoum y EfraÃn Jara Hidrovo.
Mientras en 1978 el encuentro partió de las visiones panorámicas,
los especialistas se centraron esta vez en tres o cuatro
temáticas muy especÃficas. Del "panorama de la novela ecuatoriana
de los últimos años" que se analizaba fervorosamente en esos dÃas
de 1978, en un encuentro fraternal y "a los tiempos" entre
escritores y estudiosos de la literatura, hemos pasado al
análisis de fenómenos aparentemente marginales como la literatura
femenina en nuestro paÃs.
El último encuentro se cumplió en noviembre y sobre él comenta
uno de los más interesantes investigadores de la literatura
ecuatoriana Manuel Corrales.
Pero en su texto, Corrales prefiere, antes que abordar el
conjunto del encuentro, detenerse en un aspecto: los antecedentes
al modernismo ecuatoriano y el momento, tal vez un poco tardÃo,
en que éste se encarna en la creación literaria de nuestro paÃs.
Del 22 al 26 de noviembre se ha realizado en Cuenca el V
encuentro de Literatura Ecuatoriana. El dinamismo y la
imaginación de los organizadores han conseguido no solo un nuevo
encuentro -el quinto- sino, también novedad, nuevos horizontes,
nuevos parámetros para pensar la Literatura Ecuatoriana, nuevas
preocupaciones.
Cuatro eran los temas que en ésta ocasión se ponÃan sobre el
tapete: Literatura y Modernidad, Literatura Popular. Las mujeres
en la Literatura y Literatura y Educación. Un total de l5
ponencias se presentaron, comentaron y discutieron: cuatro de
ellas abordaron el tema de la Modernidad, dos el de la Literatura
Popular, cinco se dedicaron a La Mujer en la Literatura y cuatro
a la Literatura en la Educación.
Además, dos mesas redondas: la primera a cargo de las "Mujeres
del Atico", grupo guayaquileño de mujeres cuya animación tiene
mucho que ver con la profesora Cecilia Ansaldo; y la segunda
sobre Literatura y Educación
La modernidad
Que es eso de la modernidad? Del asunto se venÃa hablando ya en
otras latitudes. Excelente sÃntoma es que ya se lo aborde entre
nosotros. Y, curiosamente, en la misma ciudad de Cuenca se lo
agitó ya en el VI Encuentro Ecuatoriano de FilosofÃa, cuyas
ponencias publicó la revista Pucará en su número 13
(febrero-mayo de l993).
Ahora , en este simposio literario, volvieron sobre él Iván
Carvajal, Francisco Proaño y Cecilia Suárez. Esta última
presentó un excelente y riguroso panorama de una investigación
que se está realizando en la Escuela de Literatura de la
Universidad de Cuenca: Literatura y Estética de la Modernidad:
La Literatura Ecuatoriana de las dos últimas décadas. A la luz
de este trabajo haré las consideraciones que siguen. En próxima
ocasión aludiré a las ponencias de Carvajal y Proaño.
El tiempo de la modernidad
Con el nombre de Modernidad suele aludirse a un fenómeno
histórico, social y cultural cuyo punto de arranque suele
situarse en los comienzos del siglo XVI, y cuya vigencia parece
extenderse hasta bien entrado el siglo XX, justamente hasta
cuando comienza a sentirse la Postmodernidad y a hablarse de
ella.
Suele describirse la Modernidad en contraste con la
premodernidad, es decir, con el modo de ser, comportarse y actuar
las sociedades en tiempos anteriores al siglo XVI, y
concretamente en la Edad Media. Y asÃ, la Modernidad es el paso
de la AstrologÃa a la AstronomÃa, del pensar mÃtico y mágico al
pensar abstracto, y de éste, de la ciencia especulativa,
progresivamente a la ciencia positiva. Los logros de ésta última
generan la tecnologÃa. Y asÃ, del quehacer artesanal se
evoluciona al industrial que se expande y perfecciona cada dÃa,
cada minuto con nuevos logros y se va haciendo internacional,
supranacional, anónimo y arrollador.
Modos nuevos de vivir y comportarse
Esta modernidad en la que hemos nacido y nos hemos instalado con
la mayor naturalidad los hombres del siglo XX, ha tenido sus
consecuencias en los modos de vivir y comportarse los grupos
humanos: los campesinos comenzaron a abandonar el campo y a
cobijarse en las ciudades. Estas dejaron de ser pequeños
conglomerados urbanos para ir creciendo hasta convertirse en
grandes centros y, en los casos lÃmite, en monstruosas
metrópolis.
Sin duda es la Modernidad el espacio histórico donde se dan las
grandes revoluciones sociales: del régimen polÃtico social
dominado por los señores feudales, se va pasando a la
organización socio-polÃtica de cuño democrático
Las paradojas
La modernidad es también el ámbito de las paradojas: democracia,
sÃ, pero reside realmente el poder en la soberanÃa popular?, no
estará más bien en manos de los que detentan el poder económico?
Y los polÃticos... No estarán realmente al servicio de este
poder? Sin duda la industrialización generó cohesión entre los
grupos, solidaridad; pero también, con la división del trabajo,
la búsqueda de mercados, la promoción del consumo. Y, con ello,
un ambiente individualista, egoÃsta, competitivo.
Los lÃmites de espacio no permiten enunciar otros contrastes
que, por otra parte, son conocidos.
Y nosotros?
La paradoja para nosotros más importante es precisamente la que
se da en nuestra América Latina, y especÃficamente en el Ecuador.
¿Cuándo , en realidad, comienza a insinuarse la Modernidad entre
nosotros? Y cómo llega a conseguir carta de ciudadanÃa?
Los entendidos dicen que con la Revolución Liberal comienzan a
soplar nuevos aires en nuestros pagos. Pero el ferrocarril
Guayaquil-Quito, por ejemplo, cruza por extensas zonas
campesinas, latifundios inmensos- donde los que allà trabajan,
aún tienen que pasar muchos sudores y fatigas antes de que la
Modernidad consiga que sus chozas de guayacán y caña guadúa se
transformen en casitas de mamposterÃa...
Quiero decir que, aún hoy dÃa, los rasgos que definen la
Modernidad se dan entre nosotros, pero a retazos, y tadavÃa
entreverados con unas condiciones de vida y unos modos de vivir y
ver el mundo, más cercanos a lo mÃtico que a los espectaculares
logros de la electrónica, algunos de ellos -otra singular muestra
de la paradoja ya instalados y en funcionamiento aquà mismo, en
nuestra casa.
¿Qué tiene todo esto que ver con la Literatura, con nuestra
Literatura? Mucho, pues este modo de acercarnos a la modernidad
ecuatoriana.
De 1978 a 1993
En el primer encuentro de literatura de Cuenca, Diego Araujo,
Angel F. Rojas, Manuel Corrales, Antionio Sacoto, Laura Hidalgo,
se centraron sobre lo que estaba ocurriendo esos momentos con la
novela y una que habÃa salido pocos antes y que centraba la
atención: Entre Marx y una mujer dormida, de Jorge Enrique Adoum
En la poesÃa, Ramiro Rivas ensayaba un original paralelo entre
carrera Andrade y Adoum, al tiempo que Hernán RodrÃguez trazaba
una panorámica de la segunda mitad del siglo... era preciso
comenzar los encuentros con un señalamiento general de lo que
estaba ocurriendo entre nosotros.
En el cuento, algunos escritores como Juan Valdano, Carlos
Carrión y Jorge Velasco estudiaban lo que ocurrÃa con una de las
mayores especialidades de la literatura ecuatoriana.
En el teatro Jorge Dávila trazaba un panorama de lo poco
existente, mientras en el ensayo, el "Inventor" de los encuentros
cuencanos, Alfonso Carrasco repasaba lo ocurrido en las ultimas
décadas.
El encuentro del 78 se cerraba con un conjunto de ponencias con
temas generales como "La Literatura como verdad artÃstica" de
Arturo Montesinos, " Literatura, ideologÃa y sociedad" de Iván
Carvajal, novela e historia de Iván Eguez.
Todos los géneros literarios fueron sometido entre el 6 y el 11
de noviembre de 1978, a un riguroso análisis. Poco a poco en los
encuentros posteriores, las temáticas se irÃan focalizando sobre
problemas especÃficos. (4C)
en
Explored
Ciudad N/D
Publicado el 26/Diciembre/1993 | 00:00