El expresidente de Colombia, Álvaro Uribe (2002-2010) se desmarcó de las denuncias sobre un supuesto espionaje de militares a los negociadores oficiales de paz con las FARC y a políticos.
Ayer, a través de un comunicado, señaló: "Este Gobierno, especializado en la corrupción de ocultar, tiene que decir la verdad al país sobre esa agencia (de espionaje)".
Según la edición digital de la revista Semana, militares espiaron a negociadores del Gobierno y a dirigentes como la exsenadora Piedad Córdoba y el representante a la Cámara Iván Cepeda desde una central clandestina que funcionó meses en un local comercial de Bogotá.
Otros supuestamente espiados serían Humberto de la Calle, jefe del equipo que negocia en Cuba; el alto comisionado de Paz, Sergio Jaramillo, y el director de la Agencia Colombiana para la Reintegración, Alejandro Eder.
Cepeda dijo que es posible que Uribe, crítico del diálogo con las FARC, haya dirigido a oficiales de inteligencia del Ejército y a los hackers civiles que, al parecer, fueron reclutados para espiar y sabotear el proceso de paz.
Santos atribuyó la denuncia periodística a fuerzas oscuras que buscan sabotear el proceso de paz e informó que ha dado disposiciones a su ministro de Defensa, Juan Carlos Pizón, a las Fuerzas Armadas y a la Policía, para que investiguen el presunto plan de espionaje. (EFE)