La cúpula militar de colombia fue reemplazada ayer
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, cambió ayer la cúpula militar, tras un escándalo por corrupción en las Fuerzas Armadas que investiga la Fiscalía, fue revelado hace tres días por la revista Semana.
“He considerado oportuno y necesario hacer un cambio en la cúpula militar -dijo Santos-, no por ningún hecho de corrupción, sino por expresiones irrespetuosas, mientras que otros altos oficiales pasarán a retiro porque sabían de las irregularidades y no actuaron”. Lo dijo al anunciar que el comandante Leonardo Barrero saldrá.
El mandatario hizo referencia así a declaraciones de Barrero, quien recomendó a oficiales detenidos “no dejarse joder de esos hijos de puta fiscales y armarse como una mafia para denunciarlos”, según interceptaciones de llamadas que publicó la revista Semana y que el propio oficial reconoció.
“Vendrán más acciones -anunció Santos en Sincelejo-. Es muy importante, en estos casos, llegar a estos asuntos, cortar de raíz el problema, actuar con la debida ecuanimidad y justicia, proteger a nuestro Ejército”.
Poco después, el ministro de la Defensa, Juan Carlos Pinzón, anunció que Barrero será reemplazado por el general Juan Pablo Rodríguez, hasta ahora comandante del Ejército.
En el puesto del general Rodríguez fue nombrado el general Jaime Lasprilla, que se desempeñó como comandante de la fuerza de tarea Omega, un grupo de élite antiguerrilla.
“No hay elementos que prueben hechos de corrupción o pongan en duda su honra y buen nombre -subrayó Pinzón-. Pero (Barrero) cometió una imprudencia utilizando expresiones inaceptables que causan daño a la institución”.
Las fuerzas militares se vieron sacudidas esta semana por la revelación de una trama de corrupción en la Aviación del Ejército. Una investigación interna detectó diez casos de irregularidades en contratos realizados por esa dependencia.
Según la revista Semana, parte de los fondos obtenidos irregularmente habrían sido destinados a pagos a los subalternos presos con el fin de mantener su silencio en investigaciones penales por cientos de asesinatos de civiles que posteriormente eran presentados como guerrilleros caídos en combate, conocidos en Colombia como falsos positivos. (AFP)