Por: Óscar Molina

Redacción Metrópoli


Carlos Motta expone su obra Nefandus en la muestra El cuerpo queer, la construcción de la memoria. En dialógo con HOY, el artista habla sobre el cuerpo, la sexualidad y la censura del homoerotismo en la Colonia.

El colombiano Carlos Motta  es uno de los dos artistas que expone en la muestra El cuerpo queer, la construcción de la memoria, que se inaugura hoy,  a  las 19:00,en la galería Arte Actual de Flacso.

La  otra es la sudafricana Zanele Muholi, cuya serie de 120 retratos (abajo) pone en discusión los estereotipos de género y sexualidad. Los objetos y los videos que conforman Nefandus, la obra que  Motta presenta en esta ocasión, también se inscriben en esas temáticas.

Su trabajo es  una  indagación en archivos prehispánicos y coloniales que evidencian los rituales homoeróticos de entonces. En medio del proceso de montaje, Motta dialogó con Diario HOY sobre el cuerpo, la sexualidad y las rupturas que todavía hacen falta.

¿Por qué escogió ese período para desarrollar su obra?

 Nefando es una palabra que significa lo innombrable, lo indecible, las cosas que son moralmente inconcebibles. Se utilizaba muchísimo en los años de la Conquista. Cuando la encontré, me interesé en pensar por qué se han visto de una forma tan denigrante las relaciones sexuales o las ideas del cuerpo desde esa época. Entonces empecé a hacer una investigación y encontré una serie de objetos en el continente americano en los que  se representaban actos homoeróticos. Me interesaba pensar cómo se habían estudiado esas piezas y descubrí una serie de obstáculos.

 ¿Cómo cuáles?

 Tanto la antropología como  la arqueología no solo  se habían  desinteresado en estudiarlas, sino que se habían encargado de moralizarlas, de hablar de esos objetos en términos convencionales y normativos en relación a la sexualidad. ¿Quién sabe cómo pensaba la sexualidad cada una de las culturas? Porque cada una representaba y tenía una idea distinta de la sexualidad. Hoy  estamos limitados con categorías para hablar de la sexualidad, porque no tenemos otra manera de hacerlo.

  ¿Esas limitaciones están en lo académico, en lo público, en lo artístico...?

 Están en absolutamente todos los espacios de la sociedad: en la cultura, en lo religioso, en las ciencias sociales, en las teorías económicas, en la forma en cómo construimos nuestros cuerpos y nuestra sexualidad. Esas limitaciones han marcado la historia de la modernidad.

 A partir de su investigación, ¿cuál diría que es la institución que más se ha encargado de silenciarlas? ¿Quizá la academia?

 Creo que han sido la Iglesia y la ley, la relación entre el Estado y la Iglesia. La iglesia y  sus proyectos de moralidad. Y este efecto de la Iglesia se ha permeado en todas las instituciones de la sociedad. 

 ¿Cree que, al poner este período en escena, pueda haber una relectura y una discusión al respecto de la sexualidad?

 Mi proyecto se suscribe a otro  que tiene unos 50 años: un proyecto que empieza al final de los años sesenta, cuando hubo una revolución sexual, de género, de construir unos cuerpos fuera de las convenciones religiosas. Lo que más me interesa de presentarlo en Latinoamérica, sobre todo,  es poder pensar, de una manera  subjetiva y no rigurosa, en términos de institución,  la forma en cómo restringimos el entendimiento del cuerpo y la sexualidad a partir de unas ciencias sociales y unas instituciones excluyentes. La idea de mi trabajo es contar una historia más plural, no una hecha en términos denigrantes y represivos de la sexualidad. Por ejemplo, si una persona viene y encuentra las esculturas miniatura en las que están las réplicas de las prácticas homoeróticas del continente americano, al verlas sin exaltaciones y sin censura, quizá genere una relación diferente con esos objetos.     

 Según usted, ¿cómo se está entendiendo lo queer en Latinoamérica?

 En Latinoamérica hay un proyecto de pensamiento decolonial muy fuerte y, como parte fundamental de eso, están las teorías del cuerpo, la sexualidad y el género. Desde la academia se está pensando en romper esos esquemas y esas historias dominantes y también  en diferentes formas de acercarse a lo queer. Aunque a mi la palabra queer me parece colonial en sí, porque  es una construcción hegemónica estadounidense. Por esa razón tengo problemas en utilizarla en el contexto latinoamericano. El pensamiento de la liberación sexual y de género también es una construcción colonial. Lo que me interesa es pensar en esas ideas a partir de la experiencia latinoamericana. Deberíamos analizar  las ideas del cuerpo, la orientación sexual y el género a partir de las experiencias específicas latinoamericanas, más allá de importar teorías europeas, estadounidenses y tratar de imponerlas dentro de un contexto latinoamericano. Inventemos nuestra propia palabra. Hagamos lo que sea necesario para tener un lenguaje específico. 

 Latinoamérica está, entonces, en un proceso de construcción de nuevos cuerpos...

 Hay proyectos. En Perú, por ejemplo, hay un proyecto en el que se hace una lectura de la historia del Perú a través del cuerpo travestido. También creo que hay   subculturas en las que  la idea del cuerpo no está restringida por el binarismo de género. Me parece que, además, a lo largo del continente hay expresiones de cuerpos diversos. Pero, en cuanto a políticas institucionales y sociales,  hay mucho que recorrer. 

 Diría que se ha abierto un campo de investigación sobre estas prácticas prehispánicas...

 Es un campo de estudio bastante limitado. Pero sí hay ensayos, se ha escrito mucho sobre las muxes (hombres que se visten como mujeres y desempeñan roles femeninos en los ámbitos social y sexual) en México. No hay mucho, aunque sí lo suficiente para poder entender la sexualidad durante esos períodos. Debería haber muchísimo más.

 Es decir que no se avisora como  línea de investigación a largo plazo...

Incluso desde lo artístico no he visto muchos trabajos al respecto. De repente por eso el tema  resulta relevante, porque es bastante inusual.

 


En el contexto del quinto encuentro queer

La Quinta Conferencia de Paradigmas Queer será la primera que se hace en la Región Andina y en un país hispanohablante. Las anteriores se han realizado en el Reino Unido (2009), Australia (2010), Estados Unidos (2011) y Brasil (2012).

El encuentro, cuyo tema central es la intersección de los estudios queer en con los  post y descoloniales, está programado entre el 20 y el 22 de febrero en distintas sedes y con varias actividades paralelas.

Una de ellas es la muestra de la galería Arte Actual (foto). Otras son los conversatorios,  las mesas de trabajo y los talleres. Elsie Monge, directora de la Comisión Ecuménica para los Derechos Humanos , y Carina Vance, ministra de Salud, entre otros funcionarios, participarán en las charlas abiertas al público.

Entre las temáticas están: “Acercamiento a las diversidades sexuales desde un enfoque comunitario, Resignificando la familia”, “Lo queer desde el Sur”, “ Cuerpos (des)ordenados y Transgresión: la critica queer como critica de estructuras”.

Carlos Motta y  Jack Halberstam también desarrollarán talleres. El primero hará uno sobre la elaboración de un mapa sexual de Quito, mientras que el segundo, en cambio, hablará sobre “El arte queer del fracaso”.

EXPLORED
Oscar Molina en

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