Quito. 06.09.93. Desde que el Ecuador recobró la vigencia de
sus instituciones jurÃdicas en 1979, en el Congreso Nacional
nunca se logró que un bloque parlamentario alcance por sà solo
una mayorÃa absoluta de legisladores y pueda con facilidad
lograr las más altas dignidades, el reparto de las
representaciones y el control absoluto de la Función
Legislativa.
En el periodo cefepista en 1979 y la Izquierda Democrática en
1988, lograron el control del Gobierno y del Congreso
Nacional, pues en las dos ocasiones ambos partidos polÃticos
triunfaron en las elecciones generales y obtuvieron la
Presidencia de la República y la ubicación de 30 diputados en
el Parlamento.
Pero, estos dos partidos nunca tuvieron la mayorÃa absoluta y
fue menester recurrir a los entendimientos, pactos y alianzas
entre los partidos polÃticos al inicio de cada periodo de
sesiones del Congreso Nacional.
Constantes cambios
Alianzas ideológicas, entendimientos para el reparto de
dignidades, posiciones polÃticas y pactos partidistas entre
los diversos sectores parlamentarios tuvieron siempre una
duración efÃmera, debido a las controversias,
desafiliaciones, camisetazos y a la calificada como "compra de
conciencias" de los diputados.
La elección del presidente del parlamento siempre trajo
aparejada la búsqueda de posiciones al interior del Parlamento
y/o el entendimiento con el Ejecutivo en el logro de una
mayorÃa que le sea afecta.
En 1979, presidente de la República, Jaime Roldós Aguilera, de
afiliación cefepista, tuvo efÃmeramente una mayorÃa
parlamentaria en su favor.
En efecto, su partido, Concentración de Fuerzas Populares,
entró en alianza con el Conservadorismo y se eligió presidente
y vicepresidente de la entonces Cámara Nacional de
Representantes al jefe del partido, el diputado nacional Assad
Bucaram y al jefe conservador, también diputado nacional,
Rafael Armijos Valdivieso, respectivamente.
En 1988, Rodrigo Borja en el poder, mantuvo por dos años
consecutivos una mayorÃa parlamentaria en su favor. Para ello
el bloque socialdemócrata, de 30 legisladores, entren alianza
con la Democracia Popular y obtuvo para sÃ, la Presidencia del
Congreso para el demócrata cristiano Wilfrido Lucero por dos
años, y la vicepresidencia para los socialdemócratas Nicolás
Issa Obando y Antonio RodrÃguez Vincens.
Pactos a la orden del dÃa
Desde 1980 a 1987, los pactos y las componendas entre los
partidos estuvieron a la orden del dÃa en la Cámara Nacional
de Representantes y en el Congreso Nacional. Parlamentos, unos
afectos a medias al gobierno y otros en la oposición en donde
se hizo evidente la "pugna de poderes", los "camisetazos" y la
compra-venta de diputados, permitieron una verdadera "fanesca
partidista", la organización de frentes parlamentarios,
convergencias y más nombres para lograr aglutinar a los
diputados en búsqueda de mayorÃas circunstanciales que
permitan la elección de las dignidades parlamentarias.
Producto de los pactos y los ententes polÃticos entre los
sectores parlamentarios de diversa ideologÃa, fueron los
sucesivos presidentes del Parlamento: Raúl Baca Carbo, Rodolfo
Baquerizo Nazur, Gary Esparza Fabiani, Andrés Vallejo,
Averroes Bucaram Záccida y Jorge Zavala Baquerizo.
Nada cambia
De 1989 a 1993 nada cambió. Ninguno de los partidos polÃticos
logró una mayorÃa absoluta en el Parlamento y fue menester
nuevamente que los legisladores, de las diferentes tendencias
ideológicas, entren en el juego de los entendimientos y las
alianzas con miras al reparto de las dignidades
parlamentarias.
En 1990, Los socialcristianos no dudaron en apoyar la
candidatura de Averroes Bucaram. El militante cefepista por
segunda ocasión se convirtió en presidente del Parlamento.
Tras dos meses de su designación, una nueva mayorÃa
parlamentaria destituyó a Bucaram y fue reemplazado por el
socialista Edelberto Bonilla, quien fue apoyado por
conservadores y alfaristas.
La mayorÃa parlamentaria para 1991 tardó en ponerse de
acuerdo. El alfarista Fabián Alarcón Rivera fue designado
tras tres dÃas de constantes conversaciones entre los
parlamentarios de diferentes sectores legislativos.
En 1992, nuevamente los desacuerdos y la falta de una
mayorÃa partidista, determinó que las alianzas y los
entendimientos partidistas, den como resultado la integración
de un bloque mayoritario circunstancial que si bien funcionó
para elegir al presidente y vicepresidente del Parlamento,
Carlos Vallejo y Jacobo Bucaram, respectivamente; sin embargo,
se desintegró en algo más de una semana para dar paso a la
formación de otra mayorÃa que designó a los integrantes de las
Comisiones Legislativas Permanentes.
La formación de mayorÃas en este periodo legislativo se fueron
suscitando de acuerdo con las conveniencias de los partidos
polÃticos, pues en muchos casos las coincidencias y las
posiciones en torno a los proyectos de leyes que se
presentaban para el tratamiento del Parlamento, determinaron
su formación coyuntural, ocasional o circunstancial.
La actual mayorÃa
Para el periodo de sesiones del Congreso Nacional, iniciado el
pasado 10 de Agosto, partidos irreconciliables como el
Socialcristiano y el Roldosismo, se aglutinaron para captar
todas las dignidades parlamentarias, incluidas las Comisiones
Legislativas Permanentes.
Un liberal y un independiente, en las dos más altas dignidades
del Parlamento (Samuel Belletini y Bruno Frixone
respectivamente), y las presidencias de las Comisiones
Legislativas Permanentes para 2 roldosistas, 1 socialcristiano
y 1 socialdemócrata, fue el resultado de esta mayorÃa
integrada también por el MPD, la Izquierda Democrática y los
demócratas cristianos.
Los primeros sÃntomas de cambios circunstanciales se
produjeron en esta última semana, cuando los republicanos
perdieron a uno de sus diputados que pasó a engrosar filas
socialcristianas.
De igual manera, la serie de enfrentamientos entre
socialcristianos y roldosistas, por la situación generada por
la Función Judicial respecto de la inmunidad parlamentaria
para la ex alcaldesa de Guayaquil y actual diputada Elsa
Bucaram Ortiz, determinará la real ubicación de posiciones
dentro del denominado "bloque de mayorÃa" al que pertenecen
estos dos partidos legislativos.
Asimismo, las coincidencias entre los bloques de diputados del
partido de Gobierno, republicanos y conservadores, con los
socialcristianos, hacen prever que al más corto tiempo la
correlación de fuerzas variará y una nueva mayorÃa
parlamentaria surgirá por estos factores que hacen alterar la
conformación de las denominadas mayorÃas parlamentarias.
A ello se suma la situación del Presidente del Congreso
Nacional, el liberal Samuel Belletini, que no cuenta con el
respaldo de su coideario, el también liberal Francisco
Salvador Moral, sobre quien pesa una expulsión de las filas
partidarias.
Belletini tiene en su contra la oposición de varios
legisladores, uno de los cuales, el ex roldosista Fernando
Larrea, se apresta a iniciar una acción legal para intentar
destituirlo de su alta función, para lo cual, de acuerdo con
las normas legales pertinentes deberá contar con el apoyo de
las dos terceras partes de los congresistas, es decir, con 52
de los 77 legisladores. (EL UNIVERSO, PRIMERA SECCION, P-9)
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Publicado el 06/Septiembre/1993 | 00:00