Quito. 25.09.93. La Nueva Trova, nacida de un proceso interesante
en Cuba, ahora se mantienen en receso. Los últimos
acontecimientos en la isla, a raíz de la explosión de la Unión
Soviética que trajo una crisis histórica, han motivado que nuevos
actores tomen la pauta. Evidentemente más críticos.

Uno de los máximos representantes es ahora un joven Carlos
Varela, quien compuso la canción "Guillermo Tell", una clara
alusión para que Fidel Castro tome en cuenta otras opiniones para
salvar a Cuba.

En este contexto, el trabajo de Silvio Rodríguez, que a vuelto a
su guitarra, es siempre un referente. Además él es un músico que
se ha ganado el respeto merced a ser consecuente con sus actos.

Y es ahora del poeta Silvio del que vamos a hablar, y, claro, de
las influencias que ha tenido su obra, muchos años después de que
su madre lo arrullara con danzones, barriera con boleros y
cocinara con sones.

Frente a la poesía

"Comencé a darme cuenta de lo que era la poesía cuando Luis Pavón
Tamayo, en el año 66, me puso en manos "La semilla estéril", de
José Tallet, y "En la Calzada de Jesús del Monte", de Eliseo
Diego (Ganador en 1993 del premio Juan Rulfo). Antes había leído
a José Martí y César Vallejo, los poetas que más me han marcado
creo yo. Vallejo está presente de una manera espantosa e
ineludible".

En la generación de poetas cubanos que comienza a manifestarse
hacia mediados de la década de los sesenta Vallejo dejó marcas
aún perdurables, no solo en poemas explícitamente dedicados a él,
sino también -y sobre todo- en giros, en temas, y de modo muy
especial en el uso dislocado del idioma: en estos chispazos
lingüísticos que legó y que todavía conservan su antigua frescura
y su estremecedora belleza.

Silvio, parte esencial de esa generación de poetas y confeso
lector de Vallejo, es quizá uno de los creadores cubanos en los
cuales los modos de decir del autor de "Trilce" y "Poemas
humanos" calaron más profundo. En sus canciones -en particular en
su período fértil del 67 al 70- podemos "cazar" vallejismos a
manos llenas.

De regiones imprevistas

Pero ojo: nunca hallaremos imitación servil, todo lo contrario:
el inconfundible lenguaje vallejiano funde sus raíces, en la obra
del compositor cubano, a otras raíces que provienen a veces de
regiones imprevistas. ¿No dijo Silvio cierta vez que, entre los
creadores que lo habían ayudado a madurar su vocación se hallaban
Van Gogh, Vivaldi, Whitman, Beethoven y, claro, los Beatles?.

El tipo de contradicciones vallejianas ("posaderas sentadas para
arriba", "el oro de no tener nada", "estruendo mudo"), aparecen,
aquí y allá asimiladas creadoramente, en las canciones de Silvio.

Le pregunto por ti

En "Cualquier mañana" declara: "Duermo con otra, le pregunto por
ticualquier mañana te digo dónde estoypara que nunca me vayas a
buscar".

En una canción de 1969, "Emilia", Silvio habla de un tiempo
"horriblemente hermoso" y hasta menciona al poeta peruano
"Vallejo así nos descubrió"; en "Proposiciones" existen "días
distintos a los días".

La sinestesia, que, en idioma español alcanzó con Vallejo cumbres
espléndidas, aparecen también con frecuencia en las canciones de
Silvio: "Miren todos y me escucharán" (El barquero). En "Emilia"
el autor "lee" sonrisas y afirma que una vez tuvo "frío de todas
las cosas".

Si Vallejo, en "Poemas humanos", mezcla en conmovedora y trágica
unidad la vida y la muerte ("murieron siempre de vida"), Silvio
expresa la misma paradoja al cantar: "Sé que la vida se
escondetras la apariencia de un muerto", o al agregar en la
misma canción "Los compromisos": "Desde que nací me han
dadociertas flores escondidasentre los ramos de muerte".
¿No afirma "estar muriendo de vivir" en "Bajo el arco del sol, la
lucha armada"?

Ese estrujamiento de la palabra, para sacarle su dolorosa esencia
última, para hacerla expresar, con frecuencia, un significado
contrario, típico recurso vallejiano, aparece con inusitada
frecuencia en el trovador: "El hombre bebe una copa anchaaunque
no cabe el peso de su extraña graciay brinda por la muerte de su
abril".

Cómo no recordar aquella ternura con que Vallejo personifica las
palabras, dotando de vida y sentimientos a sus ropas, a los
objetos de su entorno más cercano, cuando leemos: "Me quito el
rostro y lo dobloencima del pantalón", en "Esto no es una
Elegía".

Mejoramiento humano

Admira cómo Silvio ha asimilado el humanismo desgarrado de
Vallejo. En todas sus canciones se hace expresa una voluntad de
mejoramiento humano, una fe dolida en el hombre, un amor sin
fronteras a la vida, y un odio mortal a los que, por una u otra
vía, quieran deshumanizarla.

La intensa lección de Vallejo, que sobrepasa con mucho sus
hallazgos estilísticos, porque es por encima de todo una lección
de hombría, de autoconstrucción a través del dolor y de la lucha.
De entre todas las influencias, de entre todas las lecturas,
Vallejo (el artista, pero sobre todo el hombre) puede escogerse
para tipificar los orígenes de este creador, que ha preferido
como el gran peruano "hablar de cosas imposiblesporque de lo
posible se sabe demasiado".

¿Cantar por cantar?

La canción de Silvio, como él mismo ha confesado alguna vez, se
hace siempre sufriendo; pero se ha hecho también reflexionando.

Probablemente se trate de una reflexión paralela al acto de la
creación misma, como su complemento o su punto de apoyo para el
próximo paso -o el próximo salto-, porque los textos tienen y
mantienen una frescura que difícilmente pueda alcanzarse por otra
vía que no sea la imaginación. Pero la utilidad de la canción; la
ética de su autor; los compromisos de este con su público y con
su tiempo; el sentido constante de lucha que todo ello significa
y el fustigamiento restallante y audaz de diversas aberraciones
de la conducta social y humana -todo eso que está en sus
canciones- solo puede ser producto de la reflexión y de la mezcla
de tres ingredientes altamente explosivos -y mucho altamente
explosivos aún en su combinación-: la conciencia, el compromiso y
la imaginación.

La canción de Silvio ha sido concientemente en más de un sentido:
conciente de su propia necesidad (como acto creador humano) y
conciente de su utilidad. ¿Qué le ha pedido este trovador a la
canción durante estos años -a la suya y a la ajena?

Silvio dice al respecto "Que se ponga en contacto directo con su
realidad, que se comunique con los básicos intereses del hombre.

Solamente esto permite establecer una ayuda recíproca entre el
hombre y la canción. En ello reside, para mí, la eficacia
fundamental de un canto. Componer por componer, cantar por
cantar, son cosas que nunca he entendido".

Como se ve, esa conciencia de la utilidad de la canción se basa
en un principio ético general: el de su autenticidad como
expresión artística, como parte del diálogo con su destinatario y
también, por tanto, en la autenticidad de su autor, comprometido
a la vez con la verdad y con la audacia: "Voy a cantarle al
porveniry como es el porvenirvoy a decirle la verdad sin
vacilar".

Silvio es un cronista conciente. Ha declarado muchas veces en sus
canciones el alcance y la necesidad de ejercer sus
responsabilidades: "Hicimos cosas sin parar,pues la palabra hay
que ganarpara opinar de todo bien o criticar".

Un paso por avanzar

El trovador dice que "la canción puede ser útil cuando, entre
otros papeles, cumple una función crítica. Y no es porque se
enfrente a la realidad críticamente, sino porque la asume (...)

Supongo que la eficacia de la crítica debe ir paralela a la
profundisación en la temática y a lo esclarecido de los conceptos
(...) Es prácticamente imposible proyectarse revolucionariamente
sin que esto implique una crítica, porque cada tarea por hacer
significa una deficiencia por superar, un paso que avanzar".

Por eso no es casual encontrar textos como "los que repiten la
lección como aprendices,los que no buscan más allá de sus
narices (...)... los que no arriesgan su canción con lo que
dicenlos que mañana no serán ya ni raíces" (En la canción Viven
muy felices).

A veces, profundizando sus dimensión ética que llega a lindar con
la angustia: "Nuestra vida es tan alta tan altaque para tocarla
casi hay que morir para luego vivir". (Oda a mi generación).

¿Merecemos la muerte?

"¿Cuantas veces al día merecemos la muerte". (¿Cuántas veces al
día).

Otras veces, nombrando y calificando los males y vicios a los que
combate: "Con el oportunismo tengo un duelo,con las cabezas como
hierro viejo..." (Yo te invito a caminar conmigo).

Pero siempre aparece la razón vital para apostar por el mañana:
"Te convido a creerme cuando digo futurosi no crees mi palabra,
cree en el brillo de un gestocree en mi cuerpo, cree en mis
manos que se acaban". (Cuando digo futuro).

Un crítico agudo

Y en cantor también ha sido crítico agudo: "Pero, pobre de mi, no
he estado con los estados con los presos de su propia cabeza
acomodada no he estado en los que ríen con solo media risalos
delimitadores de las primaveras". (Resumen de noticias)

Y siempre con la única posición válida y posible en estos casos:
la del que asume su realidad -como el mismo ha dicho- con toda la
rabia y el amor del que la siente cosa suya y del que se sabe
parte de ella. "He procurado ser un gran mortificadopero, si
mortifico, no vayan a acusarme". (Resumen de noticias).

Este artículo fue realizado en base a los libros: "Silvio: que
levante la mano la guitarra", de Víctor Casaus y Luis Rogelio
Nogueras y "Música para el tiempo que viene". (4C)
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en Ciudad N/D

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