Las Armas De La Verdad

Quito. 07.03.91. El pajarraco de la duda se come a la paloma
de la paz. De ese modo se podrían describir las primeras
consecuencias del simbólico desarme de Alfaro Vive Carajo
(AVC), el 26 de febrero, en la Plaza de San Francisco de
Quito.

Aquel día, la organización ex subversiva, como se la empieza
calificar, realizó la "dejación" de armas en presencia de
connotadas personalidades nacionales y extranjeras, el
arzobispo de Quito, periodistas y hartos curiosos, congregados
en un acto emotivo que, en palabras del ministro de Gobierno,
César Verduga, había sido convocado por la paz y la
democracia. Era algo más, por supuesto: por fin el AVC era
admitido por un Estado al que había combatido con una acción
radical y un discurso conciliador, poniendo muertos y heridos,
para proponerse canjear armas por votos, como tituló este diario.

"Nadie nos quita lo bailado. Ni el tableteo de las armas, ni
los tropezones, ni las penas y alegrías, ni el buen ritmo de
nuestras propuestas y esfuerzos. Pero los tiempos cambian. Lo
que fue correcto ayer, hoy no es suficiente. Por eso, en
concordancia con la época, abandonamos las armas de fuego para
tomar otras, más poderosas y eficaces: las armas de la verdad,
la imaginación y el diálogo". Eso dijo el AVC aquel día. Pero
la duda ya alzaba el vuelo.

Más el caldo que los huevos

La tarde de la ceremonia cajones de madera fueron sacados del
convento, en hombros de militantes del AVC. Se abrieron
algunos de ellos. Algunas armas fueron destruidas en una
prensa mecánica. Y no fue más, por temor a que la multitud
rebasara el control, según se escuchó decir. O, tal vez,
porque se espera que un escultor decida cómo va a usar esa
artillería para levantar un monumento. Por eso, por lo pronto,
se encuentra guardada en el convento de Cantuña.

La visión fugaz de ese pequeño lote fierros y algo más que
mostró una estación televisora, hizo decir a los cocineros de
la política nacional que era más el caldo que los huevos. Y
que todo aquello no fue más que un montaje publicitario armado
por el gobierno y el AVC. Inclusive un experto en armas
aseguró a HOY que ese armamento no era de combate, ni mucho
menos, salvo tres o cuatro unidades en mal estado. Entonces,
¿efectivamente se desarmó, o no, el AVC?

EL MISTERIO DEL INVENTARIO

HOY procuró obtener el inventario de las cajas de armas que
están en San Francisco, infructuosamente. AVC lo ofreció, pero
sigue en deuda. Monseñor Antonio Arregui, secretario de la
Conferencia Episcopal, confesó que ha solicitado a la Policía
un experto, a fin de que proceda a hacer las listas, pues el
recibió las cajas, pero sin nota de entrega. El ministro de
Gobierno no ha respondido a los requerimientos del periodista.

Se debe suponer que las armas corresponden a las
"recuperadas" por AVC del rastrillo de la Policía, el 11 de
marzo de 1985.

Según fuentes policiales, esa vez el AVC se llevó 631 revólveres 38 (250
marca Rubí y 381 Smith Wesson), 40 carabinas Rugger, 3 cajas de bombas
lacrimógenas, 2 cajas de cartuchos M-1, 3 cajas de cartuchos 7.92, 2 cajas
de cartuchos 7.62, 2 escopetas lanza bombas.

Un experto consultado por HOY pudo apreciar en la fiesta de
San Francisco 1 fusil FAL (muy vetusto, dice) con un solo
cargador, similar a los de dotación del Ejército, Armada y
FAE; 2 pistolas KG-9, con apariencia de metralleta, de 30
tiros de capacidad y adquirible en el mercado americano; 1
pistola Browing, 9 mm, de dotación en el Ejército, Armada y
FAE, exhibida por el "alfaro" Juan Cuvi; varias pistolas
viejas pequeñas, de calibres 6.35 y 22 (bala U),
probablemente, revólveres adaptados y escopetas nacionales.
También se vio una escopeta de bomba, cal. 12. "Todos este
equipo estaba acompañado por unos 300 o 400 tiros de diverso
calibre, muy deteriorados. En todo caso, ello no constituye ni
remotamente un arsenal digno de ninguna pandilla mediocre", asegura.

Se conoce, sin embargo, que parte del arsenal del rastrillo
fue recuperado posteriormente por la Policía en varias
acciones contra AVC. Se puede suponer, también, que están en
manos del grupo "duro" encabezado por Patricio Baquerizo. O
que AVC lo perdió en su aventura en el "Batallón América", en Colombia.

Y todo podría cotejarse: la Policía con una relación de lo
arranchado al AVC; AVC informando qué queda en poder del "ala disidente";
el ministro de Gobierno preguntando a su similar colombiano, para saber
qué quedó allí de los combates con el "Batallón América".

TIRO A TIRO

- El 11 de marzo de 1985, AVC "recuperó" armas del rastrillo
de la Policía Nacional en Quito, en El Batán.

- Actuaron 25 personas uniformadas como policías, al mando de
un hombre que vestía uniforme de teniente, con metralletas Uzi
y pistolas calibre 45

- La prensa del 13 marzo de 1985 dijo que el AVC se llevó 100
carabinas Rugger, alrededor de 300 revólveres Rubí, "unos"
Smith , Wesson, "otros" calibre 48, así como miles de proyectiles.

- Las armas de dotación policial, a marzo de 1985 eran:
carabinas Mini-Rugger, mod. M-14, de fabricación
norteamericana y de repetición ordinaria (no automática);
metralletas Smith , Wesson, mod. 76, cal, 9 mm., fabricación
norteamericana, cargadores de 36 tiros; revólveres Smith ,
Wesson, cal. 38, cañón 4", mod. 10, de 6 tiros en el tambor,
cal. 38 SPL; revólveres Smith , Wesson, cal. 38, mod. 36 y/o
Bodyguard, de cinco tiros, cal. 38 SPL, armas usadas por el
SIC y la Interpol. ¿Existen armas de este tipo en las cajas
que entregó el AVC al arzobispo de Quito?

- Para que nadie intente pasar gato por liebre, el experto
consultado por este diario dijo que la dotación actual de la
Policía Nacional es de pistolas Glock, cal. 9 mm., y
metralletas Star Z-48, de fabricación española, cal. 9 mm.,
cargador de 32 tiros.

- El Grupo de Intervención y Rescate (GIR) posee nuevo
armamento: metralletas HK, cal. 9 mm. y 223; fusiles M-16,
cal. 223 y M-14, cal. 7.62; carabinas Mini-Rugger, M-14, cal.
223; pistolas Glock, cal. 9 mm.; pistolas Browing 9 mm.;
revólveres Smith , Wesson 38 y 375 Magnum; y, escopetas de bomba cal. 12.
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