UN PRESIDENTE DE BUENA MANERA
Quito. 31.03.91. Roberto Peña Durini, ocupa desde hace un año
la presidencia de la Cámara de Industriales de Pichincha y
fue reelegido para permanecer en el cargo durante otro perÃodo
similar.
Es además, el presidente de la Federación Nacional de
Industriales del Ecuador y gerente de una empresa
maderera.
Durante 5 o 6 horas diarias el industrial se ocupa de los
asuntos de la Cámara y "la eficiencia del sector privado"
-como él mismo lo dice- evita que esas actividades perjudiquen
su labor gerencial.
Ser el representante del sector industrial más representativo
y con mayor poder del paÃs no es fácil, confiesa Peña, porque
se debe tratar de obtener el consenso con las diferentes
asociaciones gremiales, para poder llegar a acuerdos
importantes.
La industria se encuentra en uno de los momentos más
importantes de su historia, pues deberá enfrentarse al reto de
la integración andina.
Peña señala que se trata de un paso histórico que la empresa
privada ha decidido afrontar, pero que la responsabilidad no
es solo de la industria, sino de todo el paÃs.
"Si el intento ecuatoriano por integrarse al Grupo Andino
fracasa, el perjuicio no será solo para la industria, sino
también para los trabajadores, es decir, para todo el paÃs",
asegura.
Por ello, señala, es necesario que se tomen medidas
correctivas que permitan al paÃs tener las condiciones
necesarias para afrontar ese desafÃo e igual de importante es
que todos participemos en ello.
"Es difÃcil que todos entiendan la integración y ello hará que
sea difÃcil reducir el gigantesco aparato burocrático
ecuatoriano, llegar a un acuerdo con los trabajadores y tratar
de mantener la unidad dentro de la industria", señaló.
Tiene que haber sacrificados
Un cambio como el que exige la integración del Ecuador al
Pacto Andino, lleva consigo una serie de sacrificios que
tendrán que soportar varios sectores.
Las empresas, los trabajadores y los ciudadanos tendrán que
sufrir sacrificios en el proceso de integración, "porque si en
los paÃses vecinos los productos ecuatorianos tienen un mejor
precio, tendrán que ser exportados y ello ocasionará un alza
en el Ecuador".
Hay puntos en los que los trabajadores y los empresarios no
han podido ponerse de acuerdo, pero el que tiene la última
palabra es el gobierno.
A pesar de ello, Peña piensa que existen puntos de
coincidencia entre esos sectores y que se puede llegar a un
acuerdo porque los planteamientos del sector privado no van en
contra de los trabajadores.
Diferencias son menores
Ante la diferencia de opiniones que mantienen los empresarios
de la costa con los de la sierra, respecto de la desgravación
arancelaria, Peña señaló que ella no es de fondo, sino
respecto de los plazos y condiciones.
Todos los empresarios estamos de acuerdo con unirnos a la
desgravación arancelaria, pero debemos mantener ciertas
reservas", dijo.
Manifestó que el Ecuador debe hacer lo mismo que están
haciendo Colombia y Venezuela, es decir, reservarse ciertos
programas y sectores industriales para desgravarlos hasta el
año 1995.
Entre los programas que se mantendrÃan con protección hasta
1995, el industrial ennumeró al textil, siderúrgico y
alimenticio.
Los empresarios de la costa, en cambio, piensan que la
protección para esos sectores debe ser mayor y que a ellos hay
que añadir el metalmecánico.
"La diferencia de opiniones no es tan crÃtica, el Ecuador debe
unirse al criterio de los otros paÃses y unirse a la
desgravación pero con limitaciones", manifestó Peña.
Los que hacen integración deben participar
A criterio del presidente de los industriales del paÃs, son
los empresarios los que deben participar directamente en las
decisiones de la desgravación, "porque somos los que hacemos
la integración".
Señaló que, por ejemplo, fueron los consejos de empresarios
colombianos y venezolanos los que tomaron la decisión de
mantener bajo reserva varios programas industriales.
En el caso ecuatoriano, el gobierno recién ha decidido poner
en práctica las medidas que los empresarios propusieron hace
varios meses.
Según Peña, en abril del año pasado el sector industrial
presentó un conjunto de proyectos para orientar a la economÃa
hacia un modelo de apertura, pero no fueron tomados en
cuenta.
Sin embargo, en La Paz en el mes de noviembre se decidió abrir
las economÃas y el régimen tendrá que realizar los cambios
propuestos.
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Ciudad N/D
Publicado el 31/Marzo/1991 | 00:00