Quito. 15 abr 98. Los dirigentes del Seguro Campesino pidieron
antier a la Iglesia mediar para instalar un diálogo nacional
sobre el futuro de la seguridad social.

La defensa del actual sistema es la posición hasta ahora
inamovible de los campesinos. Sus razones son que su Seguro no
podrá subsistir si se separa del IESS, que no confían en el
sector privado para administrar el sistema, que este solo
buscará asumir los renglones de población más solventes
mientras que dejará a su suerte a los afiliados al IESS de
menores ingresos, viudas y jubilados. En la mañana, el
dirigente Jorge Loor, estuvo conversando monseñor Mario Ruiz,
presidente de la Conferencia Episcopal.

Ruiz manifestó que está dispuesto a tender un puente para el
diálogo por la unidad del país. "Si se trata de algo positivo,
si vemos que hay una puerta de salida en favor de la
solidaridad".

Respecto al tema manifestó que se debe estudiarlo más
detenidamente, pero que observa una manipulación electoral de
los partidos políticos. ¿Por qué no se dialoga?, preguntó,
"evidentemente si la seguridad social no tiene solidaridad
entramos en la sociedad neoliberal en la cual el débil muere,
y el IESS está fundado en la solidaridad. Si se da toda la
libertad a seguros particulares, los jóvenes se protegerán y
los viejos y los pobres se van a hundir. En eso estoy de
acuerdo con los campesinos".

Pero también piensa que los seguros particulares no tienen que
suprimir la solidaridad, sino garantizarla, aunque le parece
difícil que los intereses privados conjuguen con la
solidaridad.

Por otro lado, señala que la falta de competencia también daña
la imagen del IESS, "ha llevado a casos como el de Enrique
Gallegos Arends que incorporó 3.000 personas para favorecer un
partido. Ahí está el origen de los problemas, el IESS tiene
que ser competitivo y eficaz".

Posteriormente en un comunicado oficial la Conferencia
Espiscopal señala que "por años los campesinos han vivido al
margen de los beneficios de la sociedad. Todos somos deudores
de ellos y es de justicia concederles un sistema de seguridad
social digno, fundado en el principio de solidaridad de todos,
particularmente de los que más tienen. Si la Asamblea
garantiza la solidaridad, como hemos entendido lo hace, la
causa noble del Seguro Campesino estaría respetada".

La Iglesia, además, pide un diálogo franco y alejado de toda
manipulación, porque esa es la única vía democrática para
superar los conflictos sociales.

Sin embargo, los problemas del IESS comenzaron mucho antes,
casi siempre porque su manejo ha sido político y no técnico.

Para muestra basta anotar lo que pasa con tres aspectos:
descapitalización de las pensiones, creación de prestaciones
sin financiamiento y prohibición de inversiones productivas.

En el primer punto, la base del problema está que la ley habla
de financiamiento global, es decir que todos los ingresos, no
importa si son para pensiones o salud o cesantía, se destinen
para todos los gastos. Eso es antitécnico, lo admite Francisco
Peña, director de asesoría matemática actuarial encargado.

Lo técnico es que cada prestación esté financiada por aportes
propios, es decir, que el 8,39 por ciento que se aporta para
pensiones no se gaste en salud (para lo que se aporta el 3,41
por ciento) o en seguro campesino, como ocurre ahora, sino que
se construyan reservas para el futuro. Pero en la actualidad,
el 3,41 por ciento no es suficiente para lo que se gasta en
este rubro, pues se calcula que se requiere de un 10 por
ciento de aporte. El 1 por ciento que se aporta para Seguro
Campesino tampoco cubre, por lo que se toma de los fondos de
pensiones. El aporte de los campesinos no alcanza ni para
mantener los dispensarios, la administración y las pensiones.

Como el fondo de pensiones acumulado no es suficiente, se han
establecido topes máximos a las pensiones que permiten que se
subsidie a los de menores ingresos. Por lo tanto, hay
afiliados que por justicia deberían recibir mucho más de un
millón de sucres que es lo máximo de pago.

Este fondo tampoco se ha incrementado porque hasta hace un par
de años, no se permitió al IESS que invierta en el sector
financiero, sino que se le obligaba a tener los dineros
depositados en el Banco Central, sin recibir intereses.

Las prestaciones sin financiamiento son otra carga económica
que ahonda la crisis: estas son las décimas pensiones y la
pensión que corresponde a la bonificación complementaria.

Por otro lado, los aportes de los afiliados deberían financiar
el 60 por ciento de las pensiones pero financian el 100 por
ciento, porque el Estado no paga el 40 por ciento que le
corresponde por ley, desde el 85. La deuda asciende a 4
billones de sucres.

El monto acumulado en el fondo de pensiones hasta 1997 sería
de solo 134.197 millones de sucres, pero todo se ha gastado en
las prestaciones. A eso se suma que, desde 1995, los egresos
(505.0322 millones) han sido mayores que los ingresos (464.442
millones) anuales. Al ritmo que va, el desfinanciamiento
existente actualmente se ahondará y llevará a una quiebra a la
institución, también reconoce Peña.

Por último, los trabajadores del IESS también se van al paro
preventivo de 48 horas, en unos casos desde hoy y en otros
desde mañana. Así lo anunció el representante del Comité de
Defensa del Instituto, Carlos Sánchez.

En una reunión que sostuvieron ayer, los dirigentes de los
trabajadores y profesionales, firmaron un documento en el que
señalan que no politizarán la defensa del IESS, su adhesión a
los campesinos, el rechazo a la última propuesta presentada
por la Comisión Sexta, la cual no se contempla el
financiamiento tripartito.

Los dirigentes acudieron a dialogar con la presidenta de la
Comisión, Cinthya Viteri, pero no lograron ni una frase de
optimismo, por lo que la responsabilizaron a ella y a su
partido de lo que pueda suceder con el futuro de la seguridad
social.

PSC: no dice cómo fortalecer al IESS

La reforma a la Seguridad Social no tiene consenso, la
Comisión Sexta, ante insistentes reclamos de varios bloques,
se comprometió a entregar el informe.

En él constan las dos tesis en debate. En lo fundamental, se
contraponen en un principio que es determinante y divide a los
asambleístas: que a la obligatoriedad se le agregue o no el
carácter opcional para que los afiliados escojan el servicio,
público o privado.

La una tesis defiende la vigencia exclusiva del IESS y el
fortalecimiento de la institución. La otra, basada en la
propuesta de Esquel, viabiliza la participación privada con
los seguros paralelos.

Ambas propuestas llegaron a un acercamiento sobre las formas
de fortalecer al IESS y al SSC: el pago de la deuda del Estado
en los próximos 10 años, un proceso de desburocratización,
reestructuración administrativa...

Según los dirigentes sindicales del IESS y el Seguro
Campesino, esta sola inclusión del carácter opcional
significaría el fin de la institución porque los mejores
cotizantes (25 por ciento de afiliados) serían obsorvidos por
los seguros paralelos privados.

El resultado: el desfinanciamiento del IESS y por lo tanto del
Seguro Campesino al colapsar su principal fuente solidaria de
ingresos. Para Lauro López (Nuevo País), aún con las normas de
fortalecimiento al IESS no podría competir en iguales
condiciones.

Contrariamente, Cinthya Viteri (PSC), presidenta de la
Comisión, aseguró que sí se crea mecanismos que garanticen
competencia. La Superintendencia del Sistema Nacional del
Seguros velará que no haya selección adversa de seguros
privados, es decir garantizar iguales condiciones de
competencia, y que se cubran todos los servicios. Pero, por
más que se le insiste, no dice cómo se logrará.

Algunos correctivos propuestos

Un argumento que exhiben los campesinos es que si se
reestructura el IESS y se lo fortalece volvería a ser viable.
Francisco Peña, director de asesoría matemática actuarial
encargado, anota algunos correctivos: hacer progresivamente
que cada prestación se maneje con su propio financiamiento,
por ejemplo, que los ingresos para salud al año cubran los
egresos.

Que el sistema actual de capitalización se maneje con un
sistema de revisión de primas, es decir, lo que se debió hacer
desde 1942 en que se estableció el 7,39 por ciento para
pensiones y nunca se revisó, por conveniencias políticas de
los gobiernos, aunque la ley dice que se lo haga cada tres
años. Esto es necesario y se aplica en cualquier seguro
privado porque la estructura de la población asegurada y sus
riesgos cambian permanentemente.

Otra propuesta es que se aporte sobre el salario total y no
sobre el mínimo. Con esto, según Peña, el incremento de los
ingresos sería del 80 por ciento, y el egreso por pensiones
aumentaría de inmediato en un 10 por ciento. Pero no se ha
calculado el egreso a mediano plazo cuando los afiliados de
medianos y altos ingresos lleguen al tope máximo de pensión,
que debería incrementarse.

Esto representará problemas a la institución en los primeros
años porque no habrá el tiempo para capitalizar las reservas
suficientes, pero luego se recuperaría. Pero además, las otras
prestaciones estarían mejor financiadas y minarían menos las
reservas, es la idea. Pero, por otra parte, una parte de los
nuevos dineros tendrían necesariamente que destinarse a llenar
el déficit actual, un hueco financiero.

No obstante, estos correctivos se supone que requerirían de
una decisión política a largo plazo de los gobiernos, un
consenso difícil de lograr entre los directivos.

El país sigue sin transporte

Aumentó el bloqueo en el centro del país

Los pobladores de Ambato, Guaranda, Riobamba y Latacunga
continuaron ayer sin transporte interprovincial. En las
gobernaciones ya se habló del peligro de un desabastecimiento
de productos básicos si continúa el cierre de las carreteras.

En Ambato, el primer síntoma de ese peligro fue el escaso
movimiento comercial en el Mercado Mayorista el pasado lunes,
un día en el que, normalmente, está saturado con productos del
campo.

Los indígenas y campesinos tienen bloqueada, en diversos
puntos, la carretera Panamericana. El tránsito vehicular es
imposible entre Latacunga, Ambato y Riobamba.

En las capitales provinciales las actividades son normales, al
igual que el transporte de buses y de taxis, pero hay malestar
por la falta de gas doméstico. No hubo enfrentamientos de
consideración. Redacción Ambato

En el norte hay ausencia de buses

La zona norte del país fue cercada por los manifestantes y la
paralización fue total en el segundo día. Esta vez
participaron los niños y ancianos. Las tareas de la Policía y
el Ejército fueron infructuosas.

En Imbabura, los puntos más críticos están en el desvío a
Salinas, Mascarilla, Cotacachi, Otavalo, San Pablo del Lago y
Cajas. Los manifestantes utilizaron tachuelas. Los dirigentes
se aprovisionaron de combustible para quemar neumáticos.

En el Carchi se reactivó la medida: a cinco minutos de San
Gabriel se abrió una enorme zanja, en Cristóbal Colón y Huaca
grandes árboles y piedras impidieron el tráfico.

Las unidades de servicio intercantonal también suspendieron
sus labores. Los estacionamientos de las cooperativas de
transporte interprovincial cerraron sus puertas. Redacción
Ibarra

Imposible salir de Manta y Portoviejo

120 grandes obstáculos en las vías son el fortín de la medida
en Manabí. Los sectores más afectados están en el centro de la
provincia. Las personas que viven en Manta y Portoviejo
intentaron llegar desde cada ciudad a sus sitios de trabajo
pero las barricadas y los manifestantes, la mayoría mujeres
con machete en mano, se oponían.

En la vía Montecristi-Portoviejo hubo conatos de incidentes
entre los huelguistas y quienes pugnaban por llegar a
Portoviejo con un enfermo que era trasladado al hospital Berdi
Cevallos.

La medida se radicaliza comentó Benito Suárez, dirigente de
los campesinos. Muchos de ellos al ser interrogados del por
qué cierran las vías, respondieron: "por nuestros derechos y
nuestro futuro". Las actividades administrativas en las
oficinas de Seguro Campesino, en Portoviejo, fueron normales.
Redacción Manta

Los campesinos de Azuay están en paro

Desde la media noche alrededor de 500 campesinos bloquearon
todas las vías de acceso al parque industrial de Cuenca. Pero
a las 11h00, desde el interior de las fábricas, los
trabajadores intentaron despejarlas.

Cerca de 300 obreros salieron con carteles que exigían que los
dejen trabajar. Si bien el personal puede llegar a pie hasta
las instalaciones, la mayoría de las industrias está
paralizada por la falta de materia prima.

Los dirigentes industriales apelaron a la sensibilidad de los
campesinos para que permitan que el sector productivo labore
normalmente. La semana pasada los dos días de paralización
significaron pérdidas por más de 3.000 millones de sucres solo
en el parque industrial, dijeron. La vía Cuenca-Azogues se
mantiene cerrada, así como las carreteras hacia Loja, a la
Costa y el norte del país. Redacción Cuenca

Pastaza está cercada por los 4 costados

Sin importarles las altas temperaturas y las fuertes lluvias,
más de 2.000 campesinos siguen paralizando el tránsito en las
principales vías que unen a Pastaza con el resto del país.

Para no abandonar sus puestos improvisaron rudimentarios
campamentos con carpas y plásticos. Los jefes de familia
(padre y madre) están en la medida, mientras sus hijos están
solos en el campo. "No nos moveremos de aquí, hasta cuando, en
Quito, los asambleístas definan el futuro de la seguridad
social y de nuestro seguro campesino que es lo único que
tenemos", dijo María Miñarcaja de 53 años.

En el puente sobre el río Puyo están 100 campesinos,
impidiendo el paso de los productos. Entre tanto la producción
de 32 mil barriles de crudo está afectada por el paro. La
oportuna provisión de equipos también está en problemas.
Redacción Puyo

Guayas y Los Ríos con un cierre total

Desde las 07h00 de ayer palos, piedras y todo tipo de
obstáculos impidieron el tránsito en las principales vías de
la Costa. Los campesinos los colocaron a manera de protesta
contra la supuesta eliminación del Seguro Social Campesino.

En Guayas, las vías hacia El Oro, Cañar y Los Ríos fueron
obstruidas. El flujo comercial está totalmente interrumpido en
la vía Guayaquil-El Empalme, en la Durán-Tambo, en la Puerto
Inca, en Jujan y a la altura de Zapotal en la
Guayaquil-Salinas. Igual situación se vivió en Naranjal, en el
sector de los recintos José María y Los Langos y en Bucay, a
la altura del río Chanchán. Los comuneros de la parroquia
Manuel de J. Calle, en El Triunfo, tomaron la misma medida.
Sólo en el recinto Petrillo de la vía Guayaquil-Daule se
reanudó el tráfico en la mañana, intervino la Policía.
Redacción Guayaquil (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
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