Quito. 26 abr 98. Lo que Juan Méndez, experto en seguridad
ciudadana, llama "exceso suicida de confianza" define el
perfil del hombre rutinario: una persona que entra y sale de
casa a la misma hora, va por los mismos lugares, no conoce
nada de normas de seguridad y piensa que la próxima vÃctima
puede ser otro menos él. Son los razgos que describen al
ciudadano que no ha cambiado de actitud, pese a que las
caracterÃsticas de la delincuencia son otras: es más
especializada, más tecnificada y más violenta. Delitos como el
secuestro casero y de menores, asalto a bancos y domicilios y
el robo de vehÃculos, que hasta hace 10 años se daban en
escala insignificante y se clasificaban en las estadÃsticas de
la PolicÃa como "otros delitos", ocupan actualmente, su
espacio propio en este escenario de violencia. La delincuencia
de hoy es más violenta y agresiva: no solo roba sino que
asesina a sangre frÃa. Se ha vuelto astuta e inteligente,
porque se ha ingeniado nuevos mecanismos para delinquir.
Poseen tecnologÃa de punta, armamento y equipos de
comunicación. Un ejemplo para graficar es el narcotráfico: en
los 50 operativos policiales antinarcóticos que la PolicÃa ha
realizado desde el Caso Ciclón en 1992, se observa que las
bandas usaban armamento sofisticado (metralletas Beretta 9mm,
escopetas Norion Maes-Gomz, carabinas Winchester, revólveres
Smith Wesson), tenÃan pólizas de acumulación en diferentes
bancos, centrales de radios, micrófonos, radios portátiles,
antenas y propiedades.
Las cifras ayudan a mirar el avance de la delincuencia: el
aumento de las denuncias, en el tercer mes de ese año con
relación a febrero fue del 25 por ciento. De las 6.608
denuncias de marzo, 4.122 corresponden a los delitos contra la
propiedad, donde prima el asalto de domicilios y robo de
carros. Se lleva un buen porcentaje los delitos contra las
personas.
Frente a este peligro, la ciudadanÃa ha creado mecanismos de
defensa: las brigadas barriales en las provincias más
delictivas, los Puestos de Auxilio Inmediato, los patrullajes
terrestres, un helicóptero que opera en Quito y a la justicia
con mano propia.
UNA ALIANZA URGENTE
GuardianÃas privadas
La ineficiencia de los dispositivos de control y la arremetida
del crimen organizado han obligado a la formación de servicios
privados de seguridad.
El número de esas agencias crece cada año, de forma paralela a
la demanda del servicio que ofrecen. Se estima que existen más
de 200. La cifra podrÃa ser mayor, pues algunas funcionan sin
los permisos que otorgan los ministerios de Gobierno, Defensa
y la PolicÃa.
El centro de la ciudad de Esmeraldas es uno de los sitios más
azotados por los malhechores. Los bancos y las empresas
grandes han optado por contratar guardias privados. Los
moradores de los barrios residenciales contribuyen con una
cuota para pagar a un vigilante.
Guayaquil y Quito son las ciudades que tienen más agencias de
seguridad: en conjunto, alrededor de 110. Las casas
comerciales y bancos contratan al personal de esas empresas o
a un ex militar, para que resguarden sus negocios.
En Cuenca existen 32 compañÃas y solo 19 de ellas tienen la
autorización oficial. Su personal armado vigila bancos y
centros comerciales, debido a la falta de elementos de la
PolicÃa.
La acción de estas firmas se amplÃa. No sorprende el rótulo de
'casa vigilada" en edificios y viviendas particulares.
PAI y patrullaje aéreo
Creados en esta década como un proyecto de acción policial
descentralizada, los PAI (Puestos de Auxilio Inmediato) ahora
son cuestionados. Y la efectividad de su tarea genera dudas.
De los 69 puestos distribuidos en 8 provincias, solo el 10 por
ciento funciona con la idea inicial: apoyo conjunto de la
empresa privada, la comunidad y la PolicÃa.
El Cuenca operan 14 PAI. El jefe policial de Azuay, Guillermo
Salas, dice que no hay dinero para pagar las facturas de agua,
luz y teléfono. Tampoco se cuenta con el apoyo del sector
productivo. Y solo quedó en promesa la entrega de patrulleros
para este servicio.
En Tulcán funcionan 4: en el Parque Ayora, terminal terrestre,
Las Lajas y Ciudadela OlÃmpica, pero no son constantes. La
iniciativa en Ibarra, al parecer, quedó en nada: todas las
instalaciones están destruidas.
De los 10 en Pichincha -uno está en Santo Domingo de los
Colorados-, únicamente el puesto del Valle de los Chillos
trabaja a plenitud. El resto enfrenta dificultades logÃsticas.
En septiembre de 1997 la PolicÃa dio un paso adelante: desde
esa fecha dispone de un helicóptero para el patrullaje aéreo
en Quito. La baja en la cifra de asaltos a bancos justifica la
innovación.
DOS FORMAS PROPIAS
Brigadas barriales
Garantizar la seguridad pública no es posible sin el aporte de
la comunidad. Nacidas como una alternativa civil o un
complemento a los PAI, las Brigadas Barriales tienden un
puente entre los ciudadanos y la PolicÃa, para frenar a la
delincuencia.
En Guayaquil y Durán, los 4.000 integrantes de 108 brigadas
realizan patrullaje a pie y apoyan a la fuerza pública. No
portan armas y, en caso de emergencia, solo pueden usar gas
paralizante.
La experiencia en Cuenca demuestra algunos éxitos en la lucha
antidelictiva. En 54 barrios se han organizado brigadas para
protegerse de los malhechores. Lo hacen sin armamento y
cumplen rondas de vigilancia en las noches: cada grupo está a
cargo de 4 manzanas. Si aparece algún delincuente, las alarmas
instaladas en varias viviendas se accionan y alertan al resto
de los moradores.
Según las autoridades policiales de Azuay, en las zonas
controladas se registran menos robos. Para el vicepresidente
de la Federación de Barrios de Cuenca, hay otro aspecto
importante: los habitantes se sienten más seguros.
En Tulcán e Ibarra, con el apoyo de las FF.AA. y de la
PolicÃa, también se organizan brigadas para la vigilancia
nocturna. Pero, en ambas ciudades, su número y eficiencia no
son significativos.
Justicia por mano propia
La práctica de aplicar la justicia por mano propia nació de la
ineficiencia policial y de la necesidad de autoprotección
entre las vÃctimas de los criminales.
En Imbabura se ha vuelto una práctica usual. En Otavalo,
Cotacachi, Pimampiro y UrcuquÃ, la delincuencia está
concentrada en el área rural. Los delitos más comunes son el
abigeato y el cuatrerismo en las regiones ganaderas.
Un ejemplo: José Luis Merino y Jaime Elicio Caicedo fueron
torturados y asesinados por miembros de la comunidad Cambugán,
en Cotacachi. El caso se complicó porque los policÃas no
pudieron ingresar al sitio.
Hay otras denuncias que hablan de un sistema de justicia
paralela en otras comunidades.En Huaycopungo, cantón Otavalo,
se construyó un calabozo al margen del sistema penitenciario.
Además, se ha adiestrado a guardias indÃgenas para reemplazar
a los policÃas.
Ambos hechos plantearon la posibilidad de crear la PolicÃa
Comunitaria. Su objetivo: hacer participar a los campesinos en
el control del banditismo.
Una idea similar incluye a la parroquia San Pablo del Lago,
para incorporar a la gente en la lucha contra la inseguridad.
En otras provincias también se han registrado casos aislados
de ejercicio de la ley por mano propia
1.La organización se vuelve una regla
Las más fuertes son de narcos y asaltantes
La organización y la especialización atraviesa casi todos los
niveles de la delincuencia: los "polillas" o rateros
conocidos, las bandas de más de tres integrantes, las bandas
de narcotráficanes y los de cuello blanco. Para cualquier
atraco, por Ãnfimo que sea, el victimario se toma un periodo
de estudio de la vÃctima.
Las bandas que se especializan en robar bancos, vehÃculos,
extorsión, prostitución generalmente tienen éxito en sus
objetivos porque tiene conexiones a todo nivel (inclusive con
la PolicÃa y los órganos de Justicia) y porque sus lÃderes son
ex agentes de inteligencia militar, ex policÃas, etc. En otros
casos, las bandas tienen lÃderes con tÃtulo universitario.
Las pandillas juveniles son, quizá, la primera forma de
organización delictiva. Allà es donde se forman los futuros
violadores de las leyes penales.
2.En los delitos hay especialización
El narcolavado es el más común
El lavado de dinero, el robo y desmantelamiento de vehÃculos y
el contrabando de armas son los delitos más comunes que están
bajo la caracterÃstica de la especialización de la
delincuencia.
El director técnico del Instituto Regional de AsesorÃa en
Derechos Humanos (Inredh), Luis Angel Saavedra, aseguró que en
las bandas hay profesionales que ofrecen asesorÃas y sus
conocimientos para burlar las leyes.
Los grupos delictivos están encabezados por lÃderes con
tÃtulos universitarios. Un ejemplo reciente es el de Joffre
Barragán, licenciado en Jurisprudencia y jefe de una presunta
banda de robacarros. Actualmente permanece detenido en la
Cárcel 2 de Varones de Quito.
La especialización también llega a campos antes insospechados,
como los delitos informáticos. Esa capacidad les permitirÃa
ingresar a los registros bancarios computarizados. En el paÃs
se han dado denuncias de operaciones fraudulentas, pero no son
objeto de investigación, porque no están tipificadas como
infracciones penales en los códigos vigentes.
DENUNCIAS REGISTRADAS EN LA OID POR AÃOS SEGUN EL TIPO DE
DELITO (PERIODO 1993 - 1997)
TIPOS DELITOS 1993
1994
1995
1996
1997
PROPIEDAD 36.395 36.295 30.791 40.968 48.090
Abigeato 1.249 1.354 1.186 1.294 1.166
Abuso confianza 1.298 869 339 478 485
Accesorista 3.477 2.902 2.543 2.537 4.877
Arranche 3.998 949 883 853 1.677
Estafa 5.145 5.461 4.405 8.832 6.868
Cuento 209 215 272 185 227
Destrucción de bienes 50 323 476 637 613
Extorsión 130 234 111 156 145
Hurtos 5.329 2.652 2.927 3.811 4.324
Lanzas 1.974 1.649 1.007 1.560 3.753
Robo bicicleta 505 436
Robo domicilio 5.471 7.917 6.496 7.402 8.396
Robo carros 2.565 2.374 2.775 2.875 3.322
Robo moto 236 380 923 1.078 980
Otros robos 4.264 9.016 6.448 8.665 10.821
PERSONAS 13.757 12.686 13.348 15.624 17.992
Abandono menor 168 148
Agresión fÃsica 702 1.503 2.084 2.504 2.645
Amenazas 643 461 659 749
Asalto bancos 2 29 32 27
Asalto carretera 96 155 146 125
Asalto comercio 76 231 69
Asalto y R. Veh. 535 1.429 1.489 2.059 3.115
Asalto y robo 9.915 4.663 4.488 4.573 6.009
Desaparición 146 489 404 491 668
Heridas/lesiones 1.255 1.395 1.230 1.603 1.361
Homicidio 976 1.199 858 1.526 1.344
Intento homicidio 57 874 1.086 1.100 1.141
Int. secuestro 7 19 53 89
Plagio 171 170 173 139 63
SEXUALES 1.052 1.667 1.532 1.910 1.864
Estupro 17 23 25 28 24
Int. violación 157 172 155 222 200
Rapto 247 537 505 587 621
Violaciones 631 935 847 1.073 1.008
SEGURIDAD PUBLICA 168 281 316 762 558
Pandillas 96 27 49 221
Portar armas 34 131 210 358 379
FE PUBLICA 505 431 401 658 660
Falsificación 505 387 323 550 597
OTROS 6.160 6.283 4.512 4.455 4.048
Invasiones 3 52 177 127 166
Inv. y sospecha 3.619 1.845 1.924 2.488 2.410
Varios 2.531 4.231 2.251 1.376 1.428
3.La tecnologÃa es de primera lÃnea
Armamento y equipos de comunicación
Otro de los fuertes de la delincuencia es el equipo con el que
cuenta para cometer los delitos. Este es altamente
sofisticado, según el jefe de Misceláneos de la Oficina de
Investigación del Delito, Patricio Carrillo.
Su tecnologÃa va desde instrumentos para el refinamiento y
camuflaje de las drogas hasta armamentos y medios de
comunicación para robar vehÃculos, bancos, locales comerciales
y domicilios. Entre los medios de comunicación tienen
centrales de radio, micrófonos, radios portátiles y antenas de
diverso tipo. En armamento calificado, la delincuencia llega a
superar al utilizado por las Fuerzas Armadas y la PolicÃa;
principalmente en asaltos a bancos, secuestros y narcotráfico
Los delincuentes, además, conocen detalladamente el manejo de
armas y están al tanto de los nuevos productos que están por
salir al mercado.
La tecnificación, en muchos casos, va de la mano del
conocimiento de las estrategias de seguridad de los organismos
del Estado.
La razón: en muchos delitos los principales actores son ex
miembros de las Fuerzas Armadas o de la PolicÃa, además tienen
relaciones a todo nivel (justicia, policÃa, penitenciarÃas).
4.Una delincuencia violenta y con saña
En Guayaquil se registra un asesinato por dÃa
Ahora los delitos se cometen con asesinatos y se causa daño a
la integridad de las personas, a pesar de que éstas reaccionan
pasivamente frente las amenazas.
Guayaquil es la ciudad que lleva la delantera en lo que se
refiere a delitos acompañados de la violencia y agresividad.
En el primer mes de este año se registraron 33 muertes en
hechos violentos durante los asaltos y robos de autos y
domicilios.
La violencia también se evidenció en las denuncias de asaltos
a gabinetes y almacenes en los que no solo se llevaron el
dinero sino que se desvalijaron a los compradores, se robaron
los vehÃculos e incluso se amenazó a las mujeres con una
posible violación.
Pero además, la agresividad de la delincuencia llegó a su
máximo repunte en marzo, especialmente en Guayaquil.
Hasta la primera quincena de abril se registraron 1.190
denuncias en el grupo de delitos contra las personas, donde
predominaron los asesinatos, las agresiones, las heridas y los
intentos de asesinatos.
5.Hay nuevas formas de robo y estafa
Los domicilios y los carros son el blanco
Los robos a domicilios ya no se realizan bajo la modalidad de
"estruche", es decir violentando las seguridades de las casas.
Ahora el asaltante se presenta como falsas
empleadasdomésticas, encuestadores, religiosos, cobradores de
planillas de consumo o enviados para hacer determinado arreglo
casero...
Las formas de estafar a la gente también se modernizaron. Los
"paquetazos" o "loteriazos" juegan con la conciencia de las
personas, haciéndoles creer que se han metido en el negocio de
su vida. Ahà los malechores pulzan la tecla más vulnerable del
hombre: la ambición. En cambio, otros grupos realizan trabajos
de inteligencia. Por ejemplo, el robo de vehÃculos ya no es
repentino sino que lo hacen mediante un seguimiento de la
vÃctima por 2 ó 3 dÃas antes del hecho. Ellos ya saben dónde y
con quién vive, dónde trabaja, las horas de salida y entrada,
el recorrido que hace y el momento propicio para el asalto.
Estas nuevas formas unidas a la ausencia total de
conocimientos de normas de autoprotección constituyen el
escenario ideal para el incremento de la delincuencia.
Recomendaciones para autoprotegerse
Precauciones en la casa
Asegure su vivienda *
Instale dispositivos de seguridad que cierren automática y
permanentemente las puertas de acceso principales y
secundarios de los domicilios o viviendas.
No abra la puerta a desconocidos *
Hasta que no haya identificado a la persona que llama al
domicilio mantenga la puerta cerrada. Para elo, utilice las
mirillas (rejillas o ventanillas) y mantenga colocados los
sistemas de seguridad interiores.
Vigile su vivienda *
Mire los alrededores de la casa si hay gente extraña:
supuestos vendedores o compradores de botellas. Y observe, al
entrar y salir, la presencia de objetos extraños. Avise a la
PolicÃa.
Ojo con los falsos encuestadores *
Impida el acceso a la vivienda de empleados o trabajadores de
servicios públicos u otros, que no hayan sido solicitados. Si
es lo contrario, exija las credenciales. Lo mismo haga con los
vendedores ambulantes, cobradores o promotores de rifas.
No contestar el teléfono *
Los niños no deben atender llamadas telefónicas y asà se
evitará que los delincuentes saquen información de las casas.
Prohibido dar información *
Instruya a sus familiares o empleados domésticos que se
abstengan de dar detalles a desconocidos sobre movimientos,
lugares de trabajo, estadÃa e itinerarios de viajes.
Personal doméstico *
Verifique la legitimidad de los certificados del servicio
doméstico que vaya a contratar.
Robaautos: cómo evitarlo
Coloque una alarma *
Instale una alarma de seguridad en su vehÃculo. Pero esto es
solo una norma de precaución. Usted también aprenda a
cuidarse.
Cuide sus llaves *
No entregue las llaves de su vehÃculo en los parqueaderos
públicos, porque le sacan copias.
Active los seguros *
Siempre mantenga activadas las alarmas y seguros en las cuatro
puertas. Los vidrios también deben estar cerrados.
Cambie de rutas *
Nunca transite por el mismo lugar, porque los delincuentes
pueden estudiar sus movimientos. Por eso rompa la rutina del
trayecto.
Mire para todos los lados *
Cuando maneje esté atento no solo de lo que pasa frente a
usted sino también en los costados y en su parte posterior.
Use los espejos retrovisores como una arma de protección.
Avise en casa *
Telefonee a su familia para indicar el lugar hacia donde se
traslada y antes de llegar a su casa pite para que salgan a
recibirlo.
Cuide sus documentos *
No deje sus documentos ni carteras dentro del vehÃculo. Eso
aviva el deseo de quien va a robar.
FÃjese dónde se estaciona *
No se estacione en cualquier lugar, busque estacionamientos y
recomiende su vehÃculo.
No se oponga al robo *
Nunca ponga resistencia, porque podrÃa arriesgar su vida al
tratar de salvar su vehÃculo.
Normas antisecuestros
Evite la rutinas *
Cambie los itinerarios de sus viajes y horarios, no anuncie
sus salidas ni sus llegadas a nadie, con excepción de su
familia.
Sea desconfiado *
Evite que se le acerquen personas extrañas que solicitan
alguna información, desconfÃe de su apariencia (elegantemente
vestidos, religiosos).
Llame la atención *
Si se da cuenta que es perseguido cometa alguna infracción de
tránsito, con la finalidad de llamar la atención de la gente o
de la PolicÃa.
No dé alojamiento *
No permita que un extraño se quede a dormir en su domicilio.
La historia que cuenta puede ser falsa.
No recoja a nadie *
Evite llevar pasajeros en el camino durante su trayecto, sobre
todo a mujeres, porque puede ser el cebo para que usted
detenga su automóvil.
DesconfÃe de los uniformes *
Cuando transite en su vehÃculo por las calles y si alguna
persona con uniforme militar o policial lo detiene, sospeche
de la necesidad que tuvo ésta para hacerlo, especialmente en
vÃas de poca circulación.
Converse sobre el secuestro *
Instruya a su familia, que en caso de ser secuestrado, informe
inmediatamente a la PolicÃa y no proporcione información a la
prensa sin la coordinación de esta entidad.
No oponga resistencia *
No gaste inútilmente sus energÃas, ya que en caso de ser
secuestrado las necesitará. Pero, además podrÃa arriesgar su
vida sin necesidad.
CuÃdese de la extorsión
Usted es vulnerable *
Considérese que usted es una persona potencialmente
extorsionable.
Instruya a su familia *
Enseñe normas de seguridad en su casa, a familiares y personal
del servicio doméstico para que no proporcionen información
por el teléfono.
Evite publicitar sus riquezas *
No haga ostentación de riquezas y menos delante de aquellas
personas cuya situación económica es limitada.
No entregue información *
Evite realizar cualquier acción que, consciente o
inconscientemente, pudiera dar pistas o información a los
delincuentes.
Informe a la PolicÃa *
En caso de recibir amenazas verbales o escritas en contra de
su integridad o de sus familiares para obtener dinero informe
inmediatamente a la PolicÃa. También siga sus instrucciones y
colabore con ella, sobre todo con la información que solicite.
Grabe las llamadas *
Instale un aparato grabador en su teléfono para registrar las
amenazas de los extorsionadores, las mismas que deben ser
prolongadas. Las conversaciones deben ser asesoradas por la
PolicÃa y conteste personalmente el teléfono y evite que lo
hagan sus familiares.
Sea prudente *
Informe sobre el caso únicamente a aquellas personas que
afecten las amenazas y recomiende la reserva total de la
situación. Nunca maneje solo en este tipo de situaciones,
porque podrÃa ser muy arriesgado para su vida.
Mario Unda
SOCIOLOGO/FUNDACION CIUDAD
La sociedad invita a la violencia a sentarse a su mesa
Hay otras formas de violencia afectan más a la cotidianidad de
la gente que la delincuencia. Sicológicamente, nos van
acostumbrando a que lo vayamos asumiendo como normal.
La agresividad de los conductores entre ellos mismos y
respecto a los peatones, por ejemplo, hace que al cruzar la
calle uno se juega la vida. Allà hay un ejercicio del
maltrato.
El problema es que vivimos en sociedades que han interiorizado
la violencia. Y nos hemos acostumbrado tanto que nuestros
comportamientos introducen ese tipo de reacción en todos los
órdenes de la vida.
La sociedad que casi no genera empleo, ni ofrece oportunidades
de vida digna es como un caldo de cultivo. La gente que se ha
quedado sin nada por el fenómeno de El Niño, por ejemplo,
puede caer fácilmente en la tentación de delinquir. Los
comportamientos de los polÃticos también violentan las
posibilidades de la convivencia.
Además, la violencia que nos llega a través de los medios de
comunicación es un factor desde que algunos noticieros de
televisión se dedicaron a la crónica roja.
La gente compra el diario Extra porque ha interiorizado tanto
la violencia que hasta le invita a sentarse a su mesa.
Además, la delincuencia convierte la calle en un espacio de
temor, de inseguridad, en cualquier lugar, a cualquier hora
del dÃa. La violencia que ejerce el ladrón pone en tensión a
los individuos porque sus relaciones se fundan en la
desconfianza. La gente en la calle comienza a temer que el que
se le acerca lo hace para robarle; si alguien va apresurado,
se hace a un lado porque cree que es un ladrón que va a
arrancharle, y el prójimo de la calle ya no es el prójimo sino
un posible atacante.
El nivel del violencia de la delincuencia refleja también el
incremento de los niveles de violencia y de falta de
convivencia de la sociedad. Unos años atrás no era muy común
que los ladrones mataran para robar.
En respuesta, el miedo se ha enraizado en nuestro
comportamiento, entonces, nuestra reacción a la agresión en
cualquier orden de la vida, no es la del reclamo y del
defender los derechos, sino del miedo. Sabemos que si entran
en nuestra casa y oponemos resistencia tal vez nos matan.
A esto se agregan otros componentes que nos vienen por el lado
de la economÃa que ha vuelto la vida más precaria. No sabemos
lo que va a pasar con el pan para nuestros hijos el dÃa de
mañana.
También hemos interiorizado la falta de protección del orden
público y reaccionamos con desconfianza en las posibilidades
de respuesta social. (Texto tomado de El Comercio)