Colombia. 03.12.93. El narcotraficante más buscado del mundo,
Pablo Escobar Gaviria, jefe del cártel de Medellín muerto el
jueves por el ejército, nació el 1 de diciembre de 1949 en
Rionegro, 40 km al noroeste de Medellín, capital del departamento
colombiano de Antioquia.

Segundo de cinco hermanos, Escobar inició su vida como trabajador
agrícola, pero el ansia de dinero lo convirtió rápidamente en
ladrón de automóviles, delito por el cual fue reseñado
judicialmente por primera vez en 1974.

Dos años después, Escobar integró una banda de pistoleros a
sueldo y en 1976 fue arrestado en posesión de 39 kilos de cocaína
cerca de Medellín, quedando libre al "desaparecer" los testigos.

Hacia 1980 poseía ya su propia organización para el envío de
droga a Estados Unidos, granjéandose amplia popularidad en los
barrios pobres de Medellín gracias a su generosidad.

Aprovechando su reputación, creó el movimiento cívico "En Marcha"
y el diario "Medellín Cívico".

Luego de construir canchas de patinaje e iluminar campos de
fútbol en los arrabales de esa ciudad y localidades vecinas,
lanzó la campaña "Medellín sin tugurios", erigiendo un barrio de
300 viviendas para los destechados que, naturalmente, se llamó
"Pablo Escobar".

El gesto le valió el reconocimiento de los beneficiados por la
medida y los diarios lo calificaron en la época de "Robin Hood
Paisa" (paisa: apelativo otorgado genéricamente a los nativos de
Medellín y Antioquia).

Más tarde se lanzó a la política. Quiso imitar a otro
narcotraficante, el colombiano de origen alemán Carlos Lehder,
quien había fundado en Armenia, capital del cafetero departamento
del Quindío, el fascista Partido Latino Nacional.

Pero Escobar se mostró más prudente que Lehder, el cual,
capturado el 4 de febrero de 1987, fue extraditado un día después
a Estados Unidos, donde se le condenó a cadena perpetua, aunque
después recibió una rebaja de penas tras actuar como principal
testigo contra el ex mandatario panameño Manuel Antonio Noriega.

Escobar se unió al Partido Liberal en 1982 y en tal calidad fue
elegido congresista suplente en la cámara baja.

En ese momento, el "capo" valía unos 2.000 millones de dólares y
gozaba de inmunidad parlamentaria: un sueño para alguien que
controlaba cerca del 80% del mercado norteamericano de la
cocaína, según los datos de la agencia antidrogas norteamericana
DEA.

Para los "barones" de la droga -Escobar, Lehder, el clan Ochoa
(Fabio, Jorge Luis y Juan David)- esa fue la época dorada.

Los cárteles operaban en áreas bien delimitadas: el de Medellín
al mando de Escobar controlaba el mercado de Florida, mientras el
de Cali, liderado por Gilberto Rodríguez, dominaba el de Nueva
York y California.

Escobar construyó y compró lujosas mansiones, fincas y edificios
de apartamentos y oficinas. En una de sus propiedades, la
Hacienda Nápoles, montó un enorme zoológico que albergaba a 1.500
ejemplares traídos a ingente costo de todos los rincones del
globo.

Sobre un arco, a la entrada de la finca, Escobar colocó una
avioneta, la primera con la cual transportó cocaína a Estados
Unidos. También aparecía en el lugar un automóvil acribillado a
balazos que, según las versiones, sería el del legendario
gangster norteamericano John Dillinger, o quizás el de la
romántica pareja del pandillerismo Bonnie Parker y Clyde Barrow.

A partir de 1983, todo cambió con el surgimiento de dos hombres:
Rodrigo Lara, ministro de Justicia, y Guillermo Cano, director
del diario bogotano El Espectador.

Cano en su periódico reveló a los colombianos el pasado de
Escobar; Lara trató de atraparlo. Ante esa ofensiva, los amigos
políticos de Escobar lo expulsaron del partido en 1984 y lo
marginaron.

PABLO ESCOBAR, EL NARCOTRAFICANTE...

Frustrado en su empeño por ingresar a la élite social colombiana,
desprovisto del amparo parlamentario, considerado narcotraficante
número uno y con el riesgo de ser extraditado a Estados Unidos,
Escobar reaccionó con violencia.

El 30 de abril de 1984, Rodrigo Lara fue asesinado en el norte de
Bogotá. Cano prosiguió la batalla, pero también cayó bajo las
balas de un sicario el 17 de diciembre de 1986. Para esta
operación, se dijo entonces, Escobar se habría puesto de acuerdo
con el cártel de Cali.

A partir de ese momento, en Colombia comenzó a hablarse de
narcoterrorismo.

El cártel de Medellín creó organizaciones paramilitares,
entrenadas por mercenarios israelíes y británicos, para usarlas
como brazo armado. Nació el grupo clandestino Muerte a
Secuestradores (MAS), dirigido especialmente contra los
movimientos guerrilleros y organizaciones de izquierda.

Una escuela de sicarios se puso en marcha aceleradamente y surgió
el violento y temido grupo Los Extraditables, cuyos comunicados
llevaban el lema "Más vale una tumba en Colombia que un calabozo
en Estados Unidos", con el que marcaban su determinación de no
dejarse entregar a la justicia norteamericana.

Así, mientras el cártel de Cali operaba discretamente, el de
Medellín con Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha alias "El
Mexicano" a la cabeza, impuso la violencia y el terror a lo largo
y ancho del país.

Asesinatos, atentados, explosión de carros-bombas y masacres se
multiplicaron, destacándose la muerte del precandidato
presidencial liberal Luis Carlos Galán, ocurrida al sur de
Bogotá, el 18 de agosto de 1989.

Como consecuencia de ese crimen, el gobierno del presidente
Virgilio Barco declaró la "guerra total" a los traficantes de
droga, que recrudecieron su accionar con mortíferos atentados
dinamiteros contra la sede principal de la policía secreta (DAS),
los diarios El Espectador de Bogota y Vanguardia Liberal de
Bucaramanga.

También un avión de Avianca con 107 personas a bordo fue
dinamitado en pleno vuelo, mientras una ofensiva contra la fuerza
pública en Medellín y sus alrededores costó la vida de más de 200
agentes.

A comienzos de 1990, la policía afirmó haber debilitado al cártel
de Escobar en un 50% o 60%, sobre todo con la eliminación en
diciembre de 1989 de El Mexicano, jefe militar de la
organización, durante un operativo aerotransportado cerca de
Coveñas, litoral Caribe.

Cansado al parecer de la permanente persecución sobre él, tras
obtener seguridades de que no sería extraditado a Estados Unidos
y que se le juzgaría en Colombia, Escobar se entregó
voluntariamente por primera vez a la justicia el 19 de junio de
1991, luego de gestiones del sacerdote Rafael García Herreros.

Recluido en la cárcel de alta seguridad de Envigado, vecina de
Medellín, junto con varios de sus lugartenientes que igualmente
se rindieron, Escobar huyó trece meses después, el 22 de julio de
1992, al saber que iba a ser trasladado de prisión, tras
descubrirse que continuaba dirigiendo desde allí toda su
actividad criminal.

Las autoridades lanzaron entonces un gigantesco operativo en su
búsqueda, en el marco del cual varios de sus secuaces más
notorios fueron abatidos, algunos capturados y otros apresados,
en tanto que un clan rival, denominado Los Pepes (Perseguidos por
Pablo Escobar), abrió una ofensiva dinamitera contra las
propiedades del "capo", y presuntamente asesinó a algunos de sus
allegados y abogados.

Escobar recurrió de nuevo a los carros bombas para responder al
acoso oficial, especialmente a comienzos de 1993, provocando la
muerte de más de medio centenar de personas, heridas a cerca de
600 y cuantiosos daños materiales en Bogotá y Medellín.

El precio puesto a su cabeza aumentó vertiginosamente y los
avisos de reclamo profusamente divulgados por el gobierno
colombiano venían ofreciendo un poco más de siete millones de
dólares por su captura, a lo que suman 2,5 millones de las
autoridades norteamericanas.

La persistente acción del Bloque de Búsqueda, unidades especiales
militares y policiales que apresaron o dieron muerte poco a poco
a los principales secuaces de Escobar, cosechó este jueves su
mayor fruto al acabar con una leyenda que ya duraba demasiado.

LA FUGA DEL CAPO

Desde el momento de su fuga, Escobar Gaviria se convirtió en el
hombre más buscado del mundo. Los gobiernos de los Estados Unidos
y Colombia ofrecieron una recompensa sin precedentes de seis
millones de dólares por quien entregara información que
permitiera su captura vivo o muerto.

Para Colombia significó un nuevo período de terrorismo durante el
cual alrededor de 400 policias fueron asesinados y mas de 60
personas fueron muertas en atentados con autos cargados de
explosivos atribuidos a los hombres del ala militar del Cartel.

En su desesperada guerra terrorista, Escobar Gaviria vió caer a
por lo menos 350 de sus pistoleros, incluyendo a nueve de sus
hombres de confianza. Otros 20 miembros de la cúpula del cartel
lo abandonaron y se presentaron voluntariamente a la justicia.

La fuga del narcotraficante produjo tambié una crisis en el
gobierno colombiano que se vió forzado a despedir a altos
funcionarios y jefes militares involucrados en una confusa
operación cuyo objetivo era trasladarlo a un cuartel militar para
evitar que continuara manejando los negocios de la droga desde la
prisión la cual había convertido además en lujoso sitio de
descanso.

El propio Presidente César Gaviria Trujillo fue investigado por
una comisión especial del Senado, que no encontró responsabilidad
política del jefe del estado en la fuga del narcotraficante
confeso. (AFP,AP,EFE) (10A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

Otras Noticias del día 03/Diciembre/1993

Revisar otros años 2014 - 2013 - 2012 - 2011 - 2010 - 2009 - 2008 - 2007 - 2006 - 2005 -2004 - 2003 - 2002 - 2001 - 2000 - 1999 - 1998 - 1997 - 1996 - 1995 - 1994 1993 - 1992 - 1991 - 1990
  Más en el