Por Carlos Cornejo
Catedratico universitario
La migración responde a factores como la falta de empleo o asuntos de orden social. La salida mayor de personas que se da después de 1999 no es consecuencia de la dolarización, sino de la crisis en el paÃs. La
dolarización ayudó a salir de esa crisis, no la provocó.
Indudablemente, cuando el sucre se devaluaba permanentemente, quienes tenÃan dólares, tenÃan mayor capacidad adquisitiva. Pero el flujo de remesas no se limitó por eso, sino que permaneció estable, dado el número de emigrantes. La única ocasión en que mermaron las remesas fue hace unos cinco años, cuando EEUU dio facilidades para que los inmigrantes puedan comprar casas allá.
Respecto a las remesas y la dolarización, el flujo grande de las mismas ha permitido que existan recursos abundantes en el paÃs, pero no significa que la dolarización se haya sostenido por este factor, sino porque los ecuatorians confÃan en la moneda fuerte. En caso de caer las remesas de manera significativa, podrÃa haber problemas, pero no como para terminar con la dolarización. Esta solo puede entrar en conflicto si la Administración entra en un proceso de gasto público exagerado, si el Gobierno comienza a tener necesidades más allá de lo que pueda recaudar. AhÃ, a lo mejor, tendrÃa que recurrir a emitir moneda nacional. O sea, la dolarización caerÃa por un problema de finanzas públicas, no de finanzas privadas.
Por su parte, los dólares que salen a través de los inmigrantes de
Perú y
Colombia son marginales. La cifra es tan pequeña que no ha motivado que el
Banco Central mida las remesas que van a otros paÃses.