UNA RADIOGRAFIA DEL PERSONAL DOCENTE DE LAS UNIVERSIDADES
NACIONALES

LA CATEDRA DE CUERPO ENTERO

Quito. 03. 09. 90. (Investigación). En la Universidad
ecuatoriana dicta clases, en promedio, un profesor por cada
dieciséis universitarios.

La relación alumno/docente ha ido disminuyendo paulatinamente
en la década pasada (en 1980 la relación era de 18 alumnos por
maestro), lo cual quiere decir que se ha ido aliviando la
carga de estudiantes por profesor. Aunque esto no significa
que, necesariamente, con el alivio haya llegado una mejora de
la calidad de la instrucción-formación impartida por los
maestros.

Para el año 1988 en las universidades nacionales, con
excepción de las Escuelas Politécnicas, existía un total de 11
mil 395 académicos: "el recurso humano que con su actividad
ejerce la función eminentemente formadora de profesionales
universitarios y politécnicos y trabaja en la creación o
aplicación de las ciencias", según los define el CONUEP, en su
"Evaluación de la situación actual para el corto y mediano
plazos de las universidades y escuelas politécnicas", un
informe realizado por la Unidad de Investigación de ese
organismo.

Los docentes están "categorizados" en principales, agregados,
auxiliares, contratado, "otras categorías" y ayudantes. En las
universidades oficiales mantiene una importancia relativa el
grupo de docentes principales, agregados y auxiliares
(alrededor del 80%). A su vez, en el sector particular aumenta
el número de profesores contratados, ayudantes y con otro tipo
de relación laboral, lo que deteriora los niveles académicos
que brindan estas instituciones.

A su vez, en la educación superior del país se ha adoptado la
clasificación de docentes según el número de horas de clase
impartidas: dedicación exclusiva, tiempo completo, medio
tiempo, tiempo parcial y "otra asignación horaria". Entre 1980
y 1988, el número de maestros a dedicación exclusiva aumentó
sensiblemente más que el de otras clasificaciones. Esto revela
que, "de todas maneras", hay un esfuerzo a nivel nacional para
disponer cada vez de un mayor número de profesores con
dedicación exclusiva, aunque este grupo docente es muy
reducido. En 1980 representaba el 1,4% del total, y en 1988 el
5,5%.

Una combinación de categorías y clasificaciones determina el
salario que perciben los maestros universitarios.

El informe del CONUEP indica que las universidades
particulares realizan un esfuerzo mayor por aumentar el
personal académico con mayor dedicación.

Todos estos estos términos cuantitativos chocan con
necesarias. definiciones cualitativas. Una de las
manifestaciones de la crisis por la que actualmente atraviesa
la Universidad ecuatoriana -según el informe del organismo
supra universitario- obedece al "desempeño degradante de
cierto personal" docente. Una constatación tan duramente
calificada que se da por la ausencia de una política adecuada
de evaluación y sanciones, que al momento no existe como una
práctica usual en la mayoría de las instituciones
universitarias del país. Un desempeño "degradante" que se
respalda en un mal comprendido libre ejercicio de cátedra, que
prospera en la mediocridad académica y que da como resultado
la proliferación de profesores e investigadores improvisados.
En manos de ellos, que no pueden ser todos los académicos e
investigadores, está la formación profesional de los
universitarios del Ecuador.

LA SAGRADA AUTONOMIA

La autonomía universitaria es, probablemente, uno de los mitos
más sagrados que se mantiene en la Universidad ecuatoriana.
Sus dos componentes son la autonomía académica y la autonomía
de gobierno.

La autonomía académica -que nos interesa en el actual
contexto- confiere a las universidades la libertad para
responder por su propia cuenta a las demandas de
profesionalización que le plantea la sociedad.

En la práctica, esta libertad se ha decantado en planes y
programas académicos que no provienen de un procedimiento
institucional, sino que constituyen la respuesta individual de
cada profesor, amparado en el libre ejercicio de cátedra. "No
existen en nuestras universidades sistemáticos trabajos de
programación curricular -dice el CONUEP-, toda la oferta de
servicios académicos se hace bajo el amparo de la iniciativa
individual".

La autonomía académica, sostenida en el libre ejercicio de
cátedra, tendría algún sentido si los profesores
universitarios ejercieran su trabajo a dedicación exclusiva y,
además, que ellos convirtieran sus iniciativas académicas
individuales en proposiciones colectivas de tipo
institucional. Pero la mayoría de los maestros son
colaboradores de la Universidad, "su actividad principal está
ligada al sector privado o al sector público no universitario,
bajo cuyo influjo y vivencias, ejercen su cátedra
autónomamente y de manera aislada", señala también el
CONUEP.

De esta manera, la "excelencia académica" está muy lejos de
ser una realidad en la Universidad ecuatoriana, ya que la
misma libertad tienen los docentes para el seguimiento y
evaluación del proceso de enseñanza-aprendizaje. Además, la
evaluación del desempeño de los docentes se realiza solo como
un hecho excepcional. "Debido a esta carencia, el desarrollo
de las competencias académicas entre los maestros casi no
existe, fenómeno que predispone un rendimiento académico
generalmente bajo debido a la falta de revisión periódica de
la capacitación científica y pedagógica del profesorado",
anota el CONUEP.

Asimismo, la evaluación de los alumnos, más que responder a
una política debidamente planificada y caracterizada por la
sistematización de los métodos, se realiza por procedimientos
repetitivos, "sujetos generalmente a la decisión personal de
los docentes y no exento de arbitrariedades".


EN BUSCA DE LA EXCELENCIA PERDIDA

El nivel de excelencia con el que se hayan desarrollado las
actividades académicas, determina el grado de formación de los
universitarios y el de la creación de conocimientos.

Por tanto, no solo supone un desempeño más o menos destacado
del maestro en la docencia y en la investigación, "sino todo
un conjunto de atributos que se caracterizan porque tratan de
mejorar las condiciones del desarrollo de la civilización y
elevan los niveles culturales de la sociedad". Por eso, supone
un compromiso intelectual, moral y material del profesor, que
tiene como fin primordial la formación integral del
hombre.

Así, aunque la excelencia académica "desde el punto de vista
operativo" es un concepto relativo que se halla condicionado
por factores objetivos y subjetivos, el CONUEP considera que
se pueden establecer al menos cuatro parámetros para
evaluarla. Ellos son el grado de organización y dotación
institucional para el desarrollo de las actividades
académicas; el grado de profundidad o de generalidad de los
contenidos de la docencia y de la investigación; el grado de
preparación del docente y del investigador; y, el grado de
efectividad de los procesos de enseñanza-aprendizaje y de la
creación de nuevos conocimientos.

¿QUE SE VE BAJO EL MICROSPOPIO?

Al realizar un diagnóstico de la docencia en la Universidad
ecuatoriana -"el desarrollo de todas aquellas actividades que
forman parte del currículum de una carrera"- el CONUEP
encontró que el nivel académico del proceso
enseñanza-aprendizaje es de baja calidad académica y que,
correlativamente, los índices de promoción del alumno son
también bajos.

Esta realidad se ve agravada por el excesivo número de
estudiantes por profesor, que ocurre en muchos casos, y por la
ausencia de formación extra curricular que no permite a los
docentes actualizar su formación científica y pedagógica.En
las instituciones de educación superior ecuatoriana no existen
estudios de demanda y oferta educativas, y el diseño de los
perfiles profesionales se realiza sin el suficiente fundamento
técnico y carentes de estudios de los requerimientos
sociales.

Prácticamente no existen estudios de los perfiles académicos,
y los planes de estudio son sometidos a frecuentes
revisiones, ocasionalmente sin los suficientes fundamentos.

Se añade a esto la abundancia de maestros e investigadores
improvisados, que se incorporan a la Universidad atropellando
normas legales y reglamentarias. Así, en la Universidad existe
un número creciente de académicos que no disponen de
suficiente preparación científica y pedagógica.

Debilidad sin excepciónEl CONUEP también sostiene que "es muy
débil" la programación de los contenidos de la docencia, en
todas las instituciones universitarias del Ecuador, sin
excepción. Según su informe, las unidades de planeamiento
universitario son dependencias que no disponen de los recursos
y de las atribuciones suficientes para que su labor sea
efectiva en el campo académico. "Particularmente la
programación de la docencia es generalmente incompleta",
dice.

Aún hay más. La coordinación académica no se da, y cuando sí,
es eventual, "pues no existe la práctica del trabajo
sistemático por grupos académicamente afines, situación que
predispone la repetición de contenidos entre una materia y
otra, la discontinuidad del conocimiento entre un nivel y
otro". Esto ocurre "en la mayoría de las facultades de la
mayoría de las universidades", subraya el CONUEP.

Por fin, la selección de estrategias didácticas, como una
política académica sustentada en estudios previos,
generalmente no es una práctica institucional, "sino una
acción dejada prácticamente al arbitrio de los docentes".
(C-8).

EXPLORED
en Ciudad Quito

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