Washington (Estados Unidos). 28 ene 96. Los principales
representantes de la política exterior de Estados Unidos
coincidieron en expresar su confianza en el feliz desenlace
del proceso de paz entre Ecuador y Perú.

Elogiaron los recientes diálogos realizados por los dos
gobiernos en la reunión de Lima entre sus dos cancilleres,
Galo Leoro y Francisco Tudela, respectivamente.

El secretario de Estado, Warren Christopher, no solo reconoció
el "espíritu de comprensión" que emanó de Lima, sino también
tuvo elogiosas referencias para los representantes de los
países garantes.

Christopher habló poco antes de que su principal asesor para
asuntos interamericanos, Alexander Watson, destacara que desde
el propio presidente Clinton, toda la cúpula de la política
exterior sigue "con enorme atención" los detalles del proceso
de paz entre las dos repúblicas andinas, cuyo litigio
fronterizo estalló hace un año con choques armados.

Watson vaticinó que el exitoso desenlace del proceso, que
continuará en Quito con otra reunión de los cancilleres el
próximo mes, "será un triunfo para la paz del hemisferio".

"El proceso de paz está recibiendo la más alta atención de
todo el gobierno, desde el presidente Clinton par abajo",
manifestó Watson en una rueda de prensa en que también
confirmó su próximo retiro. El diplomático citó los esfuerzos
de los dos gobiernos y de los paises garantes como un ejemplo
de "espíritu de confraternidad", que generó la Cumbre de las
Américas.

También Strobe Talbot, el secretario adjunto de Estado, aludió
los esfuerzos por regresar la paz a la región amazónica, como
"un gran éxito que aun no ha sido adecuadamente evaluado".
Talbot, un antiguo periodista y amigo personal del presidente,
sacó a relucir el ejemplo de Ecuador y Perú en una conferencia
sobre la prevención de crisis, en el Centro Carter, en la
universidad de Emory de Atlanta, Estado de Georgia.

"También es necesario llamar la atención a los éxitos,
especialmente los que aun no han recibido el debido
reconocimientos. Un ejemplo es el esfuerzo que estamos
realizando por lograr una solución duradera de la perenne
disputa entre Perú y Ecuador, un conflicto que ha durado un
siglo. La semana pasada, por primera vez en más de 50 años,
los cancilleres de Perú y Ecuador se sentaron cara a cara para
encontrar las vías de una solución pacífica para sus
diferencias", señaló.

Refiriéndose a la presencia en Lima del embajador Luigi
Einaudi, que encabeza el grupo de garantes de Estados Unidos,
Talbot continuó:

"Estados Unidos estuvo allí y estará nuevamente cuando se
realice la segunda reunión (de cancilleres) en febrero. No
porque pensemos que existe el peligro inminente de una nueva
lucha sino porque queremos participar en la eliminación de
esta situación explosiva de una vez por todas".

Observadores del medio diplomático comentaron de que quien más
ha podido celebrar este repentino surgimiento de interés en el
proceso de paz es el propio Einaudi, quien durante meses ha
tratado de convencer a los más altos mandos de la Casa Blanca
y del propio departamento de Estado de que la reconciliación
entre Ecuador y Perú es por lo menos tan importante como el
retorno constitucional a Haití.

Solo queda la paz

El general Paco Moncayo, comandante general del Ejército, no
comentó las versiones de la prensa internacional en el
sentido de que el canciller peruano, Francisco Tudela, pediría
la aplicación obligatoria del artículo 7 del Protocolo de Río
de Janeiro.

Este artículo señala la intervención de los paises garantes
(Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos), en caso de no
llegar a un acuerdo reconciliable en las negociaciones con el
Ecuador, en el momento que se traten los asuntos de fondo que
conlleven a demarcar la frontera.

"No pienso que el canciller Francisco Tudela, que hasta aquí
ha mostrado ser un hombre que apoya el proceso de paz, un
hombre prudente e inteligente, pueda hacer una declaración de
esa naturaleza en estos momentos que estamos transitando con
bastante auspicio hacia una negociación de nuestros viejos
diferendos".

El general Moncayo anotó que ecuatorianos y peruanos no
tenemos otra alternativa que la paz.

"Ninguna solución belicista permitirá que esta paz llegue y
sea perdurable en las peores circunstancias. Si como algunos
profetas de la confrontación en el Perú plantean que deben
tomarse una prenda territorial en nuestro territorio,
imponernos la colocación de los hitos, si esto pudiesen
hacerlo, que no lo permito, lo único que harían es diferir 50
años más el conflicto. Si en 1941 hubiésemos logrado un
acuerdo de paz y no un fruto de la invasión y la guerra, la
solución posiblemente habría sido aceptable para las dos
partes. De modo que debemos entender que el único camino que
les queda a Ecuador y Perú es el camino de paz y negociación
logrando resultados aceptables".

Negociación depende de los procedimientos

El vicecanciller, Marcelo Fernández de Córdoba restó
importancia a las informaciones de que el canciller peruano,
Francisco Tudela habría dicho que pedirá la aplicación
obligatoria del artículo 7 del Protocolo de Río de Janeiro.

El artículo siete señala la intervención de los paises
garantes en caso de no llegar a un acuerdo reconciliable en
las negociaciones con el Ecuador, en el momento que se traten
los asuntos de fondo que conlleven a demarcar la frontera.

Señaló que no se han estancado las negociaciones y prueba de
ello es la visita del canciller Galo Leoro, hace pocos días a
Lima, donde se han dado avances sustanciales en materia de
procedimientos; y el compromiso del canciller Tudela de venir
a Quito, el próximo 22 de febrero, a continuar las
negociaciones. "Se ha empezado un proceso que continuará en
Quito, de manera que las conversaciones seguirán afinándose
para entrar en el proceso de fondo posteriormente", dijo.

Al momento se están acordando los procedimientos, "que son de
suma importancia, pues son el objeto de la negociación, porque
de la bondad de ellos o de la falla que se adopte de ellos
dependerá el resultado de la negociación", puntualizó.

Por otra parte, dijo que del Convenio de Vecindad fueron
aprobados los textos y únicamente queda pendiente la
suscripción formal por parte del Perú, que posiblemente se
dará con oportunidad de la visita del presidente de la
República, Sixto Durán Ballén, a Trujillo, en marzo próximo.

El Convenio de Vecindad tiene por objeto activar la
integración y el desarrollo de las zonas fronterizas de
Ecuador y Perú.

La negociación con el Perú es ardua, difícil y larga, de
manera que no esperemos resultados espectaculares de un día
para otro. Vamos con un poco de paciencia y fe en el futuro
del país, anotó el vicecanciller.

"Estamos iniciando una negociación y esperemos que dé sus
frutos, obviamente que las partes tienen sus posiciones: el
Ecuador tiene su posición propia y el Perú, la suya. Tengamos
un poco de paciencia como se ha manifestado en días
anteriores".

Lima: cumplimiento estricto del Protocolo

La distensión ha alcanzado las esferas oficiales de Lima y
Quito, contagiando a los jefes militares que intercambiarán
visitas a las bases fronterizas en la primera quincena de
febrero próximo.

Perú, por intermedio de su canciller, Francisco Tudela,
presentó hace una semana una propuesta a su homólogo de
Ecuador, Galo Leoro, destinada a superar las diferencias. No
se descarta que en el próximo encuentro de cancilleres a fines
de febrero, en Quito, Ecuador ofrezca una respuesta.

La parte medular de la propuesta consiste en convertir en
obligatorio el artículo séptimo del Protocolo de Río de
Janeiro, que establece la intervención de los garantes para
presentar una solución definitiva a los desacuerdos que
pudiesen subsistir.

El Protocolo de Río de Janeiro, suscrito en 1942 por Perú y
Ecuador tras haber protoganizado una breve guerra el año
anterior, estableció las actuales fronteras de ambos países y
contó con el respaldo de Brasil, Estados Unidos, Argentina y
Chile, en su condición de garantes.

El artículo séptimo dice textualmente que "cualquier duda o
desacuerdo que surgiese sobre la ejecución de este Protocolo
será resuelto por las partes con el concurso de los
representantes de los garantes dentro del plazo más breve
posible".

La semana pasada Perú y Ecuador iniciaron en Lima una fase de
negociaciones directas para elaborar una agenda o listado de
los principales desacuerdos subsistentes a nivel fronterizo.
La fase final de esta negociación se hará en Brasilia, en
fecha aún por determinar.

La guerra no declarada de principios de 1995 por una franja
fronteriza de 78 kilómetros que Lima considera sin demarcar,
pero que Quito aduce que falta delimitar, enemistó una vez más
a los dos gobiernos, que se acusaron mutuamente de ser
causantes de la provocación bélica.

Entre estos dos extremos, la demarcación y la delimitación,
giran las posiciones peruanas y ecuatorianas, respectivamente.
Dos posiciones contrapuestas e irreductibles que las hacen de
por sí irreconciliables, señalan analistas consultados por la
AFP.

El conflicto se inició el 26 de enero y terminó cuando ambos
gobiernos llegaron a un acuerdo de cese el fuego, rubricado en
la Declaración de Paz de Itamaraty, suscrita el 17 de febrero
en Río.

Entre los puntos del acuerdo figuraba la creación de la MOMEP,
integrada por efectivos militares de los países garantes, el
cese al fuego, el retiro de las tropas peruanas y ecuatorianas
de la zona de conflicto, la desmilitarización y finalmente la
colocación de hitos en la franja en litigio.

El último punto es el que está en negociaciones con la
presencia de los garantes como observadores, rechazado
cualquier intervención extra como la planteada por Ecuador,
que pedía un arbitraje del Papa.

Los analistas, diplomáticos y juristas sostienen que el trato
directo es el mejor camino para hallar una fórmula y superar
las diferencias insalvables y evitar un nuevo conflicto que lo
único que traería para ambos pueblos es atraso en sus
economías y en su aspiraciones a desarrollarse. (Política)
(Diario HOY) (6A)
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