La Habana. 05. 09. 90. (Opinión). Los acuerdos de cooperación
con paÃses de Europa Oriental habrán concluido por completo el
primero de enero del año próximo y todo sugiere que ninguno
será renovado. La Unión Soviética ha hecho saber directa e
indirectamente que su cuantiosa ayuda económica será reducida
significativamente y que su apoyo polÃtico al tradicional
aliado en el hemisferio occidental será también restringido,
debido a la crisis a todo nivel creada por la metamorfosis
soviética.
Esto llevará a su clÃmax el dramático proceso de reducción de
los ingresos cubanos, que ha forzado al gobierno a tratar por
todos los medios a su alcance de activar nuevas áreas de la
economÃa mediante una explotación más intensa del turismo, la
concertación de trueques con otras economÃas del área y el
aumento de las exportaciones de productos farmacéuticos y
médicos, en los cuales Cuba ha alcanzado una importante
ventaja comparativa dentro del mundo en desarrollo.
En la playa de La Habana se trabaja 24 horas al dÃa para
terminar un piso cada dos semanas y entregar un nuevo hotel en
tiempo récord. En las fábricas, 45 de los principales
usuarios industriales de electricidad han implantado
draconianos programas de conservación de energÃa para
anticiparse a la aguda reducción en los suministros de
petróleo soviético que ya todos dan como inevitable.
En el campo, miles de voluntarios ayudaron a terminar la zafra
después de que la inesperada escasez de combustible y lluvias
tempranas retrasaron la labor durante varias semanas. En las
tierras baldÃas se están construyendo represas y sistemas de
irrigación para aumentar la producción de alimentos, en
previsión de la verdadera crisis que se avecina.
Sin embargo, dentro y fuera de Cuba, el consenso general es
que estas medidas desesperadas tendrán escaso efecto en el
impacto que causará en la economÃa del paÃs el virtual fin de
la ayuda del ya extinto Bloque Soviético. Muchos creen que
una explosión social será inevitable cuando al pueblo cubano
se le exija sacrificios que irÃan mucho más allá de lo que ya
ha vivido durante tres décadas.
Los signos del alejamiento de los antiguos aliados ya han
comenzado a hacerse más obvios. Casi la mitad de los 500
germano orientales que trabajan en Cuba no regresarán a la
isla después de sus vacaciones en Alemania; los otros partirán
dentro de pocos meses. Este año también se irán cientos de
búlgaros, checoslovacos, húngaros y polacos. La escuela
polaca en la Habana cerró sus puertas hace unos meses y la
germana oriental está a punto de hacerlo. Sólo permanecerán,
por ahora, los 8.000 asesores y empleados soviéticos.
Cuba adeuda sumas considerables a las nuevas democracias de
Europa Oriental. Su deuda con Checoslovaquia asciende a US$
736 millones, al cambio oficial; con Bulgaria, US$ 480 m; con
HungrÃa, US$ 232 m; y con Alemania Oriental, 2.000 m de viejos
Ostmarks, marcos germano orientales que en la actualidad
carecen de valor alguno. Deudas todas cuyos pagos están
atrasados y cuya recuperación es totalmente improbable.
Cuba adeuda a la Unión Soviética mucho más que a todos los
paÃses de Europa Oriental: unos 15.000 m de rublos,
equivalentes a unos US$ 24.000 m al cambio oficial. Las
condiciones, según se cree, incluyen tasas de interés y
perÃodos de pago más que ventajosos; entre 3 % y 5 % sobre
préstamos a entre 10 y 20 años. Pocos paÃses en desarrollo
obtienen créditos en condiciones concesionarias tan
convenientes.
Y en cuanto a la venta de azúcar a precios protegidos, los
paÃses de Europa Oriental ya han anunciado que pagarán sus
importaciones al precio del mercado mundial. Hasta ahora,
esos paÃses pagaban el equivalente a US$ 720 la tonelada de
azúcar cubana, un precio mucho mayor que el internacional.
Moscú, que paga tres veces el precio mundial por sus
importaciones de azúcar cubana, ya ha anunciado que sólo
pagará poco más que el precio vigente en el mercado.
Unas 100 de las 150 centrales azúcareras cubanas están
equipadas con maquinaria germana oriental. Gran parte de los
camiones que movilizan la economÃa cubana y de los equipos de
telecomunicaciones del paÃs son también germano orientales,
asà como los sistemas informáticos. De ahora en adelante,
para obtener repuestos y nuevos equipos compatibles, Cuba
deberá pagar en Deutschmarks, marcos germano occidentales, lo
cual alterará dramáticamente la factura por importaciones que
ascendÃa a US$ 350 m-400 m anuales, al cambio oficial.
Debido a la crÃtica situación económica que atraviesa la Unión
Soviética y a los nuevos reclamos polÃticos de su pueblo,
Moscú no puede mantener su flujo de ayuda directa e indirecta
al gobierno cubano. Se calcula que el subsidio soviético
anual asciende a unos US$ 4.000 m - 5.000 m, algo cada vez más
difÃcil de justificar ante las inquietas repúblicas.
Además, para complicar infinitamente la situación cubana,
Washington ha exigido que Moscú cese su ayuda a La Habana,
como condición a la esperada ayuda occidental para la
reconstrucción de la Unión Soviética. El presidente Fidel
Castro ha pedido a los cubanos que se acostumbren a los
problemas actuales pues los que se avecinan son peores aún.
Hasta ahora el paÃs se ha mantenido en calma, pero más
penurias podrÃan hacerlo explotar de un momento a otro. (A-4).