Quito. 23 oct 96. La liberación de la disciplina partidista
de Jaime Nebot marcó, evidentemente, su regreso a la política
activa y pública. Lo que no quiere decir que durante estos dos
meses y medio ha estado ausente de la misma.

Luego de un tiempo de meditación sobre lo que sucedió durante
la campaña, Nebot volvió a visitar las centrales de campaña
provinciales y seccionales. El jueves pasado, antes de que la
carta que envió a Eduardo Villaquirán, actual presidente del
Partido, se haga pública, tuvo varias reuniones.

Estuvo en el Hotel Savoy Inn con algunos de los independientes
que lo apoyaron durante la campaña. Y antes tuvo encuentros
con las dirigencias nacionales, diputados y autoridades
seccionales en Manabí, Los Ríos, Guayas, y Pichincha (en esta
último estuvieron los representantes de Sierra, Galápagos y la
Amazonía). En cada una de estas citas explicó las razones de
su proceder.

Estas acciones pueden responder a una gentileza -si es que las
hay en política-, pero también son el boceto de la estrategia
de Nebot para su comportamiento al interior y al exterior del
partido.

¿Ya es candidato a la Presidencia? Ni en su partido se ha dado
una respuesta tajante al respecto. Pero las armas se están
preparando para poder galvanizar muchos de los obstáculos que
a futuro se podrían presentar.

En primer lugar, con la separación de la disciplina y el
acercamiento directo a los independientes, Nebot está abriendo
su base más allá del partido. Para los socialcristianos ese es
un elemento indispensable para las próximas elecciones.

Aunque aún no se ha hecho un análisis global de la derrota en
las elecciones -cuando entraron con un candidato que tenía una
intención de voto relativamente alta y una estructura
partidista envidiables-, la cúpula socialcristiana está
consciente de que o ganará solo con el partido. Por eso
privilegiará fuera del partido.

Pero, ¿no es muy temprano para comenzar a organizarse? Nebot
sabe que en su mejor aliado, es decir su partido, también
tiene a su peor enemigo. Por eso tomó la decisión de esta
dentro y fuera al mismo tiempo.

Las últimas elecciones dejaron una lección: difícilmente se
puede ganar sin un partido. Además no hay razón para dejarlo,
si sus relaciones con su líder histórico, León Febres Cordero,
son -como siempre- inmejorables. Pero al mismo tiempo, su
partido no puede navegar en una oposición radical contra
Bucaram. Sería un suicidio para el PSC cerrar la llave de
recursos para sus gobiernos seccionales. De ahí la necesidad
de Nebot de una prudente distancia de su partido.

Quedar fuera de la disciplina partidista también es una forma
de tomar distancia de la imagen de Febres Cordero, que influyó
-en la Sierra- de manera negativa en su última campaña.
Entonces aparece lo que se podría llamar la "división social
del trabajo".

Por un lado, Heiz Moeller seguirá haciendo de puente con el
Gobierno, lo que le permitirá al alcalde Febres Cordero un
margen de comodidad para seguir con su labor en Guayaquil.
¿Todos contentos? Sí... por un tiempo.

Todo tiene un fin. Hay corrientes al interior del PSC que
insisten en que luego del anuncio de las medidas económicas,
el Partido debe ir a una oposición radical al Gobierno.

Es la misma corriente interna que sostuvo que en el juicio a
Alberto Dahik el partido debía mantener un perfil más bajo y
no liderar el proceso. Esta, hasta cierto punto, es la que se
identifica con Jaime Nebot.

Esto no quiere decir que el ex presidenciable no estuvo al
tanto de los últimos movimientos del bloque parlamentario,
tanto en la aprobación de la Ley Eléctrica como en la
repartición proporcional de las cortes.

La otra pregunta del millón es: ¿dónde entran las pretensiones
presidenciales de Heinz Moeller, que no las ha olvidado? El
espera la evolución de los acontecimientos. Inclusive el
presidente Bucaram debe presentir, o conocer, esas
intenciones, ya que lo mencionó como un buen presidenciable
para el 2000.

Para llegar a esa meta, Moeller deberá consolidar su trabajo
al interior del bloque legislativo. Arduo trabajo, ya que en
este momento no está fortalecido como se lo hace aparecer.
Muchos diputados se juegan por intereses contrarios, y hay más
de uno que no asiste a las reuniones del bloque, porque no
está de cuerdo con la línea que se sigue.

También deberá fortalecerse dentro del Partido. La vía es su
candidatura a la Presidencia del PSC. Esto aún no es un hecho
oficial, pero se daría en las próximas semanas. El no sería un
candidato por una provincia, haría uso de su peso como primer
diputado nacional.

En este terreno todo es condicional. Sobre esas elecciones aún
no hay definiciones. Ni siquiera, al parecer, se podrán
realizar en enero, como lo pidió Nebot en su carta de
Villaquirán.

Antes deben darse las elecciones parroquiales. Luego se
nombrará una directiva nacional para pasar a las elecciones
generales. Se necesitan entre tres y cinco meses. Aunque ya
hay otros candidatos en disputa: César Acosta (Manabí); Xavier
Neira (Guayas) y Marco Flores (Pichincha).

Si Moeller gana a los otros candidatos dentro del partido y
quiere ir tras la Presidencia de la República, la
confrontación con Nebot puede ser total. Algunos diputados y
afiliados del PSC se apresuran a decir que Jaime Nebot tiene
el apoyo y el control de las provincias.... (EL COMERCIO) (P.
A-2)
EXPLORED
en Autor: Ana Karina López - [email protected]

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