Quito. 24 oct 96. Mientras los indios se mantengan unidos y sepan
defenderse serán invitados a dialogar, aunque tarde y de mal modo.
Si se desunen y vuelven débiles, serán barridos" dijo Simón
Espinosa en un artículo publicado en 1994, tras el levantamiento
indígena, como rechazo a las reformas a la Ley Agraria. Hoy, a
pesar que la dirigencia dice lo contrario, el movimiento indígena
muestra huellas de resquebrajamiento, a causa de la posible
creación del Ministerio Étnico Cultural propuesto por el gobierno
del presidente Abdalá Bucaram.

Aunque la historia está plagada de sublevaciones indígenas por la
injusticia social en que han vivido estos pueblos, es justamente a
raíz de la celebración del descubrimiento de América o, lo que los
indígenas llaman 500 años de Resistencia al Colonialismo o
Neocolonialismo, que el movimiento indígena en el Ecuador
comienza a tomar fuerza y a tener un espacio en la vida política.

En junio de 1991 los indígenas de 10 nacionalidades, agrupados
en la Confederación Nacional de Nacionalidades Indígenas del
Ecuador realizaron un levantamiento de tres días, como rechazo a
la desatención del gobierno un levantamiento de tres días, como
rechazo a la desatención del gobierno de la Social Democracia del
ex presidente Rodrigo Borja. "Creemos que la situación de pobreza
en que se debate el pueblo ecuatoriano jamás le interesó al actual
gobierno" dijo el entonces presidente de la Conaie Luis Macas en el
documento "El Levantamiento Indígena visto por sus protagonistas".

Esto sólo fue el preámbulo de lo que sería el violento levantamiento
de junio de 1994, cuando los indígenas encabezados por Macas y
otros dirigentes entre ellos Rafael Pandam, Nina Pacari y Valerio
Grefa bloquearon carreteras, provocaron desabastecimiento y
realizaron desórdenes, (especialmente en las provincias de la región
Interandina) en rechazo a la promulgación por el ex presidente Sixto
Durán-Ballén de la Ley de Desarrollo Agrario. Los indígenas
consideraban que les quitaría sus derechos sobre las tierras. Tras este
acontecimiento, que coincidentemente se llevó a cabo a pocos meses
de otro levantamiento indígena, en Chiapas al sur de México, el
gobierno tuvo que sentarse a dialogar con ellos para replantear las
reformas a la Ley Agraria de manera que beneficiara a todos
los sectores involucrados.

Ya sea por la presión de la fuerza o por el diálogo los indígenas, en
los últimos años han aprendido a hacer prevalecer los planteamiento
de esta parte de la población que, según estadísticas no oficiales,
sería entre un 35 y 45% de ecuatorianos.

Las reformas constitucionales de 1994 permitieron que los
independientes puedan participar en las elecciones. Esto facilitó la
participación indígena que consiguió 64 puestos de elección popular,
entre diputados, concejales y consejeros, a través del Movimiento
Plurinacional Nuevo País Pachacutik, conformado en su mayoría por
indígenas y campesinos, y respaldado también por los sindicatos de
los trabajadores y un sector de la Izquierda Democrática que apoyaba
a Freddy Ehlers como candidato a la presidencia.

PUNTO DE DISCORDIA

Las divergencias entre la dirigencia indígena se originan pasada la
primera vuelta de las elecciones presidenciales, cuando los candidatos
finalistas, Abdalá Bucaram y Jaime Nebot, buscaron un acercamiento
con los indígenas. Ambos ofrecieron una asamblea constituyente, que
era uno de los principales puntos de la campaña de Ehlers. Bucaram
ofreció además el ministerio indígena y los dos candidatos también
proponían apoyar la candidatura de Macas para presidente del Congreso.
En este mar de ofrecimientos Valerio Grefa, presidente de la
Confederación de Organizaciones Indígenas de la Cuenca
Amazónica y parte del movimiento Pachacutik decidió apoyar
la candidatura de Abdalá Bucaram, situación a la que después se
sumó Rafael Pandam.

Estas diferencias con el dirigente indígena más representativo
del país, el saraguro, Luis Macas, diputado por el movimiento
Pachacutik-Nuevo País; y con la Conaie se han ido agravando
con la confirmación de la creación del Ministerio Étnico Cultural.

Según Pandam, un shuar que habla un entrecortado español y de
quien se dice podría convertirse en el ministro étnico, este
organismo buscaría, siendo parte de la estructura del Estado,
definir políticas que permitan atender los problemas de salud,
educación, vivienda y políticas de desarrollo alternativos y
autogestión que necesitan los pueblo indígenas, incluyendo a los
negros y campesinos.

Por su lado, Macas afirma: "Yo me pregunto si un ministerio va a
resolver los problemas del indigenado. No existe un consenso en
relación a la creación de ministerio y no se ha considerado las
diferentes propuestas del Comité del Decenio compuesto por siete organizaciones
indígenas, campesinas y afroecuatorianas. ¿Dónde están las políticas las
líneas generales de lo que se va a hacer? Creo que ésta es la demagogia
de siempre". En el gobierno de Hurtado se hizo la Oficina de Asuntos
Indígenas; con Febres-Cordero, la Dirección de Asuntos Indígenas; con
Borja, una instancia de asesoramiento adscrita a la presidencia y con
Durán-Ballén, la Secretaría de Asuntos Indígenas, nada parece haber
resuelto los problemas del indigenado.

"El ministerio tiene rango ante cualquier instancia, define políticas y
firma convenios nacionales e internacionales, mientras que una
secretaría depende exclusivamente de las políticas de la presidencia y
no define ni ejecuta políticas como un ministerio" defiende Pandam.
Esta sería la primera vez, dice, que a nivel de América Latina en un
proceso de modernización se da la participación real del sector
indígena de la población.

Pandam, ex vicepresidente de la Conaie, advierte que con esta
organización jamás se debilitará al movimiento indígena, ya que el
espíritu justamente de la creación del ministerio es el fortalecimiento
de los pueblos en peligro de desaparición y, la reconstrucción y
consolidación de las nacionalidades.

Mientras la dirigente de la Conaie, Nina Pacari, indígena quichua,
doctora en leyes, resta importancia a quienes defienden la creación
del ministerio. "Ésta es la expresión de una democracia real (Conaie)
aquí no hay caudillos, no hay la última palabra que diga el presidente
y el resto simplemente son borregos". "Hay que saber diferenciar las
voces que se han dado de manera personal como la del señor Grefa o
Pandam. Ellos dicen que son parte de la Conaie pero la asamblea
adoptó la resolución de la no creación del ministro, que son decisiones
que salen de la base y cualquier otra posición responde a intereses
personales".

Pero las diferencias de Pandam con Valerio Grefa parecen ser más
hondas que con la misma Conaie: "Todos hicimos el movimiento
Pachacutik y existe un solo movimiento nacional que permite la
participación política de todos. No existen dos movimientos existe
uno solo. No podemos decir que el movimiento es mío y yo quiero
en base de esto negociar" . Grefa era otro de los opcionados para
ocupar el Ministerio Étnico, pero parece haberse apartado del
gobierno, tras rumorearse de las preferencias para que Pandam ocupe
el cargo.

No obstante, dentro de la comisión mixta convocada por el gobierno
Grefa tiene sus delegados. A esta comisión también fue invitada Nina
Pacari. De esta forma las autoridades buscaban un acercamiento con la
Conaei, que no se ha conseguido, por el contrario, las diferencias se
han ahondado a medida que avanza el estudio para la creación del
ministerio.

La negativa de Nina Pacari, a conformar la comisión responde en su
concepto a que la creación del Ministerio Étnico sería un ente
burocrático más, y por el contrario, propone la creación de "una
entidad autónoma independiente con sus recursos económicos y que
tenga un carácter técnico. (Un Consejo Nacional de Desarrollo y
Planificación de los pueblos Indios y Negro ). La realidad de los
pueblos no tiene que ver con un solo ministerio, hay problemas de
salud, obras públicas, educación, etc.". "El real desarrollo de los
pueblos no se conseguirá con una entidad que se convierta en un
botín político".

Algunos sostienen que la negativa a la creación del ministerio se
debe a que los recursos de organismos internacionales para los
pueblos indígenas se canalizarían a través de la nueva secretaría y
no directamente a las organizaciones indígenas. Pero Pacari
responde: "No tenemos recursos internacionales. Ahora estamos
trabajando para impulsar un préstamo del BID, pero ellos no
entregan el dinero sin aval del Estado por eso creemos que la
entidad autónoma puede ser el espacio para captar recursos y que
esos se canalicen directamente y que no se esté en los vaivenes
políticos de los gobiernos de turnos cada cuatro años".

Macas añade otro reparo: "Hay una incoherencia se habla de
achicamiento del Estado y se pretende crear otro aparato
burocrático, cuando se habla que no hay presupuesto".

MACAS LA CLAVE

Pero a estos sectores no descartan que atrás de la negativa de
Macas a la creación del Ministerio Étnico haya además un
supuesto resentimiento con el gobierno desde su fallido intento
de ser presidente del Congreso, cuando los roldosistas apoyaron
a Fabián Alarcón y algunos miembros de su propio bloque no lo
apoyaron para ocupar la presidencia del Congreso, y la mayoría
decidió una negociación en las comisiones legislativas sin contar
con la opinión de Macas. Asimismo está la estrecha relación del
dirigente indígena con Freddy Ehlers, quien se ha mostrado desde
el inicio como opositor al régimen. Además, el último
enfrentamiento con el presidente, por su apoyo al dirigente sindical,
Luis Román, tras sus divergencias con el ministro de Energía,
Alfredo Adum. Abdalá Bucaram ha llamado duramente a Macas
como "asalariado de la mafia sindical, además de oligarquía
indígena".

Sin embargo, el diputado de Pachacutik le resta importancia a
estas afirmaciones y sostiene que su bloque, en el Congreso, es
el único que hace una real oposición al gobierno. "Nosotros no
hemos entrado a hacer la política tradicional de las prebendas,
insulto y reparto político. No hemos entrado en la comedia de
siempre. Nosotros ponemos en vigencia los tres principios de
no mentir, no robar y no ser ocioso".

Mientras se espera la resolución del presidente, José María
Cabascango, presidente de la Conaie, ha pedido que se continúe
con el diálogo iniciado el 27 de agosto pasado. "Este gobierno
es tremendamente contradictorio, por un lado llama a la
concertación y, por otro, salen los insultos y las patadas" dice
Macas.

Entre tanto, otra comisión creada por la Comisión de Asuntos
indígenas del Congreso, a la que han sido invitados representantes
de instituciones del Estados, Iglesia, Fuerzas Armadas, OEA y
Naciones Unidas estudian los mecanismos para mejorara las
relaciones entre el movimiento indígena campesino y
afroecuatoriano con el Estado. "Para que no se trate de imponer
una relación vertical, autoritaria o fascistoide a los indígenas,
trabajadores y pueblo", manifiesta Macas.

Lo que sí es cierto es que el problema de los pueblos indígenas
es más profundo de que se haga un ministerio o un consejo para
asuntos indígenas, su solución amerita la voluntad política de los
gobiernos de turno para atender las necesidades de salud,
educación, obras públicas, etc de la población pobre del país. Lo
sano es que se discutan estos temas ante la opinión pública, que ya
es otro avance para el movimiento indígena. (FUENTE: REVISTA
VISTAZO Nº 700, PP. 16-20)

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