EL FIASCO, por Alfredo Pinargote
GUAYAQUIL. 20.09.90. Los gobiernos no toman en serio los
problemas que enfrenta Guayaquil. La adminstración de Febres
Cordero, hizo obras millonarios que en nada solucionaron los
problemas del puerto. Inauguró teatros y estadios, se gastó
miles de dólares en la perimetral, los pasos a desnivel y
avenidas solo privilegiaron a los grandes sectores
guayaquileños. Mientras tanto los programas de salud, agua,
transporte y delincuencia fueron descuidados; puso la empresa
eléctrica en manos de un empresario extranjero, con una
ganancia de 35 ctvs. por kilovatio hora y el 3% de aumento
mensual en las tarifas.
PARODI EN LA PICOTA
El presidente Borja, delegó al vicepresidente Parodi la tarea
de resolver los problemas de Guayaquil, lo que al parecer
tendrÃa un resultado positivo. Pero los problemas van de mal
en peor y no se encuentran soluciones.
Parodi, recién encargado de este trabajo, opinó que Guayaquil
no tiene problemas de agua potable, por lo que nada se ha
hecho en este campo, salvo el ofrecer el EMAP (Empresa
Municipal de Agua Potable) a una compañÃa española. Se ha
metido en el proyecto de un aeropuerto intercontinental, que
no adelanta ni un paso; asà como en la construcción de un tren
elevado y el transporte fluvial que serÃan muy costosos para
los pasajeros guayaquileños.
LA LAPIDA DE ELMELEC
Otro gran problema que enfrenta Guayaquil es el de la luz
eléctrica y la administracion de la empresa. La alternativa
más posible es que EMELEC pase a depender del sector público,
para convertirse en una institución burocrática más, de la que
aprovecharán pocos y no dará servicio adecuado a la comunidad.
Otra alternativa podÃa ser la privatización de EMELEC, pero el
vicepresidente Parodi descartó las ofertas del sector privado
guayaquileño, sin siquiera formular contrapuestas idóneas.
La empresa privada guayaquileña tiene el dinero del que el
estado no dispone, pero esta iniciativa debe regurlarse para
que se armonice el interés empresarial con el bien de la
comunidad. Por ejemplo, se debe reducir la utilidad anual a
un máximo de un 5% en dólares y dar cabida a otros sectores
empresariales para que no se centralice el poder en uno o dos
grupos privados.
Esta serÃa una solución justa por parte del gobierno,
demostrando asà su afán de servir a Guayaquil. (Rev. Vistazo,
No. 554, p. 20-21).