EL COSTO DE LOS FARMACOS
Quito. 18,03.91. La prohibición de importar materias primas o
medicamentos que superen el precio FOB establecidos por el
comité, provoca desabastecimiento. El Estado debe garantizar a
la industria y al comercio una mayor competitividad en defensa
del consumidor que en este caso es el enfermo.
Un examen sobre el costo de los medicamentos elaborado por el
Centro de Estudios y Análisis (CEA), señala que la forma de
medir los gastos operacionales según se trate de productos
importados o fabricados, distorsiona la economia empresarial y
obliga a reducir al máximo las mercaderÃas en bodega, creando
problemas de desabastecimiento.
Es inconveniente fijar una utilidad del 20 por ciento sobre
el costo comercial, porque resulta ficticia y desalienta a la
actividad industrial y de importación, dado el permanente
rezago en la fijación de precios.
En la reunión de Caracas, el presidente Borja deberá
establecer el plazo en que se elimine el subsidio al tipo de
cambio, al momento de definir las condiciones del ingreso
ecuatoriano a la zona de libre comercio. Quizá convenga
hacerlo gradualmente para evitar un violento impacto en los
fármacos y una reacción compleja en los sectores afectados.
Paralelamente se deberá cambiar la polÃltica de
comercialización de medicamentos genéricos que ahora solo se
expenden en la desconocida red de boticas populares del
Ministerio de Salud, y hacerlo también en las farmacias
privadas que podrÃan ofrecer alternativas de medicamentos más
baratos.
El código de salud obliga al Ministerio del ramo a propiciar
una polÃtica de abaratamiento de medicinas, facultándole para
establecer costos y fijar sus precio.
En 1979 la entonces Cámara de Representantes dispuso la libre
importación de medicamentos con exoneración de todo gravamen,
incluso para las meterias primas e insumos que demanda
su fabricación, y limitó hasta un 20 por ciento las utilidades
de los fabricantes e importadores. Para este cálculo se parte
del menor costo de producción que se disponga en el paÃs para
productos similares provenientes de varias fábricas.
Las regulaciones han ido creciendo en detalles hasta
expandirse un catálogo de precios FOB máximos para importación
de insumos y se establecen plazos mÃnimos de 240 dÃas para
revisar los precios de los medicamentos, según las variaciones
de los insumos locales, y 150 dÃas para reajustar el costo
variable importado. Desde luego se establecen diferentes
porcentajes de gastos operacionales, según se trate de
productos fabricados o importados.
En el afán de mantener niveles de precios compatibles con la
posibilidad de consumo de los hogares, el gobierno anterior
congeló en 110 sucres el valor del dólar para importaciones
farmacéuticas, ya se trate de insumos, materias primas o
productos terminados, iniciándose un subsidio del 100 por
ciento entre 110 sucres y el tipo de cambio vigente al momento
de la importación.
El actual gobierno, mediante acuerdo del Frente Económico del
6 de octubre de 1988, mantuvo ese subsidio limitándolo al 50
por ciento del diferencial cambiario entre 110 sucres y
el valor al que se adquiera la divisa estadounidense. Eso
significa que las importaciones que se formalizan en la
segunda semana de marzo de 1991 tienen un subsidio de 433
sucres por dólar.
Considerando que el mercado farmacéutico bordea los 100
millones de dólares, el subsidio estimado para el presente añó
podrÃa alcanzar 50 mil millones de sucres, según las
autoridades oficiales.
En la práctica, ese subsidio ha servido para favorecer a
los consumidores de paÃses vecinos y a los estratos más altos
de la población ecuatoriana, perjudicando incluso a la
industria farmacéutica que debe competir con productos
terminados subsidiados en su integridad, mientras internamente
el valor agregado no recibe subsidio alguno.
La industria farmacéutica está en desacuerdo con este
artificio. Desde el punto de vista social serÃa mucho más
trascendental que el Estado destine esos fondos a la compra de
medicinas para entregar gratuitamente a los hospitales y casas
de salud y favorecer asà a la mayorÃa de ecuatorianos que
demanden los servicios asistenciales públicos y para quienes
el costo de las medicinas es inalcanzable. (A-11).
Quito. 18,03.91. La prohibición de importar materias primas o
medicamentos que superen el precio FOB establecidos por el
comité, provoca desabastecimiento. El Estado debe garantizar a
la industria y al comercio una mayor competitividad en defensa
del consumidor que en este caso es el enfermo.
Un examen sobre el costo de los medicamentos elaborado por el
Centro de Estudios y Análisis (CEA), señala que la forma de
medir los gastos operacionales según se trate de productos
importados o fabricados, distorsiona la economia empresarial y
obliga a reducir al máximo las mercaderÃas en bodega, creando
problemas de desabastecimiento.
Es inconveniente fijar una utilidad del 20 por ciento sobre
el costo comercial, porque resulta ficticia y desalienta a la
actividad industrial y de importación, dado el permanente
rezago en la fijación de precios.
En la reunión de Caracas, el presidente Borja deberá
establecer el plazo en que se elimine el subsidio al tipo de
cambio, al momento de definir las condiciones del ingreso
ecuatoriano a la zona de libre comercio. Quizá convenga
hacerlo gradualmente para evitar un violento impacto en los
fármacos y una reacción compleja en los sectores afectados.
Paralelamente se deberá cambiar la polÃltica de
comercialización de medicamentos genéricos que ahora solo se
expenden en la desconocida red de boticas populares del
Ministerio de Salud, y hacerlo también en las farmacias
privadas que podrÃan ofrecer alternativas de medicamentos más
baratos.
El código de salud obliga al Ministerio del ramo a propiciar
una polÃtica de abaratamiento de medicinas, facultándole para
establecer costos y fijar sus precio.
En 1979 la entonces Cámara de Representantes dispuso la libre
importación de medicamentos con exoneración de todo gravamen,
incluso para las meterias primas e insumos que demanda
su fabricación, y limitó hasta un 20 por ciento las utilidades
de los fabricantes e importadores. Para este cálculo se parte
del menor costo de producción que se disponga en el paÃs para
productos similares provenientes de varias fábricas.
Las regulaciones han ido creciendo en detalles hasta
expandirse un catálogo de precios FOB máximos para importación
de insumos y se establecen plazos mÃnimos de 240 dÃas para
revisar los precios de los medicamentos, según las variaciones
de los insumos locales, y 150 dÃas para reajustar el costo
variable importado. Desde luego se establecen diferentes
porcentajes de gastos operacionales, según se trate de
productos fabricados o importados.
En el afán de mantener niveles de precios compatibles con la
posibilidad de consumo de los hogares, el gobierno anterior
congeló en 110 sucres el valor del dólar para importaciones
farmacéuticas, ya se trate de insumos, materias primas o
productos terminados, iniciándose un subsidio del 100 por
ciento entre 110 sucres y el tipo de cambio vigente al momento
de la importación.
El actual gobierno, mediante acuerdo del Frente Económico del
6 de octubre de 1988, mantuvo ese subsidio limitándolo al 50
por ciento del diferencial cambiario entre 110 sucres y
el valor al que se adquiera la divisa estadounidense. Eso
significa que las importaciones que se formalizan en la
segunda semana de marzo de 1991 tienen un subsidio de 433
sucres por dólar.
Considerando que el mercado farmacéutico bordea los 100
millones de dólares, el subsidio estimado para el presente añó
podrÃa alcanzar 50 mil millones de sucres, según las
autoridades oficiales.
En la práctica, ese subsidio ha servido para favorecer a
los consumidores de paÃses vecinos y a los estratos más altos
de la población ecuatoriana, perjudicando incluso a la
industria farmacéutica que debe competir con productos
terminados subsidiados en su integridad, mientras internamente
el valor agregado no recibe subsidio alguno.
La industria farmacéutica está en desacuerdo con este
artificio. Desde el punto de vista social serÃa mucho más
trascendental que el Estado destine esos fondos a la compra de
medicinas para entregar gratuitamente a los hospitales y casas
de salud y favorecer asà a la mayorÃa de ecuatorianos que
demanden los servicios asistenciales públicos y para quienes
el costo de las medicinas es inalcanzable. (A-11).
Más en el