La diplomática norteamericana ve al presidente Lucio Gutiérrez como âalguien capaz de gobernar al Ecuador y de romper el cÃrculo de corrupciónâ.
Seis meses después de haber asumido sus funciones, la embajadora de los Estados Unidos en Ecuador, Kristie Kenney, traza prioridades como representante de su gobierno: apoyar la lucha contra la corrupción y los procesos de extradición a banqueros prófugos, ayudar a mantener al paÃs como âisla de pazâ en medio de una región conflictiva, sugerir el cierre militar de la frontera norte y esperar que el gobierno ecuatoriano declare âterroristasâ a las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Pregunta: Existe la percepción de que nuestro paÃs ha dado mucho más a Estados Unidos que lo que EE.UU. nos ha dado. Hay varios ejemplos de ello...
Respuesta: La relación entre Estados Unidos y Ecuador tiene largos antecedentes y no sé, honestamente, de dónde sale esa percepción. Nuestros dos paÃses comparten muchas cosas (lucha por la democracia, combate a la pobreza, crecimiento económico, etc.), entonces cada uno tiene mucho que dar al otro.
P: Pero cada uno tiene sus propios intereses...
R: Por supuesto que sÃ, pero le repito que compartimos muchas cosas. Entonces no sé de dónde viene esa percepción que usted dice.
P: La percepción es que Ecuador no está recibiendo lo que deberÃa recibir a cambio de lo que ha dado. Un ejemplo es que se ofrecieron tres mil millones de dólares por la firma de la paz con el Perú, y hasta ahora, casi cuatro años después, no han llegado esos fondos. Otro ejemplo es la base de Manta, que entregó el ex presidente Jamil Mahuad.
R: Hablemos de la base de Manta. Primero, puntualicemos que es una base ecuatoriana y que los Estados Unidos utilizamos una pequeña parte de esa base gracias al convenio. Allà hemos invertido 70 millones de dólares, que es bastante dinero. Hoy, Manta tiene la pista aérea más hermosa de Sudamérica. Entonces no se puede decir que fue âuna firma para nada", porque los ecuatorianos han recibido toda esa infraestructura. Manta, incluso, tiene ahora un cuerpo de bomberos apoyado por nosotros. Se ha dinamizado la economÃa de ese puerto: los soldados consumen, hacen compras y salen a ver pelÃculas. Además hacen obra pública, como escuelas y dispensarios. En Manta hay algo que hacemos juntos y que es bueno: combatir el narcotráfico. Eso es excelente.
P: ¿Y las promesas por la firma de la paz con el Perú?
R: Lo mejor es que los dos paÃses ya no están en conflicto y que ahora están trabajando juntos. En pocos dÃas más se reunirán los presidentes Gutiérrez y Toledo, y eso es muy bueno. Sobre la entrega de fondos, es cierto que ha sido lenta, pero están llegando: hay proyectos concretos que estamos desarrollando, como servicios básicos para los pueblos de frontera. No ha sido un proceso de llegar con un cheque al dÃa siguiente de la firma de la paz, pero hay un proceso concreto de obras, infraestructura, desarrollo.
P: También existen aquellas percepciones porque, por ejemplo, la relación entre su gobierno y el del ex presidente Noboa fue distante. Noboa no hablaba positivamente de aquella relación...
R: No puedo comentar eso porque llegué en septiembre del año pasado. Pero personalmente tuve excelentes relaciones con el presidente Noboa y con el canciller Moeller. Es cierto que por razones logÃsticas no se pudo concretar la reunión Bush-Noboa, porque Noboa tenÃa que ir al Asia y no pudo viajar a Lima, pero a pesar de eso tenÃamos una buena comunicación.
P: No tan buena como con el presidente Gutiérrez. ¿Por qué esa diferencia en el trato hacia el uno y hacia el otro? ¿En qué momento se rompió esa distancia y se produjo el acercamiento con Lucio Gutiérrez?
R: Yo no he dicho "distancia". Esta fue palabra suya, no mÃa. Con los dos gobiernos compartimos objetivos, pero insisto en que solo fueron razones logÃsticas.
P: Daba la sensación de que al presidente Bush no le interesaba América Latina y, particularmente, Ecuador...
R: No, el presidente Bush sà tiene mucho interés en Latinoamérica. Normalmente, cuando hay un nuevo gobierno, elegido honestamente en un proceso democrático, él hace una llamada. Ãl llamó al presidente Gutiérrez para felicitarlo, empezaron a hablar y hubo una conexión personal entre los dos.
P: ¿Una conexión?
R: Claro, porque son dos personas que no vienen de ciudades capitales, son del campo, entonces se entendieron y el presidente Bush invitó a Gutiérrez a que lo visitara para charlar un poquito más en Washington.
P: Ese viaje a Washington fue criticado acá por algunos sectores, especialmente cuando Gutiérrez dijo que querÃa ser el mejor aliado de Bush...
R: El viaje fue muy importante y el resultado, excelente. El presidente Gutiérrez tuvo la oportunidad no solo de hablar con el presidente Bush sino con el gabinete. Pudo entrevistarse con mucha gente de allá y detallar su plan de gobierno, explicar que el paÃs está cambiando, que las puertas están abiertas al comercio y a ideas nuevas. El impacto allá fue impresionante. Ahora hay más confianza en Ecuador y quizás, honestamente, mayor interés de mi pueblo por el pueblo ecuatoriano.
P: Cuando se produjo la invitación de Bush fue una sorpresa para muchos, pues aparentemente en Washington habÃa el temor de que Gutiérrez fuera un nuevo Hugo Chávez. ¿El acercamiento de Bush con Gutiérrez tuvo también el propósito de alejar al presidente ecuatoriano de un alineamiento con Chávez?
R: No. Bush lo invitó porque cuando hablaron por teléfono le gustaron las ideas de Gutiérrez sobre fortalecimiento democrático, crecimiento económico, lucha contra la pobreza, educación para su pueblo, etcétera. La invitación no tuvo nada que ver con lo que ocurre en otro paÃs, ni en este hemisferio ni en otro.
P: Usted tiene una excelente relación con Gutiérrez. Se reúnen frecuentemente. ¿Qué prioridades tiene él para el paÃs? Varios analistas opinan que Gutiérrez ha dado un giro ideológico o polÃtico. Dicen que uno fue el de campaña y otro el que está gobernando.
R: Es difÃcil para mà opinar sobre eso porque yo no voto aquà ni tengo experiencias acá con otros presidentes...
P: Pero tiene una muy buena comunicación con él.
R: SÃ, pero con el presidente Noboa también la tuve. Ãl siempre me trató muy bien y conversamos sobre muchos temas, temas iguales a los que hablo con el presidente Gutiérrez: pobreza, educación, democracia, etcétera.
P: ¿Ve a Gutiérrez como un hombre capaz de conducir acertadamente al Ecuador durante estos cuatro años?
R: SÃ. No tengo mucha experiencia en Ecuador pero lo veo como un hombre que tiene la capacidad de gobernar este paÃs y romper el cÃrculo de corrupción, gestión fundamental para el crecimiento económico. Por eso el presidente Bush ha dicho que quiere trabajar con ustedes en la lucha contra la corrupción.
P: Se ha hablado mucho de la extradición de presuntos corruptos que viven en EE.UU. Pero, aparentemente, el anterior gobierno y el actual no han hecho bien las cosas y recién ahora van a empezar los trámites. ¿Es as�
R: No. Son procesos largos, que requieren que los casos sean muy bien presentados. En la visita a Washington, Gutiérrez planteó que se preparen mejor los casos, por eso estamos revisando muy bien y analizando detalladamente. Pero hay que estar claros que no son procesos cortos.
P: ¿Cuántos casos son?
R: Creo que son seis.
P: ¿Especialmente de banqueros?
R: Creo que sÃ.
P: ¿Quiénes son? ¿Cuáles son sus nombres?
R: No tengo en este momento, pero podemos proporcionarle esa información.
P: Volvamos a la base de Manta. El jefe del comando conjunto reveló hace poco que desde Manta saldrá toda la vigilancia militar para la frontera norte. Aunque se dice que la base de Manta solo es para la lucha contra el narcotráfico, esta decisión podrÃa llevar a Ecuador a involucrarse en el conflicto interno de Colombia. Precisamente es lo que preocupa a los ecuatorianos.
R: Leà esa información, pero estamos hablando de dos cosas. La base de Manta es ecuatoriana y si las Fuerzas Armadas quieren utilizarla para cualquier cosa, es su derecho. Y no tengo ninguna duda que los militares ecuatorianos quisieran utilizar la base aún más. El convenio con nosotros habla especÃficamente de vuelos antinarcotráfico.
P: ¿Pero existe el interés de ustedes para que Ecuador se involucre en el problema colombiano?
R: Hay que hacer algunas precisiones. Lo que ocurre allá es una tragedia. Todos deseamos paz para esa nación pero nadie, nadie quiere que Ecuador llegue con sus tropas a Colombia. Lo importante es que Ecuador, que debe ser un buen vecino, cierre la frontera y cumpla con su parte para evitar actividades ilÃcitas. Y, sobre todo, hay que evitar que el problema de Colombia llegue al Ecuador para que se mantenga como una isla de paz. Eso quiere decir que darle oportunidad al colombiano de que resuelva su problema es no dejar abiertas rutas de escape a los guerrilleros y a los narcotraficantes.
P: Según usted, ¿tenemos una interpretación equivocada del problema colombiano?
R: Leo cada dÃa cosas, pero tuve el honor de estar en la Casa Blanca con los presidentes Bush y Gutiérrez, y los temas fueron los que yo le digo. Ningún otro.
P: ¿Y se habló de que Ecuador se involucre en el conflicto colombiano?
R: Para nada.
P: Ecuador no tendrÃa por qué involucrarse en una guerra en Colombia...
R: Por eso mismo hay que contribuir a que Colombia sea estable y pacÃfico.
P: El temor acá también es que el ingreso de asesores militares norteamericanos a Colombia nos lleve a una vietnamización del conflicto...
R: No sé qué quiere decir eso de vietnamización. Las tropas norteamericanas solo son asesoras, están bajo la autorización del congreso de EE.UU. y llegaron por pedido del presidente Uribe. Lo que sà puedo decir es que el secuestro de personal norteamericano por parte de las FARC muestra que sà son terroristas.
P: ¿Por eso ustedes esperan que Ecuador, Perú y Brasil condenen a las FARC y las llamen terroristas?
R: Absolutamente. No cabe ninguna duda que son terroristas y no cabe duda que los vecinos deben ayudar a Uribe y a Colombia a llamar a las FARC como lo que son.